lunes, 30 de agosto de 2021

Crítica: Candyman (2021)

Secuela dirigida por Nia DaCosta, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Jordan Peele y Win Rosenfeld. Se estrenó en cines en México y Estados Unidos durante el fin de semana pasado, recaudando $22.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una década después de que la última de las torres Cabrini fuera derribada, el artista Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) y su novia se mudan a un loft de lujo en los nuevos condominios construidos en dicho lugar. Sin embargo, cuando este tiene un encuentro que lo expone a la verdadera historia detrás de Candyman su estabilidad mental se verá comprometida.


Comentarios generales:

De las franquicias con personajes que se consideran legendarios sin duda Candyman era de las últimas que quedaban por revivir de algún modo, así que cuando se supo que Jordan Peele estaba trabajando para traerla de vuelta la emoción fue prácticamente universal entre los fans. Era la combinación perfecta tomando en cuenta el aspecto racial que la rodea, generando un interés que incluso con el retraso por la pandemia nunca se vio disminuido; de hecho, probablemente era de las películas más esperadas del año.  

Algo que puede terminar afectándole en el recibimiento general debido a que lo presentado por DaCosta, Peele y Rosenfeld no creo que logre satisfacer a un porcentaje importante de los fans con su visión, a pesar de que es una secuela directa de la original.

Ya que estamos ante un slasher que no se siente como tal la mayor parte del tiempo al enfocarse más en la mitología que rodea a Candyman y a su inevitable conexión con las injusticias raciales, lo cual hace que la historia sea mucho más densa en la manera de plantear las conexiones con lo ya conocido previamente. Enfoque que de inicio funciona de buena forma debido a que por un lado se percibe la familiaridad, pero por el otro se genera rápidamente una sensación de novedad que proporciona un interés genuino sobre cómo se irá desenvolviendo todo.

Lamentablemente ese buen inicio con el pasar de los minutos se empieza a difuminar ante una evidente confusión en la forma de querer presentar las nuevas ideas y a su vez hacer que estas conecten de manera orgánica con lo que sabemos sobre Candyman. Ocasionando así que el ritmo no resulte tan fluido como debería y, sobre todo, haciendo que por momentos esta amenaza no tenga el impacto necesario al contenerla demasiado en lo que se refiere a las muertes de las que resulta responsable.

Y es que si bien existe una agradable creatividad al momento de presentarlas utilizando la explotación del sonido u espejos (prácticamente todas son fuera de cámara), estas son pocas y demasiado distantes una de la otra. Quitándole así fuerza a las acciones para que sea la propia transformación de Anthony la que termine siendo el foco de atención, la cual en general resulta bien lograda desde el lado visual y del deterioro mental, aunque el hecho de que realmente sea un personaje del que se sabe poco evita que resulte tan memorable.

Ante esto llegamos a la parte final con más dudas que certezas y realmente esta no ayuda demasiado en aclarar el panorama. Destacando principalmente el incremento en la violencia para elevar el nivel de intensidad, pero sin hacer que el desenlace pueda solidificar la idea que DaCosta tenía para Candyman (¿Es un mártir, un tipo de anti-héroe o solo un monstruo?) y dejar así un cierre demasiado abrupto e incluso algo hueco.

En lo que respecta a las actuaciones Yahya Abdul-Mateen II hace un buen trabajo, logra un buen equilibrio entre la cordura y la locura de un artista obsesionado con su obra. Lo malo es que el resto del elenco solo está de adorno y ningún otro personaje logra desarrollarse de manera plena como para que sea un contrapeso interesante, además de que la presencia de Tony Todd es meramente anecdótica.

Sobre la producción no hay ninguna queja: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es impecable, cuenta con un score sólido, el trabajo de sonido es excelente, los efectos cumplen totalmente su tarea y la labor de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: Candyman no está mal. Mentiría si no dijera que esperaba mucho más, pero en términos generales cumple y sin duda es la segunda mejor entrega de la franquicia.

Ojometro:
***

miércoles, 25 de agosto de 2021

Crítica: The Seventh Day (2021)

Película escrita y dirigida por Justin P. Lange (The Dark). Se estrenó en formato físico y digital dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de mayo, mientras que hizo lo propio en México dos días después en cines.

