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viernes, 28 de marzo de 2025

Crítica: A Knight’s War (2025)

Película escrita y dirigida por Matthew Ninaber (Death Valley). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 11 de febrero, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 15 de abril.

Sinopsis:

Un valiente caballero se adentra en un reino mortal para salvar el alma de la Elegida. Aunque al enfrentarse a brujas, demonios y demás brutales enemigos descubrirá que su regreso podría desatar el caos y condenar a la humanidad.


Comentarios generales:

El terror fantástico no es algo tan común en la actualidad, obvio de vez en cuando salen películas, pero la realidad es que el numero es bastante reducido si lo comparamos con otros subgéneros y mucho de eso se debe a que es una combinación que por lo general requiere de un presupuesto considerable para obtener los mejores resultados. Por ello es que cuando se estrena una propuesta de este tipo siempre trato de verla y la verdad es que A Knight’s War resultó ser una experiencia entretenida, a pesar de que no logra ocultar sus claras limitantes.

Ya que lo traído por Ninaber es una propuesta más ambiciosa de lo que le permite su presupuesto y gracias a eso mucho de su efectividad depende de que tanto el espectador esté dispuesto a perdonar la falta de un complemento visual imponente que encaje con lo que se está contando y también sirva como distractor. Sobre todo porque la historia puede resultar algo enredada durante el primer acto debido a que todo avanza de manera acelerada y gracias a eso varias cosas relevantes no tienen la claridad necesaria como para sentir un verdadero interés por la travesía de un protagonista (Bhodie) que en este punto resulta bastante plano.

Una situación que va cambiando de a poco conforme este va interactuando con Avalon, con quien logra ir formando una relación de amor/odio que de inicio es un poco complicada de digerir por la manera en la que se desarrollan las acciones al depender demasiado del recurso de muertes en bucle, pero una vez que estabilizan eso las cosas funcionan de mejor manera. Además de que también se le da más juego a unas amenazas que, a diferencia de los entornos carentes de imaginación, si aportan su dosis de atractivo visual para magnificar el peligro que representan y ser la vía predominante con la cual se brindan detalles importantes de la trama.

Esto bajo un ritmo que no puede quitarse del todo la aceleración inicial y por lo mismo determinadas acciones no terminan por tener el impacto que deberían ante una construcción un tanto superficial. Dejándonos así una parte final que no está mal; sin embargo, jamás se logra generar esa sensación de majestuosidad que supuestamente representa el conflicto definitivo.

De las actuaciones hay que decir que cumplen, ya que tanto Jeremy Ninaber (Bhodie) como Kristen Kaster (Avalon) hacen un buen trabajo y la química que muestran en pantalla es lo suficientemente efectiva para sacar adelante una dinámica que se puede tornar tediosa por ciertos lapsos.

Mientras que en producción se nota que el presupuesto fue menor al que requerían, pero hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía es correcto, la dirección de arte pobre, el score resulta agradable, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos no son los más espectaculares y la labor de maquillaje es bastante buena. 

Opinión final: A Knight’s War está ok. Película con más ambiciones de las que puede manejar, pero que no está de más darle una oportunidad.

Ojometro:
*** 

viernes, 14 de marzo de 2025

Crítica: Bloat (2025)

Película escrita y dirigida por Pablo Absento. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 7 de marzo, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 24 de abril.

Sinopsis:

Jack (Ben McKenzie) es un oficial militar que manda a su familia de vacaciones a Japón, donde su hijo menor casi muere ahogado en un lago. Evento traumático que le causa un cambio de comportamiento radical con el que hay algo mucho más siniestro detrás.   


Comentarios generales:

Los found footage que involucran una dinámica con pantalla de computadora todavía son algo relativamente fresco y por ello no existe un hartazgo tan grande hacia estos en comparación a otras propuestas del mismo subgénero. Sin embargo, también es cierto que ese toque distintivo representa cierta limitante en lo que se puede contar y con Bloat resulta más que evidente.

Esto porque lo presentado por Absento nos cuenta una historia que se sustenta en el folclore japonés pero tarda demasiado tiempo en desarrollar dicho aspecto y para tratar de consumir tiempo nos ponen a ver las habilidades con la computadora de un padre poco carismático. Algo que durante los primeros 10 o 15 minutos funciona de manera relativamente efectiva debido a que el constante cambio de ventanas y videollamadas hace que el ritmo sea ágil, logrando con esto que la dinámica familiar a distancia pueda ser digerible hasta que inicien las situaciones extrañas.

El problema es que una vez que se revela el raro comportamiento del hijo la película empieza a volverse demasiado monótona y lo que debería de ser un caso de posesión intenso (o al menos extravagante) no logra generar ningún tipo de impacto precisamente porque el propio formato limita lo que se puede ver de este. Teniendo que recargarse demasiado en la paranoia de Jack, quien poco a poco se vuelve un personaje fastidioso y la investigación que realiza jamás logra brindar la profundización necesaria como para sentir curiosidad por la leyenda de Kappa o, peor aún, para posicionarlo como una amenaza de peso dado a que no hay gran interés por mostrarlo de manera considerable en pantalla.

Llevándonos así por un viaje cada vez más aburrido en el que los contados intentos por exponer los peligros que representa este demonio sapo son insuficientes para brindarle fuerza a una parte final demasiado absurda. Cuyo desenlace es tan mediocre que solo te deja con la sensación de que los casi 80 minutos que acaban de pasar fueron una pérdida de tiempo.

Sobre las actuaciones hay que decir Ben McKenzie hace lo que puede con lo que le permite el formato y el resto del elenco realmente tiene poca exposición para hacer algo relevante. Mientras que en producción es de una factura muy discreta: el trabajo de fotografía no es gran cosa, la edición cumple, el trabajo de sonido es limpio y los efectos son mínimos.

Opinión final: Bloat es mala. Película aburrida y con pocas cosas para destacar.

Ojometro:
**

viernes, 13 de diciembre de 2024

Crítica: Little Bites (2024)

Película escrita y dirigida por Spider One (Allegoria). Se estrenó directamente en VOD el pasado 4 de octubre dentro de los Estados Unidos, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En un desesperado intento por proteger a su hija de diez años, una joven viuda le permite a un aterrador monstruo vivir en su sótano y comérsela viva lentamente.


Comentarios generales:

En los últimos años ha surgido una fuerte creencia sobre que en el cine de terror no se sabe darle buenos cierres a las películas y eso termina arruinando conceptos interesantes que podrían haber hecho más ruido. Sin duda un pensamiento que puede dar mucho de que hablar, pero que tiene un sustento sólido detrás para no desestimarlo de inmediato y creo que Little Bites solo hace más que reafirmarlo. 

Ya que lo traído por Spider One es una historia que llama tu atención pero no sabe cómo justificar una premisa que en el papel es simple. Donde el mayor merito se da al inicio debido a que no se pierde tiempo tratando de ocultar la peculiar situación que vive nuestra protagonista (Mindy) y gracias a eso se logra generar una atmósfera oscura y depresiva que pueda solidificar la idea de que en verdad se encuentra bajo un estilo de vida miserable del que, aparentemente, no tiene ninguna oportunidad de librarse sin poner en riesgo a su hija.

Todo bajo un ritmo semi-lento que ayuda a magnificar su agonía y que la verdad en ningún momento vuelve pesado el visionado, aunque desafortunadamente la falta de acciones más concretas para cambiar la dinámica poco a poco va causando estragos. 

Y es que a pesar de que se trata de vender la idea de que Mindy está dispuesta a hacer cualquier cosa para ser libre, lo cierto es que no se toma ninguna clase de riesgo para que lo mostrado en pantalla tenga el impacto suficiente como para percibir que es una mala persona y eso provoca que casi todo lo intenso recaiga en sus interacciones con el demonio (Agyar). Las cuales se sustentan en el dialogo y pueden llegar a ser un tanto desesperantes dado a que carecen de información sobre lo que llevó al acuerdo entre ambos o sobre por qué este demonio es tan peligroso más allá de su apetito voraz.

