viernes, 30 de agosto de 2019

Crítica: Play or Die (2019)


Producción belga que significa el debut tras la cámara del director Jacques Kluger, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Amiel Bartana. Se estrenó en cines dentro de varios países de Europa durante el mes de mayo, mientras que su salida en DVD y VOD se dio el pasado 20 de agosto dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Lucas (Charley Palmer Rothwell) y Chloe (Roxane Mesquida) son dos apasionados gamers que deciden participar en un exclusivo juego de escape llamado Paranoia. Esto los lleva a un hospital abandonado en medio del bosque junto con otros participantes, aunque pronto se darán cuenta que solo uno de ellos podrá salir con vida de ese lugar.  



Comentarios generales:

Tengo conocimiento de que Play or Die está basada en una novela de nombre “Puzzle” escrita por Franck Thilliez, pero la verdad nunca la he leído así que mi interés no iba por ese lado. En realidad fue el hecho de que la idea base sean los famosos cuartos de escape lo que llamó mi intención debido a que es una fórmula que se ha popularizado en los últimos años y por lo regular suelen ser trabajos entretenidos gracias a que su estructura las beneficia en ese sentido, pero lamentablemente este no fue el caso.

Lo cual es una pena porque lo que nos trae Kluger durante determinado periodo de tiempo parece que seguirá este camino al presentar unos primeros 25 minutos donde la película fluye sin contratiempos por medio de dos personajes de los cuales no sabemos casi nada, pero que gracias a su tensa relación y la manera en la que resuelven los acertijos iniciales logran que te interese su futuro. Sin embargo, este gusto dura poco gracias a que una vez que se entra de lleno a la dinámica de los cuartos de escape las cosas empiezan a decaer sin freno, principalmente porque no parece existir mucho conocimiento sobre cómo funcionan estos.

Ya que lo que ocurre se desarrolla de manera excesivamente rápida y en ningún momento se logra generar la sensación de peligro adecuada que requieren esta clase de situaciones, además de que muchos de los acertijos resultan demasiado complejos y eso vuelve algo complicado el seguirle los pasos al personaje que por lo regular termina resolviéndolos (Lucas). Haciendo que uno se pierda a medio camino y por lo consiguiente la tensión que supuestamente deberían proporcionar nunca logre estar presente gracias a que la mayoría del tiempo te la pasas tratando de entender lo que hace.

Para empeorar las cosas el desarrollo del resto de los personajes tampoco es el mejor, ya que el tiempo en pantalla que se les brinda es mínimo y esto provoca que poco a poco la historia vaya mutando más a un cuasi slasher. Donde de pronto los cuartos dejan de tener peso y la dinámica básicamente se centra de correr de un punto a otro mientras se trata de generar dudas con respecto a la identidad de los participantes que van muriendo a manos de un asesino y guardar la sorpresa sobre quién está detrás de todo esto.

Una que sin duda es bien manejada hasta la parte final y resulta difícil adivinarla, aunque llegando a este punto la película es tan distinta que termina sintiéndose algo forzada. Además de que quedan muchos cabos sueltos y el desenlace te deja con la sensación de que todo lo ocurrido era innecesario para contar precisamente eso.

Las actuaciones están correctas, Rothwell y Mesquida tienen una buena química en pantalla como para mantener el interés por ellos hasta los últimos minutos y el resto del elenco solo está de adorno. La producción cuenta con algunas cosas interesantes: el trabajo de fotografía tiene cierto aire de giallo, la dirección de arte es simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no es el mejor y lo referente a efectos/maquillaje es sencillo.  

Opinión final: Play or Die es decepcionante. Película con algunas buenas ideas que por querer ser demasiado compleja se termina cayendo estrepitosamente.

Ojometro:
**

martes, 27 de agosto de 2019

Crítica: The Night Sitter (2019)


Película dirigida por Abiel Bruhn y John Rocco, quienes además comparten créditos como escritores del guión. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de agosto, mientras que su salida en Blu-ray está confirmada para el próximo 3 de septiembre.

