martes, 28 de septiembre de 2021

Crítica: Night of the Animated Dead (2021)

Versión animada del clásico de 1968, la cual está dirigida por Jason Axinn y que mantiene el guión original escrito por John A. Russo. Se estrenó en VOD, formato físico y digital dentro de los Estados Unidos el pasado 21 de septiembre.

Sinopsis:

Barbara (Katharine Isabelle) y Johnny (Jimmi Simpson) visitan la tumba de su padre en un cementerio remoto en Pensilvania, cuando de repente son atacados por un muerto viviente. 


Comentarios generales:

Night of the Animated Dead se trata prácticamente de una calca animada de la película de George A. Romero, así que mantiene intacta la crítica social, política y racial que hicieron del clásico del 68 todo un referente para el cine de terror. Por ello es que uno asume rapidamente que esta versión es igual de buena y sería absurdo escribir sobre algo que se ha analizado hasta el cansancio por décadas; sin embargo, la realidad es muy distinta gracias a que lo traído por Axinn es, por decirlo de una manera amable, una verdadera tomada de pelo.

Ya que se trata de una producción que cuesta trabajo creer que sea de Warner Bros. Animation, un estudio que tiene una calidad más que comprobada en proyectos de animación pero que en este caso claramente solo se limitó a obtener los derechos con el único objetivo de obtener dinero fácil explotando el cariño de los fanáticos hacía una franquicia y le dedicó la menor atención posible a esta película que a todas luces se nota sumamente descuidada ante la gran cantidad de fallas que presenta.

Siendo la más notoria la terrible animación que te hace cuestionar en todo momento si no estás viendo un proyecto escolar o una prueba beta muy temprana del proyecto al presentar una fluidez tan pobre que hace que todo parezca llevarse a cabo en cámara lenta. Además de un esfuerzo mínimo en la representación de los escenarios y, sobre todo, un diseño de los personajes sumamente inconsistente que resulta muy complicado dejar pasar por alto.

Aunque igualmente sería injusto decir que todo es culpa de la pobre animación debido a que la dirección de Axinn también deja mucho que desear. Nunca se nota que haya impregnado su propio sello en lo que estamos viendo más allá de dos o tres escenas nuevas y para empeorar las cosas toma la decisión de recortar de manera notoria el metraje en comparación al material original (60 minutos sin contar los créditos) con la intención de agilizar las cosas, lo cual solo provoca que el desarrollo se sienta sumamente apresurado y los eventos más emblemáticos queden como meras anécdotas.

Realmente todo es muy pobre y sin gran cuidado a detalles importantes, salvo por dos apartados: el score y la actuación de voz. El primero manteniendo la esencia de la película de Romero con un ligero toque de modernidad, mientras que las actuaciones de voz logran replicar de buena manera las emociones que necesita esta historia a pesar de lo acartonado que es el resultado visual; siendo Katharine Isabelle y Dulé Hill (Ben) los dos que más destacan.

Opinión final: Night of the Animated Dead es una tremenda decepción. Película hecha solo para sacar dinero a costa de un clásico eterno.

Ojometro:
**

viernes, 24 de septiembre de 2021

Crítica: Nightbooks (2021)

Adaptación del libro del mismo nombre escrito por J.A. White, la cual está dirigida por David Yarovesky (Brightburn) y cuyo guión fue co-escrito por Tobias Iaconis y Mikki Daughtry. Se estrenó el pasado 15 de septiembre a nivel mundial en Netflix.

Sinopsis:

Alex (Winslow Fegley) es un niño de diez años obsesionado con escribir historias de terror que un día se vuelve prisionero en el apartamento de una bruja llamada Natacha (Krysten Ritter). A quien deberá contarle una historia diferente cada noche si quiere mantenerse con vida.


Comentarios generales:

Una cosa común es pensar erróneamente que el terror solo se tiene que limitar a una audiencia adulta y por lo consiguiente todo se debe centrar en temáticas maduras u oscuras que satisfagan los gustos de dicho sector demográfico, olvidándose por completo de que los nuevos fans no se hacen de un día para otro y que también es necesario realizar proyectos que puedan ser vistos por un tipo de público mucho más joven para insertarles el interés por el género. Es un proceso natural que ha existido por años y con Nightbooks sin duda nos encontramos ante una de las mejores propuestas para iniciarlo.

