martes, 27 de junio de 2023

Crítica: Tin & Tina (2023)

Producción española escrita y dirigida por Rubin Stein. Se estrenó en cines dentro de España a finales de marzo, mientras que en el resto del mundo lo hizo directamente en Netflix el pasado 26 de mayo.

Sinopsis:

Después de sufrir un aborto, Lola (Milena Smit) y su esposo Adolfo (Jaime Lorente) adoptan a un par de hermanos de nombre Tin y Tina que cuentan con una educación ultra católica que hace que interpreten todo lo que dice la Biblia de manera literal. 


Comentarios generales:

El que Netflix siga apostando por proyectos de terror dentro de su medianía generalizada no es algo que me moleste, pero claramente cada nueva película o serie que sacan te genera más dudas que la anterior y mucha gente ya no les compra tan fácil sus propuestas. Dejándolas en una situación un tanto complicada que provoca que muchas de estas pasen sin pena ni gloria, algunas de manera injusta y otras de manera más merecida, tal como es el caso de Tin & Tina.

Y es que lo traído por Stein es otro de esos casos en los que una idea que funciona para un cortometraje no se puede trasladar de la mejor manera a un largometraje, a pesar de que hay elementos que podrían hacer suponer que es posible. Sobre todo durante un primer acto en el que la rareza de Tin y Tina es muy llamativa por la forma en la que interpretan la vida fuera del orfanato gracias a sus creencias religiosas, generando así una serie de sensaciones muy particulares que inmediatamente te ponen en alerta sobre sus acciones y con ello se inserta rápidamente la duda sobre si lo que hacen es producto de su ingenuidad o porque son malvados por naturaleza.

Construyendo en base a eso algunas escenas perturbadoras que dejan en claro la peligrosidad de estos hermanos, pero una vez que pasa ese efecto de shock inicial las cosas poco a poco van decayendo porque la manera de desarrollar la historia no es la más atractiva. Esperando a que lo mismo funcione en repetidas ocasiones para tratar de sostener un drama que gradualmente se empieza a sustentar en un conflicto marital con el que jamás se puede notar una fricción lo suficientemente convincente y que para empeorar las cosas termina viéndose opacado por otro acontecimiento importante cuya finalidad es, una vez más, regresar a la fórmula de la ambigüedad con respecto a las acciones de los niños.

Ante esto el filme se alarga de más (dura casi dos horas) y se vuelve aburrido, dejándonos así una parte final que tiene que ir cuesta arriba para tratar de cerrar de la mejor manera todo esto. Algo que intenta por medio de un plano secuencia que está bien hecho y proporciona cierta tensión, aunque en realidad no termina por darle al desenlace ese extra para poder redondear la experiencia y que esta resulte decente.

En lo que se refiere a las actuaciones quienes más destacan son los pequeños Anastasia Russo (Tina) y Carlos González Morollón (Tin), ellos son los que generan los momentos más perturbadores del filme con una “inocencia” que puede dejar helado a más de uno. Mientas que Smit y Lorente terminan resultando demasiado odiosos con unos personajes tan planos que nunca logran crear una dinámica lo suficientemente interesante con los extraños niños.

La producción no está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es funcional, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje no es nada fuera de lo normal.

Opinión final: Tin & Tina es aburrida. Película con algunos detalles positivos cuya idea base no le permite demasiado.

Ojometro:
**

viernes, 23 de junio de 2023

Crítica: The Wrath of Becky (2023)

Secuela dirigida por Matt Angel y Suzanne Coote, quienes comparten créditos como co-escritores del guión junto a Nick Morris. Se estrenó en VOD el pasado 26 de mayo dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 8 de agosto.

Sinopsis:

Dos años después de haber escapado del violento ataque a su familia, Becky (Lulu Wilson) quiere reconstruir su vida. Sin embargo, cuando por cuestiones del destino un grupo llamado “Noble Men” entran a la casa donde vive y se llevan a su perro, esta tendrá que regresar a sus viejos hábitos para recuperarlo. 


Comentarios generales:

“Becky” de 2020 es una película a la que describí en su momento como la “Home Alone del cine de terror” debido a que realmente lo que importaba era ver a la protagonista haciéndole la vida imposible a los villanos. Todo bajo una propuesta simple que funcionaba y realmente no parecía que tuviera más tela de donde cortar; sin embargo, The Wrath of Becky demuestra que el tiempo de vida de cualquier proyecto cinematográfico en la actualidad se puede extender con tan solo unos ligeros cambios.