Sinopsis:

Haciéndose pasar como una inocente niñera, Amber (Elyse DuFour) planea robar la casa de un adinerado entusiasta de lo oculto que vive con su solitario hijo Kevin (Jack Champion). Sin embargo, cuando sus cómplices llegan para vaciar el lugar, Kevin libera por error a un trió de brujas que desatarán un terror inimaginable que los hará formar un vinculo improbable para sobrevivir la noche.



Comentarios generales:

Definitivamente no diría que están de regreso porque la verdad es que su figura siempre ha estado presente durante décadas, pero es evidente que en años recientes ha existido cierta tendencia dentro del cine de terror para regresarles notoriedad a las niñeras. Al final de cuentas son la puerta para ofrecer trabajos no tan complejos con los que la gente sabe qué va a ver desde el primer instante, los cuales además abren la puerta para mezclar distintos subgéneros sin que se cuestione de manera profunda si su presencia tiene sentido o no. Tal como es el caso de The Night Sitter.

Una película con la que Bruhn y Roddo no se parten la cabeza y tratan de simplificarla lo más que se pueda para ofrecer una experiencia que desde temprano atrape al espectador con su ritmo ágil en lugar de aburrirlo con una elaboración excesiva. Esto porque realmente no tienen que pasar más de 20 minutos para conocer lo básico con respecto a los personajes principales y a partir de ese punto las cosas solo aumentan en cuanto dinamismo de manera progresiva sin descanso, primero dándole prioridad a eventos que involucran a Amber o a Kevin por separado (con los que se añade la mayoría del humor) y luego eventualmente estableciendo el peligro ya en conjunto.

Llevando así a un segundo acto en el que los guiños a Dario Argento son bastante marcados, no solo por la presentación visual que se adopta por medio del trabajo de fotografía, sino también porque la amenaza es básicamente una referencia directa a uno de sus principales legados. La cual por algunos minutos enreda las acciones ante la poca claridad que brindan con respecto a su existencia y porque la matanza que se desata tarda en tomar fuerza gracias a que no parece existir una idea tan clara sobre qué hacer con tantos personajes, pero una vez que vuelve a encontrar el ritmo adecuado lo que ocurre es bastante entretenido.

La parte final la encontré un tanto extraña. Por un lado tiene lógica considerando un detalle que presentan al inicio; sin embargo, en ningún momento se siente como algo orgánico en el desarrollo, resulta forzado e incluso el humor con el que se maneja no encaja del todo bien. Aunque por lo menos el desenlace logra ofrecer una buena dosis de sangre que logrará hacer olvidar este detalle a corto plazo.

Las actuaciones no están mal, DuFour y Champion muestran buena química y los mejores momentos de la película se dan cuando ellos están juntos en pantalla; mientras que el resto del elenco cumple con roles limitados que solo tienen un propósito especifico. La producción no está mal considerando el presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está ok, el score es sólido, el trabajo de sonido tiene alguno que otro detalle, los efectos prácticos cumplen y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: The Night Sitter está entretenida. Película sin muchas complicaciones para pasar el rato.  

Ojometro:
***

viernes, 23 de agosto de 2019

Crítica: Rock, Paper, Scissors (2019)


Película dirigida por Tom Holland (Fright Night, Child's Play), cuyo guión fue escrito por Kerry Fleming y Victor Miller. Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos el pasado 23 de julio.

Sinopsis:

Años después de haber sido capturado, el asesino serial Peter Harris (Luke Macfarlane) es liberado del hospital psiquiátrico por estar aparentemente curado. Sin embargo, una vez que regresa a su antiguo hogar se ve invadido por los recuerdos de su perturbadora infancia y las visitas de los fantasmas de sus víctimas que no lo dejarán ser un hombre nuevo. 



Comentarios generales:

El que Michael Madsen forme parte de una película de terror casi siempre es motivo suficiente para que la ignore debido a que desde hace un tiempo esto suele ser señal inequívoca de que será muy mala y su presencia está ligada más que nada a tener un nombre que pudiera atraer más público. Aunque en el caso de Rock, Paper, Scissors genuinamente creía que podíamos ver algo interesante, el trailer la vendía de buena manera y la premisa tenía potencial para por lo menos ofrecer un slasher entretenido, pero al final resultó ser una gran estafa.

