viernes, 29 de marzo de 2024

Crítica: Vermines (2023)

Producción francesa dirigida por Sébastien Vanicek, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Florent Bernard. Se estrenó en cines dentro de Francia a finales de diciembre del año pasado, mientras que hizo lo propio en México el 21 de marzo; recaudando hasta la fecha $2.03 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Kaleb (Théo Christine) es un apasionado de los animales exóticos y un día adquiere una peculiar araña venenosa que se le termina escapando. Iniciando con ello una verdadera pesadilla para él y todos los vecinos dentro del edificio en el que vive.


Comentarios generales:

Las arañas pertenecen al grupo de animales que históricamente siempre han estado ligados al cine de terror y películas como “Tarantula”, “Arachnophobia” o la divertidísima “Eight Legged Freaks” se encargaron de posicionarlas manera interesante ante los ojos de los fans en distintas épocas. Sin embargo, con el pasar del tiempo han ido quedando un poco olvidadas y los contados intentos por darles nuevamente algo de relevancia no han sido tan efectivos, pero probablemente Vermines pueda cambiar eso.

Y es que lo traído por Vanicek es de esos trabajos que tienen perfectamente claro cuál es su propósito y las fortalezas con las que cuenta para poder alcanzarlo, incluso si durante el primer acto no es tan evidente. Más que nada porque está completamente destinado a presentar a un grupo de personajes bastante ruidosos con los que es complicado poder involucrarse de inicio, pero que definen perfectamente el ambiente que se vive en ese edificio y la compleja dinámica en la que están involucrados que hace del lugar el escenario ideal para la evolución de una amenaza que parece ser un tanto ridícula.

Obvio con lo anterior el ritmo no resulta ser el más atractivo porque las acciones tardan un poco en explotar, aunque una vez que se empieza a mostrar lo peligrosas que son las arañas este cambia de golpe y no vuelve a retroceder en lo que resta del metraje.

Sobre todo porque el director tiene la capacidad para mantenerte siempre expectante al momento de utilizar a las criaturas de diversas formas, ya sea bajo circunstancias que cualquiera de nosotros ha podido experimentar cuando nos aparecen de la nada en nuestros hogares o por medio de situaciones mucho más exageradas cuyo propósito es añadir el shock necesario con el que se logra generar una sensación de peligro elevada y además un tono mucho más oscuro del que pudieras esperar al estar complementado con un poco de crítica sobre cómo las autoridades están dispuestas a sacrificar a los más indefensos en la sociedad para evitar una catástrofe mayor.

Llevándonos así por varios momentos muy bien logrados que cumplen totalmente con el propósito de ir mostrando la evolución de las arañas y la propia relación de los personajes bajo unas buenas dosis de acción. Las cuales llegan a su punto más alto justo con una parte final en la que se suelta todo el despliegue de efectos para lograr un desenlace muy efectivo en el que se juega con la idea de que los propios humanos son igual de peligrosos e impredecibles que los arácnidos.

Sobre las actuaciones hay que decir que son correctas en general, siendo tal vez el propio Théo Christine el más flojo de todos porque realmente tiene complicaciones al momento de mostrar un mayor rango emocional cuando es necesario. Mientras que en producción tenemos cosas para destacar: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son bastante buenos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Vermines me gustó. Una grata sorpresa no apta para aracnofóbicos que sabe perfectamente qué es lo que quiere.

Ojometro:
****

martes, 26 de marzo de 2024

Crítica: Ghostbusters: Frozen Empire (2024)

Película dirigida por Gil Kenan (Poltergeist), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason Reitman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 22 de marzo, recaudando hasta la fecha $61.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando el descubrimiento de un antiguo artefacto libera a una poderosa fuerza del mal, la nueva y la antigua generación de los Ghostbusters tendrán que unir fuerzas para proteger su hogar y salvar al mundo de una segunda Edad de Hielo.


