sábado, 29 de abril de 2017

Crítica: The Void (2017)


Película dirigida por Jeremy Gillespie y Steven Kostanski, quienes además son los escritores del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD en el Reino Unido el 31 de marzo, mientras que su salida en DVD está programada para el próximo 9 de mayo.

Sinopsis:

Cuando el oficial Carter (Aaron Poole) lleva a una persona herida al hospital local durante el turno nocturno, un extraño culto empieza a rodear el edificio para evitar que todos los que se encuentran ahí dentro puedan salir. Una situación que empeora cuando uno por uno empieza a enloquecer, desatando así un caos que los llevará a descubrir una maldad más allá de su comprensión.



Comentarios generales:

El caso de The Void es uno peculiar debido a que empezó a obtener notoriedad por medio de una campaña de Indiegogo, aunque no por pedir dinero para financiar el proyecto en su totalidad, sino más bien para poder financiar los efectos prácticos que este iba a tener. Algo verdaderamente genial que obtuvo una gran respuesta por parte de los fans, pero que igualmente creó cierta confusión debido a que pronto se le etiquetó como la nueva The Thing y gracias a esto se pensó que su línea sería similar al clásico de los 80s, cuando en realidad se trata de una película un tanto diferente.

Es muy claro que Gillespie y Kostanski toman inspiración de dicho clásico, pero también se notan influencias de otros trabajos donde estuvo involucrado el propio Carpenter como Halloween II, In the Mouth of Madness o Prince of Darkness. Todo para crear una historia que desde el primer instante te llama la atención por el impacto con el que cuenta y porque no tarda demasiado para establecer el problema central, logrando así que el primer acto sea uno increíblemente dinámico; en donde se te muestra en un lapso bastante corto mucho más de lo que esperas desde el lado de la violencia y el impacto visual para que así tu interés se dispare ante tantas cosas extrañas que están pasando en pantalla.

Un aspecto que se mantiene hasta entrado el segundo acto y que se combina bastante bien con ciertos conflictos entre los propios personajes que vuelven mucho más compleja su situación; sin embargo, con el paso de los minutos las cosas se calman un poco y dicho cambio de ritmo no resulta del todo benéfico. No tanto porque afecte el tema del impacto o el gore, sino porque para este punto a uno le gustaría saber un poco más con respecto al culto y realmente nunca se toman el tiempo para darte grandes detalles; de hecho, lo único que hacen es darle muchas vueltas a la trama mientras se trata de distraerte con algo visualmente llamativo, lo cual termina por provocar que las cosas se tornen algo aburridas mientras se va llegando a la parte final. 

Una que resulta efectiva y con la dosis de violencia necesaria para satisfacer a quienes buscan solo eso, pero también contiene un poco más de clarificación con respecto al culto y a los propósitos de su líder. Logrando así un cierre potente.

Las actuaciones están bien, realmente casi todo el elenco es desconocido y ninguno logra resaltar por encima del resto de manera importante. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido (aunque con decisiones algo cuestionables al momento de presentar a las criaturas), la dirección de arte cumple, cuenta con un buen score y el trabajo de sonido está ok; sin embargo, los que sin duda se llevan todos los reflectores son los efectos prácticos que justifican por completo su uso.

Opinión final: The Void me gustó. Es terror puro y dinámico, aunque su historia un tanto extraña puede hacer que muchos no la disfruten.

Ojometro:
****

martes, 25 de abril de 2017

Crítica: Bethany (2017)


Película dirigida por James Cullen Bressack (Blood Lake: Attack of the Killer Lampreys), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto al protagonista Zack Ward. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 7 de abril dentro de los Estados Unidos, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de la muerte de su madre, Claire (Stefanie Estes) y su esposo se mudan a la casa en donde ella pasó su infancia. Sin embargo, ya estando ahí, ella empezará a ser acechada por una amiga imaginaria que tenía cuando era niña.  



