viernes, 29 de noviembre de 2019

Crítica: Rabid (2019)


Remake del clásico de culto de 1977 dirigido por The Soska Sisters (American Mary), quienes comparten créditos como co-escritoras del guión junto a John Serge. Se estrenó directamente en DVD y Blu-ray  dentro del Reino Unido el pasado 7 de octubre, mientras que en Estados Unidos hará lo propio a inicios de 2020.

Sinopsis:

Rose (Laura Vandervoort) trabaja para una firma de modas con la esperanza de convertirse en diseñadora, pero todos sus sueños se vienen abajo cuando un accidente le desfigura el rostro. Para su fortuna existe un tratamiento experimental con células madre que le ayuda a recuperarse y a volverse más bella que nunca, aunque con peligrosos efectos secundarios.



Comentarios generales:

Cada que se especula sobre un remake de algún clásico existen muchas dudas, es una reacción natural, pero en este caso las cosas eran muchas más complejas considerando que se trataba de una película de alguien tan venerado como David Cronenberg. Un director del cual no soy tan fan como algunas otras personas y cuyos trabajos que más me gustan son de los 80s, así que una nueva versión de Rabid no me generaba tanto malestar; de hecho, sentía más curiosidad que otra cosa por esta nueva versión y definitivamente puedo decir que no me he quedado decepcionado.

Esto porque las hermanas Soska realmente solo utilizan ciertas ideas de Cronenberg para contarnos una historia muy diferente que sigue su propio camino tomando riesgos que a veces funcionan y a veces no. Utilizando la desfiguración de Rose no solo como el medio para generar impacto visual de manera temprana o cierto morbo, sino también para ir desarrollando una transformación que va más allá de lo superficial y con ello lograr que la mayoría de las problemáticas no se centren en la epidemia que ella misma genera.

Lo cual sin duda le brinda mayor sustancia al personaje principal, pero por otro lado hace que el resto de los sucesos en varios casos queden parados como algo meramente anecdótico debido al poco interés que existe por expandir ese aspecto de la historia. Ya que aunque si vemos algunas escenas de contagios que proporcionan cierto incremento en el nivel de intensidad, estas por diseño solo aportan un shock efímero y se pierden ante lo separadas que se encuentran una de la otra; generando así un ritmo muy cortado que no permite que la película tenga la fluidez necesaria rumbo a la parte final.  

Una parte final que en general me agradó. No es nada espectacular pero por lo menos logran que ambos aspectos (el estado de Rose y la epidemia) converjan de cierta manera para brindar momentos con sangre y violencia entretenidos; sin embargo, el desenlace si puede resultar un tanto ridículo.

En el tema de las actuaciones Laura Vandervoort no lo hace mal, su personaje no es tan plano y eso ayuda a que no quede parada como una simple cara bonita, mientras que de los secundarios quienes más sobresalen son Mackenzie Gray (Gunter) con un personaje bastante extravagante y Hanneke Talbot (Chelsea). La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no presenta gran cosa, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es excelente.

Opinión final: Rabid está ok. Dudo que a los fans más recalcitrantes de Cronenberg les agrade, pero para el resto puede ser un visionado interesante.

Ojometro:
***

martes, 26 de noviembre de 2019

Crítica: The Gallows Act II (2019)


Secuela dirigida por Travis Cluff y Chris Lofing (The Gallows), quienes además comparten créditos como escritores del guión. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el 24 de diciembre.

Sinopsis:

Cuando Auna Rue (Ema Horvath) es transferida a una nueva prestigiosa escuela, sus deseos de convertirse en actriz se ven aplastados después de participar en un desafío por internet que convoca a un malvado espíritu.



Comentarios generales:

En 2015 “The Gallows” tomó al mundo por sorpresa gracias a una excelente campaña de publicidad que generó mucho revuelo y prácticamente aseguro que la película fuera un éxito a pesar de que el producto no era nada especial. Así que el que hubiera una secuela no era algo de extrañar, nada más que no parecía que el público estuviera tan desesperado por una y eso empezó a ser evidente cuando el estrenó de The Gallows Act II se quedó en el limbo por casi dos años sin explicación aparente; aunque después de verla uno entiende por qué se tardó tanto tiempo en salir a la luz.

