jueves, 10 de mayo de 2018

Crítica: The Strangers: Prey at Night (2018)


Secuela dirigida por Johannes Roberts (The Other Side of the Door), cuyo guión fue co-escrito por Bryan Bertino y Ben Ketai. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo e hizo lo propio en México el pasado 4 de mayo. Recaudando hasta la fecha $26.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una familia va a pasar el fin de semana en un alejado parque para casas rodantes que se encuentra misteriosamente desierto. Al inicio nada parece fuera de lo normal, pero cubiertos bajo la oscuridad tres extraños enmascarados les harán una visita que los llevará al límite en su búsqueda por sobrevivir.



Comentarios generales:

Siempre he pensado que The Strangers es una de las películas de terror más infravaloradas de la década pasada debido a que pocos parecen entender lo importante que fue para el renacer del subgénero de invasión de hogar, el cual pasó de estar en la total irrelevancia a ser uno de los más explotados en los últimos diez años. Por eso cuando se empezó a especular sobre una nueva entrega me alegré porque era una buena oportunidad para hacerle justica, pero al final lo único que terminó siendo Prey at Night fue una decepción.

¿A que se debió esto? Bueno… básicamente al hecho de que Roberts, Bertino y Katai en esta ocasión nos regalan más que nada un slasher y no tanto una película de invasión, un cambio que en el papel no debería de afectar demasiado considerando que existen los elementos para realizar dicha transición, pero que en la práctica ciertamente no funciona por varias razones. La primera de estas siendo el comienzo tan lento con el que cuenta al centrarse en una familia de la cual ningún miembro te resulta interesante y mucho menos la situación por la cual realizan el viaje, volviendo así todo el primer acto uno de auténtico bostezo; en donde lo más “extremo” es ver a una adolescente rebelde fumando.

Afortunadamente a la media hora el ritmo incrementa con la aparición de los asesinos para brindar así algunos momentos emocionales cuando llegan las primeras muertes y una dinámica un poco más ágil; sin embargo, esto no dura mucho. Ya que en el afán de querer hacer esto más grande el cambio de escenario de una casa a un parque elimina cosas que hacían especial a la entrega anterior como el asecho, aquí realmente todo se trata de correr del punto A al un punto B sin lograr generar gran tensión y, ante la carencia de victimas, las cosas no son precisamente emocionantes.

Para empeorar las cosas, el hecho de que los tres asesinos no tengan una historia detrás que permita comprender quienes son o cuales sus motivaciones para matar hace que este sea un slasher bastante hueco. Especialmente por lo que ocurre con ellos en los minutos finales.

Lo cuales son los mejores de toda la película, principalmente por la escena de la alberca que es brillante, pero también porque son por mucho los más intensos al tener enfrentamiento final bien balanceado y un nivel de violencia adecuado. Además de que presenta cierre aparentemente definitivo; aunque este no se siente tan bien logrado considerando lo que mencione anteriormente sobre los asesinos.

Las actuaciones son mediocres en general, aunque Bailee Madison (Kinsey) es probablemente el peor caso debido a que ella es la protagonista y en ningún momento logras sentir gran empatía hacia ella ante lo exagerada que resulta en todo lo que hace. La producción es donde tiene sus mayores virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte es sólida, el score es agradable, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Strangers: Prey at Night es decepcionante. Una secuela innecesaria que probablemente solo le guste a los fans más recalcitrantes de la primera entrega.

Ojometro:
**