Comentarios generales:

Producciones sumamente pequeñas son el pan de cada día dentro del género y eso no va a cambiar, sobre todo en estas épocas en las que filmar es un poco más sencillo que antes y existe un medio de promoción masivo como el internet. Mes tras mes salen varias de este tipo, es algo común; sin embargo, lo que no es tan común es ver a nombres relativamente conocidos aparecer en estas, así que cuando vi los de Shannen Doherty y Tom Green mi curiosidad por Bethany se elevo un poco más de lo habitual; aunque al final me lleve una no tan sorpresiva decepción.

En gran medida porque lo que nos regalan Bressack y Ward es algo muy parecido a otro trabajo previo suyo, con diferentes argumentos claro está, pero con una línea peligrosamente similar que al combinarla con temas ligados a espíritus del pasado no solo se siente genérica y arcaica, sino que además la convierte en algo demasiado aburrido de ver. Esto porque el personaje de Claire es uno con el cual no se siente empatía alguna desde un inicio y eso inmediatamente provoca que todas las situaciones diseñadas para mostrar, ya sean sus problemas de la niñez o los actuales, no generen los niveles de suspenso/terror esperados para que ayuden a sobrellevar de mejor manera algo que está diseñado bajo la idea de desarrollarse a un ritmo lento.

Lo cual tampoco se ve beneficiado ante el hecho de que las acciones se vuelven repetitivas demasiado rápido; de pronto todo se centra en poner al personaje principal a tener sueños o alucinaciones que, más allá de ser visualmente atractivas, no tienen mucha sustancia detrás. Haciendo con esto del segundo acto uno en donde la sensación de que no pasa nada sea muy elevada, mucho más cuando el resto de los personajes solo están ahí como adornos o para realizar escenas sin importancia hasta que por unos breves lapsos uno de estos lleva a cabo una pequeñísima investigación que básicamente te revela el misterio central.

Los 15 minutos finales son los que la salvan de ser un bodrio insufrible. Principalmente porque es en la única parte en donde se logra que uno sienta pena por la situación que rodea a Claire y además se hace un trabajo decente para tratar de mantener el misterio lo menos predecible que se pueda, a pesar de que resulta más que evidente.  

Las actuaciones son bastante pobres, Estes realmente nunca te logra transmitir nada y Ward hace el mismo rol que ha hecho como en otras tres películas; mientras que Doherty y Green solo reciben tiempo muy contado en pantalla. La producción es de la línea que uno espera en filmes de bajo presupuesto: el trabajo de fotografía cuenta con algunas decisiones muy cuestionables, la dirección de arte es muy simple, el score es tal vez lo mejor de la película, el trabajo de sonido está ok, los efectos son medio arcaicos pero cumplen y la labor de maquillaje es aceptable.

Opinión final: Bethany es realmente aburrida. Una película del montón de la cual nadie se va a acordar en unos cuantos meses.

Ojometro:
**

sábado, 22 de abril de 2017

Crítica: RAW (2017)


Película escrita y dirigida por Julia Ducournau, la cual significa su ópera prima. Se estrenó en cines dentro de Francia durante el mes de marzo, mientras que aquí en México llegó de manera limitada el pasado 14 de abril. Hasta la fecha ha recaudado $2.1 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de que una joven vegetariana experimenta una novatada carnívora dentro de la escuela veterinaria, un gusto inesperado por la carne empieza a crecer peligrosamente dentro de ella.



Comentarios generales:

El shock vende, eso es algo innegable y la gente encargada de diseñar la promoción de RAW lo sabía a la perfección debido a que casi todas las noticias ligadas a sus exhibiciones en festivales involucraban a personas desmayándose, vomitando o saliéndose de las salas ante lo impactante del contenido presentado. Una estrategia que rindió frutos y le dio notoriedad a esta coproducción francesa/belga que probablemente no hubiera logrado con una promoción convencional; sin embargo, esto también le generó un problema de identidad, ya que el tener al canibalismo como idea base te invita irremediablemente a pensar que se tratará de un gorefest diseñado para desafiar tu nivel de tolerancia al máximo, cuando en realidad es algo más elaborado.

