martes, 24 de septiembre de 2024

Crítica: The Deliverance (2024)

Película dirigida por Lee Daniels, cuyo guión fue co-escrito por David Coggeshall y Elijah Bynum. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 30 de agosto.

Sinopsis:

Ebony (Andra Day) es el sustento de una disfuncional familia de Indiana que atraviesa graves problemas económicos. Aunque pronto su situación empeorará cuando extraños eventos empiezan a ocurrir dentro de su nueva casa.


Comentarios generales:

Siempre he mencionado que es positivo que directores de renombre volteen a ver el cine de terror porque eso automáticamente atrae miradas de otro tipo de público que por lo general no consume el género. Sin embargo, muchas veces estos experimentos no resultan tan efectivos por diversos factores y The Deliverance es un claro ejemplo de ello.

Y es que Lee Daniels nos demuestra que en realidad no sabe hacer terror al traernos una historia de demonios en la que el demonio es lo menos importante durante un periodo extendido de tiempo y se centra más en un dramón familiar que durante los minutos iniciales puede ser interesante por la compleja relación de Ebony con sus hijos, pero una vez que se asienta esa problemática las cosas empiezan a irse en picada rápidamente. Sobre todo porque la única manera con la que se pretende generar terror es por medio de recursos básicos que ni siquiera son bien implementados, logrando con esto que exista demasiada repetitividad desde temprano y gracias a ello el ritmo sea uno exageradamente lento.

Un problema que se va magnificando conforme se entra a la segunda mitad de la película debido a que la manera de ir exponiendo la posesión carece de imaginación y los momentos pensados para incrementar la sensación de riesgo son demasiado blandos como para sacudir un poco la monotonía. Además, por si esto no fuera suficiente, la obsesión por seguir empujando fuertemente el drama familiar le quita reflectores a todo lo referente al demonio y esto hace que la profundización sobre dicho tema se sienta totalmente improvisada al saltar de una idea a otra hasta que puedan encontrar algo lo suficientemente estable como para agarrarse de eso y así construir una parte final que pueda ser intensa.

La cual sin duda lo es, sin embargo, eso no quiere decir que sea efectiva debido a que todo lo que ocurre carece de sentido. Donde se apuesta a que sean las dosis de espectacularidad las que oculten las inconsistencias dentro de un desenlace en el que pasan muchas situaciones huecas que pretenden ser más de lo que verdaderamente son.

En lo que se refiere a las actuaciones hay que decir que probablemente es donde tenemos los únicos puntos fuertes, ya que Andra Day construye un personaje con muchos demonios internos que no genera empatía pero tampoco desinterés. Mientras que Glenn Close (Alberta) ofrece una interpretación excéntrica como pocas veces se le ha visto y definitivamente es la que más destaca por eso mismo.

Sobre la producción no tenemos mucho que resalte de gran forma: el trabajo de fotografía no es nada del otro mundo, la dirección de arte es simple, el score no aporta gran cosa, el trabajo de sonido cumple, los efectos no son los mejores y la labor de maquillaje es efectiva.

Opinión final: The Deliverance es mala. Película con muchos problemas que quedará en el olvido rápidamente.

Ojometro:
**

jueves, 19 de septiembre de 2024

Crítica: Starve Acre (2024)

Adaptación de la novela del mismo nombre, la cual está escrita y dirigida por Daniel Kokotajlo. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 26 de julio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Richard (Matt Smith) y July (Morfydd Clark) son un matrimonio cuya vida rural idílica sufre un tumultuoso giro cuando su hijo empieza a actuar extraño y salen a relucir historias folclóricas del lugar.


Comentarios generales:

No son pocas las personas que encuentran aburridas las películas sustentadas en el folclore y por lo mismo es que estas difícilmente logran hacer tanto ruido salvo por casos puntuales que tienen un importante soporte publicitario detrás. Algo con lo cual Starve Acre no contaba a pesar de que sus dos protagonistas en la actualidad participan en series de TV de alto calibre, condenándola a ser una simple curiosidad más.

Situación que en realidad no parece preocuparle a Kokotajlo porque lo que nos trae es, en efecto, una de tantas películas que giran alrededor del folclore que no pretende poner nada nuevo sobre la mesa y eso termina afectando desde muy temprano dado a que no existen demasiados elementos que logren manifestar algún tipo de sello distintivo que incite a querer saber más sobre la historia. Lo cual provoca que desde el primer acto la experiencia resulte pesada al momento de querer establecer la problemática que vive este matrimonio, esperando a que la atmósfera depresiva y la soledad que rodea a ambos personajes sean suficientes como para justificar una experiencia que se vuelve mucho más contemplativa conforme pasan los minutos.  

Haciendo con esto que muchas de las cosas presentadas no sean precisamente interesantes y carezcan de fluidez, además de que la manera en la que se va insertando la leyenda es demasiado inconsistente como para que se pueda construir un misterio sólido. Algo que tratan de ir corrigiendo sobre la marcha por medio de la aparición de un conejo que brinda cierta claridad a lo que ocurre; sin embargo, para este punto la falta de ambición es demasiado marcada y todas las situaciones planeadas para ir aumentando los niveles de tensión no solo se sienten vacías, sino que tampoco parecen tener un propósito claro.

Afectando así a una parte final que intenta apostar por momentos breves con buena intensidad que sin duda son de lo mejorcito de la película, pero la realidad es que ante la poca profundización previa todo lo que ocurre no cuenta con el impacto necesario y gracias a eso el desenlace queda parado como algo meramente anecdótico.

Sobre las actuaciones hay que decir que tanto Matt Smith como Morfydd Clark hacen un trabajo decente con un par de personajes que no daban para más. Mientras que en producción tenemos una factura cumplidora: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no está mal, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje es discreto.

Opinión final: Starve Acre es decepcionante. De esas películas no aptas para todo el público y que no aportan nada que valga la pena.  

Ojometro:
**

viernes, 13 de septiembre de 2024

Crítica: We Are Zombies (2024)

Película dirigida por Yoann-Karl Whissell, François Simard y Anouk Whissell, quienes también comparten créditos como co-escritores del guión. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 17 de julio, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 27 de septiembre.

Sinopsis:

En una ciudad infestada de zombies no caníbales, tres holgazanes que se encuentran en búsqueda de dinero fácil tienen que pelear contra unos delincuentes de poca monta y una malvada corporación para poder salvar a su abuela secuestrada.


Comentarios generales:

Si bien tengo conocimiento del cómic (The Zombies That Ate the World), la verdad es que nunca lo he leído y por ello esta adaptación no me generaba demasiado interés. Sin embargo, su anuncio emocionó a varias personas que conozco y por lo consiguiente eso fue incrementando mi curiosidad, sobre todo porque las comedias de zombies casi siempre significan que voy a pasar un buen rato y con We Are Zombies no fue la excepción.

Y es que lo presentado por esta tercia de directores ciertamente se siente fresco en su manera de utilizar a los zombies, más allá de que la historia nunca termina por explotar la premisa a su máxima capacidad al auto-restringirse en la manera de mostrar cómo son tratados por los humanos. Apostando más bien por una amistad entre los tres protagonistas que pueda generar momentos graciosos y mucha empatía hacía ellos desde los primeros minutos mostrándonos como sus vidas son incluso más patéticas que la de aquellos que ya están muertos, siendo la vía perfecta para ir revelando cómo la humanidad se ha tenido que ir adaptando a su nueva realidad sin que todos estén precisamente de acuerdo con ello.  

