lunes, 30 de abril de 2018

Crítica: The Lodgers (2018)


Película dirigida por Brian O'Malley (Let Us Prey) y escrita por David Turpin. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos al pasado 23 de febrero, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1920, dentro de la Irlanda rural, los gemelos Rachel (Charlotte Vega) y Edward (Bill Milner) conviven con extrañas fuerzas dentro de la enorme mansión que les heredaron sus fallecidos padres. Ambos tienen que seguir estrictas reglas para no correr peligro, pero cuando ella se enamora de un joven del exterior se desencadenarán una serie de mortales eventos.



Comentarios generales:

Cualquier película sobre grandes mansiones con un estilo gótico siempre va a llamar mi atención, incluso si ya sé de antemano más o menos cómo va a desarrollarse debido a que todas estas suelen tener una estructura similar (incluso nombres que casi siempre inician con “The”). Es por eso que tenía bastante interés en The Lodgers, se le notaba cierto potencial, pero al final solo se trata de un trabajo decente que nunca logra llegar a niveles mucho más importantes.

En gran medida porque O’Mailley nos regala una historia con tintes sobrenaturales que también se centra mucho en los deseos sexuales reprimidos de un par de hermanos y eso provoca desde temprano cierto conflicto al balancear lo que ocurre en pantalla. Ya que por un lado sabemos perfectamente las reglas por las cuales este par de personajes están “malditos” y en base a estas se logran construir una serie de eventos interesantes que añaden un misterio sólido, pero por el otro nos presentan una parte amorosa que en todo momento se siente un tanto hueca debido a que los personajes secundarios que se encuentran fuera de la mansión en general solo están de adorno con alguno que otro dialogo genérico y por ello resulta complicado desarrollar situaciones de interés.

Esto hace que el ritmo de la película sea uno no precisamente cansino, pero si demasiado pausado; provocando lapsos en los que no se siente que ocurra algo relevante y ante eso mejor se opte por explotar el aspecto visual en exteriores o dentro de la mansión. Aunque afortunadamente las cosas mejoran con el pasar de los minutos cuando se empieza a hacer presente la cuestión del incesto y todo lo que se construye a su alrededor para irle dando más relevancia al personaje de Edward, así como a los elementos sobrenaturales para generar cierto nivel de suspenso.

La parte final está bien. Ya para este punto resulta claro cuál es la apuesta principal y el tono es lo suficientemente oscuro como para hacer perturbador lo que hay detrás de la maldición, además de que me agradó que no se fueran por un desenlace precisamente feliz.

Las actuaciones no están mal, Charlotte Vega hace un buen trabajo cargando el peso de la película y Bill Milner, aunque exagerado por momentos, resulta un complemento adecuado para ella (aunque el que la aparición de David Bradley fuera tan irrelevante me decepcionó). En el tema de la producción es sin duda donde más destaca: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es sólida, el score resulta agradable, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos no son precisamente los más llamativos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Lodgers está ok. Una película estándar de mansiones embrujadas para ver cuando no se tenga nada que hacer.

Ojometro:
***

viernes, 27 de abril de 2018

Crítica: Bad Apples (2018)


Película escrita y dirigida por Bryan Coyne (Infernal). Se estrenó en VOD durante el mes de febrero y su salida en formato físico se dio el pasado 2 de abril.

Sinopsis:

Es la noche de Halloween y una mujer embarazada es asesinada en su casa, aunque sus gemelas logran sobrevivir. Ahora, quince años después, esas dos adolescentes deciden aterrorizar al pueblo donde viven; en especial a sus nuevos residentes.



Comentarios generales:

Si hay un subgénero con el cual suelo ser más permisivo de lo normal es con el slasher, ya que la naturaleza misma de estos filmes lo exige en muchas ocasiones gracias a que su fórmula no ha sufrido una gran evolución desde 1997. Al final de cuentas uno sabe qué es lo que va a ver; sin embargo, incluso con esta actitud permisiva siempre existirán trabajos con los cuales simplemente es imposible encontrar algo positivo y Bad Apples es uno de estos.

