viernes, 30 de junio de 2023

Crítica: Unseen (2023)

Película dirigida por Yoko Okumura, cuyo guión fue co-escrito por Salvatore Cardoni y Brian Rawlins. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 7 de mayo, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando Sam (Jolene Purdy) recibe una llamada de una mujer casi ciega de nombre Emily (Midori Francis) que se encuentra huyendo de su ex novio en el bosque, ella tendrá que ser sus ojos por medio de una videollamada para lograr que pueda sobrevivir.


Comentarios generales:

Si Unseen hubiera salido hace un par de años atrás probablemente su concepto resultaría muy novedoso, sin embargo, en 2022 vimos que “See for Me” manejó uno similar y por lo consiguiente dicha novedad se quedó sin el peso que debería. Algo que la dejaba en una posición compleja considerando que esa era su carta más fuerte de presentación y lo que la diferenciaba del resto de películas este año, aunque al final esa perdida no le ha afectado en lo más mínimo para que sea bastante disfrutable.

Y es que lo traído por Okumura no huye al momento de tomarse libertades para hacer que esta historia funcione considerando que su premisa, si bien es factible, también necesita un poco de creatividad extra para que no te aburra a los 10 minutos de haber iniciado y es en base a eso con lo que se va construyendo una experiencia caótica desde su inicio. Manteniendo la información más básica posible para que la comunicación entre Sam y Emily refleje mucha espontaneidad durante un primer acto que establece un ritmo ágil sin demasiados contratiempos al ir intercalando momentos que muestren el peligro bajo el que se encuentra una y la extravagancia que rodea a la otra.

Una combinación que funciona bastante bien dado a que la dinámica que se imprime hace que en todo momento esté ocurriendo algo y existan pocos tiempos muertos, logrando así que la tensión este a tope durante la mayor parte del metraje. Sobre todo durante un segundo acto en el que también se integran ciertos toques de comedia por medio de un personaje secundario que se encuentra en conflicto con Sam y lleva a extremos absurdos ciertas situaciones que terminan funcionando para generar mayor apremio desde ambos lados de la llamada y con ello exponer la idea de que siempre van a existir factores externos que pueden arruinarlo todo en cualquier momento, sin importar que tan bien coordinadas se encuentren ambas protagonistas.

Gracias a esto se llega a la parte final con una sensación de peligro elevada y el caos en pantalla se incrementa de una manera que no te esperas, lo cual puede resultar un tanto absurdo por cómo se da, pero no afecta realmente el desenlace. Siendo este uno muy estándar que no arriesga demasiado y se va con el librito para poder cerrar las cosas de manera adecuada.

De las actuaciones hay que mencionar que nos encontramos ante un elenco reducido, siendo evidentemente Midori Francis y Jolen Purdy quienes más destacan al mostrar una buena química a pesar de que nunca están juntas en el mismo lugar. Aunque también hay que darle su mención especial a Missi Pyle (Carol) con su rol secundario de clienta psicópata que te saca alguna que otra carcajada por su comportamiento.

En cuanto a producción se nota que no hubo tanto presupuesto, pero tiene buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo sonido es limpio, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Unseen me gustó. Película efectiva que no trata de hacer más de lo que debe para lograr entretenerte.

Ojometro:
****

martes, 27 de junio de 2023

Crítica: Tin & Tina (2023)

Producción española escrita y dirigida por Rubin Stein. Se estrenó en cines dentro de España a finales de marzo, mientras que en el resto del mundo lo hizo directamente en Netflix el pasado 26 de mayo.

Sinopsis:

Después de sufrir un aborto, Lola (Milena Smit) y su esposo Adolfo (Jaime Lorente) adoptan a un par de hermanos de nombre Tin y Tina que cuentan con una educación ultra católica que hace que interpreten todo lo que dice la Biblia de manera literal. 


Comentarios generales:

El que Netflix siga apostando por proyectos de terror dentro de su medianía generalizada no es algo que me moleste, pero claramente cada nueva película o serie que sacan te genera más dudas que la anterior y mucha gente ya no les compra tan fácil sus propuestas. Dejándolas en una situación un tanto complicada que provoca que muchas de estas pasen sin pena ni gloria, algunas de manera injusta y otras de manera más merecida, tal como es el caso de Tin & Tina.

