Película dirigida por Russell
Owen (Welcome to the Majority), quien además comparte créditos como co-escritor
del guión junto a Matthew J. Gunn. Se estrenó en VOD dentro de los Estados
Unidos el pasado 3 de enero, mientras que su salida en formato físico está
programada para próximo 11 de febrero.
Sinopsis:
En la isla de St. Leonards se
encuentra una prisión donde están recluidos algunos de los criminales más
violentos del planeta y se realizan extraños experimentos. Sin embargo, cuando
uno de estos sale mal, la isla se convertirá en un aterrador laberinto lleno
de enfermedades para los desesperados sobrevivientes.
Comentarios generales:
Las películas sobre infectados
viven horas bajas después de muchos años de gozar de relativo éxito ya que, a
diferencia de las zombies tradicionales en las que cada vez se encuentran
nuevas maneras de explotarlos, en estas casi siempre se sigue un mismo patrón.
Por eso es que vender un trabajo como Inmate Zero (también conocida como Patients
of a Saint) es tan complicado debido a que con solo ver el titulo se sabe un
porcentaje importante de la trama y si no existe algo que la diferencie del
resto los resultados no serán buenos, tal como ocurre aquí.
Y es que lo que nos trae Owen
desde el primer instante se siente como algo que ya has visto muchas veces,
siendo el único punto de diferenciación la locación e incluso eso no resulta lo
suficientemente fresco. Contándonos así una historia que por lo menos no tarda
demasiado tiempo en exponer el tema de los infectados al darnos las bases para
entender lo básico de su existencia y después empezar a presentar el caos por
medio de escenas que manejan de buena manera su peligrosidad, así como
una aparente debilidad. Aunque dicha inercia inicial posivita no dura demasiado.
Esto porque una vez que se
establece al grupo de sobrevivientes la película cae en una dinámica repetitiva
que en ningún punto permite conocerlos de mejor manera o generar conflictos interesantes
entre ellos que bien podrían haber añadido cierta tensión considerando sus estatus.
Simplemente se les deja en un mismo lugar durante un periodo prolongado de
tiempo mientras se improvisan recorridos por la prisión para lograr ciertos
objetivos que no parecen llevar a ningún lado y ni siquiera aportan grandes
momentos que exploten a la amenaza.
Siendo este un problema
importante porque realmente los infectados nunca son utilizados de buena manera, ya que
muchas de las muertes se dan fuera de cámara y la mayoría del tiempo se la
pasan entre las sombras o solo se escuchan a lo lejos. Inclusive su aparente
debilidad termina siendo un punto irrelevante que nunca se utiliza de manera
creativa.
Llevando así a una parte final
bastante predecible y aburrida en la que los sucesos quedan parados como algo
meramente anecdótico y la presencia de los infectados se ve mucho más reducida.
Provocando con esto que el cierre carezca de fuerza y deje la sensación de que
fue sumamente acelerado.
Las actuaciones no son terribles,
pero tampoco son nada particularmente especial y eso termina influyendo para
que todo te resulte tan indiferente. La producción cumple en la mayoría de las
aéreas: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok,
el score es bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son muy
elaborados y la labor de maquillaje es de buen nivel.
Opinión final: Inmate Zero es
bastante aburrida. Película genérica de la que se olvidarán en un par de
semanas.
Ojometro:
**
**