Ya que lo traído por Yarovesky es una historia ligera que sabe perfectamente cuál es su público base (entiéndase niños), pero no tiene problemas en elevar un poco el tono en determinados momentos para poder no solo generarles sustos a ellos, sino también para que la audiencia adulta pueda disfrutar del visionado. El cual arranca sin dar demasiadas explicaciones y establece la problemática con Alex en menos de diez minutos para brindar así un ritmo ágil desde temprano con el que se pueda asimilar una dinámica que tendrá ciertas tendencias hacia la repetitividad, aunque gracias a la extravagancia de Natacha y todo el misterio que rodea a su apartamento eso realmente nunca termina por ser algo grave.

Sobre todo porque son precisamente esos dos factores los encargados de añadir los elementos fantasiosos necesarios para lograr un espectáculo visual destacado y a la vez dejar en claro que esta bruja es en verdad peligrosa más allá de su comportamiento tan peculiar. Siendo esto último fundamental para que durante el segundo acto las acciones puedan alcanzar cierto nivel de tensión que haga sentir que los niños siempre están en riesgo y con ello lograr que las interacciones entre los tres personajes resulten un poco más “oscuras” de lo normal, haciendo así que el intento de escape en verdad se sienta como un objetivo complicado de conseguir.

Simplemente todo fluye como debería, con buen ritmo y sin tanto tiempo muerto para preparar el camino hacia una parte final que resultó muy distinta a lo que esperaba. Donde tocan una situación con la que tal vez muchos se van a identificar gracias a su afición al cine terror y porque le dan un nuevo enfoque a una historia clásica que le brinda frescura a un cierre que no toma demasiados riesgos.

Sobre el tema de las actuaciones quien más destaca es Krysten Ritter gracias a la propia extravagancia de su personaje y la verdad es que lo hace muy bien. Aunque tanto Winslow Fegley como Lidya Jewett (Yasmin) tampoco desentonan proporcionando ese aire de inocencia y pavor necesarios para una historia como esta.

En cuanto a producción se trata de una de primer nivel: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es espectacular, el score es muy bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de gran calidad.  

Opinión final: Nightbooks es una de las sorpresas del año. Ideal para ver solo o acompañados por sus hijos para adentrarlos al género.

Ojometro:
****

martes, 21 de septiembre de 2021

Crítica: Escape Room: Tournament of Champions (2021)

Secuela dirigida por Adam Robitel (Escape Room), cuyo guión fue co-escrito por Will Honley, Maria Melnik, Daniel Tuch y Oren Uziel. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de julio, mientras que en México hizo lo propio este pasado 16 de septiembre; recaudando hasta la fecha $49.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Zoey (Taylor Russell) y Ben (Logan Miller) junto con otras cuatro personas se encuentran nuevamente contra su voluntad encerrados en cuartos de escape, donde irán descubriendo lentamente lo que tienen en común para sobrevivir una vez más a esta pesadilla.


Comentarios generales:

Con el final de la primera entrega y el buen desempeño que tuvo en taquilla era evidente que iba a existir una secuela de Escape Room e incluso Sony no tardó demasiado tiempo en anunciarla, pero después de dicho anuncio realmente se supo poco de esta más allá de los múltiples retrasos gracias a la pandemia. Por ello es que el futuro no pintaba nada prometedor para Tournament of Champions ante tantos contratiempos; sin embargo, el resultado final es más entretenido de lo que esperaba e incluso para algunos pudiera ser que la secuela sea más efectiva que la original.

Y es que lo ofrecido por Robitel está pensado totalmente para ofrecer diversión de principio a fin por medio de una historia en la que, salvo por una excepción importante, no se desperdicia tiempo dando demasiadas explicaciones sobre unos personajes cuyo pasado sabemos que está ligado a la corporación Minos y va directo al grano. Logrando así desde tempano un ritmo veloz que nunca disminuye y estableciendo una sensación de peligro extrema muy efectiva desde el primer cuarto por medio de acertijos mucho más complejos en comparación con los de la primera entrega.