Comentarios generales:

“Ghostbusters: Afterlife” representó un regreso más que satisfactorio para una franquicia que durante años estuvo olvidada a pesar de tratarse de uno de los grandes fenómenos de la cultura pop en los 80s, así que era lógico que hicieran una secuela. Aunque el hecho de que no regresara Jason Reitman tras la cámara era una preocupación dado que él parecía ser el principal motor de todo esto y creo que con Frozen Empire queda un poco en evidencia.

Y es que aunque lo presentado por Kenan no es malo, si te deja con la sensación de que a este le falta una mayor comprensión sobre lo que verdaderamente quieren ver los fans, ya que al traernos una historia que se centra en el salto a la adolescencia de Phoebe Spengler hace que el tono sea mucho más serio del que debería y de paso hace que gran parte del numeroso elenco quede algo relegado. Sobre todo durante una primera mitad en la que sin duda vemos algunos buenos momentos que funcionan porque recurren a la nostalgia de manera bien pensada, pero de a poco van resultando insuficientes para que la problemática central se sienta lo suficientemente relevante y a gran escala.

Siendo esto un problema porque realmente nunca se manifiesta un nivel de urgencia importante que justifique la presencia de todos los Ghostbusters, a los cuales se les trata de brindar pantalla por medio de fragmentos rodeados de un humor que a veces funciona y otras no. Provocando con esto que el ritmo no sea tan ágil como uno esperaría, pero también hay que reconocer que conforme se van uniendo las piezas durante la segunda mitad este va mejorando porque el tono serio del inicio ya no resulta tan predominante y así se le da paso a la acción que trae consigo elementos característicos de la franquicia con los que se puede explotar el tema apocalíptico por medio de un mayor espectáculo visual.

Lo cual roza su punto más alto durante una parte final que es bastante entretenida en términos generales. Especialmente porque ahora si la amenaza resulta imponente y se logra obtener un balance adecuado entre las generaciones para construir un enfrentamiento con su buena dosis de espectacularidad y nostalgia, dejándonos así un desenlace satisfactorio que definitivamente prepara el escenario para una tercera entrega.

En cuanto a las actuaciones no hay mucha diferencia a lo visto anteriormente, aunque Mckenna Grace y Paul Rudd claramente toman un rol todavía más relevante. Mientras que en producción tenemos nuevamente una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de gran calidad y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Ghostbusters: Frozen Empire está entretenida. Secuela en la que no todo funciona, pero te hace pasar un rato agradable.

Ojometro:
*** 

viernes, 22 de marzo de 2024

Crítica: Imaginary (2024)

Película dirigida por Jeff Wadlow (Truth or Dare, Fantasy Island), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Greg Erb y Jason Oremland. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 8 de marzo y en México hizo lo propio el pasado 14 de marzo, recaudando hasta la fecha $23.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando Jessica (DeWanda Wise) se muda con su nueva familia a la casa de su infancia, su pequeña hijastra empieza a hablar con un amigo imaginario ligado a un osito de peluche. Aunque con el pasar de los días su extraño comportamiento empezará a ser motivo de preocupación.


Comentarios generales:

Probablemente Imaginary haya sido una de las películas que más expectativas generó dentro del cine de terror en estos primeros meses de 2024, no solo por tratarse de una producción de Blumhouse, sino porque su concepto en general resultó ser muy mercadeable. Eso daba buenas sensaciones, pero cuando vi quién era el director rápidamente sabía que debía de bajar mis expectativas dado a que suele ser el encargado de los proyectos más genéricos del estudio y tristemente este no ha sido la excepción.

Ya que aunque Wadlow en esta ocasión nos ofrece algo mejor que sus dos anteriores propuestas, la verdad es que sigue sufriendo al momento de poder redondear sus ideas sin caer en lo absurdo. Lo cual es una pena porque aquí tenemos una historia que durante el primer acto logra proponer una situación interesante por medio de un concepto simple para ir construyendo vínculos entre los personajes que hacen que el tema del amigo imaginario encaje a la perfección y además contenga el misterio suficiente en lo que respecta a lo que hay detrás del oso de peluche.