Y es que la verdad lo que nos traen Cluff y Lofing es una secuela desangelada en la que claramente ya no sabían a qué publico dirigirse ante lo efímero que resultó el interés por la primera entrega, optando por terminar con el uso del found footage para contar una historia mucho más estándar a la que se le pudiera sacar provecho a futuro. Algo que no se escucha tan mal pero que en la práctica resulta terrible porque desde muy temprano se siente una desconexión enorme entre ambas partes a pesar de que la obra The Gallows sigue siendo el foco de atención, nada más que en esta ocasión se pretende construir todo alrededor de un reto que se sustenta en sustos fáciles poco efectivos y en una protagonista carismática con la que cuesta trabajo conectar.

Lo cual es un problema porque el personaje de Auna domina la pantalla y para cuando se llega a la mitad del metraje uno ya está harto de su situación debido a que lo que le ocurre resulta hueco e increíblemente acelerado. Generando así varios momentos que no cuentan con demasiado sustento detrás o situaciones que empiezan a resultar repetitivas ante la poca imaginación de los directores para diseñarlas; especialmente cuando se entra en la etapa en donde el espíritu debe de tener más relevancia y este queda parado como algo muy secundario la mayoría del tiempo.

Ahora, por si lo anterior no fuera suficiente para convencerte de que esta es una mala película, lo que hacen en la parte final no tiene ningún tipo de justificación.

Ya para este punto muchas de las cosas presentadas carecen de sentido y la efectividad de los sustos ha desaparecido por su sobreexplotación, pero por los menos hay cierto misterio que se mantiene intacto. Sin embargo, con la revelación definitiva lo destrozan de manera brutal al utilizar un recurso tan pobre para justificar lo ocurrido que solo te hace cuestionar todo lo que viste previamente y provoca una sensación de vació enorme.  

En cuanto a las actuaciones debo de decir que es frustrante ver a Ema Horvath porque en ningún momento logras tener empatía hacia su personaje, mientras que el resto del elenco es completamente intrascendente. La producción es discreta: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte no tiene nada particularmente destacado, el score es genérico, el trabajo de sonido es bueno, los efectos no presentan mucha complejidad y la labor de maquillaje es simple.

Opinión final: The Gallows Act II es bastante mala. Una secuela innecesaria que debió quedarse perdida en la oscuridad.

Ojometro:
**

viernes, 22 de noviembre de 2019

Crítica: Little Monsters (2019)


Película escrita y dirigida por Abe Forsythe, quien hace su primera incursión dentro del género. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a inicios de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el 3 de enero de 2020.

Sinopsis:

Dave (Alexander England) ha decidido superar su reciente ruptura pasando tiempo con su sobrino, acompañándolo a un paseo de su escuela para poder acercarse a su maestra Miss Caroline (Lupita Nyong'o). Todo parece normal, al menos hasta que se desata una invasión zombie que pondrá en riesgo su plan y las vidas de los niños que supuestamente tiene que cuidar.



Comentarios generales:

En ocasiones anteriores he manifestado que las comedias de zombies no son algo sencillo de realizar porque la saturación de este subgénero ofrece poco margen de maniobra y ver ideas nuevas se vuelve un tanto complicado. Sin embargo, de vez en cuando te encuentras con propuestas que tienen un aire de frescura particular sin que transformen por completo la fórmula, de esas que con tan solo alguno que otro detalle logran salirse de lo establecido y definitivamente Little Monsters es una de estas.

Ya que lo que nos presenta Forsythe es la película de zombies más tierna de la historia, lo cual puede ser un punto en contra con los fans más hardcore que esperan ver mucha sangre, vísceras y muertes, pero que es precisamente lo que le brinda toda su originalidad e identidad.

Aunque esto no quiere decir que no haya nada de esos elementos porque si lo hay; de hecho, esta es una película de zombies en toda la regla, simplemente que la historia los utiliza de una manera un tanto secundaria para establecer el tono y, sobre todo, la dinámica con los niños que brinda sin duda varios de los momentos más graciosos al presentar el contraste entre la inocencia con la cual ellos ven este “juego” gracias a su maestra y la situación de total peligro que se vive. Logrando así que este viaje escolar fluya sin demasiados contratiempos durante la primera mitad a pesar de que no existe nada tan violento o subido de tono.

