martes, 29 de agosto de 2023

Crítica: Cobweb (2023)

Película dirigida por Samuel Bodin y escrita por Chris Thomas Devlin. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de julio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 24 de agosto; recaudando hasta la fecha $3.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Peter (Woody Norman) es un niño de 8 años que trata de investigar los misteriosos sonidos que vienen detrás de las paredes de su casa, aunque en el proceso descubrirá un oscuro secreto que sus padres le han estado ocultando.


Comentarios generales:

Cuando un guión gana notoriedad entre los ejecutivos de los estudios dentro del famoso sitio The Black List es casi un hecho que este se terminará convirtiendo en una película y por lo consiguiente tendrá atadas una serie de expectativas irreales incluso desde antes de que inicie su producción. Una situación que le tocó experimentar a Cobweb desde 2018 y que gracias a la pandemia terminó alargándose muchísimo más de lo esperado, provocando con esto que Lionsgate apostará demasiado por un proyecto que claramente era mucho más discreto de lo que originalmente pensaban.

Y es que lo traído por Bodin tiene fortalezas y flaquezas muy marcadas que ocasionan que el visionado como tal sea un sube y baja de sensaciones con respecto a la historia. La cual inicia de una manera bastante simple, pero con una atmósfera absorbente gracias al tremendo trabajo de fotografía que genera un tono depresivo de golpe para ponerte en sintonía con los temores de Peter; quien, por otra parte, se vuelve un problema constante en el desarrollo debido a que su comportamiento después de unos diez minutos te empieza a fastidiar y su situación en general no es la más interesante u original.

Algo que para nuestra fortuna se va corrigiendo poco a poco conforme se va integrando de manera más predominante a sus padres, quienes no solo fungen como la fuente principal de dudas, sino también como la vía por la cual se construyen momentos que ayudan a ir incrementando la sensación de peligro. Haciendo con esto que el segundo acto sea mucho más efectivo gracias a que el ritmo pausado se va complementando con situaciones que en todo momento venden la idea de que algo terrible le depara a Peter, pero no sabes exactamente bien qué será porque la dubitativa actitud de los padres no lo permite y eso hace que se vaya acumulando muchísima tensión que en algún punto tiene que explotar.

Dándose esto justo durante los últimos 30 minutos, los cuales son sin duda los que definirán la postura del espectador sobre el filme debido a se le da un giro total a las cosas de manera inesperada. Llevándonos a terrenos mucho más violentos que optan por el frenetismo y un lado fantasioso que ciertamente hacen del desenlace mucho más entretenido, aunque también puede resultar como algo totalmente fuera de lugar que no encaja con lo que se construyó previamente.

De las actuaciones, tal como mencioné anteriormente, no me terminó por convencer Woody Norman con esa actitud temerosa exasperante que maneja durante todo el tiempo y honestamente me la pasé esperando a que mataran a su personaje. Aunque lo hecho por Lizzy Caplan (Carol) y Anthony Starr (Mark) resultó bastante agradable de ver.

En cuanto a producción estamos ante algo con poco presupuesto, pero con cosas positivas: el trabajo de fotografía es muy bueno y por mucho lo mejor de la película, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido limpio, los efectos no son nada del otro mundo y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Cobweb está decente. Mucho de su efectividad recae en cómo se digiere la última media hora, pero es una opción para pasar el rato durante el próximo Halloween.

Ojometro:
*** 

viernes, 25 de agosto de 2023

Crítica: The Tank (2023)

Producción neozelandesa escrita y dirigida por Scott Walker. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 27 de junio.

Sinopsis:

Después de heredar misteriosamente una casa abandonada en la costa, Ben (Matt Whelan) y su familia despiertan accidentalmente a una antigua criatura que aterrorizó a toda una región por generaciones.


Comentarios generales:

Cuando uno se encuentra con una película de la cual realmente no ha escuchado nada siempre va a tener ciertas dudas y al mismo tiempo estará presente la curiosidad por saber si se topará con algo interesante. Básicamente es un volado con el que te tienes que arriesgar y en el caso de The Tank eso era incluso todavía más marcado gracias a la premisa tan genérica con la que cuenta, pero al final el resultado ha sido por lo menos aceptable.