Con esto no quiero decir que Julia Ducournau nunca pretende utilizar el impacto visual como parte fundamental de la historia, pero lo cierto es que durante el primer acto lo que nos regala es más que nada la exposición de Justin como simple carne de cañón ante esta cruel novatada que reta todo lo que le han enseñado y expone el conflicto interno de hacer lo que sea para ser aceptado en un nuevo circulo, a pesar de que esto cambie tu vida para siempre. Siendo así la manera perfecta para impulsar no solo su interés por la carne, sino también su despertar sexual y empezar con ello un viaje de descubrimiento que rápidamente proporciona algunos momentos extraños que poco a poco van mostrando el camino que nuestra protagonista tomará; uno que tratará de evitar, pero que resulta imposible de ignorar.

Lo cual lleva a que la primera escena de canibalismo presentada sea en extremo efectiva, no tanto desde el punto de vista gráfico (en realidad es muy “light”) sino más bien por la manera contundente en la que se establece que Justine básicamente no podrá encontrar una solución a su nueva adicción.

A partir de este punto es cuando las acciones se tornan mucho más intensas en todo sentido, el aspecto sexual se vuelve más relevante y la relación con su hermana se convierte en el hilo conductor para tratar de entender lo que le está pasando y como vivir con ello; aunque por momentos integrando cierto humor negro que se siente un tanto fuera de lugar para una historia como la que estamos viendo.

Todo esto genera unos 25 minutos finales muy disfrutables en donde los excesos visuales por parte de la directora llegan a su punto más alto, sin ser nunca precisamente grotescos o extremos. Diseñados para que el conflicto entre las hermanas sea algo desgarrador de ver y lleve a un desenlace potente, cuyo mensaje básicamente es que amar duele y que cada quien lidia con eso de manera distinta.

Las actuaciones son geniales, Garance Marillier como Justine se come la pantalla y Ella Rumpf (Alex) es el complemento ideal como su hermana; tienen una gran química e indudablemente esto provoca que varias de las escenas más memorables sean aquellas que las involucran a ambas. La producción no es nada ostentosa, pero está bien cuidada: cuenta con un trabajo de fotografía sólido, la dirección de arte está ok, el score es bastante bueno, al trabajo de sonido cumple y la labor de maquillaje logra su cometido en los momentos más gráficos.

Opinión final: RAW se trata de algo más que una simple historia de caníbales convencional que no solo se va por el camino del shock fácil. Muy recomendable.

Ojometro:
*****

miércoles, 19 de abril de 2017

Crítica: The Summoning (2017)


Película escrita y dirigida por Alberto G. Rodríguez, la cual significa su primer largometraje. Salió directamente en VOD dentro de los Estados Unidos y Canadá; posteriormente en DVD durante el mes de marzo.

Sinopsis:

Mientras se encuentra trabajando en un antiguo caso de asesinato para su clase de leyes, Rachel Iverson (Leila Almas) descubre más de lo que hubiera pensado cuando espíritus del pasado empiezan a visitarla y la encaminan a sacar a la luz una verdad que pondrá en peligro su propia vida.



Comentarios generales:

No me gusta ser muy negativo, pero hay veces en la que terminada una película lo único que me viene a la cabeza es tratar de descifrar cómo alguien en su sano juicio puede aceptar darle distribución a ciertos trabajos. No tanto porque no me agrade que existan diferentes opciones para el público, al contrario, eso es muy sano; sin embargo, cuando te encuentras con algo como The Summoning pocas cosas pueden evitar el sentir que simplemente hay películas que nunca debieron haber visto la luz.

Esto porque lo que nos trae Rodríguez es una historia sin pies ni cabeza, la cual inicia vendiéndote una situación que involucra a un detective que uno asume será el eje de todo lo que estará por ocurrir, pero la cual después de unos 10 minutos se vuelve irrelevante para darle paso a otra temática. Una que está ligada a un aspecto sobrenatural que le añade el misterio correspondiente, pero que una vez que empieza a desenvolverse entra por un camino sin mucho sentido debido a que la cuestión del espíritu no tiene gran sustento detrás y porque por alguna razón su creador creyó que era buena idea añadir un secuestro para darle pie a OTRA subtrama para que tome la estafeta como el hilo conductor de la historia.