Aspecto que no cambia demasiado a lo largo del metraje, más si varía por determinados momentos dependiendo de lo que necesite el desarrollo; especialmente cuando se llega a un punto en el que las acciones se trasladan a un escenario cerrado que limita mucho las opciones. Uno que por un lado provoca que se le brinde mayor exposición a un personaje en particular que funge como un tipo de villano para mantener el contraste con los niños y que ciertamente refresca la dinámica, pero que por el otro hace que exista un estancamiento evidente y se tenga que recurrir a situaciones un tanto forzadas que solo sientes que fueron diseñadas para comprar tiempo. Sobre todo aquellas que tienen que ver con el ejercito.

Afortunadamente para la parte final logran rectificar al encontrar un balance adecuado que le dé relevancia a todas las cosas que se establecieron con anterioridad (relación de Dave con su sobrino, la relación de Dave/Caroline, la presencia militar) y con ello se logre un cierre redondo que, además, cuente con algo de acción para no dejar parados a los zombies como algo meramente anecdótico.

En las actuaciones tenemos a una Lupita Nyong'o que está genial en su faceta de maestra amorosa que hace hasta lo imposible por cuidar a los niños, mientras que Alexander England con su personaje muestra una evolución muy entretenida de ver. También hay que destacar al elenco infantil, quienes en ningún momentos se vuelven odiosos y son en gran parte los que añaden el toque tierno a las cosas.

La producción no es nada precisamente ostentoso: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es agradable, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante simples y la labor de maquillaje es de buena factura.

Opinión final: Little Monsters me pareció muy divertida. Una película de zombies ligera para todo tipo de público.

Ojometro:
****

martes, 19 de noviembre de 2019

Crítica: Girl on the Third Floor (2019)


Primer largometraje del director Travis Stevens, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Paul Johnstone y Ben Parker. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el 7 de enero de 2020.

Sinopsis:

Don Koch (Phil Brooks) trata de renovar una antigua casa en muy malas condiciones para empezar una nueva vida con su esposa embarazada, aunque pronto descubrirá que la propia casa tiene otros planes y explotará sus demonios del pasado.



Comentarios generales:

Por lo regular no me generan mucha confianza las películas que involucran luchadores porque estas suelen ser proyectos de poca calidad cuyo principal propósito es utilizar su imagen para tratar de alcanzar una audiencia mayor explotando a sus fanáticos.

Y es que si alguien conoce un poco sobre la carrera de Phil Brooks (mejor conocido como CM Punk) sabe que su vida misma genera mucho morbo y sus fans suelen ser muy pasionales al respecto, así que mis expectativas por Girl on the Third Floor no eran las mejores porque parecía que se trataba de otro intento barato donde no aplicaría la ley del mínimo esfuerzo. Aunque para mi sorpresa me encontré un trabajo que pretende algo más que simplemente explotar la presencia de un rostro conocido.

Ya que Stevens presenta una historia de casas poseídas que trata de variar un poco la fórmula, sacrificando dinamismo en favor de ir construyendo lentamente un descenso a la oscuridad que por grandes lapsos se asemeja más a un thriller psicológico. Esto porque, si bien hay claras señales de que en esta casa pasan cosas raras (que son épicamente ignoradas), la primera mitad en realidad se centra en cómo Don Koch es una terrible persona que hace lo que supuestamente ya no quiere hacer y mucho de lo que ocurre en pantalla juega con situaciones que ponen en duda lo que es real o no para exponer su potencial locura.

Lo cual brinda algunos buenos momentos pero en general hace que las acciones sean un tanto aburridas la mayor parte del tiempo, sobre todo porque no se profundiza demasiado con respecto al pasado de la casa y eso crea un vació que provoca que poco a poco lo que ocurre se torne repetitivo e incluso un tanto confuso. Dejando así todo a expensas de determinadas acciones que logran que la segunda mitad cuente con mayor fuerza gracias a su nivel de impacto y un evidente incremento en el ritmo que ayuda a potenciar la sensación de locura por la cual pasa nuestro protagonista.

Es hasta la parte final cuando se da un cambio radical, al grado de que parece una película totalmente distinta. Y eso no lo digo como algo negativo; de hecho, esta fue mi parte favorita debido a que le brinda un tono completamente distinto a las cosas al ser una mucho más intensa y, sobre todo, visceral. Además de que aclaran detalles importantes cuando parecía que los iban a dejar en el olvido.