Y es que lo traído por Stein es otro de esos casos en los que una idea que funciona para un cortometraje no se puede trasladar de la mejor manera a un largometraje, a pesar de que hay elementos que podrían hacer suponer que es posible. Sobre todo durante un primer acto en el que la rareza de Tin y Tina es muy llamativa por la forma en la que interpretan la vida fuera del orfanato gracias a sus creencias religiosas, generando así una serie de sensaciones muy particulares que inmediatamente te ponen en alerta sobre sus acciones y con ello se inserta rápidamente la duda sobre si lo que hacen es producto de su ingenuidad o porque son malvados por naturaleza.

Construyendo en base a eso algunas escenas perturbadoras que dejan en claro la peligrosidad de estos hermanos, pero una vez que pasa ese efecto de shock inicial las cosas poco a poco van decayendo porque la manera de desarrollar la historia no es la más atractiva. Esperando a que lo mismo funcione en repetidas ocasiones para tratar de sostener un drama que gradualmente se empieza a sustentar en un conflicto marital con el que jamás se puede notar una fricción lo suficientemente convincente y que para empeorar las cosas termina viéndose opacado por otro acontecimiento importante cuya finalidad es, una vez más, regresar a la fórmula de la ambigüedad con respecto a las acciones de los niños.

Ante esto el filme se alarga de más (dura casi dos horas) y se vuelve aburrido, dejándonos así una parte final que tiene que ir cuesta arriba para tratar de cerrar de la mejor manera todo esto. Algo que intenta por medio de un plano secuencia que está bien hecho y proporciona cierta tensión, aunque en realidad no termina por darle al desenlace ese extra para poder redondear la experiencia y que esta resulte decente.

En lo que se refiere a las actuaciones quienes más destacan son los pequeños Anastasia Russo (Tina) y Carlos González Morollón (Tin), ellos son los que generan los momentos más perturbadores del filme con una “inocencia” que puede dejar helado a más de uno. Mientas que Smit y Lorente terminan resultando demasiado odiosos con unos personajes tan planos que nunca logran crear una dinámica lo suficientemente interesante con los extraños niños.

La producción no está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es funcional, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje no es nada fuera de lo normal.

Opinión final: Tin & Tina es aburrida. Película con algunos detalles positivos cuya idea base no le permite demasiado.

Ojometro:
**

viernes, 23 de junio de 2023

Crítica: The Wrath of Becky (2023)

Secuela dirigida por Matt Angel y Suzanne Coote, quienes comparten créditos como co-escritores del guión junto a Nick Morris. Se estrenó en VOD el pasado 26 de mayo dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 8 de agosto.

Sinopsis:

Dos años después de haber escapado del violento ataque a su familia, Becky (Lulu Wilson) quiere reconstruir su vida. Sin embargo, cuando por cuestiones del destino un grupo llamado “Noble Men” entran a la casa donde vive y se llevan a su perro, esta tendrá que regresar a sus viejos hábitos para recuperarlo. 


Comentarios generales:

“Becky” de 2020 es una película a la que describí en su momento como la “Home Alone del cine de terror” debido a que realmente lo que importaba era ver a la protagonista haciéndole la vida imposible a los villanos. Todo bajo una propuesta simple que funcionaba y realmente no parecía que tuviera más tela de donde cortar; sin embargo, The Wrath of Becky demuestra que el tiempo de vida de cualquier proyecto cinematográfico en la actualidad se puede extender con tan solo unos ligeros cambios.

Y es que lo traído por Angel y Coote ahora lo describiría como la “John Wick del cine de terror”, no solo por la cuestión del perro, sino porque en realidad el concepto es incluso más simple que el de la entrega anterior y claramente tiene el propósito establecer al personaje de Becky como una antiheroína en toda la regla. Lo cual hace que la historia en si no sea tan relevante porque en general todo lo que ocurre es predecible y desde muy temprano uno se puede dar cuenta hacia dónde va el asunto, brindándole con esto un ritmo ágil al filme que encaja perfectamente con la idea de no profundizar demasiado en los eventos traumáticos que han marcado a nuestra protagonista, sino darle más importancia a lo que puede llegar a hacer después de andar reprimiendo sus instintos violentos durante un par de años.