Una que además confirma que Holland dejó de ser alguien de confianza desde hace mucho tiempo atrás al traernos un auténtico somnífero que tiene una falta de identidad muy marcada. Ofreciendo una historia que prometía sangre y muertes pero que durante gran parte de su metraje solo se centra en mostrar la recuperación de un asesino que no es para nada interesante en su desarrollo y deja de lado todos los elementos que uno supondría iba a ver para cambiarlos por una venganza que realmente nunca se siente que vaya a algún lado y falla en su propósito de ser el medio conductor para revelar más detalles sobre la compleja vida de Peter.

Y es que pareciera que no había demasiadas ideas sobre cómo exponer dicho tema, dejando todo en una serie de conversaciones con alguno que otro flashback en las que el ritmo de la película decae de manera terrible. Sobre todo porque en las contadas ocasiones en las que se decide explorar un poco más los instintos asesinos de Peter no se toman ninguna clase de riesgos y gracias a eso la película carece de intensidad o de cualquier tipo de impacto que ayude a construir momentos en los que el peligro sea algo palpable.

La parte final es probablemente lo más decente. Por lo menos se le trata de añadir cierta sorpresa y cambiar un poco la dinámica habitual, además de que es donde vemos más violencia; aunque el absurdo desenlace termina dejándote con la sensación de que todo lo que ocurrió previamente no tuvo razón de ser.

En cuanto a las actuaciones Luke Macfarlane medio se salva, pero el resto del elenco está terrible. La producción tampoco tiene muchas cosas para destacar: el trabajo de fotografía está aceptable, la dirección de arte es genérica, el score no tiene peso alguno, el trabajo de sonido cumple y tanto los efectos como la labor de maquillaje son simples.

Opinión final: Rock, Paper, Scissors es bastante mala. Evítenla.

Ojometro:
**

martes, 20 de agosto de 2019

Crítica: Scary Stories to Tell in the Dark (2019)


Película basada en los libros escritos por Alvin Schwartz, la cual está dirigida por André Ovredal (The Troll Hunter) y cuyo guión fue escrito por Dan y Kevin Hageman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 9 de agosto, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $54.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En Halloween de 1968 un grupo de amigos entran a una mansión abandonada donde encuentran un libro de historias de terror escrito por la misteriosa Sarah Bellows. Al inicio parece una simple anécdota adolescente, pero pronto se darán cuenta que dichas historias son reales… y ellos son los protagonistas.



Comentarios generales:

Actualmente Guillermo del Toro es uno de los personajes más importantes dentro de Hollywood y para nuestra suerte es un amante del terror como pocos, abriendo así las puertas para proyectos que hasta hace no mucho parecía imposible que se pudieran realizar. Sin embargo, si algo ha demostrado el director mexicano es que en ocasiones suele involucrarse en muchos proyectos a la vez y luego no le da tiempo para supervisarlos, provocando con esto que los resultados no siempre sean los esperados; aunque en el caso de Scary Stories to Tell in the Dark afortunadamente eso no se da.

Ya que es muy claro que tanto él como Ovredal querían realizar un trabajo que fuera lo más fiel posible al material original y ante esto el cuidado en los detalles se puede notar en todo momento dentro de una película que en esencia es una antología, pero que nunca se maneja bajo la estructura tradicional de estas. Generando así una historia mucho más adecuada para un público mainstream en la que se utilizan situaciones básicas y cierto humor para presentar a los personajes y brindar algo de contexto con respecto a la mansión, la cual al momento en que aparece en pantalla establece de inmediato el tono que predominará por lo que resta del metraje.

Un aspecto muy importante considerando que, una vez que se empiezan a desarrollar las historias del libro, la atmósfera se torna mucho más oscura y gracias a esto las apariciones de los peculiares monstruos logran tener un gran impacto a pesar de que lo que vemos no son precisamente situaciones tan innovadoras o extremas. Simplemente se trata de generar terror con fórmulas clásicas bien implementadas que, al complementarlas con un estilo visual de alto calibre, logran que la sensación de peligro para estos adolescentes siempre esté presente y con ello el ritmo sea uno dinámico la mayor parte del tiempo.