Brindándole así un toque de ligereza que funciona, pero lo cierto es que el humor manejado por varios momentos puede resultar un tanto bobo y eso hace que determinadas situaciones no terminen siendo tan efectivas; en especial cuando se trata de profundizar sobre el tema de la corporación y el conflicto interno existente. Además el hecho de que los propios zombies tengan un rol secundario durante los primeros dos actos es algo que se empieza a resentir con el pasar de los minutos gracias a las pocas dosis de violencia y sangre que eso significa, no tanto como para volver la experiencia aburrida, aunque si hace que la dinámica se sienta monótona hasta que llega la parte final.

Una que afortunadamente logra recomponer ese problema y se atreve a elevar el nivel de violencia de golpe, proporcionándonos así unos minutos en los que se logra encontrar el equilibrio perfecto del humor con el gore para llevarnos a un desenlace lleno de caos que se va a la segura en cuanto a su resolución, sin que esto sea algo precisamente negativo.

Las actuaciones están bien, tal vez por momentos rayan en lo caricaturesco pero en términos generales cumplen con su propósito principal. Mientras que en producción hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no está mal, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: We Are Zombies está entretenida. Comedia de zombies para pasar el rato y no mucho más.

Ojometro:
*** 

martes, 10 de septiembre de 2024

Crítica: Beetlejuice Beetlejuice (2024)

Secuela del clásico de 1988 dirigida por Tim Burton, cuyo guión fue co-escrito por Alfred Gough y Miles Millar. Se estrenó en cines tanto en México como en los Estados Unidos (así como en otros mercados) los pasados 5 y 6 de septiembre, recaudando hasta la fecha $145.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de sufrir una trágica pérdida, tres generaciones de la familia Deetz regresan a la casa en Winter River. Aunque todo se vuelve un caos cuando Astrid (Jenna Ortega) entra por accidente al mundo de los muertos y obliga a Lydia (Winona Ryder) a tener que pedirle ayuda a Beetlejuice (Michael Keaton) para traer a su hija de vuelta.


Comentarios generales:

“Beetlejuice” es una de esas películas con las que todo se alineó para que fuera un éxito total a finales de los 80s, pero salvo por su subsecuente caricatura nunca fue vista como una posible franquicia que se pudiera explotar de manera importante. Sin embargo, conforme pasó el tiempo fue quedando claro que el personaje era uno de esos eternos que jamás iban a desaparecer de la memoria colectiva y un regreso que parecía imposible finalmente se materializó con una secuela que logra darle un segundo aire de manera efectiva.

Y es que Tim Burton nos trae una película concebida totalmente para divertir al público apelando a la nostalgia sin abusar de esta y, sobre todo, apostando por un caos narrativo que le permita exponer a la mayor cantidad de personajes posibles sin importar que esto ponga en predicamentos la cohesión de la historia principal con el resto de las subtramas. Algo que es notorio durante un primer acto en el que se tienen que establecer varias caras nuevas al grado de que por momentos parece que Lydia y Beetlejuice son personajes secundarios, aunque esto en general no afecta demasiado gracias a la forma en la que se muestra cómo las tres mujeres Deetz lidian con la muerte y el humor que se inyecta alrededor de su conflictiva relación familiar.

Ante esto el inicio puede resultar algo lento, pero una vez que entra más en juego Beetlejuice las cosas se agilizan y el ritmo solo va en aumento cuando el tema sobrenatural empieza a tomar el mando conforme se va alternando lo que ocurre en el mundo de los vivos con el de los muertos. Llevándonos no solo a un viaje visual increíble, sino también a situaciones que empiezan a esclarecer las problemáticas principales y proporcionan una dinámica que hace que algunas cuestiones cuyo nivel de importancia parecía mayor sean resueltas de manera sorpresivamente rápida para abrirle el camino a la irreverencia total con nuestro bio-exorcista favorito.

Logrando así varios momentos divertidos que exponen a Beetlejuice como el cabronazo sin escrúpulos de siempre y eso ayuda a construir una parte final que, a pesar de todo, logra amalgamar las subtramas restantes para que sean resueltas al mismo tiempo teniéndolo a él como el engranaje principal. Dejándonos un desenlace que definitivamente es lo más peculiar del filme y que abre la posibilidad de que esto no sea lo último que veamos.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que sin duda son estas las que sostienen a la película y hacen que sea efectiva incluso con el caos mencionado. Con un Michael Keaton que pareciera que nunca dejó de interpretar al personaje durante todo este tiempo y con una excelente Catherine O'Hara (Delia Deetz) que por grandes lapsos opaca a Winona Ryder y a Jenna Ortega con un personaje que rivaliza con el propio demonio en cuanto al nivel de excentricidad.

Sobre la producción nos encontramos con una factura de alto calibre: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte excelente, el score es genial, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son una buena mezcla de prácticos/CGI y la labor de maquillaje es estupenda.

Opinión final: Beetlejuice Beetlejuice me gustó. Película divertida con las dosis de extravagancia y nostalgia necesarias para pasar un rato agradable.

Ojometro:
****

viernes, 6 de septiembre de 2024

Crítica: Hell Hole (2024)

Película dirigida por John Adams y Toby Poser, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Lulu Adams. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 23 de agosto, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Mientras se encuentran trabajando en Serbia, un equipo de extracción estadounidense descubre con vida a un soldado francés de las épocas de Napoleón. Aunque no viene solo, sino que su cuerpo es el anfitrión de un peligroso parasito.   


Comentarios generales:

El humor negro dentro del cine de terror no es algo extraño, pero suele ser difícil manejarlo de manera efectiva sin caer en los clichés habituales y por ello mismo pocas películas trascienden más allá de la simple novedad. Y en el caso de Hell Hole todo indicaba que ese sería su destino dado a que el trailer no mostraba nada particularmente llamativo, aunque el resultado ha sido mucho más mediocre de lo esperado.

Ya que lo traído por Adams y Poser nunca parece tener una idea bien definida sobre lo que quiere lograr al contarnos una historia que siempre se queda a medias en cuanto al humor negro y jamás explota como debería en el lado de película de monstruos. Ocasionando con esto que desde el primer acto sea complejo involucrarte de lleno con la potencial situación de riesgo dado a que el grupo de personajes no es muy carismático y también porque el tema del parasito se expone de una manera poco creativa, al grado de que su peculiar forma de introducirse en sus víctimas solo queda como una mera curiosidad y no como un recurso con el cual se puedan construir momentos divertidos que lleven al caos.

Algo que más o menos tratan de corregir durante el segundo acto al añadir escenas un poco más sangrientas para generar impacto, lo malo es que esto solo tiene un tiempo de efectividad limitado y una vez que pasa dicha novedad se vuelve a caer en una dinámica aburrida en la que se pretende vender un conflicto entre bandos que no lleva a ningún lado. Entrando así en un ciclo repetitivo que nunca es capaz de elevar el nivel de intensidad y por lo mismo hace que la sensación de peligro vaya disminuyendo debido a que realmente no hay demasiada acción que pueda maquillar lo poco que ocurre en pantalla con respecto a la amenaza.  

Y esto se incrementa aún más durante una parte final en donde claramente se aceleran de golpe las acciones para no tener que dar demasiadas explicaciones, esperando a que con un par de diálogos científicos sea más que suficiente para solventar este problema y dejarnos ante un cierre que no solo carece de emociones, sino que se siente totalmente vacío.

Las actuaciones son mediocres y mucho de eso se debe a la poca claridad con la que se aborda la temática, lo cual deja a todo el elenco en una posición en la que no saben realmente hacía donde llevar sus interpretaciones. Mientras que en producción tenemos una factura con poco para destacar: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte es pobre, cuenta con un score genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos están ok y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Hell Hole es decepcionante. Película llena de dudas que pasará al olvidó en un par de semanas.