Y es que lo traído por Angel y Coote ahora lo describiría como la “John Wick del cine de terror”, no solo por la cuestión del perro, sino porque en realidad el concepto es incluso más simple que el de la entrega anterior y claramente tiene el propósito establecer al personaje de Becky como una antiheroína en toda la regla. Lo cual hace que la historia en si no sea tan relevante porque en general todo lo que ocurre es predecible y desde muy temprano uno se puede dar cuenta hacia dónde va el asunto, brindándole con esto un ritmo ágil al filme que encaja perfectamente con la idea de no profundizar demasiado en los eventos traumáticos que han marcado a nuestra protagonista, sino darle más importancia a lo que puede llegar a hacer después de andar reprimiendo sus instintos violentos durante un par de años.

El problema es que el lapso de tiempo entre el detonante de su furia y su revancha es muy largo, provocando con esto que las cosas se vuelvan un tanto aburridas durante el segundo acto porque los villanos no son muy interesantes y se plantea una situación con una clara agenda política que, al menos durante ese momento, se siente fuera de lugar. Aunque afortunadamente una vez que inicia la violencia se recompone el camino y lo que ocurre en pantalla no decepciona debido a que existen escenas con un buen impacto visual para dejar en claro lo peligrosa que es Becky y a la misma vez también muestran que todavía no es alguien infalible para tratar de equilibrar ligeramente la balanza en la parte final.

Una que trata de generar un mayor nivel de tensión al ponerla en una situación de riesgo que en parte funciona, pero el hecho de que los villanos sean tan poco interesantes termina por hacer que estos minutos no sean los más emocionantes. Dejando con esto un desenlace en el que ocurre lo esperado y, sobre todo, se presenta algo destinado a expandir la franquicia probablemente fuera del género de terror.

Sobre las actuaciones, nuevamente este es el show de Lulu Wilson y la chica vuelve a cumplir con este rol sin demasiados problemas para que el personaje de Becky siga creciendo en el gusto del público. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es muy elaborada, el score cumple, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: The Wrath of Becky está entretenida. Secuela de poca duración para pasar el rato y ver violencia.  

Ojometro:
***

martes, 20 de junio de 2023

Crítica: Pollen (2023)

Película escrita y dirigida por D.W. Medoff. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de que uno de sus colegas abusara de ella, Hera (Ava Rose Kinard) empieza a vivir una pesadilla en su trabajo soñado mientras trata de asimilar la situación. Y para empeorar las cosas un misterioso monstruo en forma de árbol la empieza a atormentar en todos lados.


Comentarios generales:

Una vez más nos topamos con Gravitas Ventures y creo que todos saben que eso por lo regular significan malas noticias por su cuestionable historial desde hace ya varios años atrás. Sin embargo, en el caso de Pollen genuinamente parecía que traían una propuesta interesante que se atrevía a hablar de un tema que nunca debe ignorarse y eso le daba cierta relevancia dentro del mundillo del cine independiente, aunque al final se ha quedado muy corta de lo que verdaderamente podría haber logrado.

Y es que si bien lo traído por Medoff no es terrible si lo comparamos con otras películas de la distribuidora, lo cierto es que su crítica sobre el acoso/abuso laboral hacia las mujeres no es suficiente como para hacer que trascienda y mucho de eso se debe a que le cuesta trabajo el poder encontrar un balance adecuado al integrar los elementos de terror sobrenaturales sin que estos se sientan un tanto fuera de lugar. Sobre todo porque la historia en general es simple y no exige darle demasiadas vueltas al asunto; en especial cuando el primer acto está centrado en el sufrimiento de nuestra protagonista tras su experiencia y cómo esta le afecta en absolutamente todos los aspectos en su vida de forma intempestiva.

Lo cual te da las bases para empezar a ver un comportamiento extraño de su parte y por lo consiguiente la presencia del hombre árbol en pantalla, pero una vez que esto se da las cosas simplemente avanzan dando saltos de un lado a otro sin profundizar demasiado en las situaciones presentadas. Posicionando a Hera como alguien mentalmente inestable cuyas acciones complican el poder estar en sintonía con ella y gracias a eso todas las injusticias que tiene que enfrentar terminan por no tener la fuerza que deberían, además de que todo lo relacionado al monstruo se vuelve demasiado ambiguo en el afán por querer darle una doble interpretación a todas las escenas que se construyen a su alrededor.