Así es. Ya para este punto hemos visto tres cosas distintas como posibles puntos centrales, todas sin recibir un desarrollo adecuado y bajo un ritmo ridículamente lento que hace más pesada la experiencia. Peor aún, ninguna de estas parece tener algún tipo de conexión lógica y poco a poco se va haciendo evidente que gran parte de lo mostrado fue metido para consumir tiempo en pantalla gracias a que lo referente al secuestro se vuelve un sinsentido absoluto, la cuestión de la investigación policíaca no lleva a nada y lo sobrenatural solo se limita a una misteriosa sombra que tal vez si o tal vez no tiene algo que ver con antiguos asesinatos que por alguna razón solo reciben a lo mucho dos minutos de exposición.

Lo más sorprendente es que para la parte final el director básicamente se olvida de todo lo previamente mencionado y opta por el camino sencillo, lo cual no estaría mal si no te hicieran sentir que casi todo lo que viste por 85 minutos no tuvo importancia. Llevándote así hacia una conclusión completamente anti climática y carente de intensidad que, para colmo, nunca muestra nada de lo más relevante en pantalla.

Las actuaciones son muy pobres y aunque entiendo que el material con el que contaban los actores no ayudaba para nada, eso no es justificación para la notable carencia de emociones. La producción es raquítica: el trabajo de fotografía es un espanto, la dirección de arte no tiene nada, el score es pasable, el trabajo de sonido está ok y todo lo referente a efectos/maquillaje es prácticamente inexistente.

Opinión final: The Summoning es un desastre total. De lo peor que verán durante este año.

Ojometro:
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domingo, 16 de abril de 2017

Crítica: XX (2017)


Antología que cuenta con la participación de cuatro directoras distintas. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que a México llegó a las salas de cine (también de manera limitada) el fin de semana pasado.

Sinopsis:

XX es una nueva antología que presenta cuatro historias originales de suspenso que tienen la peculiaridad de haber sido escritas y dirigidas únicamente por mujeres.



Comentarios generales:

Ciertamente no es nada nuevo que dentro del género se involucren mujeres, es algo bastante común; sin embargo, si es algo novedoso el hecho de que saliera un antología en la que son ellas quienes manejan absolutamente todos los hilos. Lo cual convertía a XX en una de las propuestas más interesantes de 2017, ya que por lo que se sabía era un proyecto con una visión totalmente ajena al resto; algo con lo que estoy bastante de acuerdo, aunque ya en su ejecución presenta una falla imperdonable para una antología.

Esto porque no cuenta con una historia base que conecte los cuatro cortos, ya que la que tiene es más que nada una secuencia en stop motion que, más allá de estar bien hecha, no aporta nada. Provocando así que se sienta más como una presentación aleatoria de cortos que una película con un propósito determinado, lo cual se incrementa mucho más cuando la mayoría de estas mini historias dejan ciertas preguntas sin ningún tipo de respuesta.  

En cuanto a producción si se lleva buena nota. Es evidente que los cuatro cortometrajes contaron con un presupuesto similar pero en cada uno se aprovechó de manera distinta conforme a las necesidades de la historias, logrando una amalgama (salvo por el tercero) que les brinda cierto enfoque similar y con ello ocultar un poco el hecho de que no hay ningún tipo de hilo conductor.

Pasando a los cortos:


"The Box" (Jovanka Vuckovic)

Mi favorito.

Por medio de una premisa muy simple Vuckovic logra que el espectador se la pase durante 20 minutos cuestionándose sobre qué diablos es lo que está ocurriendo mientras presencia un proceso devastador que visualmente es todo un reto, no solo por lo que ocurre físicamente con los personajes, sino porque además el tema de la comida en este aspecto se vuelve fundamental para que uno experimente el tener hambre y con ello sentir más agobio por la situación presentada. Aunque el final me decepcionó un poco ante la falta de una respuesta concreta.


"The Birthday Party" (Annie Clark)

El más raro de todos y, en cierto modo, el más cómico. Una premisa extravagante que explora por primera vez la idea de que una madre es, literalmente, capaz de hacer cualquier cosa con tal de ver feliz a su hijo; la cual genera una dinámica agradable y presenta algunas situaciones pintorescas que todo el tiempo te tienen expectante por ver como resolverá este contratiempo.