Sinopsis:

Un reconocido exorcista se reúne con un sacerdote novato en su primer día para analizar si este tiene la capacidad para el trabajo. Adentrándose en un perturbador caso que revelará el infierno ya existente sobre la tierra, difuminando la línea entre el bien y el mal mientras emergen demonios personales.


Comentarios generales:

En este punto hacer una película sobre exorcismos representa más un riesgo que un beneficio considerando que es muy complicado poder innovar en dicho subgénero y ya prácticamente todo se ha hecho. Por eso es que cuando veías el trailer de The Seventh Day era difícil poder entusiasmarte debido a que no parecía que aportara algo distinto, lucía como una más y al final eso es precisamente lo que fue.

Aunque para mi sorpresa cuenta con algo que bien pudiera haberla hecho más relevante, al menos en el tema de originalidad, ya que lo presentado por Lange no sigue el patrón convencional de esta clase de historias y opta por construir su caso de manera más amplia para vender la idea de que el mal no solo se concentra en una sola persona. Lo cual hace que el inicio resulte más ágil de lo habitual e incluso cuente con situaciones que añaden fuerza desde temprano para ir estableciendo los retos que los sacerdotes tendrán que enfrentar.

Hasta ahí todo se desarrolla de manera decente, pero lamentablemente dicho inicio con el pasar de los minutos va quedando como algo meramente anecdótico y la película se vuelve tediosa gracias a que la dinámica entre este par nunca te atrapa, todo es forzado con ellos y tampoco es que los actores se complementen de gran manera. Haciendo que las cosas se sientan más como viles acontecimientos que pasan porque si y cuyo diseño, si bien logra generar algunos momentos oscuros o de tensión, se termina convirtiendo en un problema debido a que hace demasiado evidente desde muy temprano el giro con el que se pretende sustentar la parte final.

Una que ante lo predecible se queda sin nada interesante y por lo consiguiente todo lo que ocurre carece del impacto que se supone debería tener. Dejando así un enfrentamiento que en esencia si propone algo con un propósito mayor, pero jamás te deja con ese sentimiento.

Con respecto a las actuaciones tenemos en Guy Pearce (Padre Peter) y Vadhir Derbez (Padre Daniel) uno de los mayores problemas del filme. Ambos están muy mal, tienen cero química en pantalla y eso termina perjudicando muchísimo considerando todo lo que se construye alrededor de su relación, además de que las escenas de mayor impacto tampoco las pueden sacar adelante. 

La producción no está mal: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es correcta, el score es agradable, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: The Seventh Day es decepcionante. Película predecible y mal actuada que olvidarán en cuestión de horas.  

Ojometro:
**

viernes, 20 de agosto de 2021

Crítica: El Exorcismo de Carmen Farías (2021)

Producción mexicana dirigida por Rodrigo Fiallega y escrita por Molo Alcocer Délano. Se estrenó en cines en México durante el mes de mayo, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 9 de agosto.

Sinopsis:

Después de la muerte de su madre, Carmen (Camila Sodi) descubre que heredó la casa de su abuela. Lugar que decide visitar sin saber que esconde oscuros secretos sobre su pasado.


Comentarios generales:

Uno de los principales problemas con el cine de terror mexicano actual es el querer replicar lo que vemos en el cine estadounidense al pie de la letra, olvidándose por completo de la identidad que alguna vez llegó a tener. Evidentemente no es algo exclusivo de mi país y tampoco lo considero como algo terrible, pero para que esto funcione se debe de tener una gran habilidad al replicar tanto el aspecto visual como el narrativo y El Exorcismo de Carmen Farías logra lo primero, aunque falla bastante en todo lo demás.

Y es que lo que presenta Fiallega se sustenta de manera marcada en ideas tan desgastadas que termina ofreciendo una historia que desde muy temprano se vuelve aburrida y en la que realmente uno puede ir adivinando sin demasiados problemas cuáles serán las situaciones que vendrán con el pasar de los minutos. Dejando así gran parte del atractivo en un apartado visual bien cuidado y en la generación de una atmósfera que ayuda a que la casa resulte un lugar lo suficientemente tétrico como para que por lo menos te interese la manera en que van a explotar dicho espacio para mover hacia adelante una trama tan simple.