Aunque no solo se trata de ir presentando increíbles monstruos, sino que también se va desenvolviendo un misterio que le añade más sustancia al tema de Sarah Bellows y eso ayuda a darle un propósito a los personajes más allá de estar huyendo del peligro; forzándolos a tomar decisiones que en algunos casos son absurdas para recordarte su corta edad, pero que también los posicionan con un nivel de inteligencia mucho mayor al acostumbrado.

Lo cual lleva a una parte final en donde ambas cosas se entrelazan de manera orgánica para ofrecer un desenlace con un nivel de intensidad agradable en el que se logra construir un cierre un tanto predecible (mas no malo) y, de paso, dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Las actuaciones son buenas en general, por ahí hay un caso que por momentos raya en lo caricaturesco pero todos cumplen; en especial Zoe Margaret Colletti (Stella) creo que hace una labor destacada. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido sólido, los efectos están impecables y la labor de maquillaje es de primer nivel con el diseño de todos los monstruos.

Opinión final: Scary Stories to Tell in the Dark me gustó. Una película de corte clásico que se posiciona como una de las mejores de 2019.

Ojometro:
*****

viernes, 16 de agosto de 2019

Crítica: Starfish (2019)


Película escrita y dirigida por Al White, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 27 de mayo.

Sinopsis:

Aubrey (Virginia Gardner) es una chica que se encuentra en duelo por la muerte de su mejor amiga, la cual ocurre justo cuando el fin del mundo da inicio por la invasión de unas extrañas criaturas.



Comentarios generales:

Cuando empiezo a escuchar el término “lovecraftiano” ligado a alguna película automáticamente mis dudas se disparan, ya que H. P. Lovecraft es un monstruo aparte y su famoso horror cósmico no suele ser algo fácil de plasmar en pantalla. Simplemente la mayoría de las veces este tipo de trabajos significan grandes decepciones a pesar de que las ideas detrás sean buenas y Starfish creo que ejemplifica perfectamente este concepto.

Esto porque lo que presenta White es un trabajo muy personal en el que pretende guiarnos por un viaje sustentándose más en lo auditivo (él compuso el score) que en lo visual; sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Ya que desde el inicio se pueden notar las complicaciones que tiene para ir armando una historia de gran interés con unos primeros 30/35 minutos en donde se le da mucho énfasis al duelo de Aubrey, pero en los que en realidad lo que ocurre en pantalla es poco o nada como para que te interese más a fondo la relación con su fallecida amiga. Ni que decir del inicio del fin del mundo.

A eso hay que agregarle que los elementos ligados al terror son muy pocos y solo aparecen de manera esporádica cuando entran en juego unos mixtapes con los que el director empieza a plasmar su idea de manera más concreta, lo cual le brinda cierta frescura a las acciones, aunque no por mucho tiempo. En especial porque la manera en la que se conecta cada cosa no se siente natural, no fluye como debería y por varios lapsos el espectador se encontrará ante escenarios que lo confundirán dado a que no se profundiza demasiado en cuestiones fundamentales para entender por qué nuestra protagonista hace lo que hace (o hizo en el pasado).

Es en la parte final donde los elementos lovecraftianos más o menos se puede decir que están presentes, incluso se hace uso del metacine, pero al existir tan poco desarrollo previo lo que ocurre en pantalla sigue sin tener sentido. Llevando así a un desenlace flojo, sin fuerza; que sigue apostando más por lo auditivo y que te termina dejando con una sensación de vacío importante.

En cuanto a las actuaciones realmente todo recae Virginia Gardner, quien hace lo necesario para sobrellevar la película sin quitar la misma expresión durante más de 90 minutos. La producción es donde tiene la mayoría de sus puntos fuertes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está correcta, el score es genial, el trabajo de sonido no tiene fallos y los efectos presentan un CGI que no considero terrible pero no es el mejor.

Opinión final: Starfish es decepcionante. Película sin mucho sentido que probablemente gustará o no dependiendo de su humor cuando la vean.

Ojometro:
**

martes, 13 de agosto de 2019

Crítica: Crawl (2019)


Película dirigida por Alexandre Aja (High Tension, The Hills Have Eyes), cuyo guión fue escrito por los hermanos Michael y Shawn Rasmussen. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de julio, mientras que en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $58.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Haley (Kaya Scodelario) va en busca de su padre en medio de un huracán categoría cinco, pero pronto se encontrará atrapada debajo de una casa inundada y peleando por su vida contra unos cocodrilos que se han adueñado del lugar.