Ojometro:
** 

martes, 3 de septiembre de 2024

Crítica: Longlegs (2024)

Película escrita y dirigida por Osgood Perkins (The Blackcoat's Daughter, Gretel & Hansel). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 12 de julio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 29 de agosto; recaudando hasta la fecha $102.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En su búsqueda de un prolífico asesino serial, la agente del FBI Lee Harker (Maika Monroe) descubre una serie de pistas ocultas que ella misma tendrá que resolver para ponerle fin a la aterradora ola de asesinatos.


Comentarios generales:

Cuando se tengan dudas sobre lo importante que es contar con una buena promoción solo pónganse a analizar el caso de Longlegs. Una película de la que no se sabía demasiado y que de la noche a la mañana empezó a recibir teasers crípticos que poco a poco la convirtieron en un auténtico fenómeno viral que la colocó en ese pedestal de lo más esperado de 2024, dejándola así en una posición en la que siempre se tienen todas las de perder; sin embargo, este no fue el caso.

Y es que más allá de las diversas opiniones que pudiera llegar a generar, lo cierto es que lo presentado por Perkins tiene más cosas positivas que negativas y esto lo logra por medio de una historia que de inicio no es precisamente la más innovadora (incluso hace recordar por momentos a “The Silence of the Lambs”), pero va mutando en algo que sabe combinar de manera efectiva el thriller policiaco, el thriller psicológico y el satanismo para brindarle un sello propio.

Todo bajo un misterio que en cuanto a lo más superficial no es demasiado complejo dado a que nunca existe la intención de ocultar la apariencia total de Longlegs o negar sus vínculos con los asesinatos, dejando que sea realmente el aspecto satánico el que genere la mayor cantidad de dudas y en base a ello utilizar al personaje de Lee Harker como el medio para potenciar la rareza del caso. No solo por el hecho de que ella misma es alguien peculiar, sino también porque rápidamente se establece una conexión importante que solo añade más capas al enigma y, sobre todo, genera una sensación de peligro para nuestra protagonista que eleva el nivel de suspenso con el pasar de los minutos.

Siempre con un ritmo bien cuidado que permite ir generando una atmósfera de constante tensión que ayuda a no tener que recurrir a las escenas de shock de manera tan repetitiva, logrando con esto que cada una tenga su importancia en el desarrollo y por lo mismo dejen una impresión más marcada, sobre todo cuando Longlegs empieza a tener más exposición. Llevándonos a situaciones que le dan prioridad al aspecto satánico y con ello se atan de a poco algunos puntos de gran relevancia que llevan al encuentro entre nuestros dos personajes más importantes para brindar el que es indudablemente el momento de mayor impacto.

Algo que deja todo preparado para una parte final que sin duda puede ser polémica y un factor fundamental para que muchos no terminen por disfrutar del todo la película al optar por no ser tan ambigua y tratar de dar las respuestas más concretas posibles. Lo cual incrementa todavía más la sensación de rareza y ciertamente le brinda mucha potencia al desenlace, pero también es cierto que dichas respuestas son bastante abstractas y por lo mismo uno se puede quedar con más dudas que certezas.

Las actuaciones están muy bien con una Maika Monroe que sabe llevar el peso de la historia sin demasiados problemas por medio de un personaje que cuenta con sus propias dosis de excentricismo, pero con el que se puede sentir empatía. Aunque es indudable que quien se llevará toda la atención es Nicolas Cage en su papel de Lonlegs, no solo por su caracterización, sino porque en verdad logra ser sumamente perturbador a pesar de que su tiempo en pantalla no es tan extenso.

En cuanto a producción tenemos una factura de gran nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de está bien cuidada, cuenta con un gran score, el trabajo sonido es sólido, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta impecable.

Opinión final: Longlegs me gustó bastante. Película oscura y rara que logra casi todo lo que se propone de manera efectiva.

Ojometro:
*****

viernes, 30 de agosto de 2024

Crítica: Handling the Undead (2024)

Película basada en la novela del mismo nombre, la cual está dirigida por Thea Hvistendahl; quien es co-escritora del guión junto a John Ajvide Lindqvist. Se estrenó en cines dentro de Noruega y Suecia a inicios de 2024, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 6 de agosto.

Sinopsis:

En un día caluroso en Oslo, lo muertos misteriosamente se levantan y tres familias se ven envueltas en un caos cuando sus seres queridos fallecidos regresan. ¿Quiénes son ellos y qué es lo que quieren?


Comentarios generales:

Tras el reconocimiento que obtuvo por Let the Right One In, casi todo lo que haga John Ajvide Lindqvist es motivo de interés para muchas personas y cuando se supo que habría una nueva adaptación de otra de sus novelas la expectativa se fue hacia las nubes. Simplemente muchos esperaban ver una nueva obra maestra como la película sueca de 2008 que sacudió al cine de vampiros o por lo menos algo muy sólido como “Border”; sin embargo, Handling the Undead se queda muy lejos de eso.

Y es que Hvistendahl nos trae una historia con la que se toma muchas libertades y reta la paciencia del espectador de manera extrema al apostar por una experiencia más contemplativa que se aleje de los convencionalismos del cine de zombies, utilizando pocos diálogos y generando una atmósfera depresiva muy pesada que complemente el duelo de las tres familias centrales. Lo cual en el papel se escucha interesante y ciertamente durante los primeros 15/20 minutos el grado de efectividad en lo que propone es elevado, pero conforme transcurre el tiempo empieza a ser evidente que la propuesta carece de ideas para profundizar lo que ocurre.

Algo que se puede notar de manera más marcada durante el segundo acto una vez que los muertos vuelven a la vida debido a que el centro de atención no es el caos que esto genera, sino la respuesta tan blanda por parte de los familiares al ver a sus seres queridos de vuelta. Situación que hace que poco a poco el ritmo se vaya volviendo muy complicado de digerir ante el nulo interés por parte de la directora de mostrar algo de mayor intensidad, esperando siempre a que sea el conflicto interno por parte de los personajes el que cargue con todo el peso sin importar la acumulación de preguntas sin respuesta que esto va dejando en el camino y que ante la falta de tiempo difícilmente se podrán responder.

Simplemente todo es una depresión constante que no va a ningún lado, aunque también hay que decir que para la parte final se muestra un ligero interés por al menos dejar en claro que, en efecto, esta es una película de zombies.

Ofreciéndonos así los momentos más potentes del filme para confirmar lo que uno supone desde el primer instante en el que los muertos vuelven a la vida, pero una vez más esa obsesión por querer sustentar todo en base a lo emocional pone el freno de mano y nos deja con un desenlace frio que carece de verdadero impacto y por lo consiguiente solo provoca indiferencia.

En lo que respecta a las actuaciones tenemos a un elenco que cumple su propósito, aunque dada la naturaleza misma de la película tampoco es que tengan mucha oportunidad para destacar demasiado. Mientras que en producción se tienen cosas interesantes: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte discreta, el score es muy bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Handling the Undead está pasable. Película que requiere muchísima paciencia para poder conectar con lo que quiere contar.

Ojometro:
***

martes, 27 de agosto de 2024

Crítica: American Werewolf (2024)

Película escrita y dirigida por Rob Roy. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 28 de junio, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

El sheriff Sam Anderson (Russell Sage Patrick), quien está determinado a capturar a una salvaje criatura asesina dentro del tranquilo pueblo de Pinegrove, descubre algo impactante: puede que dicha criatura sea un hombre lobo y este se encuentra más cerca de lo que se imagina.