El problema es que el lapso de tiempo entre el detonante de su furia y su revancha es muy largo, provocando con esto que las cosas se vuelvan un tanto aburridas durante el segundo acto porque los villanos no son muy interesantes y se plantea una situación con una clara agenda política que, al menos durante ese momento, se siente fuera de lugar. Aunque afortunadamente una vez que inicia la violencia se recompone el camino y lo que ocurre en pantalla no decepciona debido a que existen escenas con un buen impacto visual para dejar en claro lo peligrosa que es Becky y a la misma vez también muestran que todavía no es alguien infalible para tratar de equilibrar ligeramente la balanza en la parte final.

Una que trata de generar un mayor nivel de tensión al ponerla en una situación de riesgo que en parte funciona, pero el hecho de que los villanos sean tan poco interesantes termina por hacer que estos minutos no sean los más emocionantes. Dejando con esto un desenlace en el que ocurre lo esperado y, sobre todo, se presenta algo destinado a expandir la franquicia probablemente fuera del género de terror.

Sobre las actuaciones, nuevamente este es el show de Lulu Wilson y la chica vuelve a cumplir con este rol sin demasiados problemas para que el personaje de Becky siga creciendo en el gusto del público. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es muy elaborada, el score cumple, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: The Wrath of Becky está entretenida. Secuela de poca duración para pasar el rato y ver violencia.  

Ojometro:
***

martes, 20 de junio de 2023

Crítica: Pollen (2023)

Película escrita y dirigida por D.W. Medoff. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de que uno de sus colegas abusara de ella, Hera (Ava Rose Kinard) empieza a vivir una pesadilla en su trabajo soñado mientras trata de asimilar la situación. Y para empeorar las cosas un misterioso monstruo en forma de árbol la empieza a atormentar en todos lados.


Comentarios generales:

Una vez más nos topamos con Gravitas Ventures y creo que todos saben que eso por lo regular significan malas noticias por su cuestionable historial desde hace ya varios años atrás. Sin embargo, en el caso de Pollen genuinamente parecía que traían una propuesta interesante que se atrevía a hablar de un tema que nunca debe ignorarse y eso le daba cierta relevancia dentro del mundillo del cine independiente, aunque al final se ha quedado muy corta de lo que verdaderamente podría haber logrado.

Y es que si bien lo traído por Medoff no es terrible si lo comparamos con otras películas de la distribuidora, lo cierto es que su crítica sobre el acoso/abuso laboral hacia las mujeres no es suficiente como para hacer que trascienda y mucho de eso se debe a que le cuesta trabajo el poder encontrar un balance adecuado al integrar los elementos de terror sobrenaturales sin que estos se sientan un tanto fuera de lugar. Sobre todo porque la historia en general es simple y no exige darle demasiadas vueltas al asunto; en especial cuando el primer acto está centrado en el sufrimiento de nuestra protagonista tras su experiencia y cómo esta le afecta en absolutamente todos los aspectos en su vida de forma intempestiva.

Lo cual te da las bases para empezar a ver un comportamiento extraño de su parte y por lo consiguiente la presencia del hombre árbol en pantalla, pero una vez que esto se da las cosas simplemente avanzan dando saltos de un lado a otro sin profundizar demasiado en las situaciones presentadas. Posicionando a Hera como alguien mentalmente inestable cuyas acciones complican el poder estar en sintonía con ella y gracias a eso todas las injusticias que tiene que enfrentar terminan por no tener la fuerza que deberían, además de que todo lo relacionado al monstruo se vuelve demasiado ambiguo en el afán por querer darle una doble interpretación a todas las escenas que se construyen a su alrededor.

Provocando con esto que el visionado se vaya haciendo pesado ante el poco avance convincente que existe, al grado de que para cuando se llega a la parte final ya es prácticamente imposible rescatarlo. Esto a pesar de que es en esta parte donde existe el mayor nivel de intensidad y locura, pero al sentirse todo tan hueco realmente da igual lo que ocurra y más con un cierre que se deja abierto a la interpretación. 

Sobre las actuaciones en realidad todo recae en Ava Rose Kinard y esta simplemente no da el ancho para el papel debido a que en los momentos de mayor drama no te hace sentir tanta empatía por ella, mientras que en los de locura llega a ser incluso algo caricaturesca. Y en lo que se refiere a la producción las cosas no están mal considerando su presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es genérico, el trabajo de sonido es limpio, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es de buena calidad. 

Opinión final: Pollen es decepcionante. Película con temática relevante que simplemente jamás logra ser explotada de la mejor manera.