Comentarios generales:

Desde que salió “Lake Placid” hace 20 años atrás las películas de cocodrilos quedaron condenadas a utilizar la misma fórmula una y otra vez llegando a extremos cada vez más ridículos. Por eso cuando empezaron a salir noticias sobre Crawl la verdad no me interesó demasiado, parecía una más del montón; sin embargo, con el pasar de los meses fue resultando evidente que la película pretendía ser algo más debido a las personas involucradas en el proyecto y al final el resultado ha sido uno por demás agradable, ya que se trata de una de las sorpresas de 2019.

Y es que Alexandre Aja y los hermanos Rasmussen no solo tienen como propósito el ofrecernos una película que muestre a dichos animales como las bestias de la naturaleza que son por sí mismas (evidentemente con ciertas exageraciones), sino además construir una historia que contenga la mayor cantidad de elementos básicos para satisfacer a los fans del género. Algo que sin duda logran debido a que desde muy temprano se muestra un nivel de violencia bastante elevado que añade impacto de golpe y ayuda a establecer un escenario de total desventaja para la protagonista en el que se construyen algunos momentos de verdadero terror con los que se explota la oscuridad y las limitaciones de movilidad con las que cuenta por distintos factores.

Ante esto la tensión en todo momento es muy alta porque precisamente el riesgo de ataque siempre resulta posible y eso hace que el ritmo nunca se sienta pesado, incluso en las partes más tranquilas. Simplemente las acciones fluyen de manera natural mientras poco a poco se va incrementando la escala de la amenaza, abriendo así la puerta para añadir más muertes que mantengan la violencia y la sangre presentes; además de algunas secuencias bajo el agua que justifiquen el tema que liga a los personajes en peligro.

Ya para los últimos 20 minutos es cuando las cosas se decantan más por el lado de la acción, lo cual no está nada mal considerando que era un paso natural de las acciones ante el tema del huracán. Esto le brinda mayor dinámica al cierre y algunas de las secuencias más memorables no solo por el despliegue visual, sino también por la crudeza con la que se siguen mostrando los ataques de los cocodrilos para que hasta en el último instante la sensación de peligro no desaparezca.

En las actuaciones Kaya Scodelario lo hace muy bien con un papel demandante físicamente hablando y carga sin demasiados problemas con el peso de la película. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score está ok, el trabajo de sonido es impecable, la labor de maquillaje cumple y los efectos son de primer nivel.

Opinión final: Crawl me gustó bastante. Película divertida sin demasiadas pretensiones que se establece como la mejor de cocodrilos dentro del género.

Ojometro:
****  

viernes, 9 de agosto de 2019

Crítica: Gonjiam: Haunted Asylum (2018)


Película dirigida por Beom-sik Jeong (Gidam), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Sang-min Park. Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el 2018, siendo un éxito en aquel país al recaudar $20 millones de dólares en taquilla; mientras que en otros mercados ha llegado en formato físico y VOD.

Sinopsis:

Todo el equipo de una serie de terror por internet viaja a Gonjiam, un hospital abandonado que es considerado el lugar más embrujado de Corea del Sur. Ahí pretenden transmitir en vivo y ver si los mitos son ciertos, pero pronto descubrirán que dentro de ese lugar las cosas son mucho más aterradoras de lo que se hubieran imaginado. 



Comentarios generales:

En los últimos años el cine de terror proveniente de Corea del Sur ha dado de que hablar y poco a poco su relevancia se ha hecho notar entre los fans en todas partes del mundo, así que cuando una película de aquel país empieza a hacer ruido es difícil que no se escuche sobre esta. Y en el caso de Gonjiam: Haunted Asylum vaya que hizo ruido y por ello es que aparece en el blog, ya que en un inicio la dejé pasar (en gran medida por la poca distribución que tuvo), pero ante el pedido de varios lectores me resultó imposible seguir ignorándola y al final me alegra haberlos escuchado.