El problema es que una vez que se plantea esto las cosas no se desarrollan de una manera que vaya incrementando el nivel de tensión ante el comportamiento de la hijastra y poco a poco las cosas empiezan a estar rodeadas de una pesadez notoria que, para colmo, se magnifica conforme le dan vueltas a lo mismo una y otra vez. Esperando a que sea una relevación que involucra a Jessica la que pueda solucionar todos los problemas y por ciertos lapsos lo consiguen dado a que una vez que se expone eso entramos a territorios más fantasiosos que indudablemente cambian la dinámica, sin importar que para conseguirlo tengan que ir presentando ciertas situaciones que no resultan tan convincentes.

Algo que la parte final termina resintiendo porque todo lo que ocurre se siente forzado y con soluciones demasiado rebuscadas. Sin embargo, también hay que decir que por lo menos en esta parte las dosis de acción se incrementan y por lo consiguiente la intensidad es la necesaria como para ofrecer un desenlace entretenido.

Las actuaciones no las encontré tan malas; de hecho, DeWanda Wise creo que hace un trabajo adecuado en cuanto al nivel emocional y eso ayuda a solventar bastantes cosas. Mientras que en producción tenemos una buena factura en general: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no están mal y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Imaginary está pasable. Película con algunas cosas interesantes para perder el tiempo cuando salga en streaming.

Ojometro:
***

martes, 19 de marzo de 2024

Crítica: Prey for the Bride (2024)

Película dirigida por Dany J. Boyle (The Man with My Husband’s Face) y escrita por Bryan Dick. Se estrenó el pasado 16 de febrero directamente en Tubi, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de damas de honor viajan a Napa para una despedida de soltera, aunque estando ahí se encontrarán en gran peligro cuando un hombre con máscara de lobo empieza a asecharlas.


Comentarios generales:

Si hay algo que reconocerle a Tubi es su persistencia debido a que actualmente ninguna otra plataforma de streaming produce tantas películas de terror como ellos. Obvio la mayoría con una calidad muy cuestionable que vuelve casi imposible recomendarlas, pero en algún punto esa perseverancia les iba a tener que dar resultados decentes y creo que con Prey for the Bride es la primera vez que lo logran.

Ya que lo traído por Boyle es un slasher bien hecho que no tiene pretensiones demasiado altas y eso ayuda muchísimo a que su historia funcione a pesar de que no propone nada nuevo e incluso carece de grandes cantidades de sangre o muertes llamativas. Apegándose al librito desde un primer acto que inicia como debe y luego opta por una construcción un tanto pausada para presentar a un grupo de amigas que al no ser las típicas adolescentes pueden ofrecer un poco más de profundidad a los personajes, implantando rápidamente la duda sobre si ellas tuvieron algo que ver con el problema que se les vendrá más adelante y por lo mismo haciendo que el misterio en si resulte por lo menos interesante desde temprano.

Desarrollándose todo de una manera bastante simple y clara, aunque también hay que decir que al entrar al segundo acto las cosas se tambalean un poco debido a que la presencia constante del asesino tarda en darse y las muertes para ir exponiendo su peligrosidad no son precisamente algo para recordar. Sin embargo, una vez que se entra a la dinámica de riesgo constante se vuelve a encontrar un cierto nivel de estabilidad que permite ir construyendo escenas efectivas que poco a poco exponen las mentiras que rodean al grupo para ir generando tensión desde varios frentes y así mantener oculta durante el mayor tiempo posible la identidad del asesino.

Lo cual ayuda a que el interés se mantenga intacto para llegar a una parte final que en general es entretenida por la intensidad que maneja. Logrando con esto que la revelación definitiva funcione mucho mejor de lo esperado y con ello el desenlace pueda plantear una disyuntiva que es difícil de ver en un slasher actualmente.

Las actuaciones están bien, hay una buena química entre el elenco y eso ayuda a que funcione la mayoría de las cosas que intentan. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es básica, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Prey for the Bride está aceptable. Slasher competente que es sin duda de lo mejorcito que ha producido Tubi.

Ojometro:
***

viernes, 15 de marzo de 2024

Crítica: Alice in Terrorland (2024)

Película escrita y dirigida por Richard John Taylor (Muse). Se estrenó en DVD dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero y en México llegó a las salas de cine este pasado 7 de marzo.