Lo cual evidentemente no logran de manera atractiva debido a que el visionado se vuelve más y más pesado con el pasar de los minutos; en gran parte por lo increíblemente obsoletos que lucen todos los recursos para lograr sustos fáciles (que además carecen de un timing adecuado), pero también por el tiempo que se tardan para revelar aspectos fundamentales ligados al propio exorcismo. Ya que por alguna razón se tiene miedo a mostrar de más, todo lo van soltando por pedacitos y eso, en lugar de ayudar a la construcción del frágil misterio, solo hace que el ritmo se haga lento e incluso se genere una sensación de que simplemente le están dando vueltas a lo mismo para que sea la parte final la que resuelva los problemas existentes.

Algo que resulta contraproducente debido a que, si bien esta es la mejor parte de la película, también es cierto que se siente acelerada. Con la intervención de uno de los sacerdotes más ineptos que recuerde y un cierre genérico que al menos cuenta con un nivel de intensidad correcto.

En lo que respecta a las actuaciones realmente la película era un capricho para explotar la popularidad de Camila Sodi, quien no da el ancho para este tipo de personajes. Esto porque se le dificulta bastante el poder manifestar diferentes tipos de emociones para que no luzca tan acartonada en momentos específicos de mayor importancia.

Sobre la producción, es donde claramente tiene sus mayores fortalezas: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos salvo por contadas excepciones y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: El Exorcismo de Carmen Farías es aburrida. Una película genérica de exorcismos que pasará sin pena ni gloria.

Ojometro:
**

martes, 17 de agosto de 2021

Crítica: False Positive (2021)

Película dirigida por John Lee, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a la protagonista Ilana Glazer. Se estrenó en los Estados Unidos el pasado 25 de junio directamente en Hulu, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Por si quedar embarazada no fuera algo suficientemente complicado, Lucy (Ilana Glazer) se propone descubrir la inquietante verdad sobre su médico especialista en fertilidad.


Comentarios generales:

Ya he comentado en ocasiones anteriores que las producciones de A24 jamás van a lograr un consenso, son como una comida exótica cuyas opiniones van a variar de un extremo al otro dependiendo de los gustos de cada persona. Por eso es que cada película suya que se estrena me resulta un evento particularmente interesante gracias a todo lo que generan, además de que en varias ocasiones lo que han propuesto en verdad me ha gustado bastante; sin embargo, ese no fue el caso con False Positive.

Y es que lo que nos regala John Lee, más allá de las exageradas comparaciones con “Rosemary's Baby”, carece de identidad al pasársela deambulando entre géneros sin nunca lograr establecer en cuál de estos se sustenta. Por medio de una historia que en su inicio logra que uno se involucre con el personaje de Lucy en su búsqueda por quedar embarazada y en la extravagancia que rodea al proceso de inseminación artificial, pero que de manera rápida se va enredando en medio de situaciones diseñadas para generar dudas muy débiles o con la aparición de nuevos personajes que resultan igual de desechables tanto en su primera aparición como en la última.

Aunado a esto tenemos que el ritmo no es el más fluido y que falta de identidad previamente mencionada poco a poco empieza a resultar un problema mayor debido a que el terror se encuentra centrado esencialmente en los miedos naturales de una madre primeriza y en la capacidad de observación del espectador para los detalles. Algo que en esencia no está mal, aunque en este caso la trama es tan débil en absolutamente todos sus frentes que al final nada parece importar y la constante inestabilidad de Lucy nunca logra tener la fuerza suficiente como para sostener los momentos de mayor importancia.

Provocando así que la parte final maneje un toque más “cómico” durante la revelación del misterio y por lo consiguiente no logre proporcionar el impacto suficiente durante un desenlace que, a pesar de ser raro e incluso polémico, realmente no tiene ningún tipo significado que complemente de buena forma lo que has estado viendo.

En las actuaciones la única que resalta es la propia Ilana Glazer; de hecho, si no fuera por ella la película sería más aburrida debido a que logra construir un personaje que dentro de todo este vació logra generarte empatía. Y en cuanto a producción tampoco tiene cosas que destaquen de gran manera: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es bastante genérico, el trabajo de sonido es limpio y los efectos muy básicos.

Opinión final: False Positive es decepcionante. Película aburrida que simplemente no funcionó conmigo, aunque no dudo que por ahí tenga un público al que si le entusiasme.