Dejándonos así ante una parte final en la que llegamos prácticamente en blanco y con muchos huecos que se magnifican gracias a algunas decisiones tomadas por la protagonista. Obligando a que se tengan que recurrir a situaciones un tanto aceleradas que no benefician en lo absoluto a un cierre que en definitiva te toma por sorpresa, pero que en general no tiene demasiado sentido.   

En lo que se refiere a las actuaciones Krsy Fox (Mindy Vogel) lo hace bien y Jon Sklaroff como Agyar deja algunas cosas interesantes; sin embargo, no es el punto más fuerte de la película. Mientras que en producción se nota que hubo un presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte plana, el score resalta poco, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje es de buena calidad. 

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Little Bites es decepcionante. Otro de esos ejemplos en donde una buena idea no puede ser redondeada.

Ojometro:
**

martes, 24 de septiembre de 2024

Crítica: The Deliverance (2024)

Película dirigida por Lee Daniels, cuyo guión fue co-escrito por David Coggeshall y Elijah Bynum. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 30 de agosto.

Sinopsis:

Ebony (Andra Day) es el sustento de una disfuncional familia de Indiana que atraviesa graves problemas económicos. Aunque pronto su situación empeorará cuando extraños eventos empiezan a ocurrir dentro de su nueva casa.


Comentarios generales:

Siempre he mencionado que es positivo que directores de renombre volteen a ver el cine de terror porque eso automáticamente atrae miradas de otro tipo de público que por lo general no consume el género. Sin embargo, muchas veces estos experimentos no resultan tan efectivos por diversos factores y The Deliverance es un claro ejemplo de ello.

Y es que Lee Daniels nos demuestra que en realidad no sabe hacer terror al traernos una historia de demonios en la que el demonio es lo menos importante durante un periodo extendido de tiempo y se centra más en un dramón familiar que durante los minutos iniciales puede ser interesante por la compleja relación de Ebony con sus hijos, pero una vez que se asienta esa problemática las cosas empiezan a irse en picada rápidamente. Sobre todo porque la única manera con la que se pretende generar terror es por medio de recursos básicos que ni siquiera son bien implementados, logrando con esto que exista demasiada repetitividad desde temprano y gracias a ello el ritmo sea uno exageradamente lento.

Un problema que se va magnificando conforme se entra a la segunda mitad de la película debido a que la manera de ir exponiendo la posesión carece de imaginación y los momentos pensados para incrementar la sensación de riesgo son demasiado blandos como para sacudir un poco la monotonía. Además, por si esto no fuera suficiente, la obsesión por seguir empujando fuertemente el drama familiar le quita reflectores a todo lo referente al demonio y esto hace que la profundización sobre dicho tema se sienta totalmente improvisada al saltar de una idea a otra hasta que puedan encontrar algo lo suficientemente estable como para agarrarse de eso y así construir una parte final que pueda ser intensa.

La cual sin duda lo es, sin embargo, eso no quiere decir que sea efectiva debido a que todo lo que ocurre carece de sentido. Donde se apuesta a que sean las dosis de espectacularidad las que oculten las inconsistencias dentro de un desenlace en el que pasan muchas situaciones huecas que pretenden ser más de lo que verdaderamente son.

En lo que se refiere a las actuaciones hay que decir que probablemente es donde tenemos los únicos puntos fuertes, ya que Andra Day construye un personaje con muchos demonios internos que no genera empatía pero tampoco desinterés. Mientras que Glenn Close (Alberta) ofrece una interpretación excéntrica como pocas veces se le ha visto y definitivamente es la que más destaca por eso mismo.

Sobre la producción no tenemos mucho que resalte de gran forma: el trabajo de fotografía no es nada del otro mundo, la dirección de arte es simple, el score no aporta gran cosa, el trabajo de sonido cumple, los efectos no son los mejores y la labor de maquillaje es efectiva.

Opinión final: The Deliverance es mala. Película con muchos problemas que quedará en el olvido rápidamente.

Ojometro:
**

martes, 6 de agosto de 2024

Crítica: Late Night with the Devil (2024)

Película dirigida por Cameron y Colin Cairnes (Scare Campaign), quienes además son los responsables del guión. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $12.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

El 31 de octubre de 1977 Jack Delroy (David Dastmalchian) conduce su show nocturno “Night Owls”, aunque desesperado por elevar su nivel de audiencia está dispuesto a ofrecer un especial de Halloween como ningún otro. Sin embargo, lo que no sabe es que está a punto de liberar algo maligno en las pantallas de todo Estados Unidos.


Comentarios generales:

Me atrevería a decir que Late Night with the Devil estaba dentro de los top 5 de películas de terror más esperadas de 2024 de una cantidad importante de fans y eso la colocaba en una de esas posiciones incomodas en las que las grandes expectativas eran su mayor enemigo. Algo que ciertamente se podía entender gracias a que lucía como una propuesta fresca con muchísimo potencial y que afortunadamente no decepciona, incluso teniendo cosas que pueden no resultar tan convincentes.

Y es que lo traído por los hermanos Cairnes es un found footage que se sale por completo de lo que estamos acostumbrados a ver con este subgénero al presentarnos una historia que no recurre a la vista en primera persona y sabe perfectamente como transportar al espectador a los años 70s por medio de una impecable ambientación que no se oculta bajo escenarios llenos de oscuridad.

Teniendo como eje principal a un personaje ambiguo como Jack Delroy, cuya historia de vida desde un inicio planta de manera inteligente mucha información para que las sensaciones con respecto al show siempre sean un tanto incomodas y por lo mismo cada momento “cómico” cuente con cierta oscuridad detrás, logrando así que se tenga desconfianza en nuestro protagonista. Quien a pesar de esto también puede caer bien por la forma en la que se desempeña como conductor y eso termina ayudando a que desde el primer acto el ritmo sea agradable mientras se nos presentan segmentos cuya función es más que nada mostrar algo de la inocencia en este tipo de programas por aquella época antes de que inicie el caos.

Y es que una vez que aparece Lilly el tono cambia por completo al volverse uno mucho más oscuro, ya que su mera presencia (o más bien, su mirada) hacen que cada situación incremente la sensación de incomodidad; especialmente cuando el demonio entra en juego. Esto porque sus interacciones con el propio Jack siempre guardan algún tipo de misterio que gracias a lo peculiar de ambos personajes nunca se puede descifrar por completo y más cuando durante el segundo acto hay un personaje (Carmichael Haig) que en todo momento se interpone para que existan dudas convincentes sobre si lo que ocurre en verdad es algún tipo de fenómeno inexplicable o si solo se trata de otro truco más para que varios de los involucrados puedan sacar ventaja profesional a expensas de la niña, lo cual hace que se sienta una tensión increíble durante el desarrollo del show.

Hasta este punto todo es impecable y de una nota altísima, pero es con la parte final donde las cosas toman un rumbo no tan satisfactorio. Acelerando totalmente el ritmo, optando por unos efectos visuales que chocan con la estética general y, sobre todo, dejando un desenlace que puede resultar muy extraño porque apuesta a la interpretación que el propio espectador le pueda dar basándose en la información mostrada en la introducción, sin que se llegue algo realmente convincente.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que David Dastmalchian está increíble, es probablemente la mejor actuación de su carrera al darle vida a un presentador carismático que al mismo tiempo guarda un lado más oscuro e incomodo impulsado por sus meras ambiciones personales. Además es bien complementado por secundarios geniales como Ian Bliss (Carmichael Haig), Rhys Auteri (Gus) y la perturbadora Ingrid Torelli (Lilly).

En cuanto a producción también tenemos una factura de gran nivel, salvo por un aspecto que puede ser polémico: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte fenomenal, el score es sólido, el trabajo de sonido limpio y la labor de maquillaje es efectiva. Sin embargo, es obvio que los efectos durante la parte final, ya fueran intencionales o no, se ven de baja calidad y desentonan por completo.  

Opinión final: Late Night with the Devil me gustó. Una propuesta fresca que por ciertas decisiones en su parte final no llega a lo más alto, pero que vale bastante la pena.