Algo que la verdad no me sorprendió demasiado considerando que el trabajo anterior de Coyne también fue bastante malo por razones similares que tienen que ver mucho con el hecho de no saber cómo contar la historia. Lo cual resulta bastante evidente desde temprano al no presentar absolutamente nada que justifique el comportamiento de las gemelas y mejor dar paso a una serie de escenas enfocadas en la nueva pareja del vecindario que generan gran desgaste gracias a sus absurdos diálogos y solo sirven para consumir tiempo mientras ocurre algo relevante.

Y cuando me refiero a relevante más que nada es a muertes que siguen un mismo patrón, las cuales pretenden homenajear en cierta medida a Halloween pero nunca logran siquiera presentar un nivel de impacto decente porque se sienten como algo completamente aislado del conflicto central y tampoco es que tengan mucho que destacar en el aspecto visual. Todo avanza sin ningún tipo de conexión, solo son situaciones que pasan y ya; de hecho, la propia dinámica dentro de la casa principal se limita a cosas básicas que hacen de este conflicto uno muy anti climático e incluso por momentos demasiado ridículo.

La parte final tampoco tiene mucho sentido. Sin duda presenta el momento más llamativo en cuanto a muertes se refiere, pero ni siquiera con esto se logra generar potencia para el desenlace y este empeora cuando se incluye una coda que pretende limpiar el desastre tratando de aclarar sin éxito alguno lo que no supieron explicar durante 75 minutos.

Las actuaciones son malas, no terribles, pero si malas; aunque mucho tiene que ver el hecho de que los actores no cuentan con prácticamente nada para ofrecer algo mirable. La producción también deja mucho que desear: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte arcaica, el score es probablemente lo mejor a pesar de ser repetitivo, el trabajo de sonido es espantoso y los efectos son básicos.

Opinión final: Bad Apples es una aberración. Uno de los peores slashers que he visto y eso no es poca cosa.

Ojometro:
*

martes, 24 de abril de 2018

Crítica: The Executioners (2018)


Película escrita y dirigida por Giorgio Serafini, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en DVD y formato digital el pasado 27 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Cuatro amigas van a pasar un fin de semana en una casa en el lago, pero pronto terminan siendo rehenes de tres intrusos enmascarados. Aterradas y víctimas de las perversiones de estos, ellas pelearán por sus vidas; incluso si eso significa el tener que cruzar la línea hacia la oscuridad.



Comentarios generales:

Uno siempre está abierto a ver cualquier tipo de películas mientras se tenga una razón más o menos sólida para hacerlo. En el caso de The Executioners esa razón era, según palabras del director y la gente detrás de la raquítica promoción, el mostrar a personajes femeninos de una manera distinta a los estereotipos conocidos; sin duda algo interesante considerando los tiempos en los que vivimos, pero al final nunca pude encontrar nada de eso.

Esto gracias a que Serafini nos trae una película de invasión/violación/venganza que realmente no hace nada distinto a otros trabajos con una temática similar e incluso me atrevería a decir que al menos durante los primeros 25 minutos no sabía exactamente que hacer antes de recurrir al impacto fácil. Ya que realmente lo que ocurre en este lapso es demasiado aburrido y, con excepción de un detalle ligado a unos flashbacks, nada termina teniendo un peso significativo en el desarrollo de la historia; simplemente son eventos random ideados para consumir tiempo hasta que ocurra algo relevante.

Lo cual se da llegando al segundo acto y con ello vemos el primer indicio de que estas chicas no son las típicas victimas debido a que su reacción ante la situación es bastante inteligente; sin embargo, eso solo dura un par de minutos para darle paso al tema de la violación. Un aspecto que la verdad nunca termina por sentirse como algo orgánico debido a que solo se utiliza para generar morbo (hay un striptease que ejemplifica a la perfección esto) y no tanto para desarrollar una situación que por su misma naturaleza proporcione potencia al filme en todos los sentidos; especialmente cuando se hace la transición al tema de la venganza.

