jueves, 22 de diciembre de 2016

Crítica: The Autopsy of Jane Doe (2016)


Película dirigida por André Øvredal (The Troll Hunter), cuyo guión fue co-escrito por Ian B. Goldberg y Richard Naing. Se estrenó directamente en VOD apenas el pasado 20 de diciembre dentro de los Estados Unidos, aunque su salida en otros mercados y en formato físico está planeada para 2017.

Sinopsis:

Un padre y su hijo reciben el cadáver de una víctima de un misterioso homicidio en su morgue familiar, la cual no presenta ninguna aparente causa de muerte. A dicho cadáver se le nombra Jane Doe hasta que la identifiquen, pero mientras realizan su trabajo empezarán a encontrar bizarras pistas que irán revelando aterradores secretos.



Comentarios generales:

Hoy en día es complicado llegar en blanco al momento de ver una película debido a que, en su afán por querer atraer público, los estudios suelen sacar varios trailers e imágenes promocionales que revelan muchísimo de la trama. Ese fue el caso de The Autopsy of Jane Doe, un trabajo del que se dieron a conocer muchas cosas antes de su estreno y por lo cual tenía bastante temor sobre el resultado final debido a que parecía que lo habían contado todo; sin embargo, para mi total sorpresa, ese no fue el caso.

Lo cual podría sonar un poco extraño porque de entrada no parece que se pueda añadirle demasiado a una historia que se centra en una autopsia, pero es ahí cuando vemos la verdadera habilidad que tiene Øvredal tras la cámara, ya que después de una introducción diseñada principalmente para establecer el misterio y un posible conflicto familiar, las cosas fluyen de manera casi perfecta. Esto porque el proceso de la autopsia es muy interesante de seguir debido a que cada análisis va añadiendo más dudas sobre lo que le ocurrió a esta chica, uniendo cada pieza de este complejo rompecabezas para ir desarrollando poco a poco un nivel de tensión lo suficientemente alto para que cualquier cosa ajena a lo que ocurre dentro o fuera de la morgue (especial atención con la grabadora) pueda hacer explotar esto.

Y es que no miento, uno como espectador se la pasa esperando a que de la nada el cadáver se levante; tenerlo ahí todo el tiempo genera una inquietud particular que sirve como despiste para que todos los sustos fáciles resulten efectivos, incluso aquellos que a mi parecer usan en exceso. En especial durante un segundo acto que cambia la dinámica para poder empezar a explotar de mejor manera la cuestión supernatural y con ello agregar más elementos con los que se pueda aprovechar este particular escenario en el que los protagonistas están completamente indefensos, así como también para jugar un poco sobre si lo que les ocurre es real o ambos cayeron en la locura extrema.

La parte final puede que sea con la que muchos no queden del todo satisfechos y eso en gran parte se debe a que es donde el aspecto supernatural de la historia toma más relevancia, provocando así un contraste muy marcado con los dos actos previos. Algo que personalmente no encontré problemático gracias a que el director sigue manteniendo un balance adecuado y logra que el desenlace, además de sorpresivo, también resulte potente sin tener que recurrir a cosas tan extremas en el aspecto visual.

Las actuaciones son muy buenas, Emile Hirsch (Austin) y Brian Cox (Tommy Tilden) muestran una gran química en pantalla como padre e hijo; aunque es este último quien con pequeños detalles termina por volver momentos, en teoría intrascendentes o simples, en unos muy satisfactorios de ver. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es el adecuado, la dirección de arte es bastante buena, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje está extremadamente bien cuidada.

Opinión final: The Autopsy of Jane Doe es una manera inteligente de presentar una combinación de misterio/supernatural. Altamente recomendable.

Ojometro:
*****
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Di mi parte les deseo una feliz navidad a todos los lectores de El Ojo del Horror.