Película escrita y dirigida por Justin
Dec, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro de
los Estados Unidos el pasado mes de octubre, aunque a México apenas llegó el 31
de enero. Recaudando hasta la fecha $43 millones de dólares en taquilla a nivel
mundial.
Sinopsis:
Quinn (Elizabeth Lail) es una
enfermera que descarga una aplicación que predice el momento en el que una
persona morirá y en su caso dice que solo le quedan tres días de vida. Al
inicio no parece creerlo, pero cuando el reloj empieza a correr y una extraña presencia
empieza a perseguirla comprende que tendrá que descubrir una manera de salvar su vida antes
de que se le acabe el tiempo.
Comentarios generales:
Una de las metas para muchos
estudios es poder crear una franquicia que les resulte redituable y sin duda el
género de terror ha sido una vía importante para lograr eso debido a que el
costo de estas películas por lo regular les permite invertir poco y ganar
bastante dinero si tienen éxito. En general parece algo simple, pero en la
práctica resulta más complicado de lo que se cree debido a que existen muchas
variantes para lograrlo y en el caso de Countdown las probabilidades de que eso
se dé parecen muy pocas.
Y es que lo que nos trae Dec en
todo momento grita que quiere ser el inicio de una franquicia y para obtener
dicha meta no se centra en sus propias fortalezas, sino que utiliza muchas
cosas que hemos visto en otros lados que solo la hacen carecer de identidad. Lo
cual es una pena porque en la introducción más o menos se te muestra un poco de
lo que podría ofrecer el tema de la aplicación y las variantes al momento de
jugar con las muertes predestinadas; sin embargo, la historia muy pronto toma
un camino lineal en el que todo se centra en una sola persona.
Tratando así de generar una
sensación de desesperación por parte de nuestra protagonista a base de sustos
fáciles que nunca resulta demasiado convincente y que poco a poco se va
diluyendo conforme se establecen problemáticas que no se sienten integradas de
manera orgánica. Introduciendo así a más personajes (o dándole más protagonismo
a otros) para aportar contexto al elemento sobrenatural detrás de la aplicación
por medio de situaciones que parecieran estar destinadas a generar un tono más oscuro pero, entre que son
mezcladas con algo de humor forzado y que se muestra poco compromiso por llevar
las cosas al próximo nivel en cuanto a la violencia se refiere, estas no logran
del todo su cometido.
La parte final es lo más
entretenido. Principalmente porque existe un poco más de atrevimiento para
mostrar a lo que hay detrás de todo esto y eso origina que el sentimiento de
urgencia sea palpable y el ritmo se incremente ligeramente para lograr una
conclusión que por lo menos tenga cierta intensidad.
Las actuaciones son promedio,
Elizabeth Lail cumple con lo que la ponen a hacer pero en
realidad nada es para llamar la atención. La producción es de factura decente:
el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es genérica, el score no
resalta, el trabajo de sonido es sólido y los efectos están bien hechos.
* Cuenta con una escena a la
mitad de los créditos
Opinión final: Countdown es
bastante mediocre. Película del montón que no tardará mucho en invadir la TV y
los servicios de streaming.
Ojometro:
**
**