"Don’t Fall"  (Roxanne Benjamin)

Sin duda alguna el corto que se siente fuera de lugar, además de que es por mucho el de menor duración. Realmente es muy básico y nuevamente no explican demasiado lo que origina la amenaza, pero es el medio utilizado para integrar algo de gore y elementos que varios fans seguramente esperan ver tratándose de una película de terror.


"Her Only Living Son" (Karyn Kusama)

La segunda historia que explora la idea de la relación de una madre con su hijo, aunque en esta ocasión desde un panorama mucho más oscuro. No está mal, pero tardan demasiado tiempo en el desarrollo y eso origina que gran parte de los minutos sean invertidos en una madre que básicamente se encuentra paranoica por “algo” que nunca se entiende de manera adecuada y cuando finalmente parece que habrá una explicación termina de manera abrupta. 

Deja la sensación de que como corto no funciona, pero podría ser algo más interesante como un largometraje.

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Opinión final: XX tiene sus puntos fuertes, pero el hecho de que no parezca una antología cuando se ha vendido como tal y deje muchas preguntas sin respuesta le quita mucho.

Ojometro:
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jueves, 13 de abril de 2017

Crítica: FirstBorn (2017)


Película dirigida por Nirpal Bhogal (Sket), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Sean Hogan. Se encuentra disponible en servicios como Netflix y Amazon Prime Video desde el 31 de marzo, pero todavía no hay información sobre su posible salida en formato físico.

Sinopsis:

La vida de una joven pareja sufre un cambio radical cuando el nacimiento de su hija se ve acompañado por aterradores entes que representan una gran amenaza para esta recién formada familia. 



Comentarios generales:

Nacimientos que involucran algún tipo de aspecto demoníaco son algo recurrente año tras año dentro del cine de terror, al grado de que se ha vuelto muy difícil (por no decir imposible) el ver trabajos realmente originales bajo dicha premisa. Ante esto el reto más que nada se ha convertido en tratar de encontrar ciertas variantes que puedan brindarle una pequeña dosis de frescura, unas que te hagan sentir que, a pesar de la familiaridad, hay algo ligeramente distinto y sin duda FirstBorn logra eso.

Esto porque Bhogal no quiere abordarte desde el lado de lo sobrenatural o demoníaco, sino más bien desde un lado mucho más humano al ponerte a pensar todo el tiempo sobre tú qué harías en una situación similar. Ya que la historia en un inicio avanza de manera mucho más rápida de lo que uno esperaría, saltándose por completo el tema del embarazo para darle paso a la situación familiar y sobre cómo los padres, a pesar de ser bastante escépticos, se ven obligados a tener que realizar ciertas cosas que cualquier persona se negaría, pero en este caso no tienen ninguna otra opción y las adoptan como una parte más de su vida.

Un aspecto que sin duda es su punto más fuerte, ya que en realidad aquí no se trata de encontrar respuestas a lo que ocurre, sino más bien lidiar con lo que ya es inevitable y en base a eso ir construyendo situaciones intensas que brinden un panorama complicado para todos los involucrados debido a lo complejo que vuelve todo este tema la relación de los padres con su hija. Lo cual es muy interesante de ver, pero por la mitad del segundo acto cae en un bache importante al no presentar un desarrollo tan fluido que provoca que el ritmo caiga ante el poco avance que ves cuando aparece un nuevo personaje cuyo rol es hacer explotar todo el tema sobrenatural, pero que nunca termina por sentirse integrado de la manera más orgánica posible.

En la parte final se unen todas las piezas de manera efectiva y, aunque el principal misterio no es tan complicado de descifrar, este si lleva a tener una conclusión potente. La cual para mi agrado le da su lugar correspondiente a la pequeña Thea y no la hace a un lado para caer en actos heroicos que se hubieran sentido muy forzados considerando todo lo construido previamente.

Las actuaciones son aceptables, siendo Antonia Thomas (Charlie) la única que por ciertos periodos resalta un poco más gracias a su rol de madre con conflictos internos sobre su hija. La producción es muy discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score está ok, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje presenta algo bastante elaborado que lamentablemente nunca se puede apreciar de manera adecuada.