Aunque para llegar a eso antes hay que pasar por un camino un tanto empedrado debido a que lo traído por Walker cuenta con una primera mitad en la que pasa poco o nada, lo cual se magnifica gracias al reducido elenco que limita bastante la cantidad de situaciones que se pueden construir en pantalla. Apostando gran parte del atractivo a la generación de una atmósfera un tanto tenebrosa mientras se trata de exprimir a lo máximo la exposición de la propia casa para integrar algunos jump scares muy predecibles en cada rincón de esta, todo con el propósito de mantener en las sombras a lo que sea que asecha a la familia y así dar más tiempo para desarrollar el misterio que hay detrás sin importar que es muy sencillo de descifrar.

Obvio ante esto el ritmo es cansino y ciertamente las cosas son un tanto aburridas; sin embargo, una vez que se da la primera muerte se percibe una mejoría y mucho se debe a que se deja atrás la pasividad para poder lograr que la amenaza por fin se sienta como algo relevante para la historia. Utilizando recursos que no van a deslumbrar por su originalidad, pero que están bien implementados para ir incrementando de a poco el nivel de tensión en las acciones mientras se va acorralando a la familia a un encuentro donde tienen clara desventaja tanto por la extensión del terreno como por la lejanía de la propiedad.

Logrando así que la parte final tenga una sensación de riesgo elevada y con ello se logre ofrecer una serie de escenas con buena intensidad que exponen lo peligroso de las criaturas. Imprimiendo un ritmo más ágil para llevar a un desenlace cuya predictibilidad no evita que ofrezca un enfrentamiento efectivo.

Las actuaciones están bien, cumplen con el objetivo primario y llevan la película sin grandes contratiempos a buen puerto. Mientras que en producción tenemos una factura discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte está bien cuidada, el score es genérico, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje discreta.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Tank está ok. Película con una segunda mitad entretenida para pasar el rato cuando no tengan nada más que ver.

Ojometro:
***

martes, 22 de agosto de 2023

Crítica: The Angry Black Girl and Her Monster (2023)

Película escrita y dirigida por Bomani J. Story. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de julio, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 8 de agosto.

Sinopsis:

Vicaria (Laya DeLeon Hayes) es una brillante adolescente que tiene la firme creencia de que la muerte es una enfermedad que puede ser curada. Así que después del asesinato de su hermano se embarca en un peligroso camino para traerlo de vuelta a la vida.


Comentarios generales:

Adaptaciones de “Frankenstein” de Mary Shelley no son algo extraño, aunque no es tan común que estas se den bajo la perspectiva de la comunidad negra. Por ahí tenemos a “Blackenstein” de los 70s y alguno que otro trabajo más sin que realmente exista uno que se pueda jactar de ser un tipo de referente, título que probablemente The Angry Black Girl and Her Monster termine adoptando con el pasar del tiempo.

Y no tanto porque lo presentado por Bomani sea espectacular, sino más bien porque la manera en la que integra el contexto de la comunidad negra a la historia hace que esta se sienta relevante y tenga un toque de seriedad como ocurre en la obra original. Lo cual se ve reflejado principalmente durante un primer acto que se centra en el entorno de Vicaria, donde tiene que lidiar con el racismo, las pandillas o el abuso policiaco de manera constante; siendo esto parte fundamental para entender su forma de ser y sus motivaciones para querer revivir a su hermano a pesar de la locura ligada a todo esto.

Eso le da cierta sustancia a las cosas y no está nada mal la forma en cómo se plantea todo; sin embargo, es la llegada de la propia resurrección lo que provoca que el visionado empiece a volverse poco emocionante cuando tendría que ser todo lo contrario.

Obvio hay muertes que ayudan a construir escenas con un poco más de intensidad y tampoco es que exista un bajón de ritmo pronunciado, pero la manera en la que se integra al monstruo (Chris) en la dinámica general no resulta tan eficiente debido a que optan por mantenerlo entre las sombras la mayor parte del tiempo para darle más exposición a un conflicto entre Vicaria y los delincuentes que en teoría debería de generar una sensación de peligro importante, más solo se queda como algo desarrollado a medias que nunca define de manera sólida determinadas posturas de los involucrados.

