lunes, 15 de junio de 2015

Crítica: The Nightmare (2015)


Documental dirigido por Rodney Ascher (Room 237). Se estrenó el pasado 5 de junio de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico está planeada para el próximo 4 de agosto.

Sinopsis:

Documental que relata por medio de las experiencias de 8 distintas personas la aterradora condición que asecha a miles alrededor del mundo: la parálisis del sueño.



Comentarios generales:

Ciertamente Room 237 no me desagradó pero era un documental con fallas muy marcadas que uno se las podía atribuir claramente a la inexperiencia del director con esta clase de trabajos, además de que la idea central no daba para mucho. En cambio, ahora con The Nightmare parecía que el tema le brindaba la oportunidad a Ascher para realizar algo más completo porque se adaptaba mucho mejor a los estándares del género, pero al final termina siendo solo un aburridísimo paso atrás en su filmografía.

Esto a pesar de que el inicio es prometedor gracias al buen manejo del ritmo y, sobre todo, a lo interesantes que resultan las historias de las personas entrevistadas sobre sus primeras experiencias con la parálisis. Algunos son más detallados que otros, pero en conjunto logran brindar un panorama general sobre lo aterrador que puede llegar a ser esto no solo por como lo cuentan, sino también por como son recreados sus relatos con un aire Argentesco en todo momento; algo que sin duda ayuda mucho a que el espectador se sienta en terrenos conocidos al mostrar extrañas figuras en la oscuridad, iluminación con mucho color rojo o voces macabras que no lo hagan cuestionarse sobre si esto en verdad podría formar parte del género.

Lo malo es que llegados los 30 minutos este documental básicamente se queda vacío y el director en lugar de tratar de expandir las cosas lo único que hace es repetir lo mismo una y otra vez, provocando así que se torne en exceso aburrido. La dinámica entrevista/recreación no cambia en lo absoluto, de hecho, poco a poco es muy evidente que se empieza a centrar en dos o tres individuos cuyos casos parecen mucho más extremos para no hacer tan evidente la falta de variedad; lo cual está bien, pero por varios lapsos lucen demasiado actuados como para que creas todo lo que dicen. Lo único que se siente diferente es cuando empiezan a comparar los sueños con películas como A Nightmare on Elm Street, Insidious o Communion; ese ciertamente hubiera sido un camino interesante a seguir pero a lo mucho lo tratan durante cinco minutos para ser olvidado rápidamente.

También tiene la terrible falla de no presentar nada médico o científico que le pueda dar mayor sustento al tema de la parálisis del sueño. Entiendo que esto no es un documental del Discovery Channel, pero considerando de lo que trataba creo que era importante que se incluyera un poco más de información para que tuvieras suficientes elementos sobre la mesa y comprender de mejor manera lo que estabas viendo.

De la producción no me quejo, es sólida en general: la fotografía en las entrevistas y en los segmentos ficticios cumple el propósito de generar una atmósfera tétrica; se pueden escuchar los relatos claramente gracias al limpio trabajo de sonido y el score, una vez más, termina siendo de calle lo mejor.

Opinión final: The Nightmare es un documental mediocre. El tema en si no es malo, pero tiene muy poco contenido como para hacerlo algo digno de ver.

Ojometro:
**

viernes, 12 de junio de 2015

Crítica: We Are Still Here (2015)


Película escrita y dirigida por Ted Geoghegan, la cual además significa su primer largometraje. Se estrenó de manera limitada en cines, VOD e iTunes dentro de los Estados Unidos apenas el pasado 5 de junio, aunque no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Después de que su hijo muriera en un accidente automovilístico, Paul (Andrew Sensenig) y Anne (Barbara Crampton) se mudan al campo en Nueva Inglaterra para trata de iniciar una nueva vida. Sin embargo, pronto la pareja se convertirá en el blanco de una vengativa familia de espíritus que reside en su nuevo hogar y descubrirán que el pacifico pueblo a donde se mudaron esconde un oscuro secreto.



Comentarios generales:

El tema de las casas poseídas es uno complicado de manejar en la actualidad, no porque sea imposible crear algo de calidad con fórmulas viejas, sino porque cada vez es más complicado hacer algo nuevo que en verdad te sorprenda. Y aunque en el caso de We Are Still Here no me atrevería a decir que la originalidad es de otro nivel, si estamos ante una mezcla muy interesante de ideas inspiradas en diversos trabajos previos que simplemente la hacen diferente al resto.