Lo cual te deja en claro que para esta secuela el director tuvo un poco más de libertad debido a que, a pesar de resultar más complejos, estos se manejan totalmente bajo una dinámica de película de acción para que el espectador no tenga respiro y con ello la tensión se mantenga siempre en su nivel máximo. Explotando lo más que se pueda los impresionantes cuartos diseñados para esta ocasión e insertando poco a poco ciertos detalles que te van aclarando el panorama con respecto a quién está detrás de todo este sufrimiento, más no tanto sobre la propia corporación Minos.

Algo que hace que la parte final se sienta un tanto incompleta considerando el propósito inicial de los protagonistas, aunque no le quita la intensidad con la que se ha estado desarrollando todo lo anterior. Además el desenlace le da sentido a los retos ocurridos en los cuartos y claramente deja abierta la puerta para una tercera entrega gracias a un giro bien cuidado.

En el tema de las actuaciones, al no tratarse de unos personajes tan complejos, la verdad es que no hay nadie que destaque de sobremanera y en general se trata más de una labor en conjunto que funciona de forma efectiva. Mientras que la producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es espectacular, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado y los efectos sin ser tan llamativos están muy bien hechos.

Opinión final: Tournament of Champions me gustó. Película divertida llena de acción para comer palomitas y pasar un buen rato.

Ojometro:
****

viernes, 17 de septiembre de 2021

Crítica: The Blackout Experiment (2021)

Película dirigida por John David Moffat IV, cuyo guión fue escrito por Ryan Graff y Jill Killington. Se estrenó directamente en VOD y DVD el pasado mes de julio dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Seis extraños despiertan dentro de un cuarto lleno de armas como parte de un cruel experimento en donde solo tienen dos opciones: matarse entre ellos o ver morir a un ser querido. 


Comentarios generales:

Muchas veces es fácil el poder darte cuenta cuando una película será un auténtico desastre y mejor optas por dejarla pasar, pero en ocasiones la labor promocional es al menos efectiva como para engañarte lo suficiente. Por eso es que termine viendo The Blackout Experiment, algo de lo cual me arrepiento de sobremanera.

Ya que lo que nos trae Moffat IV es, por mucho, de lo peor que ha salido en este 2021. Donde encontrar algo positivo es una misión imposible y eso en realidad resulta bastante sorprendente considerando que estamos ante una historia que ni siquiera es tan original o maneja un nivel de complejidad elevado; de hecho, incluso me atrevería a decir que tenía el potencial para por lo menos entretenerte si hubiera contado con la calidad mínima en el manejo de la violencia con la que se pretende sustentar lo que ocurre en pantalla. 

Pero en lugar de eso lo que nos encontramos es un trabajo sin pies ni cabeza en el que te exponen a un conjunto de personajes sin personalidad que se la pasan gritando durante 80 minutos que no merecen morir mientras se desenvuelven situaciones “extremas” en las que básicamente se apuesta por un volado para ver si alguna de estas funciona más que las otras y a partir de eso tratar de desarrollar todo lo demás. Dejándote en blanco muchas cosas importantes que le brinden contexto al experimento o moldeen de mejor manera los conflictos para que por lo menos estos cuenten con cierto grado de intensidad que haga interesante el visionado.

Es de esos casos en donde pasa mucho pero a la vez no pasa nada, convirtiendo así el camino hacia la parte final en una tortura. Y es que ni siquiera se puede ver una muerte memorable debido a que prácticamente todas se dan con la pantalla en negro, lo cual representa una incoherencia brutal tomando en cuenta que estas son, en teoría, el punto central de todo lo que ocurre.

Las actuaciones son muy malas, obviamente las limitantes del guión no les ayudaban demasiado pero realmente todo el elenco hace un trabajo muy pobre y en ningún punto sientes interés al menos por alguno de los personajes. En cuanto a la producción, es de muy bajo presupuesto y baja calidad: el trabajo de fotografía es mediocre, la dirección de arte pobre, el score es genérico, el trabajo de sonido tiene varios fallos y los efectos son simples.

Opinión final: The Blackout Experiment es terrible. Evítenla a toda costa.

Ojometro:
*

lunes, 13 de septiembre de 2021

Crítica: Malignant (2021)

Película dirigida por James Wan (Saw, The Conjuring) y escrita por Akela Cooper. Se estrenó en cines tanto en México como los Estados Unidos el pasado fin de semana, recaudando hasta la fecha $15 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. También se encuentra disponible en HBO Max para ciertos mercados.