La parte final presenta un giro que no me tomó demasiado por sorpresa considerando ciertas situaciones previas, pero tampoco ayuda a mejorar el producto en general. Se siente demasiado absurdo y deja como algo muy vacío las decisiones tomadas por este grupo de chicas.

De las actuaciones no tengo demasiada queja, no son nada para presumir pero tampoco es que exista algo terrible con estas. La producción es discreta: el trabajo de fotografía está ok, el score  tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido tiene ciertos altibajos y los efectos con los que cuenta son demasiado simples.

Opinión final: The Executioners es bastante mediocre. Una película que terminará perdida en el olvido en un par de meses.

Ojometro:
**

viernes, 20 de abril de 2018

Crítica: Demon House (2018)


Documental escrito y dirigido por Zak Bagans (Ghost Adventures). Se estrenó en VOD el pasado 16 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico o si será transmitido en algún canal de TV.

Sinopsis:

El investigador paranormal Zak Bagans decide hacer un documental sobre uno de los casos sobre posesiones más autentificados en la historia de los Estados Unidos. Aunque gracias a eso la vida de sus colaboradores y la suya cambiarán para siempre.



Comentarios generales:

Cualquier cosa que haga Zak Bagans siempre será recibida con muchísimas dudas debido a que, si no eres fans de sus shows, difícilmente lo puedes tomar en serio. Al final de cuentas la efectividad de sus proyectos recae en gran medida en si eres creyente o no de todo el tema paranormal, lo cual no es mi caso y por ello no tenía grandes expectativas con Demon House; un documental que cuando terminas de verlo solo te quedas con la impresión de que fue un episodio más de Ghost Adventures con más presupuesto.

Y es que más allá de que el caso que se investiga es un poco más interesante de lo habitual debido a la información que existe sobre este, lo cierto es que en ningún momento esa ventaja se ve explotada por parte del creador. Quien presenta puras coincidencias como eventos que supuestamente fueron provocados por “fuerzas malignas” y no les da seguimiento por medio de una investigación más profunda; además de que no puede presentar a la afectada principal escudándose convenientemente bajo el discurso de que alguien más compró los derechos de su historia y ella tiene prohibido hablar del tema.

En realidad la ley del mínimo esfuerzo se ve aplicada aquí con unas recreaciones de los sucesos que dejan mucho que desear, entrevistas muy básicas y una pobre construcción de la historia que, más que intrigar al espectador, solo lo aburre. En especial porque empiezan a presentar cosas que se alejan del elemento central y poco a poco van haciendo más parecido esto a un show de TV que a un documental.  

Gracias a esto cuando se llega a la parte final uno ya se encuentra fastidiado y nada mejora al ver que el propio Bagans es quien se vuelve el centro de atención al encerrarse por una noche en la casa y así tratar de generar algo de suspenso sin buenos resultados. Lo cual solo deja como desenlace un supuesto daño en sus ojos (sin presentar ninguna prueba que lo confirme) y la destrucción de la casa sin aclarar absolutamente nada de lo que lo que fue presentado.  

En cuanto a producción si se nota que hubo algo más de presupuesto: la edición es efectiva, la iluminación es la adecuada durante todo el documental, el score no está nada mal y el trabajo de sonido es bastante limpio.

Opinión final: Demon House es un mal documental. Un programa extendido de Ghost Adventures que probablemente solo les agrade a quienes son fans de Bagans.

Ojometro:
**

martes, 17 de abril de 2018

Crítica: Terrifier (2018)


Película escrita y dirigida por Damien Leone (All Hallow’s Eve). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos en el mes de marzo, mientras que su salida en DVD se dio durante el pasado 9 de abril.