Ojometro:
**

viernes, 13 de agosto de 2021

Crítica: Dreamcatcher (2021)

Película escrita y dirigida por Jacob Johnston, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó directo en VOD el pasado 5 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Dos hermanas distanciadas y sus amigos se ven acorralados en un torbellino de violencia de 48 horas después de vivir una experiencia traumática durante un festival de música underground. 


Comentarios generales:

Iniciar tu carrera como director de cine de terror con un slasher es una decisión lógica considerando las bondades de dicho subgénero, sin embargo, el que sea bondadoso no significa que resulte sencillo de dominar debido a que su simpleza puede ser todo un reto para algunos. Al grado de que se tenga una terrible ansiedad por tratar de cambiar las reglas que lo definen y Dreamcatcher solo demuestra que eso no siempre es lo mejor.

Ya que lo que nos trae Johnston no solo es malo, sino algo peor: aburridísimo.

Donde pareciera que su principal preocupación era más que nada la parte visual y todo lo demás resultaba secundario debido a que, así como es capaz de lograr una estética impecable que por momentos tiene cierto aire a giallo, también muestra una incapacidad enorme para generar interés por lo que estás viendo en pantalla. Lo cual tal vez durante el primer acto no sea tan evidente debido a que la presentación de los personajes, la “locura” del rave y la efímera participación del asesino lo disimulan un poco, pero una vez que todo esto empieza a asentarse el sufrimiento da inicio.

Y no solo se debe al hecho de que la cantidad de muertes que se dan en cámara son contadas y poco imaginativas, sino que además la propia estructura del filme provoca que el segundo acto se sustente de manera increíble en una cantidad de diálogos ridícula que no aportan absolutamente nada. Con personajes que se supone están sufriendo un trauma y que, en lugar de hacer algo al respecto, mejor se ponen a hablar sobre su pasado, sus sentimientos, sus inseguridades e incluso de Macbeth para que el pasar de los minutos sea eterno dentro de una parte de la película que bien podrían haber cortado sin que hubiera gran perdida de contenido.

Haciendo con esto que el resto del visionado sea un verdadero reto, aunque para nuestra fortuna los últimos 20 minutos levantan un poco el ritmo. Siguiendo claramente con algunas decisiones que no tienen demasiado sentido, pero al menos vemos con mayor frecuencia al asesino y el nivel de violencia se incrementa para ofrecer un cierre anticlimático que se siente demasiado forzado considerando el poco tiempo de construcción que le dedican a dicho asunto.

Las actuaciones son pobres, todas resultan planas y esto empeora la experiencia cuando empieza la parte que recae en los diálogos interminables. Dejando con esto a la producción como la única área en donde cuenta con algunas virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte cumple, el score es agradable, el trabajo de sonido tiene inconsistencias, los efectos son simples y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Dreamcatcher es mala. Uno de los slashers más aburridos que verán en sus vidas y el cual es mejor evitar.

Ojometro:
**

martes, 10 de agosto de 2021

Crítica: Blood Red Sky (2021)

Co-producción alemana/estadounidense dirigida por Peter Thorwarth, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Stefan Holtz. Se estrenó a nivel mundial por medio de Netflix el pasado 23 de julio.

Sinopsis:

Una mujer con una misteriosa enfermedad se ve obligada a entrar en acción cuando un grupo de terroristas secuestra el avión en la que viajaba con su hijo. Y ahora para protegerlo tendrá que revelar su más oscuro secreto.


Comentarios generales:

Por alguna extraña razón este año Netflix decidió que el verano era la mejor época para estrenar varios proyectos ligados al género de terror y no se esperó para la época de Halloween como generalmente suele ocurrir. Una decisión extraña que se verá si fue acertada o no más adelante, aunque de momento nos ha dejado películas y/o series que te provocan de todo menos indiferencia, siendo Blood Red Sky tal vez el ejemplo más claro de esto.

Y es que una película sobre vampiros alemana no era precisamente algo que generara demasiada expectativa, pero lo que nos trae Thorwarth cuenta con suficientes cosas que la hacen sentir como algo fresco dentro de este subgénero. Ya que estamos ante una de las historias de vampiros más “humanas” que recuerde al centrarse totalmente en la lucha interna de una madre para proteger a su hijo de distintas clases de monstruos (incluida ella misma), lo cual le añade muchas capas emocionales durante una problemática que se encuentra contenida en un espacio limitado y que bien podría haber fallado desde distintos frentes.