De las actuaciones puedo decir que Brooks no lo hace mal, el papel está perfectamente diseñado para explotar sus fortalezas y esconder sus carencias; además el reducido grupo de actores secundarios lo complementan de buena manera, especialmente Sarah Brooks (Sarah). La producción es discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es muy básica, el score es bueno, el trabajo de sonido limpio, los efectos prácticos son de muy buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Girl on the Third Floor está ok. Película con ideas interesantes y buenos efectos para ver un día en el que no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
***

viernes, 15 de noviembre de 2019

Crítica: Trick (2019)


Película dirigida por Patrick Lussier (Dracula 2001, My Bloody Valentin), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Todd Farmer. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de octubre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 17 de diciembre.

Sinopsis:

En Halloween de 2015, Patrick "Trick" Weaver masacra a sus compañeros de clase durante una fiesta y logra escapar de la policía a pesar de haber recibido cinco disparos por parte del detective Mike Denver (Omar Epps). Todos asumen que murió, pero cada Halloween posterior regresa para generar caos y terror en la población.



Comentarios generales:

Seguimos con los remanentes que dejó la temporada de Halloween y ahora toca el turno de una película que pasó completamente inadvertida a pesar de que cuando se dio a conocer generó bastante ruido por quienes estaban involucrados. Al final de cuentas se trataba del regreso de Patrick Lussier a la pantalla grande después de 10 años con un elenco bastante interesante, pero al parecer la saturación de slashers en esta época hizo de las suyas y condenó a Trick al olvido de manera un tanto injusta considerando que es una de las sorpresas de 2019.

Esto porque el slasher que nos trae Lussier es uno de los más vertiginosos que recuerde, donde no muestra ningún tipo de temor por pisar el acelerador a fondo desde la introducción para brindarnos una experiencia sangrienta y caótica en la que tu atención se ve puesta a prueba en todo momento. Ya que aunque estamos ante una historia relativamente simple con todos los convencionalismos esperados, lo cierto es que el desarrollo es tan rápido y con tantos distractores visuales (muertes muy llamativas) que por momentos puede resultar complicado seguirle el paso; en especial durante una primera media hora en la que las propias masacres cuentan con poco espacio entre ellas.

Algo que puede parecer intimidante o un tanto desalentador, pero realmente el ritmo tan veloz en ningún momento le quita claridad a los sucesos y para el segundo acto el misterio se encuentra perfectamente bien establecido.

Y es que aquí, además de ver un gorefest, lo que mueve todo es precisamente el saber si "Trick" es humano o no debido a que este siempre se encuentra un paso adelante de todos y en base a esto se puede jugar con distintas suposiciones que ayudan a mantener el interés intacto, sobre todo cuando en determinado momento sus apariciones empiezan a desafiar la lógica. Haciendo con esto que los enfrentamientos con los policías siempre tengan mucha intensidad, incluso si estos no presentan demasiadas novedades en su realización.

La parte final es la que puede generar más división. No tanto porque deje muchas preguntas sin responder (en realidad contesta todas), sino porque la revelación principal puede resultar excesiva en su elaboración e incluso muy similar a la de una película extremadamente popular del género. Además de que el cierre pierde fuerza ante el claro propósito de poder hacer de esto una franquicia.

Las actuaciones están bien, realmente no hay ninguna que sobresalga por encima del resto pero tampoco nada terrible que arruine el producto general. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es la gran cosa, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje no es demasiado compleja.

Opinión final: Trick me gustó. Un slasher bastante sangriento y violento que definitivamente no merece quedar en el olvido.

Ojometro:
****

martes, 12 de noviembre de 2019

Crítica: Doctor Sleep (2019)


Película escrita y dirigida por Mike Flanagan (Oculus, Hush), la cual es una adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Stephen King. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 8 de noviembre, recaudando hasta el momento $34.1 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Varios años después de los aterradores eventos que vivió en el hotel Overlook, el ahora adulto Danny Torrance (Ewan McGregor) conoce a una pequeña niña con poderes similares a los suyos a la que tratará de proteger de un malvado culto que caza a los niños con dichos poderes para poder mantener su inmortalidad. 



Comentarios generales:

Ver adaptaciones de las novelas de Stephen King últimamente se ha vuelto algo tan cotidiano que ya prácticamente damos por hecho que cualquiera de sus obras puede ser adaptada sin demasiadas dificultades. Sin embargo, el caso de Doctor Sleep presentaba un reto bastante interesante por el hecho de que tenía que lograr dos propósitos al mismo tiempo para que funcionara.

El primero era ser lo más fiel posible al material original para tener contentos a los lectores, mientras que el segundo era tratar de ligar esta adaptación con la versión de “The Shining” hecha por Stanley Kubrick debido a que es la más conocida por el público y por medio de esto el establecer de manera contundente que también es una secuela de ESA versión.