Sinopsis:

Un maniático payaso aterroriza a tres jóvenes y a todo aquel que se cruce en su camino durante la noche de Halloween.



Comentarios generales:

Cuando salió All Hallow’s Eve hace cinco años atrás mencione que Art the Clown tenía el potencial para convertirse en un personaje de culto y claramente su creador pensaba algo similar, ya que desde entonces hizo todo lo posible para mantener vivo el recuerdo de este perturbador personaje cada que podía. Gracias a esto era inevitable que algún día viéramos una película enfocada en él, era un paso lógico y con Terrifier se da; aunque de una manera extremadamente básica.

Ya que lo que presenta Leone es un slasher hecho y derecho con el cual no pretende contar algo elaborado ni nada similar, sino más bien brindarle la mayor exposición posible a su asesino. Lo cual hace de manera directa, sin entrar en demasiados detalles (no hay historia de origen) y presentando rápidamente el escenario base para su gorefest por medio de un par de chicas con las que se construyen unas interacciones iniciales ciertamente divertidas gracias al contraste entre los personajes; brindándole así los primeros momentos a este payaso para que con solo unas expresiones haga sentir incomodidad y posteriormente muestre la brutalidad que se manejará por el resto del metraje.  

Todo avanza según lo que uno espera durante al menos 40 minutos sin problemas, ya que la dinámica es agradable, las muertes son gráficamente impactantes (especialmente hay una que involucra una sierra de mano espectacular) y en general la atmósfera resulta bastante tétrica. Sin embargo, una vez pasado este lapso de tiempo la película se empieza a volver pesada; no tanto por la falta de violencia, sino porque llega un punto en el que la simplicidad se vuelve un problema.

Simplemente al carecer de una trama con un poco más de sustancia el director se ve obligado a ir añadiendo cosas que se sienten forzadas y realmente no aportan nada significativo más allá de muertes. Ocasionando con esto que las cosas empiecen a caer en una evidente repetitividad que ni siquiera ciertas escenas extravagantes pueden disimular y que con el paso de los minuto hace que por momentos la experiencia sea un tanto aburrida.   

La parte final no está mal. El enfrentamiento decisivo es bien manejado para que no resulte tan cargado de un solo lado y además mantiene las dosis de sangre elevadas; aunque también dejará a más de uno algo confundido con respecto a lo que realmente es Art the Clown.

En las actuaciones quien resalta es David Howard Thornton, quien ahora es el encargado de darle vida al payaso y no decepciona al mantener por medio de expresiones faciales y puro lenguaje corporal la esencia totalmente creepy de tan peculiar asesino. La producción es de buena factura para el presupuesto ínfimo con el que contó: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho, el score tiene un aire ochentero agradable, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje es impecable y los efectos prácticos están realmente bien hechos en la mayoría de los casos.

Opinión final: Terrifier es aceptable. Un gorefest en toda la regla que se debe de tomar como eso y no esperar nada más.

Ojometro:
***

viernes, 13 de abril de 2018

Crítica: Apartment 212 (2018)


Película dirigida por Haylar García (An American Terror), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jim Brennan y Kathryn Gould. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 16 de marzo, mientras que su salida en formato físico está planeada para el 15 de mayo.

Sinopsis:

Jennifer (Penelope Mitchell) es una pueblerina que quiere empezar una nueva vida en la gran ciudad después de dejar atrás una relación abusiva. Lo único que quiere es la oportunidad de rehacer su vida, pero resulta difícil cuando algo empieza a comérsela todas las noches mientras duerme.



Comentarios generales:

Este es uno de esos casos en los que una película empieza a hacer ruido pero de la noche a la mañana desaparece del mapa, por lo cual realmente no sabía mucho sobre esta. Peor aún, por motivos que desconozco se le cambió el nombre (anteriormente se llamaba Gnaw) y con eso se generó cierta confusión con Apartment 212 al no saber exactamente sobre lo que trataba. Confusión que irónicamente terminó beneficiándola debido a que este es un trabajo del cual, mientras menos sepas, mejor.