Opinión final: FirstBorn está ok. Un trabajo pequeño con una historia que en determinado momento toca pared, pero que a varios les puede parecer interesante.

Ojometro:
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lunes, 10 de abril de 2017

Crítica: Resident Evil: The Final Chapter (2017)


Sexta entrega de la franquicia, la cual está nuevamente escrita y dirigida por Paul W. S. Anderson (Resident Evil). Se estrenó en cines a nivel mundial a inicios de 2017, recaudando $312 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Alice (Milla Jovovich) decide regresar a donde la pesadilla dio inicio: Racoon City. Un lugar en el que la corporación Umbrella se encuentra reuniendo fuerzas para darle de una vez por todas el golpe final a los pocos sobrevivientes que todavía quedan en pie durante el apocalipsis que provocaron. 



Comentarios generales:

En 2002 nadie se imaginó que una película pequeña, la cual contaba con más dudas que certezas, se convertiría en una exitosa franquicia con 15 años de existencia; mucho menos cuando desde un inicio se dejó bien en claro que no tendría nada que ver con el videojuego. Es por ello que el anuncio de que esta sexta entrega sería la última me sorprendió bastante, no tanto porque considere a las Resident Evil como obras maestras o esenciales, sino porque en realidad se trata de una franquicia que sigue generando bastante dinero y para muestra tenemos a The Final Chapter, la entrega más exitosa en ese aspecto.

Creo que para este punto ya todo el mundo sabe exactamente que esperar y W. S. Anderson no pretende cambiar eso, ya que la película inicia de manera trepidante con una secuencia de acción que te hace recordar inmediatamente los puntos fuertes de la franquicia y, de paso, dejar parado al personaje de Alice nuevamente como esa heroína invencible que a todos nos gusta. Realmente aquí no existe mucha construcción de personajes, la historia avanza por si sola de manera rápida estableciendo el tema base mientras te recuerdan los acontecimientos pasados entre sus peleas  y demás destrucción bien lograda que hace que todo el primer acto pase rapidísimo.

El principal problema llega una vez que esta tiene que interactuar con otros personajes que en su mayoría son nuevos y con los que simplemente no tiene química, provocando así que la película entre en un lapso en donde todo lo que ocurre luce totalmente irrelevante. Hay muertes que no generan ningún tipo de impacto emocional y situaciones que se dan porque sí; todas obviamente bien producidas, pero que no pueden dejar de lucir huecas ante el poco aporte que le dan a la misión final de nuestra protagonista y que, en ciertos casos muy marcados, se sienten como un simple estorbo para ella cuando en el papel tendrían que ser más sencillas gracias a la “ayuda” recibida.  

La parte final no es tan épica como hubiera esperado. Si cuenta con un enfrentamiento definitivo bien hecho y regresan a uno de los lugares más memorables de las entregas pasadas, pero nunca llega a ser esa conclusión a gran escala que uno supondría al irse por un camino más personal con Alice. Además la conclusión no te deja con la sensación de que vaya a ser la última entrega.

De las actuaciones realmente nada cambia, aunque Mila Jovovich sigue demostrando que incluso en sus cuarentas sigue siendo el alma de todo esto como la heroína y las escenas de acción con ella casi siempre resultan muy efectivas. La producción si fue una mejora con respecto a todas las anteriores: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte cumple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son sólidos para ser casi puro CGI y la labor de maquillaje es efectiva.

Opinión final: The Final Chapter es un pobre ¿cierre? para la franquicia. Tiene algunas buenas escenas de acción que valen la pena, pero nada más.

Ojometro:
**

viernes, 7 de abril de 2017

The Walking Dead: Séptima temporada


El pasado fin de semana llegó a su fin la séptima temporada de The Walking Dead, una que después del polémico final de la anterior tenía que cargar con bastante peso al ser la encargada de establecer el personaje de Negan dentro de la que es una de las parte más importantes del cómic. Realmente el material para hacer algo interesante estaba ahí, pero lamentablemente en esta ocasión el show nos ofreció una temporada que, en términos generales, dejó poco satisfechos a los fans.