Ojometro:
****

martes, 23 de julio de 2024

Crítica: The Inheritance (2024)

Película dirigida por Alejandro Brugués (Juan of the Dead), cuyo guión fue co-escrito por Chris LaMont y Joe Russo. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de julio, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En la víspera de su cumpleaños 75, un multimillonario invita a sus distanciados hijos a reunirse en su casa ante la sospecha de que algo o alguien intentarán matarlo. Poniendo en juego su herencia para asegurarse de que todos ayuden a mantenerlo con vida.


Comentarios generales:

No es común que Netflix deje un proyecto a medio camino debido a que es un servicio que todo el tiempo se encuentra en búsqueda de contenido sin importarle demasiado tener un control de calidad tan alto, así que cuando se supo que ya no distribuirían The Inheritance honestamente me esperaba lo peor. Aunque al final el resultado es más digerible de lo que se pudiera llegar a pensar.

Más que nada porque lo ofrecido por Brugués es una historia muy simple que no pretende ofrecer más de lo que debe y eso se deja en claro desde un primer acto que no contiene nada particularmente llamativo, donde el principal objetivo es establecer el total distanciamiento entre los hermanos y definir conflictos que añadan ciertas dudas con respecto a sus motivaciones para aceptar la invitación. Mientras que al mismo tiempo y de forma sutil se trata de generar una atmósfera un tanto tétrica con la que se pueda ir integrando el tema sobrenatural que poco a poco va ir tomando el mando.

Algo que provoca que el ritmo no sea el más ágil, pero una vez que el peligro empieza a manifestarse de manera constante esto cambia y las cosas se vuelven más agradables, impulsado principalmente por el fatal destino de los hijos. Lo cual ayuda a incrementar el nivel de intensidad sin que se requiera demasiada violencia y, sobre todo, se pueda contar con una dinámica bastante caótica que no permite que existan pausas que pudieran afectar el incremento del ritmo; aunque también hay que decir que por algunos momentos esto puede generar confusión en lo que respecta a la distribución de la propia mansión y cómo los personajes se mueven dentro de esta considerando que hay varias escenas donde corren de un punto a otro.

Llevándonos así a una parte final que presenta un giro que en realidad no es tan sorprendente, pero al menos termina dándole sentido a las cosas. Lo malo es que lo que hay detrás de este no recibe la profundización que debería y en términos generales diría que se siente algo hueco, teniendo como consecuencia un desenlace que, si bien no lo encontré aburrido o malo, si carece de la potencia necesaria para tener el impacto que debería.

Con respecto a las actuaciones no hay mucho para destacar realmente, tal vez la presencia Rachel Nichols (Madeline) o Briana Middleton (Hannah) es lo que más llama la atención pero tampoco es nada como para echar fuegos artificiales. Mientras que en producción tenemos algo decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sólida, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien cuidados (salvo por un breve momento con CGI al final) y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: The Inheritance está pasable. De esas películas desechables para perder el tiempo y olvidarla en un par de días.

Ojometro:
***

viernes, 16 de febrero de 2024

Crítica: The Windigo (2024)

Película dirigida por Gabe Torres y escrita por Brent Jordan. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 9 de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:         

Un adolescente nativo americano resucita a un antiguo demonio para proteger a su familia de unos traficantes de metanfetaminas, pero pronto descubrirá que la sed de sangre de la criatura es incontrolable. Forzando a su propia familia a terminar con la maldición antes de que sean sus siguientes victimas. 


Comentarios generales:

Películas que giran alrededor del wendigo no son algo extraño (en 2021 tuvimos la fantástica “Antlers”) y en general suelen ser trabajos variados en su manera de utilizarlo, pero es claro que también conlleva ciertas limitantes propias del folclore del que proviene. Cosa que hacía de The Windigo un proyecto del que no sabía qué esperar, sobre todo porque su premisa se escuchaba muy genérica y tristemente eso jamás logra quitárselo en ningún momento mientras la estás viendo.

Ya que lo traído por Torres desde muy temprano establece ciertas cosas que ya hemos visto en muchas otras ocasiones y no se toma la molestia de tratar de añadir un poco de variedad, siendo la extravagancia de la abuela tal vez el único detalle que destaca en ese aspecto. Construyendo una historia que durante el primer acto realmente no tiene mucha sustancia y cuyo principal propósito es establecer la dinámica entre los hermanos (Bree y Ry) dentro de un ambiente nuevo para ellos que magnifique sus personalidades y no sea complejo entender por qué el evento “traumático” que viven afecta más uno que al otro.

Algo que ciertamente no es tan interesante y va haciendo que las cosas se vuelvan aburridas rápidamente, sobre todo por lo predecible que resulta el desarrollo al caer en una espiral de estereotipos con los que sabes para donde apunta todo. Lo cual tratan de ocultar un poco justo cuando el wendigo empieza a hacer de las suyas y al menos con eso se logran construir algunas escenas que añaden un impacto visual decente; sin embargo, una vez que se estabiliza la dinámica nos volvemos a encontrar con la pesadez dominante rumbo a la parte final.

Una que afortunadamente tiene ciertos momentos de mayor dinamismo con los que se expone de mejor manera a la criatura y gracias a ello puede contar con una fuerza que había estado ausente durante el filme. Logrando así que el desenlace resulte funcional, aunque el nivel emocional que pretenden reflejar no logra su propósito debido a lo poco que te importan los personajes.

Las actuaciones son mediocres en general, los estereotipos son muy marcados y realmente nadie logra que su personaje conecte con el espectador. Mientras que en producción vemos una factura competente: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está ok, el score no resalta, el trabajo de sonido cumple, los efectos son decentes y la labor de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: The Windigo es decepcionante. Película del montón que olvidarán en unos cuantos días.

Ojometro:
**

martes, 12 de diciembre de 2023

Crítica: It Lives Inside (2023)

Película escrita y dirigida por Bishal Dutta. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de septiembre, mientras que hizo lo propio en México el pasado 7 de diciembre; aunque también ya salió en formato físico y VOD durante el mes de noviembre.

Sinopsis:

Sam (Megan Suri) es una adolescente hindú/estadounidense con conflictos por su identidad cultural y las cosas empeoran cuando su antigua amiga de la infancia la busca para pedir su ayuda, sin saber que liberará a una identidad demoniaca que se alimenta de su soledad.


Comentarios generales:

Por más que la premisa luzca familiar, lo cierto es que siempre me va a llamar la atención cuando una película trata de exponer otra cultura debido a que eso le brinda una frescura que es complicada de encontrar en determinadas propuestas y en el caso de It Lives Inside es indudable que ese factor era lo que la hacía destacar por encima de otras. Aunque probablemente también representó su mayor obstáculo para poder ser algo más importante.

Ya que lo presentado por Dutta pretende utilizar el folclore hindú de una manera recurrente sin comprometerse al 100% con eso y como resultado deja una historia adolescente con destellos de oscuridad interesantes que jamás logra salirse de lo convencional. Y mucho se debe a que los primeros 35/40 minutos de la película son un tanto desabridos, donde todo el tema del demonio está presente de manera superficial y se deja que sean los problemas juveniles los que predominen para tratar de profundizar sobre las dificultades que viven los hijos de migrantes con los choques de identidad, así como la siempre complicada transición a la adolescencia.

Generando con esto cierta pesadez que para nuestra buena suerte poco a poco se va dejando atrás conforme el demonio va tomando más protagonismo y empieza a representar una amenaza concreta tanto para nuestra protagonista como para quienes la rodean, lo cual incrementa la intensidad de manera contundente sin tener que recurrir a cosas extremas. Y además abre la puerta para implementar un tono mucho más oscuro y depresivo que vaya en sintonía con la inestabilidad emocional de Sam mientras se ve expuesta a situaciones estándar que no aportan nada extraordinario en la generación de suspenso, pero por lo menos están bien construidas como para proporcionar cierta espectacularidad rumbo a la parte final.