Sin duda un reto difícil, pero que en la práctica me parece que lo lograron sobrellevar de gran manera.

Esto porque Flanagan muestra suficiente habilidad para realizar una mezcla muy bien pensada en la que por cuestiones obvias la novela tiene mayor peso, aunque en ningún momento deja de lado el filme de 1980 y de manera inteligente utiliza la estética de este para que el inicio le resulte familiar al espectador. Haciendo que la transición de niño a adulto de Danny (o Dan) sea fluida mientras que de manera alterna se van revelando detalles sobre este universo mucho más grande que existe y el peligro que representa “El Nudo verdadero”, quienes por medio de comportamientos muy raros ayudan a proporcionar los elementos necesarios para ir construyendo una sensación de peligro particular.

Y es que aquí estamos ante algo que va más allá de simples fantasmas al tratar temas como el alcoholismo o la desaparición de menores, provocando así que el desarrollo durante la primera mitad sea mucho más robusto y por lo consiguiente el ritmo un poco más calmado. Situación que no representa demasiados problemas debido a que lo que vemos en pantalla todo el tiempo resulta interesante, ya que el que no se centre completamente en el terror no quiere decir que no se tomen riesgos; especialmente cuando se trata de las acciones del culto diseñadas para ir transformando el tono en uno más oscuro con el pasar de los minutos.

Haciendo con esto que la segunda mitad cuente con mayor fuerza, tensión y violencia, pero también con una dinámica que sea mucho más ágil. Sobre todo porque es cuando se empiezan a entrelazar los caminos de todos los personajes de manera bastante orgánica y con ello los elementos más fantasiosos adquieren mayor peso rumbo a la parte final.

Una que sin duda será la que genere más polémica debido a que es la que se separa del libro de manera importante, en gran medida para poder darle continuidad a lo que hizo Kubrick. Lo cual puede resultar molesto para varios, aunque a mí en particular me parece que quedó muy bien lograda debido a que la base se mantiene intacta y nos regala un enfrentamiento satisfactorio. Además de que proporciona un cierre mucho más completo con respecto a la redención de Danny.

En cuanto a las actuaciones Ewan McGregor hace una gran labor como Danny Torrance adulto, si lo sientes como una evolución natural del niño y su faceta de mentor resulta muy interesante de ver. Mientras que Rebecca Ferguson (Rose) y la pequeña Kyliegh Curran (Abra) también están impecables con sus respectivos roles, sobre todo la segunda; quien por momentos se roba los reflectores al no ser mostrada como la típica niña indefensa.

La producción es de factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es de primer nivel (recrearon sets del filme de los 80s), el score es genial, el trabajo de sonido pulcro, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es bastante sencilla. 

Opinión final: Doctor Sleep me ha gustado bastante. Una película que combina de manera genial lo viejo con lo nuevo para ser de lo mejor de 2019.

Ojometro:
*****

viernes, 8 de noviembre de 2019

Crítica: Candy Corn (2019)


Película escrita y dirigida por Josh Hasty (Honeyspider). Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos el pasado 17 de septiembre.

Sinopsis:

Es la noche de Halloween y un grupo de bullies planean su broma anual al marginado local Jacob Atkins. Sin embargo, cuando llevan las cosas demasiado lejos y lo matan, este será revivido por el dueño del circo donde trabaja para buscar venganza de aquellos que tanto lo atormentaron.



Comentarios generales:

Los meses de septiembre y octubre suelen ser los más pesados en cuanto al estreno de producciones de terror, ya sea en cine o en televisión, así que se vuelve algo complicado poder darle seguimiento a todo por falta de tiempo. Es por eso que cuando producciones pequeñas son anunciadas para esas fechas siempre existe el temor de que sean olvidadas por completo dado a que la gente prefiere los productos de una escala mayor, pero para mi sorpresa Candy Corn logró hacer cierto ruido que la salvó de la intrascendencia.

Cosa que me alegra porque estamos ante un slasher que nunca oculta cual es su fuente de inspiración y propósito, sobre todo durante un primer acto donde Hasty claramente maneja varios homenajes a “Halloween” para establecer el aspecto visual de la película y con ello ir construyendo poco a poco una historia cuyo tema base es el bullying. El cual no se trata de manera tan profunda pero sirve como el detonante perfecto para la creación de nuestro asesino y, sobre todo, para la presentación de un grupo de personajes bastante desagradables a los que uno quiere ver morir casi de manera inmediata sin que resulte tan fundamental el añadir demasiada información con respecto a sus vidas.