Comentarios generales:

A veces es complicado el poder entender cómo alguien invierte su dinero no tanto en producir una película, sino en distribuirla. Ya que al final de cuentas para llegar a esto uno tiene que ver el producto final en algún punto y honestamente cualquier persona con cierto criterio se puede dar cuenta que American Werewolf no es algo por lo que se le debería de cobrar a las personas por ver; de hecho, es algo a lo que difícilmente se le tendría que llamar película.

Ya que lo traído por Rob Roy es tan malo que ni siquiera me atrevería a compararlo con proyectos de estudiantes de cine, más bien lo haría con algunos videos de YouTube porque honestamente ese es el nivel que maneja. Lo cual se magnifica muchísimo más al tratarse de una historia sobre hombres lobo que por naturaleza necesita de ciertos valores de producción para ser funcional.

Y es que ni siquiera se trata de una cuestión de presupuesto (que es inexistente) sino que simplemente el director/creador no tiene mucha idea sobre cómo contarnos esto, esperando a que al insertar escena tras escena se genere cierto impulso y de ahí tratar de construir un misterio que en ningún momento el espectador puede tomar en serio ante la pobre calidad que lo rodea. Todo bajo un ritmo terrible que no ayuda en lo absoluto y una carencia total de emociones en lo que se supone es una situación apremiante, donde está en juego la vida de pobladores que van cayendo por medio de muertes pobremente elaboradas.

Aunque sin duda lo peor es el final, ya que en el afán de querer generar shock se recurre a una sorpresa que no tiene absolutamente ningún sentido y solo termina hundiendo mucho más lo que ya era un desastre total.

Las actuaciones son muy malas, la mayoría de los actores diría que son amateurs y el único que más o menos trata de hacer algo “profesional” es Russell Sage Patrick, pero sin buenos resultados. Mientras que en producción, tal como lo mencione antes, es peor que un proyecto de estudiante de cine: el trabajo de fotografía es terrible, la dirección de arte pobre, el score no tiene nada destacable, el trabajo de sonido es un desastre, los efectos parecen hechos con algún programa de Windows 98 y la labor de maquillaje es muy mala.

Opinión final: American Werewolf es atroz. De lo peor que he visto en mi vida y probablemente la peor película de la cual he escrito desde que existe el blog.

Ojometro: Cero estrellas

 

viernes, 23 de agosto de 2024

Crítica: Alien: Romulus (2024)

Película dirigida por Fede Álvarez (Evil Dead, Don’t Breathe), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Rodo Sayagues. Se estrenó en cines tanto en los Estados Unidos como en México el pasado 15 y 16 de agosto, recaudando hasta la fecha $121.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.  

Sinopsis:

Mientras hurgan en los escombros de una estación espacial abandonada, Rain (Cailee Spaeny) y un grupo de jóvenes colonos espaciales se encuentra cara a cara con la forma de vida más aterradora de todo el universo.


Comentarios generales:

Si bien la franquicia de “Alien” no ha sido tan explotada como algunas otras, lo cierto es que el llegar a una séptima entrega complica a cualquiera que pretenda hacer algo con esta y más tras unos 2010s que no dejaron del todo satisfechos a muchos fans con las películas ofrecidas. Por ello es que Alien: Romulus tenía un gran peso a sus espaldas debido a que daba la impresión de que, si no salían bien las cosas, la franquicia corría el riesgo de ser congelada por tiempo indefinido (al menos en cines); sin embargo, tras lo visto es claro que eso no va a ocurrir.

Ya que lo traído por Fede Álvarez regresa a las bases de las primeras dos películas para ofrecernos una historia que se sienta familiar pero a la vez tenga un aire de modernidad como para no caer en lo anticuado. Centrándose nuevamente en un desarrollo dentro de una nave con la se pueda replicar la estética característica de la franquicia, apostar más por un ambiente de peligro constante y lograr generar un tono oscuro que logre potenciar la amenaza que representa el Xenomorfo en todas sus facetas para que no quede relegado a un plano secundario.

Algo por lo cual realmente las acciones avanzan con relativa rapidez desde la primera media hora y gracias a eso ciertas cuestiones personales entre los personajes no son fastidiosas, dándole así el espacio necesario a la amenaza central mientras poco a poco se nos van presentando conexiones con otras entregas. Logrando con esto un buen ritmo que con el pasar de los minutos solo se vuelve más dinámico conforme el Xenomorfo va haciendo acto de presencia, añadiendo momentos de impacto necesarios y también brindándonos cierta información sobre su comportamiento o evolución que no habían sido expuestos en pantalla anteriormente, tales como la forma de detectar a sus presas o cómo madura tan rápido tras salir de su huésped.

Llevándonos así a un segundo acto que, además de estar lleno de sutiles referencias, también presenta un importante dilema entre Rain y su “hermano” Andy que añade un toque emocional a las cosas. Ayudando con esto a que cada momento de riesgo pueda contar con un nivel de tensión adecuado ante las decisiones que tiene que tomar el propio Andy por el bien de la humanidad y con ello se nos muestren algunas de las mejores escenas de acción que dejan en manifiesto el impecable aspecto técnico del filme.

Hasta ahí todo es sobresaliente, sin embargo, con la parte final puede que tengamos lo más divisivo. No tanto porque sea mala, sino porque lo presentado puede considerarse demasiado extravagante y diseñado para satisfacer teorías de los fans; aunque en general creo que es entretenida por la fuerza que le imprime a los minutos finales y porque le da cierta claridad a lo que Ridley Scott puso sobre la mesa con “Prometheus”.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que tenemos a un elenco sólido, no espectacular, pero si lo suficientemente competente para sobrellevar las cosas sin muchos problemas. Siendo Cailee Spaeny y David Jonsson (Andy) quienes más destacan por una peculiar relación de “hermanos” que en todo momento se ve puesta a prueba gracias a la naturaleza de ambos.   

Y en cuanto a la producción nos topamos con una factura de primerísimo nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son estupendos y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Alien: Romulus me gustó bastante. Película que regresa a las bases de la franquicia para ofrecer un espectáculo de gran nivel.

Ojometro:
*****

viernes, 16 de agosto de 2024

Pretty Little Liars: Summer School

El pasado 20 de junio finalizó Pretty Little Liars: Summer School, la segunda temporada de este spin-off de terror que en 2022 dejó un buen sabor de boca a pesar de estar rodeado de muchas dudas al provenir de una franquicia que no está ligada al género y que para esta ocasión llegaba probablemente con un poco más de expectativas precisamente por el recibimiento positivo. Algo que se traducía en mayor presión por darle buena continuidad a la historia y que han sabido solventa, aunque tal vez no con tanta efectividad como hace un par de años atrás.

Sobre el tema de los ratings es difícil saber números concretos al tratarse de una serie transmitida por Max y no se sabe si será renovada para una tercera temporada, pero por lo que ocurrió en el episodio final y algunas declaraciones de sus creadores (Roberto Aguirre-Sacasa y Lindsay Calhoon Bring), no sería raro que sucediera esto.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO

Los traumas de Imogen

Probablemente el punto más fuerte de Summer School fue la forma en la que manejaron a Imogen, ya que al darle seguimiento a los traumas provocados por todas las horribles experiencias que vivió se logra convertirla en un personaje mucho más interesante. No solo por la vulnerabilidad mental ante los ataques/amenazas que involucran a Bloody Rose, sino por las situaciones comunes que la hacen explotar y que van forjándole un carácter mucho más fuerte.