Una que ciertamente funciona porque se involucra de mayor forma a los demás personajes y sabe incrementar la sensación de riesgo sin sacrificar la violencia necesaria para ello. Dándole sentido a determinados detalles que se habían expuesto en los minutos previos y también dejando un desenlace que, si bien aparenta ser feliz, lo cierto es que no lo es tanto por la toma de decisiones de Sam para solucionar un problema que parece no tener fin.

Las actuaciones están bien, Megan Suri hace un trabajo sólido como esta chica con muchos conflictos y en general el resto del elenco la sabe arropar. Mientras que en producción tenemos cosas para destacar: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte simple, el score es agradable, cuenta con un trabajo de sonido limpio, los efectos son cumplidores y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: It Lives Inside es aceptable. Película con destellos interesantes que puede ser una buena opción cuando no tengan otra cosa que ver.

Ojometro:
***

martes, 21 de noviembre de 2023

Crítica: She Came from the Woods (2023)

Película dirigida por Erik Bloomquist (Long Lost, Ten Minutes to Midnight), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Carson Bloomquist. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que su salida en formato físico se dio el 25 de agosto.

Sinopsis:

En 1987 un grupo de consejeros de un campamento de verano liberan sin saberlo a un ente maldito dormido por décadas durante su última noche de trabajo.


Comentarios generales:

Que una película se desarrolle en un campamento durante la década de los 80s básicamente la encasilla en un subgénero específico, es algo inevitable con lo que todas las producciones de este tipo tienen que lidiar. Por ello es que She Came from the Woods realmente no hizo mucho ruido porque parecía un slasher más y en cierto modo lo es, aunque por lo menos trata de cambiar un poco las cosas para diferenciarse sin los resultados más memorables.

Y mucho de eso se debe a que lo presentado por Bloomquist se aferra demasiado a los elementos característicos de esa clase de películas y gracias a eso la historia durante su primera media hora es aburrida al estar más preocupada por amoríos juveniles entre los consejeros o complicadas relaciones familiares. Ocasionando con esto que la revelación de la amenaza por un momento quede en segundo plano, tardándose más de lo normal en darse y resultando un tanto descafeinada a pesar de que si se pretende añadir una buena dosis de shock por medio de muertes que se podrían considerar sorpresivas.

Por suerte, una vez que inicia la matanza las cosas mejoran y poco a poco lo que parecía ser un slasher del montón empieza a mutar en algo más inclinado hacia un terror sobrenatural con el cual se puede implementar un mucho mejor ritmo no solo en cuanto a las escenas de caos se refiere, sino también en la manera de explicar lo que hay detrás. Logrando así algunas secuencias bastante efectivas que contrarrestan el humor negro fallido que por momentos se trata de desarrollar y, sobre todo, hacer que unos personajes tan poco interesantes por lo menos te puedan llegar a preocupar de alguna manera para que las escenas de riesgo contengan una mayor dosis de intensidad.

Llevando así a situaciones cada vez más sangrientas que hacen de la parte final entretenida al ocultar por medio de estas las evidentes carencias que se presentan al momento de añadir carga emocional. Un problema que podía haber afectado el desenlace de mayor forma si consideramos el trasfondo del demonio, pero la realidad es que no lo hace y gracias a eso se tiene un cierre al cual no le sobra absolutamente nada.

Las actuaciones son lo que son, mucho estereotipo exagerado que realmente no aporta demasiado pero tampoco daña el producto en general. Mientras que en producción tenemos buenas cosas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es un tanto irregular.

Opinión final: She Came from the Woods está aceptable. Película para pasar el rato un día que no tengan otra cosa que ver.

Ojometro:
***

viernes, 17 de noviembre de 2023

Crítica: Cuando acecha la maldad (2023)

Producción argentina escrita y dirigida por Demián Rugna (Terrified). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de octubre y posteriormente el 27 del mismo mes hizo lo propio en VOD.

Sinopsis:

En una granja remota, Pedro (Ezequiel Rodríguez) y su hermano encuentran a un hombre infectado por un demonio que está a  punto de “dar a luz” al mal mismo. Asustados deciden deshacerse del cuerpo putrefacto, aunque esto solo esparcirá el caos hacia todos aquellos que les importan.


Comentarios generales:

Para este punto el encontrar propuestas sobre posesiones que resulten innovadoras es algo complicado debido a que es uno de los subgéneros más explotados que existen, así que siempre es complejo el poder generar interés por estas salvo que pertenezcan a alguna franquicia muy bien establecida. Sin embargo, de vez en cuando te vas a encontrar con una película que te sorprenda a pesar de los convencionalismos y justamente “Cuando acecha la maldad” es una de esas.

Ya que lo traído por Rugna se posiciona como una de las mayores sorpresas en este 2023 gracias a que logra darle frescura a una fórmula conocida sin tener que recurrir a cosas complejas y en base a eso construye una historia inquietante por la forma tan natural con la que los personajes lidian con el tema de la posesión, optando por no ocultar nada para no perder el tiempo en obviedades y así poder aprovecharlo para redondear la idea. Brindándole con esto un tono depresivo que desde el primer acto hace sentir que un suceso tan simple es en verdad riesgoso, lo cual se magnifica ante el pavor que manifiestan distintos personajes al saber que la maldad puede alcanzarlos.

Siendo esto último algo clave porque es la vía con la que el director puede exponer escenas de muertes brutales que no solo añaden el impacto inmediato por lo visual, sino también porque con estas establece sin ningún tipo de compasión que, en efecto, nadie está a salvo y así incrementar el nivel de intensidad de manera impresionante. Además de que gracias a estas muertes se clarifica cómo se manifiesta el demonio y con ello también empiezas a cuestionar si nuestro protagonista en verdad es alguien de confianza porque sus acciones son demasiado egoístas a sabiendas del riesgo que él mismo representa para sus seres queridos.

Llevándonos con ello a un segundo acto que se podría decir que es el más emocional porque precisamente es donde Pedro tiene que lidiar con las consecuencias de sus actos, pero eso no significa que el shock desaparezca. Aunque igualmente es aquí donde se profundiza un poco más con respecto a la problemática que enfrentan y las revelaciones sobre lo complejo que será frenarla para que en ningún momento desaparezca esa sensación de desesperanza rumbo a la parte final.

Una que probablemente no sea tan explosiva como se esperaría dado a que apuestan más por lo tétrico y gracias a eso el ritmo en esta parte es más tranquilo. Decisión que no afecta mucho que digamos al desenlace porque este sigue manteniendo las mismas bases y cumple a la perfección su propósito de ser desalentador sustentándose en las malas decisiones de Pedro.

En cuanto a las actuaciones tenemos un gran trabajo de Ezequiel Rodríguez por medio de un personaje bastante complejo con el que se pueden entender sus temores pero al mismo tiempo es difícil sentir empatía por él gracias a lo egoísta que resultan sus acciones. Mientras que Demián Salomón (Jimi) y el resto del elenco logran complementarlo de buena forma.

Y en lo que respecta a la producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es impecable.

Opinión final: Cuando acecha la maldad me gustó bastante. Película oscura y cruda que se les quedará en la memoria durante varios días.

Ojometro:
*****

martes, 14 de noviembre de 2023

Crítica: All Fun and Games (2023)

Película dirigida por Eren Celeboglu y Ari Costa, quienes comparten créditos como co-escritores del guión junto a JJ Braider. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a inicios de septiembre, mientras que en México llegó a las salas de cine el pasado 9 de noviembre.

Sinopsis:

Un grupo de adolescentes en Salem, Massachusetts descubren un cuchillo maldecido con un demonio que los obligará a jugar versiones mortales de juegos para niños en los que no habrá ganadores, solo sobrevivientes.


Comentarios generales:

Los últimos meses no fueron sencillos en Hollywood gracias a las huelgas que tuvieron lugar, así que cualquier película que se haya estrenado desde mediados de julio hasta hace algunos días atrás tuvo muchas complicaciones al no poder contar con sus actores para que pudieran promocionarlas. Y en el caso de All Fun and Games esa problemática se acentuó mucho más al tratarse de un proyecto pequeño que realmente se dio a conocer de la noche a la mañana, llevándolo a que haya pasado totalmente desapercibido.

Algo que puede llegar a considerarse como mucho castigo para lo que nos traen Celeboglu y Costa debido a que se trata de una película cumplidora que en cualquier otro momento hubiera tenido un poco más de trascendencia al combinar el slasher con posesiones para salirse de lo convencional en cuanto a las historias localizadas en Salem. Preponderando la simpleza ante todo con tal de poder explotar esta combinación desde temprano sin que existan grandes dudas sobre lo que ocasiona el problema y así tratar manifestar una sensación de peligro que en ningún momento desaparezca, sin importar los altibajos que existan en el camino.

Y es que aunque nos encontramos ante algo básico lo cierto es que la primera media hora se sostiene más que nada por la atmósfera oscura que se genera, lo cual hace que no existan muchos momentos destacados y se caiga en varios lugares comunes de los problemas adolescentes; sin embargo, una vez que el personaje de Marcus es poseído esto cambia. Ya que a partir de aquí es cuando la dinámica se inclina más hacia la de un slasher sin que exista el misterio detrás de la identidad del asesino e inmediatamente la tensión se incrementa dado a que tanto la persecución como las muertes resultan efectivas en exponer el nivel de amenaza que representa, a pesar de que varias de estas apenas se ven en pantalla.

Así las cosas avanzan bajo un ritmo agradable rumbo a una última media hora que explota de manera más clara el tema de la maldición y por lo consiguiente le da más exposición a elementos sobrenaturales (así como a los juegos) para darle claridad a los origines del demonio antagonista. Brindándole con esto la oportunidad de construir escenas tétricas dentro de un espacio reducido que en algunos casos funcionan mejor que en otros, aunque si brindan lo necesario para que el desenlace sea uno depresivo y no se vaya por el camino feliz. 

Las actuaciones en general están decentes, siendo Natalia Dyer (Billie Fletcher) y Asa Butterfield (Marcus Fletcher) quienes más destacan. Mientras que en producción tenemos algunas cosas interesantes: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es nada para presumir, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es sencilla.

Opinión final: All Fun and Games está ok. Película para ver una tarde y olvidarla un par de semanas después. 

Ojometro:
***

viernes, 27 de octubre de 2023

Crítica: The Puppetman (2023)

Película dirigida por Brandon Christensen (Still/Born, Superhost), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Ryan Christensen. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un convicto sentenciado a muerte conocido como The Puppetman siempre ha mantenido su inocencia diciendo que una fuerza maligna era la que controlaba su cuerpo. Ahora, varios años después, su hija Michal (Alyson Gorske) empezará a sospechar que tal vez hay algo de verdad en lo que siempre ha dicho su padre.


Comentarios generales:

Hay películas cuya premisa es tan peculiar que realmente no sabes que esperar de ellas y eso, en lugar de parecerme negativo, es más bien un aliciente extra para verlas. Sobre todo cuando se trata de proyectos que por alguna u otra razón llegan directamente a los servicios de streaming, los cuales en muchas ocasiones terminan siendo catalogados como meros rellenos que no aportan nada y que con The Puppetman solo tenemos una reafirmación de dicho pensamiento.

Y no es tanto porque lo traído por Christensen me parezca malo (no lo es), sino porque la historia que nos presenta tenía potencial para poner sobre la mesa algo más memorable y a medio camino pierde gas conforme se van tomando menos riesgos. Algo que termina siendo sumamente frustrante debido a que los primeros 30 minutos de la película son muy efectivos en lo que proponen por medio de un misterio con tintes sobrenaturales que genera mucha curiosidad por saber que hay detrás, además de que se logra crear una atmósfera sombría que magnifica la oscuridad que rodea a nuestra protagonista y gracias a eso todos los eventos en los que se encuentra involucrada resultan interesantes porque aparentemente se están guardando algo grande.

El problema llega cuando una vez pasada esa primera media hora las cosas se empiezan a envolver en un drama con el que se trata de solidificar la idea de que Michal es víctima y victimaria a la vez, siendo este un paso lógico pero desarrollado de una manera muy pobre gracias a que en ningún punto sientes que exista un rumbo bien definido y más cuando se sacan de la manga un vinculo con un culto del que no se profundiza demasiado, quedándose estancado como una mera curiosidad. Y lo peor es que con dicha revelación se da el punto de partida para empezar a construir las escenas más intensas que establezcan a la amenaza como una omnipotente, aunque realmente ninguna de las muertes presentadas es lo suficientemente espectacular para que la sensación de peligro sea tan agobiante como debería.

Algo que se trata de corregir rumbo a la parte final y en cierta medida lo logran, lo malo es que se da ya demasiado tarde y eso evita que este efecto positivo se refleje de gran forma. Dejándonos así un desenlace que en cuanto a la idea que maneja para resolver el problema me parece refrescante, nada más que en la ejecución no añade nada que ayude a que tenga un mayor impacto.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir salvo que Alyson Gorske hace lo mínimo necesario para que su personaje no resulte tan olvidable. Mientras que en producción nos encontramos con una factura más que nada discreta: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte no resalta, el score está bien, el trabajo de sonido es de gran calidad, los efectos son bastante sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Puppetman está aceptable. Película correcta para ver un día cualquiera y después olvidarla.

Ojometro:
***

martes, 10 de octubre de 2023

Crítica: The Exorcist: Believer (2023)

Película dirigida por David Gordon Green (Halloween), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Peter Sattler. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 6 de septiembre, recaudando hasta la fecha $45 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Angela (Lidya Jewett) y Katherine (Olivia Marcum) desaparecen en el bosque y son encontradas tres días después sin que ninguna de ellas recuerde lo que ocurrió. Sin embargo, con el pasar de los días su comportamiento perturbador hace que sus padres recurran a todo lo posible para curarlas, incluyendo buscar la ayuda de Chris MacNeil (Ellen Burstyn).


Comentarios generales:

No existen muchas películas de terror que cuenten con el estatus de “The Exorcist” a nivel industria y cultural, así que cada vez que sale un nuevo proyecto con su nombre las expectativas suelen ser muy altas por todo lo que significa históricamente para el género. Ante esto la responsabilidad es demasiado grande, pero gracias a la presencia de Blumhouse y David Gordon Green parecía que la franquicia había quedado en las mejores manos posibles y el anuncio de una nueva trilogía emocionó a muchos; sin embargo, The Exorcist: Believer está lejos de ser ese gran inicio que se esperaba. 

Y es que lo traído por David Gordon Green es una historia que raya en lo genérico y su única carta fuerte para tratar de diferenciarse es tener dos posesiones simultáneas, lo cual nunca se aprovecha dado a que se muestra una gran falta de imaginación para integrar dicho recurso de manera interesante. Obligándonos a tener que tragarnos una primera media hora demasiado aburrida en la que la desaparición de las chicas es el punto central, pero todo lo que ocurre carece de interés dado a que no se profundiza en sus personalidades o en su amistad, dejándonos ante una situación en la que resulta difícil poder sentir preocupación por ellas.

Un problema que se queda anclado por el resto del filme y que ni siquiera con las posesiones se puede solventar, sobre todo porque una vez que empiezan a manifestarse el enfoque se traslada más a las creencias de los padres y no tanto al sufrimiento de las niñas. Poniendo sobre la mesa el tema de que cada cultura/religión tiene sus propios rituales para expulsar al mal dentro de una persona y no es algo exclusivo del catolicismo, siendo este un punto interesante que lamentablemente tampoco se desarrolla de la mejor manera y solo sirve para meter con calzador al personaje de Chris MacNeil, cuyo aporte a la trama es nulo.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, otro grave problema es que jamás se logra generar una atmósfera oscura que ayude a construir escenas visualmente memorables durante la segunda mitad de película. Y tampoco existe la suficiente habilidad para lograr que los pocos jump scares utilizados sean efectivos en su tarea de vender la idea de que la amenaza va más allá de lo ordinario.

Llevando así a una parte final que por lo menos cuenta con una pequeña dosis de originalidad por medio de los rituales de otras culturas al momento de realizar el exorcismo y gracias a eso se logra que esto sea de lo poco que valga la pena. Especialmente porque durante el desenlace se hace una revelación que añade bastante impacto y con ello la carga emocional que había sido casi inexistente ahora si se pueda sentir.

En el tema de las actuaciones las únicas que sobresalen son Lidya Jewett y Olivia Marcum como las niñas poseídas, ellas hacen un buen trabajo. Aunque del elenco adulto no se puede decir lo mismo ante lo complicado que resulta poder comprar su pena y las actitudes demasiado exageradas que presentan; ni que decir del cameo glorificado de una totalmente desperdiciada Ellen Burstyn.

Y en cuanto a producción, se tiene una buena factura: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sencilla, el score sólido (Tubular Bells nunca decepciona), el trabajo de sonido es estupendo, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Exorcist: Believer es decepcionante. Película con ideas poco claras de la que se puede rescatar poco. 

Ojometro:
**

martes, 12 de septiembre de 2023

Crítica: The Nun II (2023)

Secuela dirigida por Michael Chaves (The Conjuring: The Devil Made Me Do It), cuyo guión fue co-escrito por Ian Goldberg, Richard Naing y Akela Cooper. Se estrenó en cines tanto en México como en los Estados Unidos el 6 y 8 de septiembre respectivamente; recaudando hasta la fecha $88.1 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Francia: 1956. Un sacerdote es asesinado y el mal se vuelve expandir por Europa, haciendo que la Hermana Irene (Taissa Farmiga) salga de su exilio para enfrentar nuevamente a la monja demonio Valak.


Comentarios generales:

El consenso con la primera entrega fue que se trató de una decepción y que en definitiva era la película más floja del universo cinematográfico de “The Conjuring”, dejando un signo de interrogación sobre su futuro dentro de este. Sin embargo, al ser Valak un personaje tan interesante que cuenta con una gran popularidad resultaba difícil pensar que WB la dejaría en el olvido y hacer una secuela para tratar de recomponer el rumbo parece que fue la decisión correcta.

Y es que The Nun II si es una mejora con respecto a lo visto en 2018 debido a que lo traído por Chaves se siente como una historia mejor pensada para explotar al popular demonio y, de paso, darle un mayor peso a Irene dentro de este universo. Aunque no sin tener que pasar por ciertos obstáculos al momento de desarrollarla, ya que hay que decir que los primeros treinta minutos no son precisamente lo más emocionantes al sustentar mucho de lo que ocurre en la generación de una atmósfera oscura y algunos jump scares mientras se trata de encontrar el balance correcto para volver interesantes las acciones que se desarrollan desde dos frentes distintos.

Una situación compleja gracias a que lo que pasa en el colegio es más llamativo que la investigación de Irene y como consecuencia el ritmo se torna algo inconsistente, pero con el pasar de los minutos este se va estabilizando conforme se empiezan a revelar las motivaciones de Valak. Construyendo con esto momentos visualmente atractivos que explotan a la perfección toda la oscuridad que rodea a nuestra monja favorita y que ayudan a tener un segundo acto en el que se simplifican varias cosas para dar paso a algo más ágil con lo que se pueda elevar el nivel de riesgo bajo el objetivo de hacer que la parte final resulte emocionante.

La cual sin duda cumple con dicho propósito porque los últimos 25 minutos están llenos de acción sin respiro. Ofreciendo escenas que no solo se limitan al típico exorcismo, sino que aprovechan toda la locación con el fin de establecer la omnipotencia de la amenaza por medio de distintos peligros que proporcionan la violencia, intensidad e impacto necesarios para que el desenlace se sienta como algo trascendente.

Las actuaciones no están mal con una Taissa Farmiga que hace un trabajo correcto como el principal adversario de Valak en esta ocasión. Mientras que Katelyn Rose Downey (Sophie) y Jonas Bloquet (Maurice) logran plasmar en pantalla una amistad muy sólida que ayuda a sentir mayor empatía por el personaje de este último.

En cuanto a producción volvemos a tener una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está bien cuidada, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido es brutal, los efectos son de gran calidad y la labor de maquillaje está impecable.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Nun II está entretenida. Una mejora con respecto a la anterior que les va a hacer pasar un buen rato.

Ojometro:
*** 

viernes, 8 de septiembre de 2023

Crítica: Marry F*** Kill (2023)

Película dirigida por Caroline Labreche, cuyo guión fue co-escrito por Ian Carpenter y Aaron Martin. Se estrenó dentro de los Estados Unidos por medio de Tubi el pasado mes de abril, pero no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después del suicidio de Beth (Devin Cecchetto), cinco de sus antiguos amigos atienden a su funeral y se quedan en su abandonado hogar. Aunque estando ahí aprenderán que un antiguo juego que ellos jugaban durante sus años en la universidad ha regresado para atormentarlos.


Comentarios generales:

En el último par de años Tubi ha apostado bastante por el cine de terror gracias a que se dieron cuenta de su rentabilidad a bajo costo y eso es algo que no se puede dejar de reconocer. Sin embargo, entre esta ola de apoyo también se han vuelto el blanco de muchas críticas debido a que sus producciones dejan mucho que desear y la verdad dudo que dicha tendencia negativa vaya a cambiar con Marry F*** Kill.

Y es que lo traído por Labreche pretende vendernos la idea de que será provocativa por medio del sexo, pero en realidad termina siendo una historia de demonios y fantasmas demasiado estándar en la que puedes descifrar con mucho tiempo de anticipación la mayoría de las cosas que ocurren. Algo que se vuelve perjudicial desde temprano ya que ante tanta predictibilidad la experiencia se torna demasiado aburrida de forma rápida, llevándonos por situaciones en las que este grupo de amigos transitan bajo todos los clichés posibles esperando que se pueda generar un poco de suspenso con respecto a lo que ocurre dentro de la casa y, de paso, integrar de la forma menos orgánica un tipo de habilidad especial con uno de los personajes.

Todo lo anterior con una efectividad muy baja y por lo consiguiente haciendo que durante el segundo acto se tenga que recurrir a cosas que se sienten constantemente fuera de lugar para hacer un poco más interesante el desarrollo. Sobre todo cuando llega el momento de empezar a construir escenas que añadan algo de tensión a las acciones considerando los riesgos que se vuelven evidentes para los involucrados, lo cual lleva a los que son los minutos más intensos del filme por medio de muertes poco imaginativas y una revelación que no añade ningún tipo de sorpresa, más si termina integrando por completo la cuestión demoniaca.

Ante eso la parte final resalta a su modo, no tanto porque sea buena, sino porque al menos presenta algo que se sale de lo genérico que se estuvo viendo previamente. Brindando mayor contexto con respecto a la situación de Beth y dejando un cierre que, aunque absurdo, concluye esto sin dejar nada al aire.

Sobre las actuaciones hay que decir que no son terribles, pero tampoco presentan nada que destaque de gran forma. Mientras que en producción es de un presupuesto discreto para TV: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score es genérico, el trabajo de sonido limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje resulta muy simple.

Opinión final: Marry F*** Kill es mediocre. Película poco interesante que por fortuna se perderá en la intrascendencia.  

Ojometro:
**

viernes, 14 de julio de 2023

Crítica: Insidious: The Red Door (2023)

Quinta entrega de la franquicia, dirigida por Patrick Wilson y escrita por Scott Teems. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el fin de semana pasado, recaudando hasta la fecha $74.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Varios años después de su traumática experiencia, la familia Lambert tendrá que lidiar nuevamente con los demonios de su pasado. Siendo Josh Lambert (Patick Wilson) y su ahora hijo adolescente Dalton (Ty Simpkins) los responsables de tratar de cerrar la puerta que los une con El Más Allá.


Comentarios generales:

Si hablamos de consistencia creo que ninguna otra franquicia ha logrado mantenerla como lo ha hecho Insidious a lo largo de 13 años, pero por alguna u otra razón esta nunca ha podido obtener un estatus más mainstream. Incluso entre los propios fans del cine de terror suele generar cierto desdén por su simplicidad e, irónicamente, porque a partir de la tercera entrega las cosas se revolvieron demasiado; sin embargo, The Red Door retoma lo más elemental de su fórmula para brindar lo que se supone es un cierre definitivo a la propuesta original.

Ya que lo traído por Wilson es una secuela directa de las primeras dos películas cuya historia trata de limitarse a un puñado de personajes para poder brindarle un toque más intimo a las cosas, siendo Josh y Dalton las figuras centrales bajo una relación dañada que desde temprano ayuda a exponer un tono un tanto depresivo ante la ruptura de los Lambert como familia. Lo cual resulta en un primer acto en el que el desarrollo es pausado y tarda un poco en poder captar por completo la atención del espectador al darle prioridad a la compleja relación padre/hijo, dejando con esto a los elementos paranormales en un plano más secundario para que solo tengan cierta relevancia en momentos puntuales.

Una situación que evidentemente cambia con el pasar de los minutos debido que al entrar al segundo acto se empieza a recaer más en dichos elementos y a los jump scares característicos de la franquicia, siendo aprovechados por el director al demostrar un buen sentido del timing. Además las cosas se van tornando más oscuras conforme se va develando el problema que enfrenta particularmente Dalton, quien lidia con los aspectos más tétricos y en base a esto poco a poco se construyen escenas que aumentan la intensidad sin caer en nada extremo; especialmente cuando se trata de explotar sus viajes a El Más Allá para ir estableciendo el nivel de peligrosidad al que se expone y también para mostrar su vulnerabilidad mental ante los sucesos que ocurrieron años atrás.

Llevándonos así a una parte final que logra proporcionar un buen nivel de tensión al traer de vuelta las amenazas conocidas y, sobre todo, al mandar las acciones al otro mundo para poder explotar la atmósfera oscura que este siempre proporciona. Teniendo como resultado un desenlace que cumple su propósito de atar los pocos cabos sueltos que quedaban y dejar así una conclusión hasta cierto punto feliz para la familia después de tantos años de sufrimiento.

Sobre las actuaciones hay que decir que Patick Wilson sigue estando muy bien y se nota que se siente cómodo con el personaje. Caso contrario a Ty Simpkins, quien tiene problemas para alejarse de los estereotipos de chico solitario/artista y así ofrecer una interpretación más interesante; aunque al final logra sacar adelante las cosas.

En cuanto a producción, es de una factura impecable. El trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte bien cuidada, el score es genial, el trabajo de sonido brutal como en todas las entregas anteriores, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Insidious: The Red Door me gustó. Película sólida que le brinda un buen cierre a la historia original.

Ojometro:
****

martes, 6 de junio de 2023

Crítica: Malum (2023)

Reboot/remake dirigido por Anthony DiBlasi (Cassadaga, Last Shift), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Poiley. Se estrenó en VOD y formato digital el pasado 18 de mayo dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jessica Loren (Jessica Sula) es una oficial de policía novata que pide el último turno para vigilar la antigua estación de policía en un intento desesperado para descubrir la misteriosa conexión entre la muerte de su padre y un peligroso culto.


Comentarios generales:

No es muy común que sea el propio director quien decida hacer un reboot de una película suya en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre todo porque existen ciertas reglas no escritas sobre la temporalidad para que esto se dé. Siendo el caso de Sam Raimi con "Evil Dead 2" el otro que se me viene a la mente en estos momentos, aunque en aquella ocasión se trató de un remake y secuela a la vez.

Ante esto evidentemente Malum se convirtió en uno de los proyectos más interesantes de 2023 debido a que la película original de 2015 (Last Shift) en general no era una a la que le urgiera una nueva versión. Sin embargo, ante la posibilidad de tener más presupuesto entiendo perfectamente por qué DiBlasi y Poiley se atrevieron a realizar una movida como esta, simplemente era una oportunidad única para expandir su propia idea que no podían dejar pasar y la verdad no la han desaprovechado.

Ya que aunque no llega a los niveles de la original, lo cierto es que en está ocasión DiBlasi tiene la oportunidad de profundizar un poco más en una historia que sigue manteniendo su base intacta y de hecho durante la primera media hora la diferencia es mínima, pero ahora le proporciona al personaje de Jessica un mayor contexto sobre su vida para que el espectador pueda sentir empatía hacía ella. Siendo esto un punto a destacar porque la manera en la que se establece la conexión de su familia con el culto es más directa y eso hace que resulte un poco más comprensible sin que se pierda ese lado críptico en determinadas escenas que lo usan para ir estableciendo el aspecto tétrico de la película.

La cual ciertamente avanza a un ritmo bastante agradable durante la primera hora al combinar imágenes y sonidos que ayudan a envolverte por completo en lo que estás viendo, lo cual tiene como consecuencia que varios de los jump scares cuenten con un buen nivel de efectividad y con ello la tensión sea elevada. Aunque también llega un punto en el que se nota cierto sobreuso de estos para tratar de maquillar el hecho de que lo referente al culto no está tan bien estructurado como se pensaba y empieza a caer en situaciones un tanto absurdas que no parecen tener un propósito claro o simplemente no encajan del todo con la dinámica general.

Algo que afortunadamente no afecta a una parte final que es probablemente mejor que la versión original y no porque mantenga la gran revelación mejor guardada (que no es el caso), sino porque es mucho más intensa y oscura. Llevando el tema satánico a otra escala a base de violencia y sangre que ayudan para que el desenlace cuente con el gran impacto que se necesitaba.

Las actuaciones son buenas y sin duda Jessica Sula tiene mucho merito por cargar con una historia que depende prácticamente en un 95% de ella para poder funcionar. Mientras que en producción si se nota que hubo mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Malum me gustó. Por ciertos detalles prefiero la versión de 2015, pero este reboot vale mucho la pena.

Ojometro:
****

domingo, 14 de mayo de 2023

Crítica: From Black (2023)

Película dirigida por Thomas Marchese, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jessub Flower. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 28 de abril, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cora (Anna Camp) es una drogadicta en recuperación llena de culpa por la desaparición de su pequeño hijo y mientras se encuentra buscando un cierre le llega una bizarra propuesta para saber lo que verdaderamente ocurrió… si es que está dispuesta a aceptar el aterrador precio que debe pagar.


Comentarios generales:

Cuando leí la sinopsis de From Black y posteriormente vi su trailer lo primero que se me vino a la mente fue “A Dark Song” de 2017 debido a que ambas premisas eran prácticamente idénticas, así que inmediatamente pensé que se trataba de algún tipo de remake. Sin embargo, para mi sorpresa ese no fue el caso y eso generó ciertos conflictos en mi manera de analizarla debido a que jamás pude quitarme de la cabeza que esto ya lo había visto en otra parte.

Y es que a pesar de que lo presenta Marchese es una historia original, la verdad es que resulta casi imposible no compararla con la tediosa película irlandesa dado a que tanto en sus virtudes como en sus defectos son prácticamente idénticas. Especialmente durante una primera mitad en donde el espectador tiene que lidiar con un camino bastante empedrado que retará su paciencia ante el poco terror que se presenta gracias a una intercalación de líneas temporales que tratan de generar muchas preguntas con respecto a las acciones de Cora, pero también darte el contexto necesario para entender por qué aceptó realizar el ritual con un desconocido sin que realmente ninguna de sus interacciones sean demasiado interesantes.

Ante esto el ritmo resulta lento y eso nunca cambia, pero una vez que se empieza a llevar a cabo dicho ritual las cosas mejoran al lograr construir ciertas situaciones que hacen que el tono vaya volviéndose más oscuro y se logre de manera efectiva vender el riesgo que todo esto representa. Logrando generar una tensión suficiente por medio del demonio que es convocado y por lo consiguiente durante el segundo acto vender la idea de que nuestra protagonista está expuesta al peligro en cualquier momento y hacerte suponer que tendremos una parte final verdaderamente intensa y, a lo mejor, sangrienta.

Algo que tristemente solo se queda en una simple suposición debido a que nunca se atreven a ir más lejos en cuanto a la violencia en pantalla. No como para decir que es mala porque si cuenta con algunas cosas interesantes, nada más que el desenlace como tal nunca tiene un gran impacto y terminan sobre elaborándolo de manera innecesaria.

De las actuaciones solo puedo decir que Anna Camp hace un trabajo correcto para sacar adelante un personaje que por varios momentos se vuelve un tanto fastidioso. Mientras que en producción hay buenas cosas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es nada espectacular, el score no está mal, el trabajo de sonido está muy bien cuidado, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: From Black es aceptable. Película con buenos momentos que jamás logra ser lo devastadora que debería.

Ojometro:
*** 

martes, 25 de abril de 2023

Crítica: Evil Dead Rise (2023)

Quinta entrega de la franquicia, la cual está escrita y dirigida por Lee Cronin (The Hole in the Ground). Se estrenó en cines dentro de México el pasado 20 de abril y un día después hizo lo propio en los Estados Unidos; recaudando hasta la fecha $42.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ellie (Alyssa Sutherland) y Beth (Lily Sullivan) son dos hermanas distanciadas cuya reunión se ve interrumpida por el despertar de unos despiadados demonios que terminan poseyendo a una de ellas. Ocasionando con esto una brutal batalla por sobrevivir que distorsiona por completo el concepto de la familia.


Comentarios generales:

Evil Dead es una de las mejores franquicias de cine de terror que existen gracias a que se ha logrado mantener vigente durante tantos años con muy pocos proyectos en comparación con otras franquicias importantes y además todos de una calidad elevada que han establecido un estándar que impone cierto respeto. Por ello es que cuando se anunció una nueva entrega que no era secuela y además no contaba con la presencia de Bruce Campbell existieron ciertas dudas de mi parte; sin embargo, Evil Dead Rise me recordó que siempre hay que confiar en Sam Raimi y compañía.

Ya que lo presentado por Cronin no es tanto un reinicio, sino más bien una extensión que pueda abrir nuevos escenarios por su propia cuenta sin que se tenga que ignorar el lore ya construido, aunque al inicio de la película eso puede no ser tan obvio por la forma en la que deciden presentar esta historia en lo que se refiere a la temporalidad.

Lo cual ciertamente hace que el primer acto se pueda sentir algo raro en cuanto a la lógica, pero una vez que se nos presentan a los personajes y se establece la dinámica de familia disfuncional el panorama se esclarece de gran forma para ir construyendo momentos que hagan de la espera por la posesión una bastante entretenida. Sobre todo porque se van insertando pequeñas cosas que añaden sustancia con respecto al Necronomicon (incluso hay una sutil conexión a “Army of Darkness”) y con ello se aumenta la anticipación para cuando esta llegue, algo que se da de una manera por demás espectacular y así dejar claro que lo que está por venir no escatimará en lo absoluto en su búsqueda por dejar su marca.

Y es que una vez que Ellie es poseída el tono se vuelve muy oscuro, estableciéndola así como un demonio sumamente peligroso que en cualquier momento hará algo extremo y gracias a eso el nivel de tensión siempre resulta elevado. Llevando a escenas perturbadoras que juegan tanto con el aspecto psicológico/emocional de los personajes como con el lado visual, manifestando esto último poco a poco por medio de muertes que añaden mucho impacto y que, al combinarlas con la locación, hacen que se tenga una atmósfera claustrofóbica que magnifica todavía más el riesgo existente dado a que vende a la perfección la idea de que no hay escapatoria.

Todo esto bajo un ritmo ágil que no da respiro y hace que el caos se disfrute sin demasiados contratiempos. Dejando listo el escenario para una parte final brutal que de manera sorprendente logra rivalizar en cuanto a la exhibición de litros de sangre con el remake de 2013 por medio de situaciones bastante originales que se mantienen en sintonía con la esencia extravagante de la franquicia y llevan a un desenlace que, si bien es algo predecible, también clarifica el tema de la temporalidad de manera simple.

Sobre las actuaciones en general todo el elenco lo hace bastante bien, aunque es innegable que quienes se llevan los reflectores son Lily Sullivan y Alyssa Sutherland. Con la primera cumpliendo con su rol de nueva heroína expuesta a un tremendo nivel de salvajismo y con la segunda entregando una posesión realmente potente en la que con una sola sonrisa es capaz de perturbar al espectador y generar una sensación de peligro muy elevada.

Y en cuanto a producción nos encontramos con una factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido espectacular, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primerísimo nivel.

Opinión final: Evil Dead Rise me gustó mucho. Película violenta y muy sangrienta que sin duda es una nueva gran adición a la franquicia.

Ojometro:
*****

viernes, 31 de marzo de 2023

Crítica: The Barn Part II (2022)

Secuela escrita y dirigida por Justin M. Seaman (The Barn). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos en octubre de 2022, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 23 de enero.

Sinopsis:

La prohibición del Halloween en Helen's Valley ha sido abolida tras la tragedia de 1989 y la fraternidad Gamma Tau Psi, donde se encuentra la sobreviviente Michelle (Lexi Dripps), aprovecha para organizar su casa del terror dejándola a cargo. Aunque para su mala fortuna los demonios de su pasado llegan una vez más a tocar a la puerta…


Comentarios generales:

La primera The Barn fue un homenaje al cine de terror de los 80s que disfruté mucho porque supo replicar ese lado serie B de la época prácticamente a la perfección, convirtiéndola en una experiencia bastante única que necesitaba de un entendimiento de muchas referencias y leyendas que falsamente daban la impresión de no tener mucho sentido. Sin duda un proyecto que parecía único e irrepetible, así que cuando se anunció The Barn Part II me sorprendí debido a que no sabía si se podía replicar lo de hace siete años atrás y tristemente eso fue lo que ocurrió.

Y no es tanto porque Seaman se salga de la línea establecida previamente debido a que esta secuela mantiene mucho del concepto serie b tanto a nivel narrativo como visual, pero es claro que en su afán por querer añadir mayor sustancia a la historia termina viéndose superado con respecto a lo que puede manejar por su cuenta. Ya que ahora la leyenda detrás de los demonios se simplifica para que resulte más sencilla de seguir sin tantas reglas de por medio y con ello se puedan integrar un mayor número de monstruos, lo cual en el papel se escucha atractivo; sin embargo, conforme pasa una primera media hora bastante olvidable te das cuenta que la idea nunca termina por funcionar del todo.

Algo que se trata de maquillar con una cantidad importante de muertes dentro de la casa del terror que se dan de manera aleatoria, sin demasiada construcción y que, si bien en varios casos resultan llamativas visualmente hablando, lo cierto es que terminan siendo meros actos anecdóticos que no aportan demasiado a una trama muy básica que gira alrededor de una protagonista poco interesante como Michelle. En especial cuando se empiezan a ligar las acciones directamente con lo ocurrido en la entrega anterior y gracias a eso se crean dos dinámicas que se sienten ajenas una de la otra, provocando con esto que el ritmo en ningún momento fluya de la mejor manera posible en un punto en el que ocurren los acontecimientos supuestamente más relevantes para el propio pueblo.

Siendo realmente hasta la parte final cuando por fin se puede encontrar cierto balance y ambas dinámicas se unen de manera natural para brindar un desenlace entretenido que pretende mostrar cierto caos a una escala muy pequeña. Con una amenaza definitiva que puede provocar más risas que otras cosa por su diseño, pero que logra el cometido de ofrecer un cierre agradable a pesar de que presenta una última sorpresa que se siente demasiado forzada.

Las actuaciones siguen siendo exageradas por diseño, pero en esta ocasión se nota un nivel más amateur salvo por algunos breves cameos como el de Doug Bradley o Joe Bob Briggs. Y en cuanto a producción hubo unas ligeras mejoras con respecto a la primera entrega: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score vuelve a destacar bastante, el trabajo de sonido presenta altibajos, los efectos no están mal (incluso hay algo de CGI) y la labor de maquillaje tiene buenas cosas salvo por el monstruo final.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Barn Part II es decepcionante. Secuela que trata de hacer muchas cosas a la vez sin demasiado éxito.

Ojometro:
**