Sinopsis:

Madison (Annabelle Wallis) se paraliza por causa de las visiones de asesinatos espeluznantes que tiene. Y su tormento empeora cuando se da cuenta que estos son, de hecho, realidades aterradoras que pronto la alcanzarán.


Comentarios generales:

Pocos directores tienen un peso tan importante en la actualidad dentro del género de terror  como James Wan, así que el que siga regresando siempre es una buena noticia debido a que con el pasar del tiempo parece que eso se irá volviendo más y más complicado. Por ello es que Malignant era una de las películas de mayor perfil para 2021, esto a pesar de que realmente no se sabían grandes detalles sobre esta más allá de que estaría inspirada en el giallo y no cabe duda que tanto secretismo a su alrededor terminó funcionando.

Y es que mientras menos sepas sobre esta nueva propuesta de Wan mucho mejor, ya que se trata de su trabajo más audaz y por lo mismo uno que puede generar mucha polarización ante las ideas tan locas que rodean una historia que al inicio parece simple, pero que con el pasar de los minutos va construyendo de manera calmada un misterio muy sólido cuyas piezas embonan perfectamente. El cual gira alrededor del personaje de Madison, quien durante el primer acto se ve expuesta a una serie de situaciones que la colocan en una posición de duelo, mucho estrés e incluso soledad para establecer una atmósfera y tono oscuros que predominarán por el resto del metraje.

Algo sumamente importante debido a que la idea del director es precisamente esa, dejar muy marcada la oscuridad para que el villano siempre se mantenga como este ser en extremo peligroso y aterrador con el cual pueda realizar sus mayores acercamientos al giallo. Utilizándolo primordialmente para construir los momentos de impacto con muertes brutales que poco a poco van exponiendo las conexiones necesarias bajo un ritmo ágil que hace fluir las cosas de manera agradable mientras se integran elementos sobrenaturales que te hacen suponer que ya descifraste lo que está pasando.

Situación que resulta preocupantes durante unos instantes debido a que todo indica hacia una dirección cuando todavía falta una cantidad de tiempo considerable, pero cuando piensas que ya todo está escrito resulta que no es así y el misterio como tal sigue volviéndose más interesante hasta que se presenta algo que cambia por completo las cosas para la parte final.

Una de la cual no pienso hablar tan a fondo porque podría arruinar la sorpresa, aunque sí puedo decir que a pesar del shock todo termina encajando con lo que hemos visto y es por mucho donde la brutalidad se magnifica. Dejándonos así un desenlace atrevido que está lleno de acción, violencia y sangre que bien podría rivalizar con cualquier película de John Wick, pero que también cuenta con su dosis emocional para añadir un poco más de profundidad a las cosas.

En lo que respecta a las actuaciones tenemos a un elenco muy sólido, donde Annabelle Wallis destaca por su tiempo en pantalla y porque en general hace una gran labor para que su personaje te importe desde el primer minuto. Sin embargo, esto sin los secundarios difícilmente funcionaría debido a que, salvo que estén pensados para morir, estos resultan un gran complemento para que el propio misterio se vaya develando de forma clara sin que todo recaiga de manera excesiva en la protagonista.  

Sobre la producción, tenemos una factura de alto nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es espectacular, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es bastante efectiva.

Opinión final: Malignant me gustó mucho. Una loca y retorcida interpretación del giallo por parte de James Wan que sin duda es de lo mejor del año.

Ojometro:
*****

viernes, 10 de septiembre de 2021

Crítica: Superhost (2021)

Película escrita y dirigida por Brandon Christensen (Still/Born, Z). Se estrenó en VOD el pasado 2 de septiembre dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Con su número de seguidores cayendo estrepitosamente, una pareja de vloggers se esmeran por crear contenido viral sobre su más reciente anfitriona de nombre Rebecca (Gracie Gillam). Quien al parecer hará todo lo posible por obtener más que una buena reseña.


Comentarios generales:

Para lo relevantes que se han convertido los famosos influencers (o Youtubers) en los últimos años realmente su presencia como personajes explotables dentro del género de terror ha sido demasiado discreta, sobre todo si tomamos en cuenta que encajan perfectamente con ciertos subgéneros. Todavía no son algo tan común y por eso Superhost logró contar con cierta novedad a su alrededor que la ayudó a resaltar más de lo que lo hubiera hecho bajo otro contexto, sobre todo porque es una película en verdad muy simple.