Sobre todo porque durante los primeros 25/30 minutos nos topamos con un avance pausado que no dudo que logre desesperar a más de uno debido a que la construcción de los personajes es mucho más elaborada de lo que esperarías sin realmente representar un problema grave. De hecho, ayuda a que los terroristas no sean tan planos y no queden encasillados bajo los mismos clichés de siempre al exponerlos como tipos más inteligentes.

Logrando así que cada etapa de la transformación de Nadja provocada por sus acciones se sienta bastante orgánica y poco a poco logre que el ritmo se incremente para hacer la transición a una película más ligada a la acción; en donde la sangre brota de manera constante, la atmósfera obtiene tintes más oscuros y además se va integrando un mayor número de vampiros para conseguir que la sensación de peligro sea intensa. Aunque también con esto llegan algunos minutos que se sienten más de relleno que otra cosa, lo cual alarga el metraje de manera innecesaria.

Algo que afortunadamente no afecta una parte final que encontré bastante buena debido a que todo lo ocurrido previamente termina teniendo sentido, incluso los detalles que en apariencia son insignificantes. Dejándonos así un desenlace con mucha tensión y espectacularidad que solidifica la idea de que la maldad tiene que ser eliminada a toda costa, sin importar los lazos de sangre.

En el tema de las actuaciones tenemos a una genial Peri Baumeister (Nadja) con un personaje complejo con el cual tiene que manejar un nivel de humanidad y salvajismo de manera balanceada para mantener a flote la historia. Mientras que Carl Anton Koch (Elias) no lo hace mal, es un niño tolerable, aunque por momentos si te llega a desesperar que se la pase gritando “¡mamá!” cada dos minutos.

Con respecto a la producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Blood Red Sky me gustó. Buena película de vampiros que tal vez dura un poco más de lo necesario, pero que deja buenas sensaciones. 

Ojometro:
****

viernes, 6 de agosto de 2021

Crítica: Werewolves Within (2021)

Adaptación del videojuego del mismo nombre dirigida por Josh Ruben (Scare Me) y escrita por Mishna Wolff. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de julio, mientras que su salida en formato físico se dio unos días después el 19 julio.

Sinopsis:

Cuando una tormenta de nieve deja incomunicado al pequeño pueblo de Beaverfield, el nuevo guardabosque de nombre Finn (Sam Richardson) y la trabajadora postal Cecily (Milana Vayntrub) tendrán que mantener la paz entre una comunidad dividida. Y resolver el misterio detrás de una criatura que los ha empezado a cazar.


Comentarios generales:

Nunca he jugado Werewolves Within y por lo consiguiente no sabía que esperar con esta adaptación; sin embargo, el historial de grandes bodrios en lo que se refiere a películas basadas en videojuegos no me hacía tener demasiada confianza. Simplemente se sabe que en la industria del cine no piensan que las historias de videojuegos valgan la pena y por lo regular el esfuerzo es mínimo en esta clase de proyectos, aunque en esta ocasión no lo hicieron nada mal.

Y es que lo traído por Ruben y Wolff es bastante disfrutable siempre y cuando uno no busque encontrar cantidades de sangre o violencia al por mayor, ya que en realidad estamos ante una comedia de terror muy ligera en la que por momentos ni siquiera parece que tenga algo que ver con el género. Ya que en si la historia se carga más hacía el misterio que en los hombres lobo en general y por ende le dedica mucho tiempo en su primera parte a la presentación de un conjunto de personajes sumamente peculiares y llenos de estereotipos con los que no solo te van plantando las dudas sobre quién podría estar detrás de los asesinatos, sino que además establecen de manera clara el tipo de humor que predominará.

Todo bajo un ritmo ágil que evita que tanto dialogo convierta pesada la experiencia hasta que entra en juego el tema del hombre lobo, el cual se da manera simple y sin nada de espectacularidad, pero que funciona de buena forma para que a partir ahí las acciones tengan mayor frenetismo. Además de que gracias a todos los conflictos entre los habitantes del pueblo se logra generar la tensión suficiente como para que la lista de sospechosos se mantenga amplia y así, una vez que empieza la parte más violenta, existan muchas situaciones que justifiquen el accionar de los involucrados.