Afortunadamente para la parte final se logra recomponer el rumbo y en gran medida se debe a que por fin le dan exposición al monstruo. Brindándole automáticamente un impacto mayor y crudeza a un desenlace que logra plantear de buena forma la duda esencial de la novela sobre quién es el verdadero monstruo en todo esto, aunque sin dejar tan mal parada a nuestra protagonista gracias a determinadas decisiones que toma.

Sobre las actuaciones en realidad todo el peso de la película recae en Laya DeLeon Hayes y no lo hace mal, tal vez al inicio puede resultar un tanto irritante por su carácter, pero con el pasar de los minutos se vuelve un personaje muy interesante. Mientras que en producción tenemos algo estándar: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es discreta, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son simples y la labor de maquillaje es de buen nivel.  

Opinión final: The Angry Black Girl and Her Monster está ok. Película con buenas cosas a la que todo el tiempo sientes que le hace falta algo.

Ojometro:
***

viernes, 18 de agosto de 2023

Crítica: Talk to Me (2023)

Película dirigida por Michael Philippou y Danny Philippou, este último además compartiendo créditos como co-escritor del guión junto a Bill Hinzman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 28 de julio y en México el pasado 9 de agosto, recaudando hasta la fecha $40 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un grupo de amigos descubre cómo invocar espíritus utilizando una mano embalsamada y se enganchan con su nuevo juego para hacerlo viral. Esto hasta que uno de ellos lleva las cosas demasiado lejos y libera aterradoras fuerzas sobrenaturales.


Comentarios generales:

Creo que ya lo he comentado en ocasiones anteriores, pero cada que los medios que no suelen cubrir regularmente cine de terror empiezan a catalogar a una película como algo revolucionario mi interés y mis dudas se disparan de inmediato porque esta opinión muchas veces se da gracias a un importante desconocimiento de lo que ya existe dentro del género. Y en el caso de Talk to Me realmente se puede notar mucho de eso al querer resaltar "ideas nuevas" que no lo son, aunque esto no significa que sea erróneo mencionar que es un trabajo destacado y probablemente uno de los mejores de 2023.

Y es que lo traído por los Philippou en realidad utiliza conceptos que ya hemos visto en repetidas ocasiones, pero alterando ciertos detalles para brindarle frescura a una historia que esencialmente se trata sobre espíritus y posesiones. Esto bajo una perspectiva adolescente con la cual se tratan temas como el bullying, el duelo, la depresión y la obsesión por las redes sociales; siendo esto último el punto de partida para poder integrar la cuestión sobrenatural de una manera que ciertamente resulta llamativa a pesar de su simplicidad.

Logrando así que la comunicación con los espíritus sea un evento que te atrapa de inmediato, no solo por el hecho de que se sabe explotar a la perfección la excentricidad que aporta la mano embalsamada, sino porque el hecho de que muestren a dichos espíritus de manera tan directa hace que el tono oscuro aumente de manera exponencial. Aportando de golpe un nivel de intensidad no te esperas tan temprano y que con el pasar de los minutos solo se va incrementando por medio de acciones que terminan desencadenando una de las escenas más brutales de todo el filme.

Escena que significa un punto de quiebre debido a que a partir de ahí las cosas obtienen un grado de profundidad mayor, utilizando al personaje de Mia como la vía principal para ir desenvolviendo lo que verdaderamente ocurre. Algo que por momentos puede volverse repetitivo ante las decisiones que toma nuestra protagonista y por ende lleve a que el segundo acto tenga pequeños lapsos un tanto pesados en cuanto al ritmo, aunque para contrarrestar eso los directores muestran bastante habilidad en la construcción de situaciones de impacto que puedan elevar el nivel de adrenalina de manera rápida y así evitar que el daño sea grande. 

Preparando con esto el camino para una parte final que se sustenta en la fragilidad mental de Mia y su desesperación por corregir sus errores sin importar las consecuencias. Lo cual hace que el desenlace sea sumamente tenso y en todo momento se planteen dudas con respecto a lo que ocurre sin que sea complejo descifrar el cierre.