Buen manejo del misterio detrás Bloody Rose 

Si algo ha tenido la serie durante estas dos temporadas es que han sabido ocultar de manera efectiva la identidad de sus asesinos y aunque en Summer School descifrar el misterio es más sencillo, lo cierto es que logran tenerte con dudas la mayor parte del tiempo. Logrando así que sea complicado que pienses abandonarla por la simple curiosidad que te genera lo que ocurre.


Continuidad inmediata

Fue una agradable sorpresa ver que la segunda temporada literalmente arranca justo donde se quedó Original Sin, lo cual vuelve muy sencillo el poder involucrarte de lleno nuevamente con la historia y los personajes. Además de que esto ayuda a que la aparición de una nueva amenaza no se sienta forzada y pueda tener una conexión lo suficientemente sólida con “A”.


 Episodios imperdibles:

(1) Chapter Eleven: Spookyspaghetti.com
(3) Chapter Thirteen: Sweet Sixteen
(6) Chapter Sixteen: Hell House
(8) Chapter Eighteen: Final Exam


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LO NEGATIVO

Pocas muertes… otra vez 

Un problema que se tuvo en la primera temporada y que desafortunadamente se volvió a presentar en esta segunda fueron las pocas muertes en pantalla, algo que sin duda termina afectando debido a que estamos hablando de una serie slasher.

Lo peor es que en esta ocasión ni siquiera existió una verdaderamente significativa provocada por Bloody Rose y solo se limitaron a matar personajes de poca importancia o vil relleno. 


La iglesia/culto 

En los primeros episodios parecía que la subtrama de Kelly con esta iglesia/culto tendría mucha importancia; sin embargo, conforme pasaban los episodios se fue perdiendo y en realidad terminó quedándose más que nada como una ridiculez cuyo principal propósito fue ser la vía para mandar un mensaje de tolerancia que no estuvo mal, pero definitivamente no era lo que se esperaba.

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Opinión final: Summer School es cumplidora. Una segunda temporada que solidifica la existencia de la serie sin demasiados cambios y con una idea clara sobre cómo quieren contar su historia, a pesar de que por momentos se puede caer en cosas absurdas o de corte muy adolescente que pueden fastidiar a más de uno. 

martes, 13 de agosto de 2024

Crítica: Deadly Invitations (2024)

Película dirigida por Monika Mitchell, cuyo guión fue co-escrito por Miriam Lyapin y Helen Marsh. Se estrenó directamente en Tubi el pasado 9 de mayo, aunque no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una joven influencer se cruza con una invitación a una fiesta VIP que no era para ella y cae dentro del lado más oscuro de la industria, donde vale la pena matar para guardar los secretos. 


Comentarios generales:

Independientemente de la calidad de estas, lo cierto es que las películas de Tubi son una de las válvulas de escape para algún día que no pueda ver otra de mayor perfil por diversas circunstancias. Simplemente hay muchas opciones y eso es positivo, aunque también es verdad que lo más probable es que te encuentres con algo que apenas cumple con lo mínimo indispensable para considerarlo mirable y ese es el caso de Deadly Invitations.

Un thriller con el cual Mitchell no se rompe la cabeza y solo se limita a llevarlo de la manera más limpia posible debido a que en ningún momento se tienen intenciones de hacer algo que pueda trascender más allá del servicio de streaming gratuito. Poniéndonos frente a una historia cuyas intenciones son mostrarnos el lado oscuro del mundo del entretenimiento por medio de un misterio endeble cuyo sustento es una adolescente rebelde poco carismática, quien nos lleva a determinadas situaciones que no presentan nada interesante y solo tratan de añadir la cantidad de contenido suficiente como para que la primera mitad de la película no se sienta una total pérdida de tiempo.

Una tónica que se mantiene para la segunda mitad, aunque aquí tratan de elevar un poquito la apuesta al incrementar la sensación de peligro que viven tanto ella como su madre, lo cual ayuda a que por lo menos la amenaza resulte más sólida. Lo malo es que esto no se aprovecha de la mejor manera debido a que para este punto ya es muy obvio quién es el asesino y por lo consiguiente todo lo que ocurre se vuelve predecible, provocando así que cada nueva escena que lo involucre se sienta sin relevancia y gracias a eso la experiencia en general resulte increíblemente aburrida ante lo cansino del ritmo que se origina de forma natural.  

Algo de lo que probablemente se dieron cuenta dentro de la sala de edición porque para la parte final aceleran las acciones con la esperanza de ofrecer un desenlace ágil. Sin embargo, la manera en la que construyen lo que se supone es la situación más tensa de todas es terrible y lo que debería de ser un cierre caótico se queda como uno carente de emoción.

Las actuaciones son bastante pobres y probablemente lo único que más o menos sorprende es la presencia de Natalie Brown (Alex). Mientras que en producción tenemos lo esperado de las producciones de Tubi: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte muy básica, score genérico, el trabajo de sonido cumple y todo lo relacionado a efectos/maquillaje es ínfimo.

Opinión final: Deadly Invitations es mediocre. De esas películas desechables de la que no te acordarás en un par de días.

Ojometro:
**

viernes, 9 de agosto de 2024

Crítica: The Exorcism (2024)

Película dirigida por Joshua John Miller, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a M.A. Fortin. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de junio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $7.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Anthony Miller (Russell Crowe) es un actor con problemas que empieza a mostrar un comportamiento errático mientras se encuentra filmando una película de terror. Haciendo que su hija adolescente empiece a cuestionarse sobre si está recayendo en sus viejas adicciones o si hay algo más siniestro involucrado. 


Comentarios generales:

Creo que nadie se hubiera imaginado que un actor del calibre de Russell Crowe iba a tener durante su carrera una etapa de películas sobre exorcismos, mucho menos que una de esas películas estaría de algún modo ligada a “The Exorcist”. Y es que más allá de la presencia del actor australiano también contamos con un director cuyo padre es Jason Miller, actor quien le diera vida al personaje del Padre Karras y que indudablemente con The Exorcism pretende contarnos algo más introspectivo e íntimo que una simple película sobre posesiones.

Ya que lo traído por Joshua John Miller es una historia que en términos generales propone un análisis de la relación de Anthony con su hija Lee mientras tiene que interpretar a un sacerdote en un remake que claramente es The Exorcist, pero que por cuestiones legales aquí se le llama "The Georgetown Project”. Dejando en manifiesto el toque personal que durante el primer acto puede que no sea el más atractivo, aunque no tanto por lo que presenta, sino porque el ritmo que se utiliza para desarrollar este aspecto no es el más dinámico y además provoca que todo lo referente a la posesión quede un tanto relegado a situaciones poco atractivas.

Algo que cambia conforme se empieza a obtener un tono más oscuro y depresivo por medio del comportamiento errático de Anthony, el cual de manera un tanto endeble se trata de vender como una recaída pero sin que tenga que pasar demasiado tiempo para que resulte obvio sobre lo que verdaderamente es. Llevando a algunos jump scares efectivos y también a la construcción de ciertas escenas que añaden fuerza gracias a lo amenazante que puede llegar a ser el poseído; sin embargo, también se puede notar que durante este punto la película empieza a brincar entre secuencias que no se sienten del todo bien conectadas y poco a poco muchas cosas simplemente parecen no tener un propósito claro rumbo a la parte final.