Ojometro:
**

martes, 13 de junio de 2023

Crítica: The Boogeyman (2023)

Película dirigida por Rob Savage (Host), cuyo guión fue co-escrito por Scott Beck, Bryan Woods y Mark Heyman basándose en un cuento de Stephen King. Se estrenó en cines tanto en los Estados Unidos como en México el pasado 1 de junio, recaudando hasta la fecha $40.9 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Mientras se encuentran lamentando la trágica muerte de su madre, Sadie (Sophie Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Vivien Lyra Blair) se ven atormentadas por una sádica presencia en su propia casa y ambas sufren para que su dolido padre les crea antes de que sea demasiado tarde.


Comentarios generales:

Vivimos en una época en la que estamos expuestos a tantas cosas gracias al internet que realmente resulta complejo que algo que generaba miedo hace varias décadas atrás lo logre actualmente y más cuando se tratan de conceptos simples como el que maneja el cuento de Stephen King. Simplemente los tiempos cambian y por ello es que The Boogeyman me resultaba una película con la cual no sabía cómo reaccionar, sobre todo después de que pasó de ser un proyecto para streaming a uno para cine, pero al final me he llevado un grato sabor de boca.

Y en gran parte se debe a que lo traído por Savage en ningún momento trata de hacer más de lo que su historia le permite, manteniendo la simpleza en un concepto que ataca los miedos más elementales del ser humano cuando se encuentra en su niñez, pero también añadiendo cierta profundidad por medio del duelo que viven Sadie y su padre. Lo cual ayuda a que desde el primer acto se cuente con la atmósfera depresiva ideal para jugar con la presencia de The Boogeyman, insertando ciertas dudas con respecto a su existencia por medio de situaciones que pueden vender la idea de que en realidad todo lo extraño que ocurre bien pudiera ser producto de la mala suerte o principalmente del trauma por perder a un ser querido.

Dudas que evidentemente se disipan con el pasar de los minutos y ya para cuando llega el segundo acto está bien establecido lo que ocurre, dando paso a la construcción de escenas que exploten el tema de la oscuridad para ir elevando el nivel de tensión de una manera por demás efectiva debido a que el trabajo de fotografía y el uso de jump scares están muy bien cuidados para solidificar el nivel de peligro ante el que están expuestas las hermanas. Aunque también hay que decir que en un punto el ritmo decae un poco cuando se trata de mostrar más sobre el sufrimiento de Sadie y lo compleja que es su relación con sus amigas, dejándonos algunas situaciones que no encajan del todo con la dinámica general del filme.

Algo que por suerte no afecta una parte final que es realmente buena, no solo porque el tono se vuelve todavía más tétrico, sino también porque se puede ver un incremento en la violencia. Brindándole así un desenlace que maneja cierta espectacularidad sin dejar de lado el concepto de la oscuridad y con ello hacer de The Boogeyman una amenaza con la que se pueda tener muchísima explosividad durante el cierre.

Sobre las actuaciones la verdad es que Sophie Thatcher lo hace bastante bien, ella es el alma de la película, tiene buena química con Vivien Lyra Blair y carga las cosas más complejas sin demasiados problemas. Aunque también vale la pena mencionar las breves apariciones de David Dastmalchian (Lester Billings) y Marin Ireland (Rita Billings), quienes logran manifestar una paranoia muy fuerte que ayuda a establecer al monstruo como algo de mucho cuidado.

Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido resulta espectacular, los efectos son de buen nivel y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: The Boogeyman me gustó. Película simple pero efectiva en lo que propone y te hace pasar un buen rato.

Ojometro:
****

sábado, 10 de junio de 2023

Crítica: Unwelcome (2023)

Producción irlandesa dirigida Jon Wright (Tormented), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto con Mark Stay. Se estrenó en cines dentro de Irlanda y Reino Unido durante el mes de enero, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 9 de mayo.

Sinopsis:

Maya (Hannah John-Kamen) y Jamie (Douglas Booth) son un matrimonio que huye de su pesadilla urbana hacia la tranquilidad de los campos irlandeses mientras esperan el nacimiento de su hijo. Aunque estando ahí se toparán con una extraña creencia local sobre la presencia de duendes malvados que viven en el bosque justo detrás de su jardín. 