Las actuaciones no están nada mal, hay un buen elenco; sin embargo, Sophie Wilde (Mia) es sin duda la que más destaca bajo su personaje lleno de dudas y traumas que magnifica muchas de las escenas importantes. Además también hay que mencionar la aparición de Miranda Otto (Sue), quien con pocos minutos logra dejar una buena impresión bajo su rol de madre sobreprotectora.

En cuanto a producción tenemos una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte sencilla, el score es bueno, el trabajo de sonido resulta brutal, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Talk to Me me gustó. No es la revolución que dicen que es, pero si es una película muy efectiva en todo lo que propone.

Ojometro:
*****

martes, 15 de agosto de 2023

Crítica: Subspecies V: Blood Rise (2023)

Quinta entrega de la franquicia, la cual nuevamente ha sido escrita y dirigida por Ted Nicolaou (Subspecies). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de mayo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 18 de julio.

Sinopsis:

Robado por los cruzados cuando era un bebé, él no tiene conocimiento de que su padre era un vampiro y su madre un demonio. Sin embargo, cuando varios años después regresa al castillo en donde nació para matar al vampiro Vladislas se entera de su verdadero linaje que lo convertirá de un noble hombre al temible vampiro Radu Vladislas (Anders Hove).


Comentarios generales:

No es de extrañar que el regreso de Subspecies haya pasado desapercibido debido a que estamos frente a una franquicia de nicho que llevaba 25 años en el olvido y cuyo público principal somos aquellos fans que crecimos en los 90s sabiendo de su existencia. Incluso diría que su regreso se puede catalogar como una auténtica excentricidad considerando su propia naturaleza que no encaja en lo absoluto con las tendencias actuales dentro del cine de terror, poniendo a Subspecies V: Blood Rise en un lugar complejo del que no sale bien librada.

Y es que a pesar de que Nicolaou tomó una buena decisión al hacer de esto una precuela para no tener que ver las cuatro películas anteriores, lo cierto es que por la limitante del tiempo no le alcanza para exponer de manera coherente todas las ideas que tiene en mente en su búsqueda por expandir la historia de Radu. Siendo esto por demás evidente desde unos primeros 25/30 minutos en donde todo se desarrolla de manera acelerada con saltos de tiempo que no ayudan a establecer de la mejor forma la corrupción que sufre nuestro vampiro protagonista, presentando situaciones que en el fondo sabes que son importantes pero que a los cinco minutos pasan a segundo término ante una nueva subtrama salida de la nada.

Lo cual sin duda puede generar confusión debido a que básicamente con esto se hace que la premisa inicial vaya difuminándose para centrarse en una relación maestro/discípulos que trata de añadir cierta complejidad por medio del conflicto natural que existe en las aspiraciones de cada una de las partes; sin embargo, esto nunca logra generar el nivel de tensión adecuado para que resulte interesante. Sobre todo porque es en esta parte cuando se empieza a divagar bastante en el verdadero propósito de Radu y con ello realmente el espectador se tiene que fijar en otras cosas como la atmósfera o el propio score para encontrar detalles que lo hagan aguantar el aburrimiento al que se ve expuesto.

Llevándonos así a una parte final en donde, una vez más, se da otro volantazo con la intención de regresar a la idea inicial. Lo malo es que aquí otra vez se añaden situaciones que no se sienten como algo natural de la trama e incluso se terminan contradiciendo elementos clave que se establecieron en la entrega original de 1991, dejando así un desenlace que lo único que provoca es que cuestiones sobre si en verdad era necesario revivir la franquicia.

Las actuaciones no están mal. Anders Hove sigue manejando el papel de Radu como lo hizo en los 90s con ese toque de excentricidad absoluto, mientras que Denice Duff (Helena) bajo un nuevo personaje hace el esfuerzo mínimo necesario dentro de los pocos minutos que le dan en pantalla.

Sobre la producción lo que tenemos aquí es algo que se siente muy similar a lo que vimos hace tres décadas atrás: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte muy simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos en general son discretos y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: Subspecies V: Blood Rise es decepcionante. Precuela con muchas ideas a las que difícilmente saben cómo exponerlas de manera coherente. 

