viernes, 12 de enero de 2024

Crítica: Night Swim (2024)

Película escrita y dirigida por Bryce McGuire, la cual está basada en el cortometraje de 2014 del mismo nombre que co-dirigió junto a Rod Blackhurst. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 5 de enero, recaudando hasta la fecha $20.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

La familia Waller se encuentra en búsqueda de un nuevo hogar después de que Ray Waller (Wyatt Russell) se viera forzado a retirarse del beisbol debido a una enfermedad. Y cuando encuentran la casa ideal con una gran alberca parece que sus vidas van por el rumbo correcto, aunque no se imaginan el terrible secreto que guarda dicho lugar. 


Comentarios generales:

Ya he mencionado en ocasiones anteriores que las ideas que funcionan de buena forma en cortometrajes no siempre se traducen en buenos largometrajes, obvio habrá sus excepciones, pero suele ser complicado ver productos redondos. En gran medida porque dichas ideas están concebidas para no tener un desarrollo tan prolongado por las limitantes de tiempo y en el caso de Night Swim eso se manifiesta de manera evidente.

Esto porque lo traído por McGuire es una historia que se va desinflando conforme tiene que presentar mayor información con respecto a lo que rodea a la alberca, dañando así una propuesta que en un inicio resulta bastante efectiva al explotar al máximo su principal fortaleza. La cual radica en la atmósfera tétrica que logran generar por medio de la propia alberca y las tomas acuáticas que ayudan a establecer de una manera hasta cierto punto original a la amenaza; especialmente cuando se trata de exponer el peligro por debajo del agua.

Una fórmula que después de los primeros 35/40 minutos se vuelve insuficiente para mantener el interés debido a que el trasfondo de lo que ocurre con la alberca jamás parece tener un rumbo definido y además el mostrar el deterioro mental de Ray mientras se cura de su enfermedad no resulta tan intrigante como debería. De hecho, conforme esto va tomando forma el ritmo se vuelve más cansino y los momentos pensados para generar impacto no son lo suficientemente eficaces como para ocultar que en realidad las cosas se estancan ante la carencia de sustancia.

Algo que tratan de solucionar durante una parte final en la que se puede decir que lo logran a secas forzando ciertos detalles, aunque eso no evita que se sienta acelerada. Dejándonos ante un desenlace al que indudablemente le hubiera caído bien una mayor profundización y no solo una explicación exprés, pero por lo menos cuenta con la fuerza necesaria para que la sensación de peligro sea considerable y eso lleve a un cierre frio que encaja de mejor manera con lo presentado.

En cuanto a las actuaciones ciertamente Wyatt Russell cumple con lo que se le pide, pero su transformación en una verdadera amenaza para su familia nunca termina por convencerte del todo. Mientras que Kerri Condon (Eve Waller) por momentos logra ser un buen contrapeso y en otros queda parada como un personaje muy débil con poca iniciativa.

Sobre la producción hay que decir que tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es genial, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Night Swim está pasable. Un concepto interesante que lamentablemente solo se queda en eso.

Ojometro:
***