Y es esa misma simpleza la que termina por afectar lo que nos presenta Christensen debido a que, más allá de una representación fiel sobre los influencers al momento de estar frente a la cámara, su historia está diseñada para explotar prácticamente hasta el último acto y con ello gran parte de lo que ocurre antes de eso resulta bastante olvidable. Ya que las situaciones con la pareja protagonista no son lo suficientemente interesantes como para sostener un ritmo atractivo, no solo por el hecho de que son banales, sino porque en si estos dos personajes tienen cero química en pantalla y nada de lo que ocurre realmente te genera algún tipo de sentimiento hacia ellos como para sentir curiosidad por lo que vendrá más adelante.

Siendo la presencia de Rebecca lo único que hace de este periodo uno digerible al ser alguien que desde el primer instante capta tu atención; sin embargo, esta se encuentra sumamente limitada en cuanto al tiempo que recibe en pantalla y gracias a eso no se explota lo suficiente su rareza. Lo cual es frustrante debido a que realmente es muy evidente lo que sucede y, en lugar de aprovecharla lo más que se pueda, mejor se opta por tratar de construir un misterio por medio de detalles que son demasiado sencillos de descifrar y por lo consiguiente dicho misterio como tal nunca existe.

Afortunadamente lo que si existen son los últimos 25 minutos que sin duda son lo mejor de la película. Donde el nivel de intensidad es completamente otro y POR FIN le brindan todos los reflectores a Rebecca, quien resulta inquietante con su simple mirada para realizar una persecución que cuenta con las dosis de sangre y violencia necesarias como para dejar una buena impresión final a pesar de los problemas previamente mencionados.

En lo que se refiere a las actuaciones la pareja protagonista conformada Sara Canning (Claire) y Osric Chau (Teddy) tiene cero química y eso es un punto bastante negativo para el desarrollo. Aunque por otro lado tenemos a Gracie Gillam que está genial en su papel, siendo ella la que saca adelante varios de los momentos más intensos con un nivel de locura muy llamativo.

Sobre la producción, realmente es de presupuesto discreto: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada del otro mundo, el score es medio genérico, el trabajo de sonido está bien cuidado y todo lo referente a efectos/maquillaje es bastante simple.

Opinión final: Superhost está ok. Película sencilla a la que la salva su parte final y su excéntrica protagonista. 

Ojometro:
***

martes, 7 de septiembre de 2021

Crítica: Don't Breathe 2 (2021)

Secuela dirigida por Rodo Sayagues, quien nuevamente comparte créditos como co-escritor del guión junto a Fede Álvarez. Se estrenó en cines tanto en Estados Unidos como en México a inicios de agosto, recaudando hasta la fecha $40.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ocho años después de la invasión mortal a su hogar, Norman Nordstrom (Stephen Lang) vive tranquilamente junto con una niña de 11 años y su perro en los suburbios de Detroit. Aunque pronto los pecados de su pasado lo volverán a alcanzar.


Comentarios generales:

Por lo ocurrido en la primera entrega realmente no era cuestión de saber si iba a haber una secuela, sino más bien sobre cuándo iba a salir debido a que era evidente el potencial para iniciar una franquicia. Así que cuando se anunció Don't Breathe 2 a nadie le tomó por sorpresa, era lo esperado; sin embargo, creo que lo que absolutamente nadie se esperaba es que fuera a cambiar de manera tan radical su enfoque.

Y es que si bien lo presentado por Sayagues y Álvarez mantiene la base más superficial del concepto, así como los cuestionamientos morales ante las decisiones que uno toma en la vida, lo cierto es que ahora nos traen una historia muchísimo más centrada en la acción.

Aunque durante el primer acto tratan de mantener cierta familiaridad y juegan un poco con el sigilo en un espacio reducido para construir la problemática central, logrando varios momentos tensos e introduciendo a un grupo de villanos que son los suficientemente detestables como para dejar parado a Norman como el “bueno” en todo esto. Además de que significa la parte más tranquila de la película debido a que una vez que inicia la batalla por sobrevivir el ritmo nunca disminuye y la acción se apodera por completo de lo que vemos.