Provocando con esto que el visionado se vaya haciendo pesado ante el poco avance convincente que existe, al grado de que para cuando se llega a la parte final ya es prácticamente imposible rescatarlo. Esto a pesar de que es en esta parte donde existe el mayor nivel de intensidad y locura, pero al sentirse todo tan hueco realmente da igual lo que ocurra y más con un cierre que se deja abierto a la interpretación. 

Sobre las actuaciones en realidad todo recae en Ava Rose Kinard y esta simplemente no da el ancho para el papel debido a que en los momentos de mayor drama no te hace sentir tanta empatía por ella, mientras que en los de locura llega a ser incluso algo caricaturesca. Y en lo que se refiere a la producción las cosas no están mal considerando su presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es genérico, el trabajo de sonido es limpio, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es de buena calidad. 

Opinión final: Pollen es decepcionante. Película con temática relevante que simplemente jamás logra ser explotada de la mejor manera.

Ojometro:
**

martes, 13 de junio de 2023

Crítica: The Boogeyman (2023)

Película dirigida por Rob Savage (Host), cuyo guión fue co-escrito por Scott Beck, Bryan Woods y Mark Heyman basándose en un cuento de Stephen King. Se estrenó en cines tanto en los Estados Unidos como en México el pasado 1 de junio, recaudando hasta la fecha $40.9 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Mientras se encuentran lamentando la trágica muerte de su madre, Sadie (Sophie Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Vivien Lyra Blair) se ven atormentadas por una sádica presencia en su propia casa y ambas sufren para que su dolido padre les crea antes de que sea demasiado tarde.


Comentarios generales:

Vivimos en una época en la que estamos expuestos a tantas cosas gracias al internet que realmente resulta complejo que algo que generaba miedo hace varias décadas atrás lo logre actualmente y más cuando se tratan de conceptos simples como el que maneja el cuento de Stephen King. Simplemente los tiempos cambian y por ello es que The Boogeyman me resultaba una película con la cual no sabía cómo reaccionar, sobre todo después de que pasó de ser un proyecto para streaming a uno para cine, pero al final me he llevado un grato sabor de boca.

Y en gran parte se debe a que lo traído por Savage en ningún momento trata de hacer más de lo que su historia le permite, manteniendo la simpleza en un concepto que ataca los miedos más elementales del ser humano cuando se encuentra en su niñez, pero también añadiendo cierta profundidad por medio del duelo que viven Sadie y su padre. Lo cual ayuda a que desde el primer acto se cuente con la atmósfera depresiva ideal para jugar con la presencia de The Boogeyman, insertando ciertas dudas con respecto a su existencia por medio de situaciones que pueden vender la idea de que en realidad todo lo extraño que ocurre bien pudiera ser producto de la mala suerte o principalmente del trauma por perder a un ser querido.

Dudas que evidentemente se disipan con el pasar de los minutos y ya para cuando llega el segundo acto está bien establecido lo que ocurre, dando paso a la construcción de escenas que exploten el tema de la oscuridad para ir elevando el nivel de tensión de una manera por demás efectiva debido a que el trabajo de fotografía y el uso de jump scares están muy bien cuidados para solidificar el nivel de peligro ante el que están expuestas las hermanas. Aunque también hay que decir que en un punto el ritmo decae un poco cuando se trata de mostrar más sobre el sufrimiento de Sadie y lo compleja que es su relación con sus amigas, dejándonos algunas situaciones que no encajan del todo con la dinámica general del filme.

Algo que por suerte no afecta una parte final que es realmente buena, no solo porque el tono se vuelve todavía más tétrico, sino también porque se puede ver un incremento en la violencia. Brindándole así un desenlace que maneja cierta espectacularidad sin dejar de lado el concepto de la oscuridad y con ello hacer de The Boogeyman una amenaza con la que se pueda tener muchísima explosividad durante el cierre.

Sobre las actuaciones la verdad es que Sophie Thatcher lo hace bastante bien, ella es el alma de la película, tiene buena química con Vivien Lyra Blair y carga las cosas más complejas sin demasiados problemas. Aunque también vale la pena mencionar las breves apariciones de David Dastmalchian (Lester Billings) y Marin Ireland (Rita Billings), quienes logran manifestar una paranoia muy fuerte que ayuda a establecer al monstruo como algo de mucho cuidado.

Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido resulta espectacular, los efectos son de buen nivel y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: The Boogeyman me gustó. Película simple pero efectiva en lo que propone y te hace pasar un buen rato.

Ojometro:
****