Adaptación de la novela del mismo
nombre dirigida por John R. Leonetti (Annabelle), cuyo guión fue co-escrito por
Carey Van Dyke y Shane Van Dyke. Se estrenó de manera exclusiva en Netflix a
nivel mundial el pasado 10 de abril.
Sinopsis:
Cuando el mundo se encuentra bajo
ataque por unas aterradoras criaturas que cazan a sus presas por medio del
sonido, Ally Andrews (Kiernan Shipka), una chica sorda desde los trece años de
edad, tendrá que buscar junto a su familia un refugio en un paraíso remoto.
Comentarios generales:
Nuevamente estamos frente ante
otro caso en el que Netflix ofrece una película que se tiene que enfrentar a
las inevitables comparaciones con “A Quiet Place”, esto sin importar que el
material de origen es de 2015 o si el periodo de filmación fue prácticamente al
mismo tiempo. Una situación sin duda un tanto injusta, pero que al final de
cuentas terminó beneficiándola de cierta manera debido a que sin esa
comparación The Silence no hubiera obtenido tanta atención considerando lo
mediocre que es el resultado.
Y ni siquiera tiene que ver con
el hecho de que pueda ser o no una copia, ya que lo que nos trae Leonetti es
una historia que bien podría sobrevivir con eso. El verdadero problema radica
en que parece más un episodio de estreno de alguna serie de televisión que una
película.
Ya que todo lo que ocurre se da de manera increíblemente acelerada, especialmente durante un primer acto que cuenta con una serie de situaciones diseñadas para brindar contexto, pero que a los cinco u diez minutos quedan totalmente en el olvido entre decisiones absurdas de supervivencia (¿Viajar en automóvil por carretera cuando la amenaza vuela y caza por medio del sonido?) o porque simplemente mejor se opta por explotar lo más que se pueda la violencia con las vispas.
Ya que todo lo que ocurre se da de manera increíblemente acelerada, especialmente durante un primer acto que cuenta con una serie de situaciones diseñadas para brindar contexto, pero que a los cinco u diez minutos quedan totalmente en el olvido entre decisiones absurdas de supervivencia (¿Viajar en automóvil por carretera cuando la amenaza vuela y caza por medio del sonido?) o porque simplemente mejor se opta por explotar lo más que se pueda la violencia con las vispas.
Esto último siendo un punto que
no encontré tan negativo debido a que la mejor parte llega precisamente cuando
le dan rienda suelta a las criaturas, ahí es cuando las cosas se vuelven más
divertidas de ver y en donde el nivel de intensidad resulta adecuado. No tanto
porque esto signifique el inicio de un gorefest o algo similar, sino porque simplemente
es cuando se utiliza de manera creativa la propia naturaleza de las vispas; a
pesar de que esto también significa sacrificar prácticamente toda la sensación
de peligro e incertidumbre al exponerlas en pantalla de manera constante.
La parte final es con la que la
película termina por caerse estrepitosamente. Ya que después de invertir tantos
minutos para establecer a estas criaturas prehistóricas como la gran amenaza te
salen con que existe otra que involucra a un culto, la cual toma las riendas y
hace que todo el desenlace se sienta como algo totalmente fuera de lugar. Sin
ningún tipo de propósito más que generar un fallido shock.
Con respecto a las actuaciones
puedo decir que es probablemente donde más se salva, ya que Kiernan Shipka, Miranda
Otto y, sobre todo, Stanley Tucci hacen una buena labor con lo que les dan;
aunque igual sufren por el inconsistente uso del lenguaje de señas. La
producción parece más de serie de tv: el trabajo de fotografía cumple, la
dirección de arte no tiene nada especial, el score es genérico, el trabajo de
sonido es sólido, la labor de maquillaje simple y los efectos cuentan con un
CGI bastante pobre.
Opinión final: The Silence es
aburrida. Típica película para rellenar el catálogo de Netflix que se perderá
con el pasar de los meses.
Ojometro:
**
**