Y no tanto porque se trate de una historia complicada con la cual García y los demás creadores pretendan tener en duda constante al espectador, sino más bien porque se trata de una bastante simple que difícilmente emocionará a varios si saben de qué va. Sobre todo porque esta es una de esas que se construyen a un ritmo lento y donde durante al menos los primeros 30/35 minutos ni siquiera parece una película de terror al enfocarse plenamente en los problemas de Jennifer y lo difícil que puede llegar a ser la transición que pretende hacer con su vida, dejando solo unos cuantos detalles expuestos sobre lo que puede venir más adelante.

Ya para el segundo acto es cuando las cosas empiezan a tomar un rumbo relativamente claro y, sobre todo, se trata de construir cierto misterio con respecto a lo que ocurre con Jennifer; lo cual es en gran medida en lo que se sustenta el resto de la película al saber cuál es el medio que lo provoca, pero no tener idea sobre exactamente qué. Una situación que ayuda sin duda a generar un escenario depresivo para nuestra protagonista; sin embargo, esto no es suficiente como para poder elevar a otro nivel las acciones debido a que nunca existen demasiados momentos de suspenso que puedan hacer sentir a lo que sea que la afecta como algo aterrador y porque, más allá de unos dibujos o un pedazo de papel, nunca existe demasiada profundización al respecto.

La parte final presenta una revelación que resulta sorpresiva, aunque también con esto se genera cierto humor involuntario que hace se sienta un tanto fuera de lugar considerando que el tono manejado previamente cambia por completo. Realmente parece que estás viendo un homenaje a Critters y, si bien no daña mucho el desenlace, nunca se te quita la sensación de que terminaste viendo algo ajeno.

En las actuaciones Penelope Mitchell no lo hace mal, su deterioro resulta creíble y es capaz de expresar bastantes emociones como para hacer que te involucres con su situación. La producción no es nada del otro mundo: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es discreta, el score resalta poco, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien para lo que son y la labor de maquillaje resulta efectiva.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos y otra post-créditos

Opinión final: Apartment 212 está ok. Ciertamente no será del agrado de todo el mundo pero difícilmente se puede decir que sea mala o una pérdida de tiempo.

Ojometro:
***

lunes, 9 de abril de 2018

Crítica: A Quiet Place (2018)


Película dirigida por John Krasinski, quien además de ser uno de los protagonistas también coparte créditos como co-escritor del guión junto a Bryan Woods y Scott Beck. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México (así como en otros tantos países) este fin de semana pasado, recaudando hasta el momento $71.2 millones en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

La familia Abott se ve forzada a vivir en total silencio para mantenerse oculta de unas misteriosas y peligrosas criaturas que se guían por el sonido.



Comentarios generales:

Desde que salió el primer trailer se notaba que podía haber algo especial aquí, sin embargo, el nombre de Platinum Dunes es algo que siempre me generará dudas y por eso fui al cine con ciertas reservas. Al final de cuentas también había un director debutante involucrado y la idea central resultaba muy riesgosa; detalles a considerar sin duda, pero que una vez que empezaron a salir los créditos finales ni me acordé de estos debido a que A Quiet Place es una tremenda película de principio a fin.

Y es que en su debut en cine Krasinski nos trae un trabajo que, a pesar de sustentarse en el silencio, logra tocar temas como las relaciones familiares o los miedos de los padres por el futuro de sus hijos de manera contundente mientras construye una experiencia increíblemente inquietante por medio de un escenario catastrófico que pone en riesgo a esta familia en todo momento. Aquí realmente desde el primer minuto los niveles de tensión son altísimos debido a que cada situación, sin importar lo simple que sea, puede representar la muerte para cualquiera de los personajes y gracias esto la sensación de peligro se encuentra presente en todas sus acciones.