Ya que lo que nos ofrece Beom-sik Jeong es un found footage que vale bastante la pena, no tanto porque sea uno que ponga muchas cosas nuevas sobre la mesa, sino por la manera tan efectiva en la que está filmado. Algo fundamental para brindarle dinamismo a una historia que de inicio no representa gran novedad pero si cuenta con un nivel de elaboración un poco más robusto a lo habitual, estableciendo los propósitos de los personajes y, sobre todo, la forma en la se presentarán las acciones por medio del uso de diversas cámaras que de manera inmediata logran que el ritmo sea uno agradable incluso en partes donde no ocurre demasiado.

Eso hace que los primeros 35 minutos no se sientan pesados y además te dan una buena idea sobre la distribución del hospital (algo relevante más adelante), aunque sin duda lo mejor llega una vez entrado el segundo acto.

Aquí es cuando la película logra sus mejores momentos debido a que el descontrol empieza a darse de a poco, sin demasiadas prisas y con el propósito de no solo ir construyendo momentos que proporcionen tensión efectiva, sino que también profundicen con respecto al tema de la obsesión por obtener reconocimiento en internet a toda costa. Logrando así una mezcla que por algunos minutos te hace dudar sobre si lo que ocurre ahí dentro es real o no.

Ante esto la parte final cuenta con mucha fuerza y dinámica; sin embargo, también resulta un tanto repetitiva. No al grado para arruinar el producto general, pero si como para no aprovechar del todo lo construido y explotar de lleno los elementos visuales que se van revelando. Optando mejor por un desenlace con muchos gritos que ya hemos visto demasiadas veces.

Las actuaciones no son nada del otro mundo o muy distintas a lo acostumbrado en esta clase de historias, pero son lo suficientemente efectivas como para lograr que los momentos de mayor peso funcionen. La producción es de gran factura para ser un found footage: el trabajo de fotografía es estupendo, el trabajo de sonido es muy limpio y los efectos, si bien no son espectaculares, son de buena calidad.

Opinión final: Gonjiam: Haunted Asylum me gustó. Un found footage agradable que no aporta nada nuevo, pero que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

martes, 6 de agosto de 2019

Crítica: Clown Motel (2019)


Película escrita y dirigida por Joseph Kelly (Bloody Island). Se estrenó directamente en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de junio.

Sinopsis:

Cuando un grupo de cazadores de fantasmas y un grupo de chicas que se encuentran celebrando una despedida de soltera coinciden en un peculiar hotel abandonado en medio de la carretera, sus vidas correrán peligro cuando los fantasmas de los payasos que alguna vez vivieron en ese lugar empiezan a acecharlos.



Comentarios generales:

Después del apabullante éxito de “It” hace un par de años atrás los payasos volvieron a cobrar relevancia después de haber quedado relegados por mucho tiempo como una atracción secundaria dentro del cine de terror, así que no es ninguna novedad que cada vez veamos más películas sobre estos. Aunque en el caso de Clown Motel las circunstancias eran incluso mejores debido a que dicho hotel en verdad existe y es una atracción real que actualmente ha adquirido notoriedad, abriendo así la puerta para poder realizar algo único.

Situación que tristemente no se da porque Kelly nunca parece saber exactamente cómo explotar la locación y mucho menos su conexión con los payasos, improvisando así una historia que carece de sentido e incluso, salvo por la introducción, los deja bastante olvidados. Esto porque al menos durante los primeros 35/40 minutos no son ni de cerca el punto central; de hecho, brillan por su ausencia y mejor se opta por enfocarse en dos grupos distintos de personajes vacíos cuyas acciones rayan en lo absurdo y solo están pensadas para ir perdiendo tiempo mientras de manera muy vaga se va tratando de construir cierta mitología con respecto al lugar.

Para nuestra mala suerte las cosas tampoco mejoran demasiado una vez que los payasos hacen acto de presencia. Obvio el nivel de violencia se incrementa y con ello se entra en un camino mucho más cercano al slasher; sin embargo, así como ocurrió con las víctimas, también con los payasos vemos muchas acciones absurdas sin sentido que además se ven complementadas con ciertos diálogos lamentables que no ayudan en lo absoluto a desarrollar una justificación interesante para su sed de sangre. Dejando todo con un aire de indiferencia muy marcado que además no fluye de manera natural ante una edición que deja mucho que desear.