Ojometro:
**

viernes, 11 de agosto de 2023

Crítica: The Lake (2023)

Producción tailandesa escrita y dirigida por Lee Thongkham (The Maid). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo, mientras que su salida en formato físico se dio el 16 de mayo.

Sinopsis:

Una niña se encuentra un extraño huevo y lo lleva a su aldea, solo para darse cuenta que le pertenece a un enorme monstruo que emerge del lago destruyendo el pueblo y a sus habitantes para poder recuperarlo.


Comentarios generales:

Las películas sobre monstruos gigantes son algo que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo, obvio no han dejado de existir, pero su presencia cada vez es menor. Siendo el continente asiático el que todavía mantiene a flote dicha temática de manera relativamente constante sin que nos enteremos de este lado del planeta gracias a lo raras que muchas de estas propuestas resultan, tal como es el caso de The Lake.

Ya que lo traído por Thongkham es un show de destrucción y muertes de mediana escala en el que se pueden notar guiños a películas como “The Lost World: Jurassic Park” o “Godzilla” de 1998 en todo momento, aunque aderezándolos con una historia que trata de hablar sobre los lazos familiares. Lo cual no funciona de la mejor manera gracias a que la acción es lo que predomina desde los minutos iniciales debido a que no existe temor por mostrar a las criaturas en todo su esplendor, dejando que sea el espectáculo lo que dictamine el camino durante un primer acto que es entretenido, pero que no dedica mucho tiempo a la elaboración de ideas concretas y rápidamente queda expuesto como una cortina de humo para ocultar que dicho enfoque caótico es lo único que se tiene para mantener tu interés.  

Y es que una vez pasada la primera media hora las cosas se vuelven demasiado tediosas al caer en lo repetitivo mientras se le empieza a dar más relevancia al tema de la familia, no solo por medio de los personajes centrales, sino también con una subtrama de un policía con su hija que en todo momento se siente fuera de lugar. Además de que también se integra una conexión  humano/monstruo de la cual no profundizan absolutamente nada a pesar de debería de ser importante en el desarrollo, simplemente se da porque si y al conjuntar eso con todo lo demás se tiene como consecuencia una serie de acciones huecas que solo dejan la sensación de que lo que estás viendo no te lleva a ningún lado.

Algo que se magnifica durante una parte final que te vende la idea de un posible escenario de gran destrucción y matanza, pero en realidad eso no es así. Optando mejor por un camino mucho menos emocionante en el que se le da prioridad al secretismo para no contestar ninguna pregunta o dejarlas flotando en lo ambiguo mientras al mismo tiempo se pretende vender una venganza que trata de añadir un último toque de intensidad sin grandes resultados.

De las actuaciones no hay mucho que decir, todas son muy genéricas y con una falta de emoción marcada tomando en cuenta ciertas situaciones que ocurren. Mientras que en producción tiene alguna que otra cosa interesante: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score no está mal, el trabajo de sonido es sólido, los efectos tan cargados de CGI no son los mejores y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: The Lake es mediocre. Película genérica de monstruos que pretende hacer más de lo que verdaderamente puede.

Ojometro:
**

martes, 8 de agosto de 2023

Crítica: Haunted Mansion (2023)

Película dirigida por Justin Simien (Bad Hair) y escrita por Katie Dippold. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 27 de julio, recaudando hasta la fecha $60.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Gabbie (Rosario Dawson) es una madre soltera que contrata a un guía de turistas, un sacerdote, una psíquica y a un historiador para que la ayuden a exorcizar una antigua mansión que acaba de comprar y se encuentra habitada por fantasmas.


Comentarios generales:

Honestamente no recuerdo si vi la película de 2003 con Eddie Murphy y nunca he viajado a alguno de los parques de Disney, así que tampoco tengo mucho conocimiento sobre la atracción en la que está basada la película. Sin embargo, cuando se trata sobre mansiones embrujadas tengo cierta debilidad debido a que estas representan una de las esencias más añejas del cine de terror y por ello Haunted Mansion me generaba interés independientemente de estar enfocada a un público más familiar; aunque al final creo que no logra ser ese producto tan entrañable que se pretendía.

