viernes, 2 de julio de 2021

Crítica: The Djinn (2021)

Película dirigida por David Charbonier y Justin Powell, quienes además son los escritores del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de mayo, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un chico mudo de nombre Dylan (Ezra Dewey) se queda atrapado en su departamento con un siniestro monstruo cuando pide un deseo para obtener lo que más quiere desde lo más profundo de su corazón.


Comentarios generales:

Películas sobre genios malvados no son nada nuevo, hay varias por ahí regadas a lo largo de las décadas, pero jamás ha sido un tópico que se haya explotado de manera regular como algunos otros. En gran medida porque se le considera como algo demasiado simple y por ello no se pueden hacer cosas tan complejas o elaboradas, lo cual es entendible; sin embargo, The Djinn demuestra que incluso las cosas simples todavía pueden ser muy interesantes.

Y es que lo que nos presentan Charbonier y Powell no es una historia apta para el público que solo busque grandes cantidades de sangre, apostando más por un enfoque minimalista que le dé mucha importancia a la generación de suspenso y a la propia construcción del protagonista. Lo cual hace que el primer acto no resulte el más emocionante de todos, pero que sirve perfectamente para conocer bien a Dylan; quien resulta tener unos traumas complejos y a la misma vez ser bastante autosuficiente a pesar de su discapacidad, sin dejar de ser un niño con la inocencia que eso conlleva.

Esto último siendo precisamente el medio por el que hace acto de presencia el genio, cuya aparición rápidamente establece el tono y la atmósfera para lo que resta de la película. Todo bajo un ritmo fluido que se da en gran parte por la manera tan creativa en la que los directores utilizan la cámara para presentar las situaciones de riesgo en un espacio muy pequeño, las cuales por momentos caen en lo repetitivo ante la limitante de recursos, pero en realidad, al llevarse a cabo bajo una dinámica vertiginosa la mayor parte del tiempo, eso casi ni se nota y la sensación de peligro que se logra generar es fuerte.

Dejando así una parte final intensa en la que el incremento de la violencia se da en cantidades suficientes como para alcanzar un nivel de tensión adecuado y con ello hacer que el conflicto se siga sintiendo desventajoso para Dylan. Además de que el desenlace resulta muy satisfactorio, no solo porque está bien justificado gracias a algo mencionado casi al inicio, sino porque no tiene problemas en ser más oscuro de lo que uno esperaría.

Sobre las actuaciones hay que decir que lo de Ezra Dewey es muy destacado, el chico no habla en el 99% de la película y aún así logra que uno se preocupe por él de manera importante una vez que inicia su encuentro con el genio. En cuanto a producción es de una factura muy discreta: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte simple, cuenta con un score efectivo, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Djinn me gustó. Película con un concepto simple que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****