Una situación que obliga a que el desarrollo no sea tan caótico como uno pudiera pensar al tratarse esencialmente de una historia de monstruos; de hecho, se podría decir que el ritmo es algo pausado, pero esto no afecta en lo absoluto el visionado porque realmente las cosas nunca se vuelven aburridas. Ya sea por ver cómo esta familia se adapta a su situación bajo un miedo terrible, la increíble atmósfera desoladora presentada o porque el director va insertando por medio de un gran timing momentos de agobio complementados con sustos fáciles que funcionan a la perfección y evitan que el espectador pueda relajarse en exceso.

En general  es de esos ejemplos en donde menos es más, aquí todo se encuentra dosificado de tal manera para que cada aparición de las criaturas se sienta como algo relevante e impactante. Mucho más cuando el nivel de violencia o sangre es mínimo.

De la parte final no quiero hablar mucho, pero es muy buena. La intensidad que maneja es de destacar y, una vez más, la sensación de peligro vuelve a ser altísima mientras se le da más tiempo en pantalla a las criaturas. Aunque lo verdaderamente destacado es lo emocional que resulta el desenlace; uno que además no se va por el camino feliz y opta por seguir con el tema de la supervivencia a toda costa.

Las actuaciones son estupendas, tanto Emily Blunt como Krasinski y ambos niños son capaces de expresar muchísimas cosas sin decir una sola palabra; además de que tampoco caen en la exageración al momento de hacerlo. Su relación se siente muy cercana, en todo momento notas su sufrimiento y eso hace que te involucres de manera importante con lo que les ocurre.

En lo que se refiere a la producción también es de nota bastante alta: cuenta con un gran trabajo de fotografía, la dirección de arte está bien cuidada, el score es muy bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje realmente presenta poco.   

Opinión final: A Quiet Place es una gran película. Una experiencia única que tiene absolutamente todo para volverse referente no solo de este 2018, sino de la década.

Ojometro:
*****

viernes, 6 de abril de 2018

Crítica: Inoperable (2018)


Película dirigida por Christopher Lawrence Chapman, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jeff Miller. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de febrero.

Sinopsis:

Amy (Danielle Harris) se despierta dentro de un hospital que ha sido evacuado ante la inminente llegada de un huracán. Su instinto rápidamente le dice que tiene que escapar lo antes posible, pero pronto se dará cuenta que eso no será tan fácil como parece y podría quedar atrapada para siempre.



Comentarios generales:

Hay veces que a los estudios les conviene sacar una película justo después de algún otro trabajo exitoso para poder aprovecharse de la inercia positiva que dejó este, pero también hay veces en la que esa puede llegar a ser una muy mala decisión. Siendo esto último lo que ocurrió con Inoperable, una película cuya fórmula fue utilizada hace algunos meses atrás con resultados positivos (Happy Death Day) y que ahora en 2018 simplemente se siente como un pobre intento de explotación fácil sin gran calidad.

Lo cual es bastante sorpresivo considerando que los elementos para ofrecer algo entretenido estaban ahí, sobre todo porque Chapman nos trae una historia que, si bien se sustenta en la repetitividad, esta no sigue el patrón de presentar exactamente los mismos eventos una y otra vez. Aquí desde un inicio queda claro que cada nueva experiencia por parte de Amy tendrá algo distinto por medio de pequeñas acciones suyas o por su interacción con otro par de personajes que en gran medida sirven para alejar esa sensación de que te encuentras viendo exactamente lo mismo (estos a veces no la recuerdan o aparecen en lugares distintos), brindándole así una dinámica agradable que logra generar dudas sólidas con respecto a la situación.

Lo malo es que dicha dinámica dura muy poco gracias a que a partir de cierto punto el guionista/director se empieza a enfocar en eventos complejos que la mayoría de las veces quedan parados como relleno y no tanto como piezas importantes con las cuales el espectador pueda ir atando cabos por su cuenta. Una situación que provoca un tedio enorme y hace que la película se empiece a sentir excesivamente larga sin razón; en especial cuando la propia frustración de los personajes se traslada a uno mismo por el hecho de no tener nada con que sentirse involucrado ante tanto relleno disfrazado de escenas de impacto o infinitas persecuciones en los pasillos del hospital.

