miércoles, 16 de julio de 2025

Crítica: Livestream (2025)

Película escrita y dirigida por Victor Soares. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de influencers se instalan en una supuesta casa embrujada para poder filmar contenido en vivo para su audiencia. Sin embargo, estando ahí pronto se darán cuenta que los sustos son más reales de lo que anticipaban y con cada nueva revelación su lucha por sobrevivir la noche se vuelve más intensa.


Comentarios generales:

La semana pasada escribía sobre que incluso el found footage ha tenido que ir evolucionando de a poco para no volverse obsoleto, eso forma parte de la naturaleza misma del cine, aunque es evidente que su margen de maniobra puede que no sea tan amplio como ocurre con otros subgéneros. Por ello es que no es de extrañar que ahora muchos recurran al streaming como punto base de sus proyectos debido a que es lo que predomina en la actualidad; sin embargo, tal como lo demuestra Livestream, este tiene sus propias desventajas.

Ya que si bien lo traído por Soares logra de manera impecable venderte la idea de que se trata de una transmisión en vivo sin cortes gracias a un muy buen trabajo de fotografía, lo cierto es que le cuesta mucho el poder construir una historia que mantenga al espectador interesado más allá del aspecto técnico. Apostando a que un conjunto de personajes con personalidades extravagantes puedan ocultar la carencia de ideas para desarrollar las acciones de una manera más o menos ágil.

Y es que una vez que se termina la novedad inicial y el “chat en vivo” deja de importarte, la verdad es que no pasa mucho y uno se puede dar cuenta rápidamente hacia dónde va esto. Lo cual convierte la experiencia en una demasiado aburrida con la que no solo tienes que aguantar dramas absurdos repetitivos, sino que el comportamiento infantil de este grupo de amigos jamás logra generarte empatía hacía ellos y ante eso, cuando inicia el caos, realmente no sientes ningún tipo interés por saber si podrán salir con vida; ni siquiera cuando se toma una decisión arriesgada que al menos añade cierto shock rumbo a la parte final.

Una que jamás sabe aprovecharlo porque lleva el problema por el rumbo menos arriesgado de todos, quitándole así las pocas dosis de tensión que se habían logrado generar y poniéndonos frente a una serie de decisiones ridículas con las que solo se pierde el tiempo hasta que llega un cierre abrupto que bien podría llevar a una continuación si así lo decide el creador.  

Sobre las actuaciones hay que decir que pueden llegar a fastidiar, pero lo cierto es que en parte ese es el propósito al tener varios personajes obsesionados con la fama y en ese sentido cumplen. Mientras que en producción es evidente que hay una cosa que resalta por encima del resto: el trabajo de fotografía es muy interesante, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje realmente no presenta mucha complejidad.

Opinión final: Livestream es decepcionante. Found footage aburrido del que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**