En el tema de los ratings TWD sigue logrando números fuertes para mantenerse como el show más visto dentro de los Estados Unidos; sin embargo, durante esta temporada si se vio un descenso evidente que le dejaron unos similares a los que tuvo en 2012/103. Siendo el primer episodio un éxito masivo al conseguir 17.02 millones de televidentes (el segundo episodio más visto en la historia de la serie), pero de ahí en adelante generalmente obteniendo entre 10/11 millones; dejando al final un promedio de 11.3 millones de televidentes.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO


The Day Will Come When You Won't Be


Con el primer episodio de esta temporada por lo general hubo dos tendencias:

- Si no has leído el cómic probablemente lo odiaste
- Si has leído el cómic probablemente lo amaste

Yo me encuentro en el segundo grupo, ya que “The Day Will Come When You Won't Be” es sin lugar a dudas uno de los mejores episodios de toda la serie; uno que fue justamente como tenía que ser para dejar bien en claro que Negan sería completamente distinto a todas las amenazas anteriores. Con un nivel de violencia sin precedentes que generó muchísima polémica, pero que estaba justificada y que sirvió como el medio perfecto para quebrar emocionalmente a todos los personajes principales, lo cual sería algo importante para el desarrollo de la historia en esta temporada. 


Dwight 


Probablemente el personaje que salió más beneficiado detrás de Negan fue sin duda Dwight. Un villano que poco a poco fue contando con tiempo considerable en pantalla para que los espectadores pudieran entender de mucha mejor manera los motivos detrás de sus acciones y, de cierta forma, entender que no todo es perfecto con “Los Salvadores”.


Muerte de Sasha



La muerte de Sasha nunca fue cuestión de saber si se iba a dar, sino más bien sobre cuándo sería. Esto porque desde que se supo que Sonequa Martin-Green obtuvo un rol estelar en la nueva serie de Star Trek uno sabía que su personaje iba a morir.

Evidentemente no fue tan impactante y desgarradora como la de Glenn o Abraham, pero al menos esta también tuvo un propósito claro que ayudo a que no se sintiera totalmente vacía como algunas otras que se han dado en el pasado con personajes secundarios.


Episodios imperdibles:

(1) The Day Will Come When You Won't Be
(3) The Cell
(7) Sing Me a Song
(8) Hearts Still Beating
(13) Bury Me Here
(16) The First Day of the Rest of Your Life



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LO NEGATIVO

Desarrollo excesivo


No es que a lo largo las seis temporadas anteriores no hayan existido cuestionamientos con respecto a este tema, pero creo que hasta ahora no se había sentido como un problema realmente importante.

Muchos acontecimientos fueron más largos de lo que deberían de haber sido, provocando con eso que la mayoría de los episodios se volvieran tediosos o de simple relleno que, a pesar de cumplir con un propósito general para el final, jamás lograron generar expectativas mayores (y los ratings lo demuestran). Incluso esto mismo terminó afectando un poco al personaje de Negan, cuyos largos discursos  pasaron de ser fascinantes a simples sucesos para consumir tiempo. 


“King” Ezequiel


Dentro de todo lo decepcionante que hubo en esta temporada probablemente lo que más me enfado fue la manera en la que manejaron al personaje de Ezequiel, uno que en el cómic resalta no solo por su excentricidad, sino también porque es un tipo valiente que está dispuesto a todo con tal de vencer a Negan. Lo cual es algo totalmente alejado del tipo temeroso que nos presentaron en pantalla; alguien que sabias inmediatamente que iba a volver aburrido el episodio y que además no fue tan relevante como se esperaba.


Violencia  contenida 


Después del nivel de violencia presentado durante el primer episodio las críticas por parte de diversas asociaciones, críticos de TV e incluso fans de la serie no se hicieron esperar y al parecer eso provocó pánico dentro de los altos mandos, ya que una de las productoras ejecutivas mencionó durante una entrevista que para la segunda mitad de la temporada algunas escenas violentas habían sido bajadas de tono.

Una situación que rápido quisieron negar, pero que fue más que evidente durante una segunda mitad donde las muertes relevantes se dieron fuera de cámara para dejarla prácticamente sin un elemento que resulta vital para TWD. 