Algo que deja como resultado una parte final frenética llena de muertes y un poco más de sangre, aunque especialmente un buen momento que involucra al licántropo. Cuya identidad es bien cuidada hasta el final y gracias a ello el enfrentamiento definitivo resulta lo suficientemente convincente a pesar de que no es tan explosivo como uno esperaría.

En el tema de las actuaciones tenemos a un elenco cuya fortaleza es el trabajo en conjunto gracias a un grupo de personajes sumamente excéntricos que funcionan a distintos niveles dependiendo de la tolerancia que se tenga al humor que cada uno maneja. Mientras que Sam Richardson y Milana Vayntrub muestran una química agradable que los hace buenos protagonistas.

Sobre la producción tenemos un filme de buena calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es impecable, el score cumple, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es efectiva.

Opinión final: Werewolves Within está entretenida. Comedia ligera que no recae tanto en el terror, pero que les hará pasara un buen rato.

Ojometro:
***

martes, 3 de agosto de 2021

Crítica: A Classic Horror Story (2021)

Producción italiana dirigida por Roberto De Feo y Paolo Strippoli, quienes comparten créditos como co-escritores del guión junto a Lucio Besana. Se estrenó a nivel mundial el pasado 14 de julio por medio de Netflix.

Sinopsis:

Un grupo de turistas viaja al sur de Italia y se quedan varados en el bosque, donde deberán de luchar desesperadamente por salir con vida. 


Comentarios generales:

El cine de terror italiano tiene una rica historia que nadie puede ignorar, pero es innegable que con el pasar del tiempo y la pérdida de popularidad del giallo su situación se ha vuelto complicada, al grado de que en años recientes es difícil encontrar producciones de aquel país que destaquen. Por ello es que llamó tanto la atención que Netflix apostara por una película italiana como A Classic Horror Story, de la cual realmente no se sabía nada y que de la noche a la mañana recibió una exposición cuyos creadores probablemente jamás se imaginaron que iba a tener.

Y es que tal como dice su nombre, lo presentado por De Feo y Strippoli es una historia básica que no tiene miedo de dejar en claro sus influencias y se sustenta en situaciones que vemos habitualmente en casi cualquier película que involucre personajes perdidos en un bosque. Aunque su propósito jamás es establecerse como un tipo de homenaje, sino más bien proporcionar un aire de familiaridad que pueda llevar las acciones por un rumbo adecuado mientras se va revelando un aspecto satánico bien ideado que, por sí solo, representa un atractivo visual muy potente.

El cual resulta ser la piedra angular de todo el segundo acto e inevitablemente lleva a algunos de los momentos más tensos que funcionan de buena manera; sin embargo, a pesar de dichos momentos positivos la película sufre para mantener estabilidad. Ya que se va cayendo poco a poco debido a que, en lugar de darle juego a la violencia y al factor tétrico, mejor se opta por presentar escenas con largas conversaciones que no tienen ningún tipo de peso para el desarrollo. Provocando con esto que el ritmo decaiga y no se llegue de la mejor manera a una parte final que resulta determinante para lo que el espectador pueda pensar de la experiencia general.

Una de la cual no pretendo hablar demasiado porque si se necesita llegar en blanco para digerirla adecuadamente, pero que a mí en lo particular me pareció genial y es la razón por lo que esto se salva de caer en la intrascendencia. Dándole sentido a muchas de las cosas “genéricas” que vimos previamente sin dejar de lado un toque de brutalidad que hace satisfactorio el desenlace.

En el tema de las actuaciones quienes más destacan son Matilda Lutz (Elisa) y Francesco Russo (Fabrizio). La primera con una actuación sólida que realmente solo le exige de gran manera en el último acto y el segundo con el que es el personaje más carismático y relevante para los propósitos del desarrollo de la historia.

Y en lo que respecta a la producción podemos ver una factura de buen nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score destaca bastante, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple con su objetivo.

Opinión final: A Classic Horror Story está ok. Película con cosas interesantes que depende mucho de su último acto.

Ojometro:
***