Presentándonos situaciones intensas que traen consigo mucha violencia y elementos visuales de gran impacto que cumplen su objetivo de posicionar a nuestro protagonista como una máquina de matar dentro de un conflicto que si cuenta con cierto elemento sorpresa para añadir complejidad a algo que parecía ser excesivamente simple. Lo cual trae consigo ciertas acciones perturbadoras que desafortunadamente nunca terminan por ser del todo explotadas para caer nuevamente en la dinámica del antihéroe ciego indestructible y gracias eso convertir a la parte final en una demasiado genérica.

Obvio esta cuenta con algunos momentos muy llamativos (uno que involucra agua siendo el más destacado) y la acción no está mal, pero el desenlace como tal no resulta tan satisfactorio tomando en cuenta los dilemas morales que se ponen sobre la mesa.

En lo que se refiere a las actuaciones, este es el show de un esquelético Stephen Lang. Su personaje de cuasi Rambo ciego es el alma de la película y ese conflicto interno que maneja todo el tiempo es parte fundamental para que logre sostener de manera efectiva una dinámica que bien podría haber resultado contraproducente ante lo repetitiva que puede llegarse a volver o ante lo ajena que se siente con respecto a lo que vimos en la primera entrega.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es tremendo, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Don't Breathe 2 me gustó. Película más orientada a la acción que les hará pasar un buen rato. 

Ojometro:
****

viernes, 3 de septiembre de 2021

Crítica: Demonic (2021)

Película escrita y dirigida por Neill Blomkamp, la cual significa su debut en el género. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 20 de agosto, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una joven de nombre Carly (Carly Pope) desata terribles demonios cuando las fuerzas sobrenaturales escondidas por décadas en un pleito entre madre e hija se revelan de la manera más brutal que alguien se pueda imaginar.


Comentarios generales:

Haciendo memoria no pude recordar alguna otra película que combinara el tema de las posesiones con sci-fi en tiempos recientes, ya que casi siempre se opta por combinaciones más simples que garanticen al menos cierta ganancia. Por eso es que Demonic resaltaba de manera importante al representar algo no tan común y más por el nombre del director involucrado que le brindaba cierto sello de calidad, aunque el resultado final no es precisamente el más emocionante.

Y no es porque lo que nos presenta Blomkamp me haya parecido malo, más bien se debe a que la idea como tal no se explota de la mejor manera posible. Ya que con una premisa tan exagerada (o ridícula, según como se vea) lo menos que te esperas es una historia que se desarrolle de manera tan lenta y se tome tan en serio, lo cual hace que cueste trabajo involucrarte de lleno en lo que estás viendo durante los primeros 40 minutos a pesar de que por momentos se ofrece una propuesta visual interesante gracias a una tecnología aparentemente nueva y porque si se planta la duda por saber qué es exactamente lo que está mal.

En general todo se siente muy soso durante ese periodo de tiempo, sin embargo, una vez que se pasa dicha frontera y se empieza a profundizar de mayor manera sobre el demonio las cosas mejoran; en especial porque la estabilidad mental de nuestra protagonista empieza a ser factor y eso ayuda a ir construyendo una atmósfera más oscura, así como situaciones que jueguen con la realidad o la ficción para incrementar el nivel de tensión (incluida la que es sin lugar a dudas la mejor escena del filme). Además de que en este punto también se revelan detalles interesantes sobre otros personajes que de golpe añaden un elemento clásico de manera sorpresiva para hacerte suponer que la parte final será algo a una escala mucho mayor.

Cosa que lamentablemente no se da y dicho elemento termina siendo rápidamente desechado para darle cabida a una conclusión que no está mal, pero que sigue un camino que hemos visto en incontables ocasiones. Algo que, al combinarse con el hecho de que el desenlace lo alargan demasiado, hace que en general todo lo que ocurre no se sienta con la fuerza y relevancia que debería.

Las actuaciones en su mayoría son olvidables, siendo Carly Pope la única que destaca sin que deje una marca para recordar. Mientras que en producción se nota que hubo poco presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no tiene nada del otro mundo, el score es lo mejor de la película, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son simples y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Demonic está ok. La idea es mucho más interesante que su ejecución, pero no está de más checarla.

Ojometro:
***