Y es que hay que decir que este es un filme que sigue un camino lineal y difícilmente se sale de ahí, sustentando gran parte de su efectividad en las muertes impactantes con las que cuenta.

Situación que no es mala en sí, pero que sin duda por grandes lapsos provoca que existan puntos muertos muy marcados en los que no se siente ningún tipo de peligro o desesperación dentro del pueblo por tener a un monstruo asesinando personas y por lo consiguiente el ritmo es sumamente irregular. Además de que se deja como algo muy secundario el tema del circo o al personaje de Dr. Death.

La parte final la encontré divertida. Aquí es donde finalmente se logra darle un poco más de fuerza a las acciones de manera constante y se toma un camino un tanto distinto al habitual con los slashers al dejar que sea el mal el que predomine para construir un cierre completamente diseñado con el propósito de hacer de Jacob Atkins algo más grande.

En las actuaciones quien más destaca es Pancho Moler (Dr. Death) en un elenco que incluye a algunos rostros conocidos y otros desconocidos que no resaltan demasiado. La producción tiene buenas cosas considerando el presupuesto limitado: el trabajo de fotografía es adecuado, la dirección de arte sencilla, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido tiene algunos detalles, la labor de maquillaje cumple y los efectos en general son competentes, salvo cuando se utiliza algo de CGI en determinadas muertes. 

Opinión final: Candy Corn está ok. Slasher muy básico para ver principalmente durante Halloween.

Ojometro:
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martes, 5 de noviembre de 2019

Are You Afraid of the Dark?: Miniserie



Si creciste durante la década de los noventas es muy probable que la serie de Are You Afraid of the Dark? transmitida por Nickelodeon fuera uno de tus primeros acercamientos en televisión al género de terror. Se trataba de un producto peculiar que semana a semana ofrecía historias bastante entretenidas y dejó una marca muy fuerte en muchas personas como casi toda la programación de aquella época de dicho canal.

Así que cuando empezaron a surgir rumores de una nueva película la emoción fue palpable; sin embargo, con el pasar del tiempo la información empezó a escasear y era obvio que el proyecto se encontraba en problemas, hasta que se anunció esta miniserie. La cual sin duda se puede decir que es un control de daños o una forma de comprar tiempo, pero que de manera interesante ha logrado generar muchísimo interés por la serie original y creo que eso es lo que más cuenta.

En el tema de los ratings no hay información concreta sobre cómo le fue a los tres episodios, pero al parecer la miniserie tuvo números sólidos. Especialmente dentro del sector del público que más le interesaba al canal, así que hay muchas posibilidades de que veamos algo más en un futuro.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS.

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LO POSITIVO


The Midnight Society


El punto más importante de esta miniserie era precisamente el poder formar una nueva sociedad con personajes que resaltaran y definitivamente creo que este punto lo cumplieron.

Obvio existen algunos miembros como Rachel o Graham que dejan una mayor impresión gracias a su peso en la historia, pero en términos generales se logra que la dinámica del grupo se sienta muy natural con tan solo tres episodios y te dejan con deseos por ver qué más pueden ofrecer. Además el hecho de que tengan apellidos de maestros del terror fue un gran detalle.


Mr. Tophat


Al centrarse en una sola historia era importante que el villano fuera especial, que dejará una marca y en definitiva Mr. Tophat lo hace. Reflejando en todo momento mucha oscuridad a pesar de que por la naturaleza extravagante del personaje bien podría haber caído en un lugar mucho más caricaturesco que disminuyera el nivel de amenaza que representa.


Tono ligeramente más oscuro


Por más que me guste la serie de los 90s es claro que para los estándares actuales puede resultar algo boba o muy ligera, así que el hecho de que implementaran un tono un poco más oscuro fue una decisión bastante inteligente. Siempre consiguiendo un buen balance como para no ahuyentar al público joven y a la vez brindar el suficiente margen de maniobra para generar situaciones que puedan atrapar el interés de una audiencia más adulta. 


Valores de producción


Nickelodeon no suele tener grandes presupuestos para sus series, sin embargo, se nota que en esta ocasión invirtieron más de lo habitual.