Una que indudablemente es donde el director (o el estudio) optaron por hacer de esto algo más convencional y se meten de lleno a la posesión, así como al eventual exorcismo. Tratando de que exista la suficiente tensión para que este no sea aburrido ante la falta de elementos más espectaculares y de cierta manera logran su cometido, aunque sin evitar que el cierre te resulte poco relevante.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que Russell Crowe lo hace bien para lo que le dan, él es quien mantiene el interés por la película y su posesión es efectiva. Mientras que en producción la factura no está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: The Exorcism está pasable. Película con un trasfondo más interesante que lo que se ve en pantalla.

Ojometro:
***

martes, 6 de agosto de 2024

Crítica: Late Night with the Devil (2024)

Película dirigida por Cameron y Colin Cairnes (Scare Campaign), quienes además son los responsables del guión. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $12.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

El 31 de octubre de 1977 Jack Delroy (David Dastmalchian) conduce su show nocturno “Night Owls”, aunque desesperado por elevar su nivel de audiencia está dispuesto a ofrecer un especial de Halloween como ningún otro. Sin embargo, lo que no sabe es que está a punto de liberar algo maligno en las pantallas de todo Estados Unidos.


Comentarios generales:

Me atrevería a decir que Late Night with the Devil estaba dentro de los top 5 de películas de terror más esperadas de 2024 de una cantidad importante de fans y eso la colocaba en una de esas posiciones incomodas en las que las grandes expectativas eran su mayor enemigo. Algo que ciertamente se podía entender gracias a que lucía como una propuesta fresca con muchísimo potencial y que afortunadamente no decepciona, incluso teniendo cosas que pueden no resultar tan convincentes.

Y es que lo traído por los hermanos Cairnes es un found footage que se sale por completo de lo que estamos acostumbrados a ver con este subgénero al presentarnos una historia que no recurre a la vista en primera persona y sabe perfectamente como transportar al espectador a los años 70s por medio de una impecable ambientación que no se oculta bajo escenarios llenos de oscuridad.

Teniendo como eje principal a un personaje ambiguo como Jack Delroy, cuya historia de vida desde un inicio planta de manera inteligente mucha información para que las sensaciones con respecto al show siempre sean un tanto incomodas y por lo mismo cada momento “cómico” cuente con cierta oscuridad detrás, logrando así que se tenga desconfianza en nuestro protagonista. Quien a pesar de esto también puede caer bien por la forma en la que se desempeña como conductor y eso termina ayudando a que desde el primer acto el ritmo sea agradable mientras se nos presentan segmentos cuya función es más que nada mostrar algo de la inocencia en este tipo de programas por aquella época antes de que inicie el caos.

Y es que una vez que aparece Lilly el tono cambia por completo al volverse uno mucho más oscuro, ya que su mera presencia (o más bien, su mirada) hacen que cada situación incremente la sensación de incomodidad; especialmente cuando el demonio entra en juego. Esto porque sus interacciones con el propio Jack siempre guardan algún tipo de misterio que gracias a lo peculiar de ambos personajes nunca se puede descifrar por completo y más cuando durante el segundo acto hay un personaje (Carmichael Haig) que en todo momento se interpone para que existan dudas convincentes sobre si lo que ocurre en verdad es algún tipo de fenómeno inexplicable o si solo se trata de otro truco más para que varios de los involucrados puedan sacar ventaja profesional a expensas de la niña, lo cual hace que se sienta una tensión increíble durante el desarrollo del show.

Hasta este punto todo es impecable y de una nota altísima, pero es con la parte final donde las cosas toman un rumbo no tan satisfactorio. Acelerando totalmente el ritmo, optando por unos efectos visuales que chocan con la estética general y, sobre todo, dejando un desenlace que puede resultar muy extraño porque apuesta a la interpretación que el propio espectador le pueda dar basándose en la información mostrada en la introducción, sin que se llegue algo realmente convincente.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que David Dastmalchian está increíble, es probablemente la mejor actuación de su carrera al darle vida a un presentador carismático que al mismo tiempo guarda un lado más oscuro e incomodo impulsado por sus meras ambiciones personales. Además es bien complementado por secundarios geniales como Ian Bliss (Carmichael Haig), Rhys Auteri (Gus) y la perturbadora Ingrid Torelli (Lilly).

En cuanto a producción también tenemos una factura de gran nivel, salvo por un aspecto que puede ser polémico: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte fenomenal, el score es sólido, el trabajo de sonido limpio y la labor de maquillaje es efectiva. Sin embargo, es obvio que los efectos durante la parte final, ya fueran intencionales o no, se ven de baja calidad y desentonan por completo.  

Opinión final: Late Night with the Devil me gustó. Una propuesta fresca que por ciertas decisiones en su parte final no llega a lo más alto, pero que vale bastante la pena.

Ojometro:
****

viernes, 2 de agosto de 2024

Crítica: Pee Nak 4 (2024)

Producción tailandesa dirigida por Phontharis Chotkijsadarsopon. Se estrenó en cines dentro de Tailandia durante el mes de febrero, mientras que en varias partes del mundo hizo lo propio directamente en Netflix.

Sinopsis:

Tres amigos se encuentran investigando un antiguo templo localizado a las afueras de la ciudad. Sin embargo, este guarda una leyenda aterradora: cualquiera que desee ordenarse ahí como monje quedará maldito.


Comentarios generales:

En algún punto escuché sobre las películas de Pee Nak, pero la realidad es que nunca llamaron mi atención y las dejé pasar. Sin embargo, ante la facilidad de poder ver esta cuarta entrega gracias a Netflix decidí darle una oportunidad a la franquicia debido a que por algo sigue en pie, simplemente era un buen momento para hacerlo; aunque al final lo que aprendí es que es poco probable que vuelva a ver otra de sus entregas.

Ya que lo presentado por Chotkijsadarsopon es una comedia de terror que desde los primeros cinco minutos pondrá a prueba tu paciencia por el humor que maneja, el cual es demasiado simplón y no se acopla para nada con el drama que va adherido a la leyenda. Provocando con esto que básicamente se sienta como si estuvieras viendo dos películas distintas que se intercalan una a la otra y por lo mismo no es sencillo que las acciones puedan tener un ritmo fluido porque siempre existe un cambio brusco con respecto a la dinámica, haciendo que sea complicado el poder involucrarte de lleno con la historia del templo que se supone tiene un mayor peso.

La cual se te va contando de forma muy cortada y con poco tiempo para que la tragedia logre tener un factor emocional decente como para que se puedan construir momentos interesantes con algo de fuerza. Y lo peor es que los pocos que más o menos logran serlo se terminan perdiendo entre segmentos de comedia que no solo es que no aporten nada, sino es que además se vuelven cansinos ante la repetitividad que manejan.

Situación que hace de la transición del segundo acto a la parte final sea sumamente pesada, esto a pesar de que se empiezan a añadir elementos un poco más fantasiosos con el propósito de hacer del desenlace algo más espectacular. Aunque en realidad, si bien se puede decir que es lo mejorcito del filme, lo cierto es que este nunca logra alcanzar un nivel de intensidad necesaria como para dejar una sensación positiva a largo plazo.

Las actuaciones son muy malas, algunas rayando en lo ridículo justificándose en la comedia y las que tratan de ser más serias son extremadamente planas. Mientras que en producción las cosas no están tan mal: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el score genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son de baja calidad y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Pee Nak 4 es mala. Comedia de pobre calidad que tal vez solo sea apta para aquellos que tienen más conocimiento de la franquicia.

Ojometro:
**

lunes, 29 de julio de 2024

Crítica: The Forbidden Play (2023)

Película dirigida por Hideo Nakata (Ringu, Sadako), cuyo guión fue co-escrito por Karma Shimizu y Noriaki Sugihara. Se estrenó en cines dentro de Japón a finales de 2023, mientras que en México hizo lo propio el pasado 18 de julio.