Comentarios generales:

Gracias a la franquicia de Leprechaun se tiene una imagen muy específica de los duendes dentro del cine de terror, pero lo cierto es que estas criaturas ofrecen una amplia gama de opciones en cuanto a su diseño para contar todo tipo de historias que pueden ir desde unas muy sangrientas hasta otras cómicas. Siendo esto último probablemente lo que menos buscaba ser Unwelcome, aunque por determinadas circunstancias es lo que termina haciéndola una experiencia que vale la pena.

Y es que lo traído por Jon Wright lo calificaría como divertido antes que cualquier otra cosa y mucho de esto se debe a que la propia historia es tan exagerada que al espectador no le queda más remedio que relajarse para disfrutar del viaje.

Uno que en el papel parece muy simple con este matrimonio que vive con sus propios miedos por su futura paternidad y ataques que ponen en riesgo sus vidas, pero que en realidad esconde alguna que otra crítica social bajo la extravagancia de todo lo que les ocurre por medio de situaciones incomodas con los personajes secundarios. Quienes básicamente están diseñados para hacerles la vida imposible y con ello plantear desde temprano la duda sobre si los peligros que corren en verdad tienen que ver con criaturas fantasiosas.

Todo bajo un ritmo ágil que no da respiro y que ayuda a que los problemas existenciales de los protagonistas no resulten tediosos hasta que hagan aparición los duendes, quienes una vez que los vemos en pantalla cambian por completo la dinámica de las acciones y el propio tono de la película de manera un tanto involuntaria porque realmente es imposible no reírse de estos debido a que su diseño hace difícil que los puedas tomar en serio.

Lo cual le añade muchísimo a la parte final gracias a que dicho look contrasta demasiado con lo sumamente violentos que son y todo el gore que traen consigo, logrando así una combinación extraña que de algún modo funciona. Sobre todo porque esto hace que el desenlace contenga un nivel de violencia e impacto que no te esperas, además de que se establece cierta ambigüedad con respecto a su verdadera naturaleza y eso hace que el mismo cierre también resulte peculiar.

De las actuaciones hay que decir que todos están bien, Hannah John-Kamen y Douglas Booth tienen buena química y la mayoría de los extravagantes actores secundarios ayudan a solidificar su posición de pareja temerosa. Mientras que en producción hay buenas cosas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien cuidados y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Unwelcome está entretenida. Película para pasar el rato e incluso reírse bastante, sobre todo con la última media hora.

Ojometro:
***

martes, 6 de junio de 2023

Crítica: Malum (2023)

Reboot/remake dirigido por Anthony DiBlasi (Cassadaga, Last Shift), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Poiley. Se estrenó en VOD y formato digital el pasado 18 de mayo dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jessica Loren (Jessica Sula) es una oficial de policía novata que pide el último turno para vigilar la antigua estación de policía en un intento desesperado para descubrir la misteriosa conexión entre la muerte de su padre y un peligroso culto.


Comentarios generales:

No es muy común que sea el propio director quien decida hacer un reboot de una película suya en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre todo porque existen ciertas reglas no escritas sobre la temporalidad para que esto se dé. Siendo el caso de Sam Raimi con "Evil Dead 2" el otro que se me viene a la mente en estos momentos, aunque en aquella ocasión se trató de un remake y secuela a la vez.

Ante esto evidentemente Malum se convirtió en uno de los proyectos más interesantes de 2023 debido a que la película original de 2015 (Last Shift) en general no era una a la que le urgiera una nueva versión. Sin embargo, ante la posibilidad de tener más presupuesto entiendo perfectamente por qué DiBlasi y Poiley se atrevieron a realizar una movida como esta, simplemente era una oportunidad única para expandir su propia idea que no podían dejar pasar y la verdad no la han desaprovechado.

Ya que aunque no llega a los niveles de la original, lo cierto es que en está ocasión DiBlasi tiene la oportunidad de profundizar un poco más en una historia que sigue manteniendo su base intacta y de hecho durante la primera media hora la diferencia es mínima, pero ahora le proporciona al personaje de Jessica un mayor contexto sobre su vida para que el espectador pueda sentir empatía hacía ella. Siendo esto un punto a destacar porque la manera en la que se establece la conexión de su familia con el culto es más directa y eso hace que resulte un poco más comprensible sin que se pierda ese lado críptico en determinadas escenas que lo usan para ir estableciendo el aspecto tétrico de la película.