Es hasta los minutos finales cuando la película más o menos logra encontrar un ritmo decente y empieza a estructurar una dinámica que rompa con la monotonía previa añadiendo alguna que otra muerte llamativa. Aunque pronto vuelve a caer en los errores previos y gracias a eso resulta imposible el poder redondear la idea central, además que el cierre tan anticlimático con el que cuenta no ayuda en lo absoluto.

Las actuaciones son pobres, no a nivel amateur pero si con una falta de personalidad y naturaleza muy marcadas que hacen prácticamente imposible poder sentir empatía por la situación que viven las víctimas. Mientras que con los payasos las cosas no son muy distintas, aunque al menos en algunos casos muestran algo más de personalidad.

La producción es muy pequeña: el trabajo de fotografía está ok, el score no resalta, el trabajo de sonido tiene muchos altibajos, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena post-créditos.

Opinión final: Clown Motel es realmente mala. Un proyecto cuasi amateur que nunca sabe cómo aprovechar el potencial de su peculiar locación.

Ojometro:
*

viernes, 2 de agosto de 2019

Crítica: The Intruder (2019)


Película dirigida por Deon Taylor (7eventy 5ive), cuyo guión fue escrito por David Loughery. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de mayo, recaudando $35 millones de dólares en taquilla. Mientras que su salida en formato físico y VOD se dio el pasado 30 de julio.

Sinopsis:

Una joven pareja compra una hermosa casa como el primer paso para iniciar una familia, pero pronto tendrán que lidiar con el hecho de que la persona que se las vendió no parece tener intenciones de abandonar su propiedad.



Comentarios generales:

Uno de los lujos con los que cuenta el género de terror es que este les permite a los actores interpretar personajes que normalmente no considerarían en otra clase de producciones y a lo largo de los años varios estudios han aprovechado ese aspecto para volver atractivas películas que por lo regular no lo serían, tal como es el caso de The Intruder. Un thriller que hubiera pasado desapercibido si no fuera por el morbo de ver a Dennis Quaid como nunca antes.

Ya que lo que nos trae Taylor es una película bastante simple, bien producida, pero sin ningún tipo de diferenciador importante dentro de su historia como para que te resulte atractiva y es por eso que gran parte de su encanto radica en dicha actuación. Aunque durante el primer acto esto no resulta algo tan importante porque la verdad es uno bastante aburrido, donde se establece que el comportamiento de Charlie (Quaid) no es normal por medio de situaciones que carecen de intensidad y solo se quedan como simples sucesos pintorescos con los cuales no se genera ningún tipo de tensión que refleje el peligro que representa.

Aspecto que se va solucionando conforme se entra al segundo acto al presentar un mayor conflicto entre los personajes sin entrar completamente al territorio del terror, prefiriendo desarrollar todo el suspenso de manera mucho más calmada. Sustentando gran parte de las acciones no tanto en saber si Charlie le hará algo o no a la pareja (lo cual asumes como inevitable), sino en tratar de mantener el misterio con respecto a este el mayor tiempo que se pueda. Ya que más allá de tenerlo en pantalla de manera constante, uno no sabe sus motivaciones reales o la razón por la cual está tan dañado y gracias a eso se mantiene una duda razonable que ayuda a llevar esto de manera efectiva a la parte final.

Una que sin duda es lo mejor de toda la película, con unos últimos 25 minutos realmente divertidos. Aquí es cuando todo se descontrola y se responden varias preguntas importantes, además de que el incremento en la violencia (sin ser extrema) y ritmo es notorio para ofrecer un cierre con mucha fuerza.

Con respecto a las actuaciones, tanto Meagan Good (Annie) como Michael Ealy (Scott) están correctos; aunque es indudable que quien se lleva la mayor atención es Quaid. Su sobreactuación de tipo obsesionado la verdad por momentos resulta un tanto caricaturesca, pero en general logra sobrellevar su personaje de buena forma y esos 25 minutos finales hacen que valga la pena verlo de esa manera.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score me agradó, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje es bastante simple.

Opinión final: The Intruder es aceptable. Un thriller básico para pasar el rato y ver a su protagonista en una faceta distinta.

Ojometro:
***