Sinopsis:

Después de que una esposa y madre amorosa de nombre Miyuki (Uika First Summer) muere de forma trágica, su pequeño hijo trata de revivirla con un conjuro de resurrección. Pero lo que en teoría es un inocente deseo pronto despertará a un monstruo vengativo cuya atención parece estar en la joven Hiroko Kurasawa (Kanna Hashimoto).


Comentarios generales:

Cuando las leyendas sacan un nuevo trabajo considero casi como una obligación el tener que verlo, ya que al final de cuentas estamos hablando de personajes que construyeron el camino para lo que es el cine de terror en la actualidad. Sin embargo, a pesar de la idolatría que uno pudiera llegar a tener, también hay que aceptar que varios de estos personajes con el pasar de los años se han ido quedando rezagados con su visión y The Forbidden Play es uno de esos claros ejemplos.

Y es que lo traído por Hideo Nakata desde un inicio se siente como algo que debió de haber salido hace 20 o 25 años atrás cuando el terror japonés estaba viviendo su mayor auge dado a que la historia nos recordará a algunas otras que ya hemos visto, pero con una falta de creatividad en cuestiones básicas que termina afectando el producto general. Sobre todo durante un primer acto que se siente demasiado apresurado ante la falta de profundización en ciertos detalles importantes y por unos saltos de tiempo que solo ocasionan que las cosas no puedan avanzar con mayor fluidez dado a que se muestran dudas con respecto a qué personajes darles importancia.

Por si esto no fuera suficiente, también se tiene que lidiar con elementos un tanto excéntricos que proporcionan un humor involuntario que desentona por completo con el tono más oscuro que se quiere manejar; aunque también es cierto que para el segundo acto ya existe una línea más clara sobre hacía donde van las cosas.

Algo que no es tan positivo como parece debido a que es aquí cuando se quiere desarrollar el principal misterio de una forma exprés y por lo consiguiente cada nuevo detalle que se revela resulta más incoherente que el anterior, además de que los intentos por tratar de generar tensión no son muy efectivos y realmente para la parte final lo único a lo que se aspira es que la rareza de la amenaza sea suficiente como para olvidar todo lo anterior.

Objetivo que tampoco se logra, pero al menos son en estos minutos finales donde se puede encontrar lo más “entretenido” gracias al pobre trabajo de efectos y porque todo es demasiado absurdo. Dejándonos así ante un desenlace que, a pesar de que si cuenta con un poco más de intensidad, lo cierto es que es vacío y sin consecuencias importantes.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que por algunos momentos Kanna Hashimoto tiene ciertos destellos considerando que su personaje es el menos plano de todos, pero en general lo que vemos es mediocre. Aunque definitivamente la del niño es la que simple y sencillamente no querrán recordar por lo mala que es.

Sobre la producción tenemos una factura muy estándar del cine japonés de antaño: el trabajo de fotografía es efectivo, la dirección de arte básica, el score no está mal, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son muy buenos y la labor de maquillaje resulta genérica.

Opinión final: The Forbidden Play es decepcionante. Película del montón que se quedó con ideas del pasado.

Ojometro:
**

martes, 23 de julio de 2024

Crítica: The Inheritance (2024)

Película dirigida por Alejandro Brugués (Juan of the Dead), cuyo guión fue co-escrito por Chris LaMont y Joe Russo. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de julio, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En la víspera de su cumpleaños 75, un multimillonario invita a sus distanciados hijos a reunirse en su casa ante la sospecha de que algo o alguien intentarán matarlo. Poniendo en juego su herencia para asegurarse de que todos ayuden a mantenerlo con vida.


Comentarios generales:

No es común que Netflix deje un proyecto a medio camino debido a que es un servicio que todo el tiempo se encuentra en búsqueda de contenido sin importarle demasiado tener un control de calidad tan alto, así que cuando se supo que ya no distribuirían The Inheritance honestamente me esperaba lo peor. Aunque al final el resultado es más digerible de lo que se pudiera llegar a pensar.

Más que nada porque lo ofrecido por Brugués es una historia muy simple que no pretende ofrecer más de lo que debe y eso se deja en claro desde un primer acto que no contiene nada particularmente llamativo, donde el principal objetivo es establecer el total distanciamiento entre los hermanos y definir conflictos que añadan ciertas dudas con respecto a sus motivaciones para aceptar la invitación. Mientras que al mismo tiempo y de forma sutil se trata de generar una atmósfera un tanto tétrica con la que se pueda ir integrando el tema sobrenatural que poco a poco va ir tomando el mando.

Algo que provoca que el ritmo no sea el más ágil, pero una vez que el peligro empieza a manifestarse de manera constante esto cambia y las cosas se vuelven más agradables, impulsado principalmente por el fatal destino de los hijos. Lo cual ayuda a incrementar el nivel de intensidad sin que se requiera demasiada violencia y, sobre todo, se pueda contar con una dinámica bastante caótica que no permite que existan pausas que pudieran afectar el incremento del ritmo; aunque también hay que decir que por algunos momentos esto puede generar confusión en lo que respecta a la distribución de la propia mansión y cómo los personajes se mueven dentro de esta considerando que hay varias escenas donde corren de un punto a otro.

Llevándonos así a una parte final que presenta un giro que en realidad no es tan sorprendente, pero al menos termina dándole sentido a las cosas. Lo malo es que lo que hay detrás de este no recibe la profundización que debería y en términos generales diría que se siente algo hueco, teniendo como consecuencia un desenlace que, si bien no lo encontré aburrido o malo, si carece de la potencia necesaria para tener el impacto que debería.

Con respecto a las actuaciones no hay mucho para destacar realmente, tal vez la presencia Rachel Nichols (Madeline) o Briana Middleton (Hannah) es lo que más llama la atención pero tampoco es nada como para echar fuegos artificiales. Mientras que en producción tenemos algo decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sólida, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien cuidados (salvo por un breve momento con CGI al final) y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: The Inheritance está pasable. De esas películas desechables para perder el tiempo y olvidarla en un par de días.

Ojometro:
***

viernes, 19 de julio de 2024

Crítica: I Saw the TV Glow (2024)

Película escrita y dirigida por Jane Schoenbrun (We're All Going to the World's Fair). Se estrenó de manera limitad en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 17 de mayo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un adolescente de nombre Owen (Justice Smith) solo trata de sobrellevar la vida en los suburbios cuando una compañera lo introduce a una misteriosa serie de TV nocturna con una visión supernatural del mundo. Provocando que frente al brillo del televisor su visión de la realidad empiece a quebrarse.


Comentarios generales:

No suelo juzgar las películas solo por su trailer, pero en el caso de I Saw the TV Glow era prácticamente imposible no hacerlo gracias a que era muy evidente hacia donde estaba dirigida narrativamente y a qué tipo de público quería llegar. Algo que no me resultaba particularmente llamativo al punto de que por un momento pensé en dejarla pasar; sin embargo, al final decidí darle una oportunidad y… terminé encontrando más cosas negativas que positivas.

Ya que lo traído por Schoenbrun en realidad apuesta mucho por lo visual y lo sonoro para tratar de ocular su falta de sustancia o elementos que la liguen de manera considerable al terror, lo cual ciertamente le funciona durante los primeros 15/20 minutos al presentar una historia de corte adolescente que podrá generar en el espectador algunos recuerdos de épocas donde todo era más simple cuando tenía un show de TV con el cual distraerse, pero una vez que trata de elaborar las cosas más a profundidad se pierde el rumbo por completo.