Algo que de inicio ni parece debido a que Geoghegan no tiene ninguna prisa por revelar todas sus cartas de manera temprana, construyendo así un primer acto muy tranquilo que establece con elementos básicos el tono característico de esta clase de historias: sustos fáciles por medio de ruidos extraños o cosas que se caen, sombras corriendo al fondo, uso delicado del score, etc. Realmente te va soltando poco a poco cualquier dato relevante para hacerte creer que estás viendo una simple película de fantasmas, lo cual solidifica contando el pasado turbio de la casa; sin embargo, de algún modo siempre tienes la sensación de que hay algo más sin saber exactamente qué.

Es a partir del segundo acto cuando las cosas toman un rumbo mucho más oscuro al darte una probada de lo peligrosos que son los espíritus con un par de escenas de impacto, cuyo principal propósito es sacarte de la zona de confort. No se trata de algo extremo pero logra su cometido para hacer la transición de una simple historia de fantasmas a una de venganza lo más natural posible; de pronto la amenaza no solo se encuentra dentro de la casa, sino también fuera de esta y eso abre un panorama amplio de opciones que son aprovechadas por el director, sobre todo cuando añade una leyenda que involucra al pueblo con la cual genera ciertos momentos de misterio necesarios cuando parece que la cuestión de los espíritus empieza a ser muy descifrable.  

La parte final es brutal, un goce total debido a que no te esperas esta clase de desenlace. Es un cambio totalmente brusco con respecto al ritmo manejado previamente, así como a todo el aspecto visual; es casi como si se tratara de una película nueva llena sucesos violentos con clara referencia al cine de terror de los 80s.

Está bien actuada, pero curiosamente lo mejor no llega por parte de Sensenig o Crampton (que resulta fastidiosa por momentos), sino de los secundarios; tanto Larry Fessenden como Lisa Marie y Monte Markham hacen un gran trabajo al darles vida a personajes un poco más exagerados que contrastan con la pareja protagonista. La producción también es bastante buena: el trabajo de fotografía es sólido, se hace un buen uso del sonido, el score es absorbente y el trabajo de efectos termina siendo espectacular cuando se hace uso de la sangre en extremo al combinar de manera perfecta prácticos con un poco de CGI.

Opinión final: We Are Still Here es de lo mejor que ha salido en este año, totalmente recomendable.

Ojometro:
****

miércoles, 10 de junio de 2015

Crítica: World War Dead: Rise of the Fallen (2015)


Película escrita y dirigida por la dupla Freddie Hutton-Mills / Bart Ruspoli (Cryptic). Salió directamente en DVD y Blu-ray el pasado 4 de mayo dentro del Reino Unido, aunque no hay información sobre si tendrá distribución en otros mercados.

Sinopsis:

Para celebrar el centenario de la Primera Guerra Mundial, un equipo de documentalistas de TV viaja al rió Somme para acabar con algunos de los mitos ligados a la famosa batalla que tuvo lugar ahí. Sin embargo, conforme avancen en su investigación, estos descubrirán algo que va mucho más allá de pruebas históricas sobre aquellos que perecieron: un ejército de zombies.



Comentarios generales:

No hay subgéneros más explotados en la actualidad que el found footage y los zombies, así que cuando me enteré sobre esta particular mezcla mis expectativas no eran muy altas; en especial porque esta se centraba sobre un ejército alemán. Aún así había una ligera esperanza por poder encontrarme una sorpresa tomando en cuenta que la primera guerra mundial no suele ser utilizada de manera frecuente, pero World War Dead: Rise of the Fallen termina siendo solo un experimento fallido.

Realmente lo que Hutton-Mills y Ruspoli nos regalan es un trabajo en donde la única novedad es precisamente el tema de la guerra, ya que todo lo demás es un found footage estándar que inicia con un primer acto bastante olvidable, cuyo principal propósito es no solo establecer las personalidades de los personajes lo mejor que se pueda, sino además generar algunos conflictos entre ellos que hagan interesante esta parte. El problema es que estos conflictos se gastan muy rápido y algunos son demasiado estúpidos como para tomarlos en serio; de hecho, lo que provocan es que uno se fastidie, quitándole así interés a la historia gracias a que el tema de la batalla pasa a un segundo término.

Lo mejor llega justo al inicio del segundo acto cuando finalmente los directores logran crear una atmósfera interesante dentro del bosque y ponen sobre la mesa una leyenda que involucra a los soldados alemanes; es aquí donde el aire de misterio es muy palpable, donde finalmente te genera curiosidad lo que vaya a ocurrir de ahora en adelante, pero… el resultado no es el esperado. Esto porque la aparición de los zombies se ve afectada por un pésimo manejo de la cámara, la cual es un auténtico dolor de cabeza por lo inestable que resulta incluso para los típicos estándares del formato, realmente no puedes presenciar nada de manera clara por lo que resta del metraje. Además el trabajo de iluminación es deficiente, dificultando mucho más el poder visualizar los pocos momentos de violencia y sangre con los que cuenta.