Y mucho de esto se debe a que lo presentado por Simien tiene problemas para establecer su propio tono, ya que si bien la historia se centra en cómo las personas manejan la muerte de un ser querido, también es cierto que en esencia esto es una comedia y durante gran parte del metraje se puede notar lo complicado que les resulta encontrar el balance adecuado entre ambas cosas. Sobre todo durante un primer acto que resulta un tanto aburrido dado a que la presentación de los personajes centrales (Gabbie, su hijo y Ben) no es la más llamativa y la manera en la que se introduce el problema de los fantasmas dentro de la mansión carece de cierta chispa que debería de estar adherida a estos sucesos.

Siendo realmente hasta la entrada del segundo acto con la aparición de los personajes secundarios más excéntricos que las cosas empiezan funcionar mejor, no solo por el hecho de que el humor que estos aportan es efectivo, sino también porque de manera inmediata se activan los elementos sobrenaturales más interesantes para ir dándole forma al misterio detrás de la mansión. El cual es más elaborado de lo que esperas y gracias a eso se pueden construir escenas interesantes que exploten el aspecto visual dentro de esta y también profundicen sobre el tema del duelo con el personaje de Ben sin que el ritmo decaiga.

Logrando con esto que la parte final sea frenética y un buen espectáculo de efectos visuales en el que el villano tenga su momento de buena exposición, aunque en general la manera en la que se resuelve el problema es un tanto genérica y eso le resta puntos a un desenlace que simplemente pasa sin pena ni gloria.

Sobre las actuaciones hay que decir que son lo mejor de la película, aunque Rosario Dawson como la protagonista es la que menos trasciende y queda en un segundo plano a lado de LaKeith Stanfield (Ben). Incluso también queda muy atrás del buen casting de secundarios que incluye a Owen Wilson (Padre Kent), Tiffany Haddish (Harriet) y al siempre hilarante Danny DeVito (Bruce).

Y en cuanto a producción tenemos una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es fantástica, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es de buena calidad, los efectos están bien logrados y la labor de maquillaje cumple su objetivo.

Opinión final: Haunted Mansion está ok. Película de corte familiar para disfrutar con palomitas y olvidarla en un par de meses.

Ojometro:
***

viernes, 4 de agosto de 2023

Crítica: Skinford: Death Sentence (2023)

Producción australiana dirigida por Nik Kacevski, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Tess Meyer. Se estrenó en formato físico durante el mes de mayo dentro de Alemania, mientras que hizo lo propio en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de julio.

Sinopsis:

James Skinford (Joshua Brennan) tiene un plan: robar y vender un misterioso camión para ganar dinero fácil y salvar la vida de su padre enfermo. Todo parece muy simple… hasta que se encuentra con una mujer que vuelve inmortal a todo aquel que toca.


Comentarios generales:

Honestamente Skinford: Death Sentence parecía una película más de torture porn australiano; sin embargo, al dar un repaso por la historia de esta producción uno se encontraba con algo peculiar cuando te enterabas que en realidad se trata de una película de 2017 que nunca salió de Australia y al parecer solo tuvo unos re-shoots para poderla sacar como una producción de 2023. Situación que no es extraña de ver dentro el género, pero si suele ser una señal de que el producto en cuestión probablemente tenga demasiadas carencias como para que pueda trascender y sin duda este es uno de esos casos.

Ya que si bien lo traído por Kacevski tiene potencial para convertirse en un filme de culto, la verdad es que desde un inicio queda claro que será un caos al que el espectador tendrá que tratarle de encontrar sentido como pueda al ponernos frente a una historia cuya meta es brindarte el menor contexto posible y maximizar el nivel de rareza durante la persecución de Skinford. Lo cual funciona durante algunos minutos dado a que realmente ante la extravagancia uno no se pone a cuestionar demasiado lo que ocurre en pantalla, aunque una vez que se empieza a entrar en temas un poco más serios como la trata de mujeres las cosas flaquean.

Y mucho de esto se debe a la renuencia por profundizar en aspectos fundamentales de la trama, algo que inmediatamente hace que las secuencias caóticas (muy bien hechas para un proyecto de este tamaño) se sientan huecas y como una simple distracción más, convirtiendo al segundo acto en uno donde pasa mucho y a la vez no pasa nada. Esto bajo un ritmo que nunca decae para evitar que te aburras mientras sigues presenciando las extravagancias que brincan de un lado a otro entre los villanos y que así la sensación de peligro siempre se encuentre presente, además de los elementos gore encargados de añadir impacto visual.

Llevándonos con todo lo anterior a una parte final que resulta igual de frustrante ante la falta de respuestas concretas, especialmente sobre el tema de la inmortalidad. Apostando nuevamente más por la espectacularidad que por el contenido, pero en este punto eso ya no funciona y el desenlace termina sintiéndose como algo totalmente irrelevante.

Las actuaciones son regulares y la mayoría de estas con un toque caricaturesco que a veces funciona y otras no dependiendo del personaje. Mientras que la producción está bien pulida para tratarse de una de bajo presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es un tanto genérico, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos son una combinación de prácticos/CGI bien lograda y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Skinford: Death Sentence es mediocre. Película sin demasiado sentido y con solo ciertos detalles para destacar.

Ojometro:
**

martes, 1 de agosto de 2023

Crítica: Play Dead (2023)

Película dirigida por Patrick Lussier (My Bloody Valentine, Trick), cuyo guión fue co-escrito por Simon Boyes y Adam Mason. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 2 mayo.

Sinopsis:

Chloe (Bailee Madison) finge su propia muerte para robar evidencia dentro de la morgue. Sin embargo, para su mala suerte, el forense que se encarga del lugar tiene un enfermo y sádico negocio por el cual no puede dejar que absolutamente nadie salga de ahí.


Comentarios generales:

No es que uno pueda predecir las cosas, pero conforme vas viendo más y más películas de terror con el pasar de los años te puedes dar una idea clara sobre lo que te espera con simplemente ver uno o dos trailers. Y en el caso de Play Dead era obvio que nos encontraríamos con algo mediano, de esos trabajos que solo buscan satisfacer las necesidades básicas del espectador sin comprometerse a algo más complejo y cuya única esperanza para destacar a largo plazo es tener alguna sorpresa escondida que lo cambie todo, pero en este caso eso no ocurrió.

Y es que lo traído por Lussier, en efecto, difícilmente se puede decir que sea malo; sin embargo, también resulta complejo poder elaborar demasiado sobre sus virtudes porque en realidad todo lo hace apegándose estrictamente al librito y por ende su historia muchas veces carece de situaciones que puedan impulsarla a otro nivel. Lo cual en el primer acto puede que no sea tan problemático debido a que aquí sustentan todo en los detalles, no solo en lo que se refiere a la cuestión del hermano de Chloe, sino también en lo metódico que es el forense en cada acción dentro de la morgue y establecer con ello rápidamente la idea sobre que salir de ahí es una misión prácticamente imposible.

Llevándonos con esto a una segunda mitad del filme que se supone debería de ser intensa gracias a las revelaciones con respecto al negocio del forense para contrastar con lo metódico de la primera mitad, aunque en realidad todo lo que ocurre es muy blando. No como para arruinar la experiencia debido a que al menos el ritmo fluye de buena manera y por ello el visionado jamás se vuelve pesado, pero en ningún punto sientes que el peligro sea extremo y que el nivel de amenaza represente un riesgo enorme para la protagonista dado a que el director jamás se atreve a ir más allá en lo visual cuando existían los elementos suficientes para justificarlo.

Optando mejor por un toque más de acción para una parte final que no está tan mal gracias a que nos muestra un poco más de intensidad al implementar un incremento en la violencia dentro la resolución del conflicto. Haciendo con esto que incluso una alianza muy sacada de la manga y sin demasiada justificación no sea suficiente como para generarte gran malestar por el desenlace.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, con una Bailee Madison que tiene un papel poco exigente y con un Jerry O'Connell (El Forense) que queda parado como un asesino demasiado plano. Mientras que en producción tampoco tiene mucho que destaque: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score no destaca, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje tiene algunas buenas cosas.

Opinión final: Play Dead está ok. Película genérica para ver cuando no tengan otra cosa más que hacer.

Ojometro:
***