La cual ciertamente avanza a un ritmo bastante agradable durante la primera hora al combinar imágenes y sonidos que ayudan a envolverte por completo en lo que estás viendo, lo cual tiene como consecuencia que varios de los jump scares cuenten con un buen nivel de efectividad y con ello la tensión sea elevada. Aunque también llega un punto en el que se nota cierto sobreuso de estos para tratar de maquillar el hecho de que lo referente al culto no está tan bien estructurado como se pensaba y empieza a caer en situaciones un tanto absurdas que no parecen tener un propósito claro o simplemente no encajan del todo con la dinámica general.

Algo que afortunadamente no afecta a una parte final que es probablemente mejor que la versión original y no porque mantenga la gran revelación mejor guardada (que no es el caso), sino porque es mucho más intensa y oscura. Llevando el tema satánico a otra escala a base de violencia y sangre que ayudan para que el desenlace cuente con el gran impacto que se necesitaba.

Las actuaciones son buenas y sin duda Jessica Sula tiene mucho merito por cargar con una historia que depende prácticamente en un 95% de ella para poder funcionar. Mientras que en producción si se nota que hubo mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Malum me gustó. Por ciertos detalles prefiero la versión de 2015, pero este reboot vale mucho la pena.

Ojometro:
****

viernes, 2 de junio de 2023

Crítica: The Black Demon (2023)

Co-producción mexicana/estadounidense dirigida por Adrian Grunberg, cuyo guión fue co-escrito por Carlos Cisco y Boise Esquerra. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de abril y en México hizo lo propio el pasado 25 mayo, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 11 de julio.

Sinopsis:

Paul Sturges (Josh Lucas) lleva a su familia de paseo a México para inspeccionar una plataforma petrolera de su empresa. Aunque al llegar ahí se dará cuenta que todo está abandonado y las pocas personas que quedan se encuentran aterradas por la presencia de un enorme tiburón que forma parte de una leyenda mexicana.


Comentarios generales:

Uno de mis placeres culposos son las películas sobre tiburones, simplemente se me hacen entretenidas a pesar de lo absurdas que muchas veces pueden llegar a ser. Así que cuando supe de The Black Demon rápidamente llamó mi atención porque se veía como otro de esos trabajos para pasar un buen rato; sin embargo, una vez terminada te queda claro que aquí había otro propósito que termina por afectar el resultado final.

Y es que lo traído por Grunberg en el fondo es más que nada una crítica hacia los problemas medioambientales creados por el hombre y solo utiliza al tiburón como excusa para poder llevar su mensaje a un público más grande. Lo cual no está mal, pero en realidad esto hace que las cosas en general se sientan sin mucha relevancia dentro de una historia muy básica en la que los primeros 25 minutos son más de relleno que otra cosa; en donde se trata de establecer toda la cuestión de la leyenda sin que esto resulte demasiado atractivo y dejando que gran parte del peligro que vive la familia en este lapso sea en base a estereotipos que no llevan a nada.

Afortunadamente cuando el tiburón hace acto de presencia existe una ligera dosis de adrenalina que ayuda a elevar el ritmo, lo malo es que esa es la única ocasión que lo vemos en todo su esplendor porque ya estando ubicados en la plataforma petrolera las cosas se vuelven más dramáticas al centrarse en la no tan perfecta vida familiar. Algo que no es que haga las cosas insufribles, pero sí que por grandes lapsos tengamos que lidiar más con las rabietas de Paul que con momentos que exploten a la amenaza, además de que poco a poco todo el tema ligado a la leyenda se va enredando hasta quedar en un sinsentido cuyo aporte es prácticamente nulo.

Llevándonos así a una parte final que trata de darle redención al protagonista y en base a eso crear conciencia por el medioambiente. Provocando así un desenlace con un mayor nivel emocional, aunque sin lograr que la acción con el tiburón sea memorable y por lo consiguiente se quede mucho más marcada la sensación de que realmente su presencia para contar esto no era necesaria.

Las actuaciones no están mal con un Josh Lucas que por momentos puede fastidiar un poco, pero que se encuentra con buenos contrapesos en Fernanda Urrejola (Ines) y Julio Cesar Cedillo (Chato) en escenas clave. Mientras que en producción encontramos una factura de buen nivel: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son discretos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Black Demon es decepcionante. Película del montón sobre tiburones que es mejor verla cuando inevitablemente salga en TV.

Ojometro:
**