Visualmente es muy llamativa gracias al trabajo de fotografía y a la dirección de arte, además de que el score, la labor de maquillaje y los efectos no le envidian absolutamente nada a algunas producciones de cine.


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LO NEGATIVO


Ningún cameo de los personajes originales


Esto se podría decir que es un capricho y no creo que afecte en nada a la serie, pero ciertamente resulta extraño que no se haya dado ningún cameo o aparición especial de alguno de los actores de la serie original. Especialmente si tomamos en cuenta que se establece que la sociedad lleva años existiendo y eso daba pie a que esto se diera como algo natural.

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Opinión final: La verdad me ha entretenido bastante esta miniserie de Are You Afraid of the Dark?. Un producto que se encuentra dirigido a un público joven, pero que los adultos pueden disfrutar sin ningún tipo de problema gracias a su gran elenco y a una manera bastante adecuada de adaptar a la época actual un producto de los noventas. 

viernes, 1 de noviembre de 2019

Crítica: The Furies (2019)


Producción australiana escrita y dirigida por Tony D'Aquino, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a inicios de octubre, mientras que se estrenará en cines dentro de Australia el próximo 7 de noviembre. Todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Kayla (Airlie Dodds) es secuestrada y posteriormente despierta en medio de un bosque donde tendrá que participar en contra de su voluntad en un juego mortal en el que varias mujeres son cazadas por hombres enmascarados.



Comentarios generales:

Vivimos en una época en la que pareciera que todo debe de tener un trasfondo político o social para que logre satisfacer a cierto sector de la crítica, ya que de lo contrario se empiezan a tachar ciertos productos como basura. Así que cuando empecé a ver que The Furies estaba siendo destrozada por no cumplir dichos estándares me pareció curioso, en especial porque con su trailer era muy obvio cual era su tirada y si uno conoce lo más mínimo de la historia del cine de terror australiano (así como sus excesos) tenía bastante sentido, aunque parece que para muchas personas no.

Esto porque lo que nos trae D'Aquino es un claro homenaje al cine de los 70s de aquel país y a los slasher de los 80s, en el que además podemos encontrar cierta inspiración de “Battle Royale” e incluso “Hostel”. Generando así una mezcla que irremediablemente cuenta con un solo camino: la violencia extrema.

Violencia que sin duda es el sustento de una historia cuyo inicio no da pie a muchas explicaciones y que pone al espectador ante un escenario en el que va a ir descubriendo de manera vertiginosa cuáles son las reglas bajo las que se maneja este juego, así como los niveles de impacto que se encontrará. Ya que no tiene que pasar mucho tiempo para ver la primera muerte y con ello entender que esto será un gorefest, aunque poco a poco también van apareciendo ciertos elementos que demuestran que este juego es algo más elaborado de lo que parece e incluso se establece, de manera una tanto forzada, una dificultad ligada al personaje de Kayla que incrementa la sensación de riesgo en cualquier instante.

Avanzando así sin muchos contratiempos a un segundo acto por medio del shock y muertes muy llamativas que enaltecen los efectos prácticos del filme, así como en un ritmo veloz que brinda pocos respiros hasta que se llega a un punto de relativa calma para presentar un detalle que le añade cierta complejidad a la dinámica de las mujeres con los asesinos. Aspecto que de inicio resulta interesante gracias a que no recuerdo haberlo visto anteriormente; sin embargo, a partir de aquí es cuando el director empieza a tener problemas para sostener la película dado a que algo que no es tan complejo se vuelve enredoso y eso torna un tanto aburridas las cosas, sobre todo porque hace que el conflicto entre todos los involucrados solo se vuelva un maratón de gritos y comportamientos un tanto absurdos.

Lo cual nos deja como resultado una parte final desangelada, donde el propósito que sustenta gran parte de las acciones de nuestra protagonista es desechado de manera rápida y sin demasiada justificación. Todo para establecer las bases de lo que podría ser el inicio de una franquicia o, por lo menos, de una posible secuela. 

Las actuaciones están aceptables para lo que son, con una Airlie Dodds que hace lo necesario para quedar como una “final girl” decente y un grupo de secundarios que en su mayoría solo sirven como carne de cañón. La producción tampoco está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es limitada, el score cumple y el trabajo de sonido está bien cuidado; aunque definitivamente lo que más destaca son los efectos prácticos y la labor de maquillaje que son en gran medida el alma de la película.

Opinión final: The Furies está ok. Película para ver mucha sangre y muertes de alto impacto.

Ojometro:
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