Gente Basura


En esta ocasión la serie se tomó bastantes libertades en cuanto al material original y una de las más notables fue la introducción de quienes nombrare cariñosamente como “Gente Basura”. Un grupo peculiar al que nunca sentí que se acoplara con el resto de los personajes y que siempre dieron la sensación de ser algo que bien se pudo haber omitido. 


Venado en CGI


Por lo general The Walking Dead es muy sólida en la cuestión de efectos especiales para tratarse de una serie de televisión no premium, pero esta temporada si tuvieron un par de traspiés en este aspecto. Siendo la escena del venado en el episodio 12 una de las cosas más lamentables que se han visto.

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Opinión final: Considerando las expectativas generadas y el contenido tratado, la séptima temporada de The Walking Dead resultó ser una grandísima decepción. No sé si haya logrado desbancar a la 2da como la peor que ha tenido la serie, pero se quedó muy cerca y deja una labor titánica para una octava temporada que se centrará nada más y nada menos que en “All Out War”, el arco argumental más importante que ha tenido el cómic.

martes, 4 de abril de 2017

Crítica: House on Willow Street (2017)


Película dirigida por Alastair Orr (Indigenous), quien además es co-escritor del guión junto a Catherine Blackman y Jonathan Jordaan. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 24 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero no se sabe cuándo saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Después de que una joven es secuestrada directamente de su casa, sus captores tendrán que empezar a cuestionarse sobre si no son ellos quienes corren peligro debido a que ella parece guardar un oscuro secreto.



Comentarios generales:

Siempre he pensando que cuando hay más de dos personas involucradas en un guión existe una alta probabilidad de que la película sea mala debido a que tantas mentes juntas significa un inevitable choque de ideas que tarde o temprano va a afectar de algún modo. Lo cual es sin duda lo que ocurre con House on Willow Street, un trabajo que en todo momento parece no tener un rumbo fijo y cuyas ideas más originales nunca terminan por explotar gracias a la poca imaginación presentada.

Y es que ciertamente la premisa es al menos interesante al cambiar un poco el escenario habitual de lo que, en teoría, es una película de invasión de hogares y que Orr aprovecha para brindar unos minutos iniciales bastante disfrutables que ayudan a establecer esa sensación de peligro constante a pesar de que no se sabe exactamente cuál es la amenaza. No se va rápidamente por la violencia e incluso se toma algo de tiempo para construir una interacción agradable entre ambos personajes femeninos; sin embargo, todo esto dura muy poco y no tienen que pasar más de 20 minutos para que las cosas empiecen a tomar un camino en el que estos criminales, en apariencia fríos y calculadores, se ven envueltos en cualquier cantidad de decisiones absurdas.

Realmente a partir del segundo acto se vuelve un verdadero dolor de cabeza escuchar algunos de los diálogos y el tema demoníaco resulta completamente forzado; especialmente por la manera tan conveniente en la que lo explican. Además el director empieza a abusar de los sustos fáciles, ya que no solo los utiliza para generar impacto, sino que también son su medio preferido para explotar las debilidades de los personajes para quebrarlos emocionalmente. Un aspecto que funciona al inicio, pero que como todo lo demás en esta historia solo es efectivo por lapsos muy breves.

La parte final no diría que es anti climática, simplemente se siente demasiado larga para lo que tendría que haber sido. Cuenta con cierto nivel de intensidad, pero no hay capacidad para mantenerlo precisamente porque los momentos para eso duran de más y este se evapora; aunado a que le agregan algo que no tiene mucho sentido.

En cuanto a las actuaciones me sorprendió ver a Sharni Vinson (Hazel) tan poco energética, incluso se le nota un tanto cansada en su rostro; mientras que Carlyn Burchell (Katherine) es sin duda lo mejor en este aspecto. La producción no está nada mal: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score cumple, el trabajo de sonido está ok, los efectos en su mayoría lucen bien (salvo por el fuego en CGI) y la labor de maquillaje es de destacar.

Opinión final: House on Willow Street es decepcionante. Película del montón que será mejor ver cuando inevitablemente la empiecen a pasar por TV. 

Ojometro:
**