Todo lo anterior hace que al llegar a la parte final ya no te importe nada y vaya que termina afectando. Esto porque la revelación sobre lo que hay detrás de la situación es, por lo menos, sorpresiva; sin embargo, ante la pobre construcción uno no termina considerándola así y a lo mucho queda parada como una improvisación un tanto descarada.

En cuanto a las acciones realmente es el show de Danielle Harris, ella sale en prácticamente todas las escenas y creo que cumple con su papel a pesar de las limitaciones de la historia. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es básica, el score no genera mucho, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son simples y la labor de maquillaje cumple cuando se le requiere.   

Opinión final: Inoperable resultó decepcionante. No es tan mala pero tiene demasiados detalles que hacen que su premisa nunca pueda explotar.

Ojometro:
**

martes, 3 de abril de 2018

Crítica: The Terrible Two (2018)


Película escrita y dirigida por Billy Lewis (The Jailhouse). Se estrenó el pasado 2 de marzo de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En el transcurso de 4 días las vidas de Albert (Reid Doyle) y Rose Poe (Cari Moskow) se volverán un caos. ¿La razón? El primer aniversario luctuoso de sus hijas de 5 y 6 años, quienes murieron en su propia casa durante el día de su cumpleaños.



Comentarios generales:

A veces resulta complicado el poder sentir algo de interés por una película pero aún así tienes la obligación de verla simplemente para saber si dicho desinterés está justificado o no. En varias ocasiones resulta claro que no lo era y me he llevado agradables sorpresas; sin embargo, en el caso de The Terrible Two difícilmente podría decir eso debido a que, haciendo referencia a su nombre, es en verdad terrible.

Un trabajo con el cual Lewis no queda muy bien parado gracias a que la cantidad de fallos que comete es excesiva y solo hace que una experiencia que debería de ser desgarradora por el tema que trata (la pérdida de un hijo) termine siendo un sinsentido carente de emociones. Algo que uno puede ver venir prácticamente desde el inicio al quedar expuesto ante una historia en la que no se sabe plantear la situación de esta pareja y como consecuencia se termina armando un drama poco interesante en el que durante el primer acto todo se sustenta en verlos pelear por cualquier cosa mientras el personaje de Rose muestra un comportamiento errático que sirve como el medio para presentar los elementos paranormales y justificar la presencia de las dos hijas, que para este punto solo se sabe que murieron.

En general no pasa mucho, nunca existe el intento por construir suspenso o mínimo una atmósfera atractiva que complemente lo que ocurre en pantalla. Simplemente las cosas avanzan de la manera más lenta posible mientras se completa una lista de eventos que no tienen ningún tipo de impacto (emocional o visual) y cuyos únicos momentos relevantes por alguna razón terminan siendo ignorados para seguir con la fastidiosa dinámica de peleas absurdas.

En la parte final se sigue sin tener claro el tema satánico que hay detrás por más que insertan investigaciones huecas, pero al menos logras darte una idea de lo que se pretendía explicar y POR FIN te muestran cómo murieron las niñas. Aunque esto no es suficiente para evitar que el desenlace carezca de fuerza y termine dejándote con el sentimiento de que perdiste tu tiempo ante las pocas respuestas brindadas.

Las actuaciones son bastante malas, tanto Doyle como Moskow sufren en exceso para poder expresar emociones de manera realista y eso hace prácticamente imposible sentir afecto ante su supuesto sufrimiento. La producción al menos no es tan mala: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el score es pobre, el trabajo de sonido no muestra fallos y los efectos son sumamente sencillos.

Opinión final: The Terrible Two es de lo peor del año. Evítenla a toda costa.

Ojometro:
*