Ocasionando así que desde muy temprano la experiencia se vuelva cansina al tener que lidiar con un protagonista que no te transmite nada a pesar de que sufre de experiencias complicadas y porque todo lo referente a su amistad con Maddy es tratado de una forma muy vaga. Aderezado con algunos diálogos terribles y bajo un tono predominantemente depresivo que tampoco añade demasiado a la experiencia. 

Además, por si esto no fuera suficiente, lo relacionado al show de TV poco a poco va perdiendo relevancia y jamás logran solidificar la idea detrás de este al pasársela jugando con las dudas con respecto a si guardaba algún tipo de elemento supernatural o no.

Por todo lo anterior la película llega muy débil a su parte final y esta tampoco cuenta con lo necesario como para proponer una mejora significativa. En especial porque el trasfondo sobre la identidad de género no resulta demasiado convincente y porque el desenlace está construido para que cada quien le dé su propia interpretación, algo que en si no es malo, pero en este caso solo empeora las cosas ante lo vacía que es la historia.  

En cuanto a las actuaciones Justice Smith hace lo que tiene que hacer, pero en ningún momento su personaje te provoca algo y eso resulta problemático durante todo el metraje. Mientras que en producción tenemos sin duda sus mayores fortalezas: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte cumple, el soundtrack es muy bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son simples y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: I Saw the TV Glow es decepcionante. Película divisiva y aburrida que probablemente resuene de distintas formas dependiendo de cada quien.

Ojometro:
**

martes, 16 de julio de 2024

Crítica: MaXXXine (2024)

Película escrita y dirigida por Ti West (The Innkeepers, X). Se estrenó en cines tanto en los Estados Unidos como en México el pasado 5 de julio, recaudando hasta la fecha $14.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En el Hollywood de los años 80s, la estrella de filmes para adultos y aspirante actriz Maxine Minx (Mia Goth) finalmente obtiene el papel que tanto ha anhelado. Pero mientras un misterioso asesino serial pone de cabeza a la ciudad, un rastro de sangre amenaza con revelar su siniestro pasado.


Comentarios generales:

La trilogía de X debe de ser uno de los proyectos más peculiares que se hayan dado dentro del género en los últimos años, ya que se combinaron un estudio y un director con visiones/estilos poco amigables para el público mainstream con una apuesta que bien pudo haber fracasado desde un inicio. Sin embargo, ante todo pronóstico eso no sucedió e incluso logró captar miradas fuera de la burbuja de fans del cine de terror para poner a MaXXXine en una posición envidiable y que creo supo aprovechar lo mejor que pudo.

Esto porque para el cierre de su trilogía Ti West apostó por los excesos del Hollywood de los 80s esperando atraer más miradas y sobre todo para volver a las raíces slasher de “X”, pero bajo un enfoque distinto en el que Maxine se vuelve la víctima a pesar de que sigue siendo un personaje siniestro cuya única meta es volverse famosa a como dé lugar. Utilizando a la propia ciudad como un personaje más que la envuelve no solo en el ambiente de excesos que rodeaban la industria en ese entonces, sino también en un ambiente hostil en el que su pasado la alcanza por medio de un detective privado y un asesino serial que la van acorralando por medio de situaciones que la involucran directa o indirectamente.

Ocasionando así que la primera mitad de la película no sea tan brutal como uno esperaría, aunque afortunadamente nunca se vuelve aburrida y gracias a la atmósfera que se logra generar siempre existe una sensación de riesgo palpable que ayuda a magnificar el peligro que representa el asesino para nuestra protagonista. Quien poco a poco se empieza a desestabilizar mentalmente y se vuelve algo vulnerable, pero no al grado de dejarla como alguien débil para que así empiece a resolver sus problemas de la única manera que sabe y con ello incrementar la intensidad conforme se va entrando a la parte más violenta.

Llevándonos así a unos 20 minutos finales que sin duda generarán opiniones divididas porque, si bien contienen momentos de shock y sangre, lo cierto es que se siente un tanto forzado lo que ocurre. Tal vez no en cuanto a las motivaciones que hay detrás, sino más bien porque quien lo planea no es un personaje tan relevante para este punto y simplemente no logra proporcionar ese gran impacto que debería, provocando que el desenlace no sea el más memorable para el cierre de una trilogía.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que Mia Goth vuelve a hacer un buen trabajo, no con un nivel de trastorno tan elevado como en Pearl, pero manteniendo una línea similar con un personaje más exótico como Maxine. Mientras que Kevin Bacon (John Labat) esta genial como secundario con un personaje exótico y patético que deja su huella.

En cuanto a producción contamos con una buena factura en general: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: MaXXXine me gustó. Buen cierre para la trilogía, aunque tal vez no sea tan controvertida como se esperaba.

Ojometro:
****

viernes, 12 de julio de 2024

Crítica: Sting (2024)

Producción australiana escrita y dirigida por Kiah Roache-Turner (Wyrmwood: Road of the Dead). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de abril, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 30 de julio.

Sinopsis:

Después de haber criado en secreto a una muy inteligente y talentosa araña, Charlotte (Alyla Browne) tiene que enfrentar las consecuencias sobre su nueva mascota y pelear por la supervivencia de su familia cuando la que alguna vez fue una encantadora criatura se transforma en un monstruo gigante come carne.


Comentarios generales:

No me atrevería a decir que las películas de arañas están viviendo un nuevo auge, pero por lo menos este año han vuelto a entrar en la conversación tras varios años en el olvido y eso es algo positivo. Por ello es que Sting era una propuesta que llamaba mi atención y siendo una producción australiana tenía la esperanza de ver mucha sangre, cosa que al final no se dio; sin embargo, a pesar de eso me he pasado un buen rato.

Ya que lo traído por Kiah Roache-Turner apuesta por una historia de criaturas gigantes mucho más ligera sin caer precisamente en la comedia y desde muy temprano lo deja en claro, aunque eso no evita que la primera media hora sea poco interesante. Sobre todo porque más allá de la presentación de un grupo de personajes un tanto pintorescos realmente existen pocas cosas para destacar y la mayoría tienen que ver con el comportamiento de la propia araña, a la que tratan de establecer como una criatura “encantadora” por medio de situaciones que claramente no reflejan eso, pero para una niña como Charlotte resultan cool y por lo consiguiente se crea cierto vinculo que lleva a problemáticas familiares que serán importantes en el desarrollo.

Gracias a esto no es sino hasta entrados en el segundo acto cuando las cosas toman mejor forma al ver de lo que es capaz la araña, llevando a escenas cuyo nivel de violencia no es tan elevado pero sirven perfectamente en su propósito de mostrar lo peligrosa que es incluso sin ser todavía tan enorme. Todo bajo un ritmo agradable que se mantiene estable mientras vemos situaciones de riesgo que probablemente no son tan impactantes a nivel visual, más si logran generar el caos necesario para que esto no se vuelva aburrido y se pueda dejar todo preparado para una parte final un tanto predecible.

Algo que en definitiva pudo haber sido un problema mayor, sin embargo, se muestra la habilidad suficiente para que esta sea dinámica e incluso cuente con un poco más de sangre. Proporcionando así un cierre con la potencia necesaria como para que no te resulte indiferente.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que se tiene un elenco competente, todos hacen bien su trabajo y eso ayuda a que las cosas caminen de manera efectiva la mayoría del tiempo. Mientras que en producción también tenemos buenas cosas: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Sting está divertida. Película simple para pasar el rato durante cualquier día de la semana.

Ojometro:
***