Sinopsis:

Una adolescente que recientemente perdió a su familia se va a vivir con su abuela a una casa aislada en el bosque, sin saber que fuerzas siniestras acechan en su interior.


Comentarios generales:

Ante el sorpresivo éxito que fue “Winnie-the-Pooh: Blood and Honey” no es de extrañar que se venga una oleada de producciones basadas en cuentos clásicos que ya forman parte del dominio público debido a que esto genera una curiosidad natural en las personas ante la posibilidad de ver cosas raras. Una tendencia que a mí también me llama la atención y estoy dispuesto a seguir de cerca; sin embargo, películas como Alice in Terrorland vuelven eso un poco complicado.

Y no tanto porque espere ver obras maestras que cambien el rumbo del género, pero si por lo menos ver un esfuerzo con el que traten de justificar la adaptación de la obra con algo que pretenda ser entretenido y no un simple intento por obtener atención fácil solo por hacer la “travesura”. Algo que lamentablemente Richard John Taylor no entiende y gracias a eso nos pone ante una experiencia que resulta todo un suplicio ante lo tremendamente aburrida que es de principio a fin.

Esto por medio de una historia que siempre pretende manejar un tono depresivo y oscuro que al inicio puede resultar interesante, aunque no tiene que pasar mucho tiempo para caer en cuenta que esto no es más que una fachada con la cual se pretende ocultar varios problemas al momento de desarrollarla. No solo porque la integración de los elementos de la obra de Lewis Carroll es por demás forzada, sino porque en realidad el director de manera intencional alarga varias escenas por medio de diálogos interminables para rellenarlas ante lo huecas que son y eso provoca que el ritmo sea demasiado lento; en especial durante los sueños en los que se sustenta toda la fantasía y cuyo propósito es ir soltando pistas sobre la situación de nuestra protagonista.

Un recurso que probablemente hubiera funcionado un poco mejor de no ser porque uno puede descifrar en cuestión de minutos lo que está ocurriendo y los intentos por tratar de ocultarlo son demasiado mediocres como para ignorarlo. Además de que las cosas jamás logran subir de intensidad durante el segundo acto dado a que pareciera que el pensamiento siempre fue que con lo extravagante de los icónicos personajes era más que suficiente y no había necesidad de recurrir a momentos más extremos.

Con todo lo mencionado anteriormente uno llega a la parte final desesperado e implorando que esto acabe para poder irse a hacer otras cosas y aunque por ahí intentan agregar un poco más de dinamismo con la revelación que no va a sorprender nadie, lo cierto es que el desenlace es tan blando y carente de emociones que solo te quedas con una sensación de vacío muy grande.

Las actuaciones son pobres en general, algunas resaltan un poco más por la extravagancia misma de los personajes pero realmente no hay nada para destacar. Mientras que en producción se nota el muy bajo presupuesto: el trabajo de fotografía no está mal, la dirección de arte es decepcionante tomando en cuenta la obra que es, el score resulta genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son de baja calidad y la labor de maquillaje está bien.

Opinión final: Alice in Terrorland es terrible. Evítenla a toda costa.

Ojometro:

martes, 12 de marzo de 2024

Crítica: Double Blind (2024)

Producción irlandesa dirigida por Ian-Hunt Duffy y escrita por Darach McGarrigle. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 9 de febrero, mientras que su salida en formato físico se dio justo esté 12 de marzo.

Sinopsis:

Después de que un test de una droga experimental saliera mal, los sujetos de prueba enfrentan un terrible efecto secundario: si se quedan dormidos morirán. Ahora, atrapados en una instalación en cuarentena, el pánico se desata mientras tratan de escapar y mantenerse despiertos.


Comentarios generales:

En ocasiones anteriores ya he hablado sobre cómo hay películas que uno simplemente no tiene en su radar y de la nada aparecen llamando tu interés, siendo ese el caso de Double Blind. Un trabajo cuya premisa no es que desbordara originalidad, pero que con solo ver su trailer se podía intuir que había cierto potencial para al menos pasar un buen rato y eso es precisamente lo que ocurrió.