El final es muy flojo. Tal vez sea porque no se pudo ver nada de forma estable durante todo el segundo acto pero realmente nunca sientes ese sentido de urgencia por parte de los personajes por salir de ahí; falta más emoción y, sobre todo, un encuentro más impactante con los muertos vivientes que justifique su presencia.

Las actuaciones no están tan mal, algunas te pueden llegar a hartar como es el caso de Ray Panthaki (Marcus), pero Philip Barantini (Liam) y Wendy Glenn (Emma) logran desarrollar de manera decente a sus personajes como para que te importe lo que les ocurra a ellos. La producción está por encima del promedio cuando se trata de un found footage: el trabajo de fotografía es bastante bueno en exteriores, pero en interiores deja mucho que desear; todo lo referente al sonido es sólido y el score es tal vez lo mejor de la película. Aunque los efectos/maquillaje son muy pobres para un trabajo de zombies.

Opinión final: World War Dead: Rise of the Fallen tiene sus contados momentos, pero en general solo es recomendable para todos aquellos amantes de los zombies.

Ojometro:
**

domingo, 7 de junio de 2015

Crítica: The Human Centipede III (2015)


Tercera entrega de la franquicia que está nuevamente escrita y dirigida por Tom Six, la cual además aparentemente será la última. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 22 de mayo.

Sinopsis:

Bill Boss (Dieter Laser) es el encargado de dirigir una prisión que cuenta con muchos problemas: estadísticamente es la que cuenta con más disturbios, costos médicos y cambios de personal del país. Con su puesto en riesgo, su fiel asistente Dwight (Laurence R Harvey) le propone una idea para mejorar la situación, basada en las polémicas películas de The Human Centipede.



Comentarios generales:

Con esta franquicia siempre he tenido claro que el factor shock es mucho más importante que todo lo demás; no importa si la amas o la odias, para su creador basta con que se hable de esta para tener éxito. Es por ello que no esperaba gran cosa con la tercera entrega, era claro que el principal objetivo sería aumentar lo más que se pudiera la controversia y aunque en ese aspecto The Human Centipede III hace su trabajo, al final simplemente es otra exhibición grotesca con falta de contenido.

Six recurre una vez más a no seguir de manera directa los sucesos de la segunda entrega y utilizarla más como mera inspiración para justificar lo que ocurre aquí, llevando a niveles ridículos como nunca antes se había visto al metacine. Una situación que evidencia la falta de ideas para poder expandir algo que se gasto muy rápido y obliga desde temprano a tratar de establecer un enfoque digamos mucho más “cómico” que permita exponer una serie de eventos ofensivos o racistas de una manera graciosa ante los ojos del espectador, pero que termina siendo ineficiente; no solo porque nada de esto te genera gracia, sino porque deja de lado casi completamente el punto central de la historia.

De pronto, más que centrarse en el ciempiés humano, lo que se nos muestran son torturas que no llevan a ningún lugar y que son poco creativas; de las cuales solo una logra crear un momento incomodo mientras te ves envuelto en una ola de aburrimiento bastante importante. Nunca existe el compromiso por tratar de construir algo digno, las cosas pasan porque sí y la inclusión del personaje del gobernador es una justificación muy débil para darle paso a lo que la mayoría quiere ver. Sin embargo, lo peor llega cuando el propio Tom Six hace acto de presencia para glorificarse a sí mismo, ahí simplemente perdí todo tipo de interés en la película.

El final curiosamente es lo menos impactante y en esto tiene mucho que ver el hecho de que durante toda la promoción nos mostraron el resultado de la cirugía. En las anteriores el momento de la revelación del ciempiés significaba algo, pero aquí no tiene importancia porque ya todo el shock ha sido gastado; además de que no se centran demasiado en este, quedando como un simple evento pasajero que resulta opacado por las acciones del personaje principal.

En las actuaciones diría que Laser al menos trata de sacar esto adelante, lo ponen a hacer cualquier cantidad de cosas deplorables como un desquiciado sin aprecio por la vida humana y le crees, aunque se siente en extremo exagerado. La producción es decente: logran crear una atmósfera incomoda aceptable, la ambientación está ok y el trabajo de efectos/maquillaje es lo suficientemente gráfico como para mantener la atención del espectador ante la falta de sustancia.

Opinión final: The Human Centipede III sigue la línea de las anteriores, ósea… es pésima.

Ojometro: