martes, 11 de enero de 2022

Crítica: El páramo (2022)

Película dirigida por David Casademunt, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Martí Lucas y Fran Menchón. Se estrenó a nivel mundial el pasado 6 de enero por medio de Netflix.

Sinopsis:

Un ser maligno que se alimenta del miedo visita a una familia del siglo XIX que vive aislada del resto de la sociedad y pondrá a prueba los lazos que los unen.


Comentarios generales:

Los inicios de año nunca son sencillos debido a que la industria cinematográfica en general suele tomar un respiro y el género de terror no es la excepción, así que cuando Netflix estrenó El páramo realmente me tomó por sorpresa. Ya que me encontraba tomando unas semanas de descanso y de la nada tuve que interrumpirlas para ver está propuesta antes de que se me olvidará, aunque al final creo que hubiera sido mejor dejarla pasar.

Y es que lo traído por Casademunt es un aburrimiento total en donde se nota de sobremanera la búsqueda por replicar la fórmula que han popularizado estudios como A24, pero sin saber realmente cómo hacerlo. Con una historia que de inicio por lo menos genera algo de intriga gracias al tema del aislamiento y por la manera tan extremista de percibir el mundo exterior por parte de los padres; sin embargo, una vez que se establecen esas dos cosas básicamente se entra en un ciclo de acciones pensadas para generar dudas con respecto a la amenaza que no resultan tan efectivas y, además, se desarrollan de manera extremadamente lenta.

Una lentitud que es la que predominará durante el resto del metraje y que hace del segundo acto uno especialmente pesado, ya que en su afán por querer diseccionar de manera tan meticulosa el deterioro de la relación de Lucía con su hijo el director termina provocando que las acciones se vuelvan repetitivas. Recurriendo a situaciones que solo le dan vueltas a todo lo relacionado con el ser maligno y la mayoría de las veces carecen de sentido, dejando así muchos sucesos que se sienten vacios y fallan en su propósito de generar cierto nivel de intensidad.

Ante esto realmente te termina importando muy poco lo que ocurre durante la parte final, aunque por lo menos aquí se nos brinda más claridad con respecto a la amenaza. Lo cual por naturaleza añade un poco más de fuerza al cierre, pero tampoco hace que este cambie mucho con respecto a lo que llevamos viendo y el enfrentamiento decisivo no cuenta con el impacto que debería.

De las actuaciones quien más destaca es Inma Cuesta (Lucía) al darle vida al personaje cuyo comportamiento cambia de manera más radical y porque tiene que lidiar con un niño que por varios momentos resulta fastidioso. Mientras que en producción podemos ver una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es impecable, el score tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: El páramo es decepcionante. Película demasiado aburrida que olvidarán en cuestión de días.

Ojometro:
**