Ya que lo presentado por Ian-Hunt Duffy es de esas historias que definitivamente tienen un factor de predictibilidad marcado pero en todo momento notas que tratan de ocultarlo de la mejor manera que se pueda, aunque no sin antes tener que pasar por unos primeros minutos que no son los más atractivos. Donde la presentación de los personajes y del test de prueba se realiza de la manera más estándar posible, construyendo ciertas situaciones que claramente te venden la idea de que hay algo macabro detrás sin que expongan nada memorable entre este grupo de individuos cuyas personalidades no destacan demasiado salvo por la “amistad” que logra formar nuestra protagonista (Claire) con alguien más.

Ante esto el ritmo es uno bastante tranquilo, aunque en realidad lo que ocurre en pantalla nunca te aburre y afortunadamente cuando inicia el caos se da un cambio inmediato en ese sentido para que la sensación de desesperación resulte mucho más marcada una vez que se da la primera muerte. Logrando con esto que el segundo acto tenga algunas buenas dosis de impacto mientras se desarrolla una problemática que no es tan compleja como lo quieren hacer suponer y por momentos cae en los clichés comunes, pero es lo suficientemente sustancial como para hacer que la locura de los personajes sea interesante durante el proceso de construcción del conflicto decisivo.

Llevándonos así a una parte final que es intensa y se va por un camino que se podía visualizar desde minutos antes sin que le afecte demasiado. Más que nada porque el nivel violencia se intensifica y eso ayuda a que el desenlace tenga más fuerza en términos generales para exponer el mensaje sobre el mundo macabro que existe detrás de las farmacéuticas.

En cuanto a las actuaciones se puede decir que el elenco está bien conformado y Millie Brady (Claire) como la protagonista cumple, aunque la presencia de Pollyanna McIntosh (Dr. Burke) es meramente anecdótica. Mientras que en producción tenemos una factura limpia: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no está mal, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos no son nada espectacular y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Double Blind está entretenida. Película que se puede ver sin mayores problemas cualquier día.

Ojometro:
*** 

martes, 5 de marzo de 2024

Crítica: Trunk: Locked In (2024)

Película alemana escrita y dirigida por Marc Schießer. Se estrenó a nivel mundial el pasado 24 de enero por medio de Amazon Prime Video, aunque no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Malina (Sina Martens) despierta desorientada en la cajuela de un automóvil y para su horror descubre que le hace falta algo más que su memoria. Ahora, teniendo a su celular como el único vinculo con el exterior, iniciará una brutal batalla por sobrevivir.


Comentarios generales:

Creo que no hay cosa más difícil al momento de hacer cine que tratar de contar algo que se desarrolla dentro de un espacio reducido y con solo un personaje, simplemente los riesgos para que eso salga muy mal son demasiado altos y por lo consiguiente son pocos quienes se atreven a hacerlo. Una peculiaridad que sin duda ayudaba a Trunk: Locked In a resaltar dentro de la plataforma en la que se estrenó porque de lo contrario hubiera pasado totalmente desapercibida.

Y es que lo que nos trae Schießer es un thriller que desde el primer instante deja ver su simpleza y no pierde tiempo en tratar de profundizar demasiado sobre la situación de Malina para involucrar de lleno al espectador. Todo bajo una atmósfera claustrofóbica que ayuda a magnificar la problemática mientras se van exponiendo ciertas decisiones que en estas situaciones se pueden considerar lógicas, pero que al ir fallando una por una generan un nivel de frustración importante para nuestra protagonista que sin duda beneficia a la sensación de total desesperanza que se quiere conseguir.

Gracias a eso se pueden tener unos primeros 30/35 minutos muy agradables en los que el ritmo es ágil y realmente no te aburres; sin embargo, una vez que pasamos este punto las cosas empiezan a volverse un tanto tediosas. Ya que conforme vamos dejando la novedad detrás se cae en una dinámica en donde lo predominante es ver a Malina teniendo largas conversaciones por teléfono que evidentemente están pensadas para brindarle una idea al espectador sobre lo que ocurre afuera con su rescate, pero la verdad ninguna logra tener efectos muy positivos y vuelven pesado el visionado con tanta información que, para el colmo, básicamente revela algo que tendría que ser una sorpresa más adelante.

