martes, 28 de marzo de 2017

Crítica: The Institute (2017)


Película dirigida por James Franco y Pamela Romanowsky, cuyo guión fue co-escrito por los hermanos Adam y Matt Rager. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 3 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no se sabe si saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

En Baltimore del siglo XIX una chica afectada por la muerte prematura de sus padres se interna de manera voluntaria en el Instituto Rosewood. Ya estando ahí será sometida a extraños y violentos métodos que forman parte de un experimento de modificación de personalidad, lavado de cerebro y control mental del cual tendrá que escapar.  



Comentarios generales:

Cuando se reveló que el guión de The Institute estaría, en parte, inspirado en eventos reales inmediatamente se convirtió en una película de mi interés debido a que siempre me gusta realizar cierta investigación con respecto a los hechos en los que alguna obra se basa. Lo cual en este caso resultaba por demás atractivo dado a que lo que rodea al Instituto Rosewood, más allá de estar sustentado en pruebas circunstanciales, podía generar algo que se saliera de los convencionalismos que suelen presentarse en las historias que se realizan en instituciones mentales, pero tristemente no fue así.

Y es que el problema fundamental que presenta es el hecho de que la idea base en la que se construye todo esto ni siquiera son las acusaciones que giran en torno al instituto, sino el lavado de cerebro, una situación que provoca que todo el tiempo se sienta un conflicto evidente para Franco y Romanowsky al no saber exactamente cómo manejar de manera equitativa ambos temas. Lo cual ocasiona que el primer acto sea bastante aburrido al mostrarnos al personaje de Isabel experimentando situaciones que no encajan con lo que esperabas ver y que en realidad se sienten bastante vacías considerando que estas forman parte de un proceso aparentemente complejo del cual nunca te logran brindar detalles claros para que entiendas lo que hay detrás.

Situación que empeora una vez que entramos al segundo acto, ya que para este punto la película empieza a mostrar una estructura inusual en la que lo relacionado con el lavado de cerebro avanza de manera acelerada, prácticamente llegando a lo que se siente como su clímax, mientras que también empiezan a introducir aspectos del tráfico de mujeres por medio de personajes secundarios que, así como los presentan, también los desaparecen. Provocando que todo lo relacionado a este tema luzca más como simple relleno polémico; en especial porque cada personaje o suceso ligado parecen más como una distracción y no como aspectos relevantes para profundizar en la historia. Aunado a que tampoco ayudan en la generación de terror.

La parte final probablemente sea lo más atractivo considerando que es aquí cuando los directores ya no ponen tanto énfasis en el lavado de cerebro y demás cosas que enreden las acciones, dándole paso a una venganza que resulta entretenida de ver. Sin duda es la parte más violenta, la que va a satisfacer la necesidad de sangre, pero también deja algunas cosas en el aire que no ayuda a que el desenlace sea convincente.

La actuación de Allie Gallerani (Isabel) no está mal, pero el hecho de que su personaje sufra tantos cambios radicales de manera repentina, sin ningún tipo de explicación, vuelve difícil el tomarlo en serio; mientras que el resto del elenco raya en lo caricaturesco o simplemente resulta irrelevante. La producción es su punto más fuerte: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte presenta buenas cosas, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy sencillos y la labor de maquillaje tiene algunos aspectos interesantes.

Opinión final: The Institute es decepcionante. Una película más del montón que pasará con más pena que gloria.

Ojometro:
**