Dejándonos así ante una parte final que intenta recuperar la dinámica agíl y en cierto modo lo logra, incluso teniendo durante el proceso dicha sorpresa que carece del peso emocional que debería. Aunque ya para el desenlace las cosas se vuelven un poco más caóticas y eso ayuda a que por lo menos te termines quedando con una sabor agradable a corto plazo.

De las actuaciones hay que decir que Sina Martens lo hace bastante bien considerando la situación que vive su personaje y, salvo por algunos momentos un tanto fastidiosos, logra que nos importe lo que le pudiera llegar a pasar. Mientras que en producción tenemos cosas destacadas a pesar de la simpleza del proyecto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es sumamente básica, el score no está mal, el trabajo de sonido está bien cuidado y lo referente a efectos/maquillaje cumple.

Opinión final: Trunk: Locked In está aceptable. Thriller con altibajos que se puede ver para perder el tiempo.

Ojometro:
***

viernes, 1 de marzo de 2024

Crítica: Stranger in the Woods (2024)

Película dirigida por Adam Newacheck y escrita por Holly Kenney. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de febrero, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Olivia (Holly Kenney) y sus amigos van de vacaciones después de que la encontraran moribunda en su tina tras el funeral de su prometido. Todos piensan que se quiso suicidar, pero ella está convencida de que alguien la quería matar.


Comentarios generales:

Cuando tu película lleva como título Stranger in the Woods realmente no tienes demasiado margen de maniobra debido a que las personas van a esperar algo muy especifico y eso complica bastante las cosas. Obligando con esto a tener que buscar ciertas soluciones para tratar de diferenciarse y en este caso es evidente que se hace un esfuerzo con el que se pueda obtener un resultado competente, más no espectacular.

Ya que lo presentado por Newacheck probablemente no sea la historia más llamativa en cuanto a violencia se refiere, pero trata de compensar eso con un desarrollo de personajes poco habitual en esta clase de trabajos. Ofreciendo así un primer acto en el que lo importante es tratar de comprender la compleja situación que vive Olivia y cómo sus amigos tratan de ayudarla a superarlo, algo que puede no escucharse tan atractivo y aún así funciona dado a que no todo es color de rosa porque también existen ciertas situaciones incomodas que brindan un poco más de realismo a todo esto; además de que la presencia del personaje de Clayton añade un peligro potencial que desde ese momento jamás se puede dejar de lado.

Sin duda una construcción que brinda un colchón suficiente para poder trabajar de forma efectiva durante la segunda mitad del filme, sin embargo, una vez que llega el momento de elevar la intensidad empiezan los problemas. No tanto porque no existan situaciones concretas que puedan aportarla, sino porque realmente al director no le interesa hacerlo debido a que cada que parece estar todo listo para empezar a añadir impacto este recula y mejor opta por no arriesgarse demasiado en lo que se refiere a la violencia en pantalla, limitando el número de muertes (solo hay una) con tal de seguir incrementando las dudas con respecto a las intenciones de Clayton basándose únicamente en su extraña personalidad.

Llevándonos así a una parte final que puede ser un tanto predecible si uno se fija en determinadas cosas previas, pero por lo menos es aquí donde se puede notar mayor dinámica. Teniendo como resultado un desenlace con bastante fuerza que ata todos los cabos sueltos y resuelve el conflicto utilizando un poco más de sangre.

Las actuaciones son cumplidoras en general, siendo Teddy Spencer (Clayton) quien más destaca y con una Holly Kennedy que no lo hace mal como la protagonista. Mientras que en producción es de una factura cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sencilla, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es sólido y todo lo referente a efectos/maquillaje es simple.  

Opinión final: Stranger in the Woods está ok. Película cumplidora y un tanto predecible para ver un día que no tengan nada que hacer.

Ojometro:
***