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viernes, 23 de mayo de 2025

Crítica: The Woman in the Yard (2025)

Película dirigida por Jaume Collet-Serra (The Shallows), cuyo guión fue escrito por Sam Stefanak. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo, mientras que su salida en formato digital se dio el pasado 15 de abril.

Sinopsis:

Una mujer misteriosa aparece en el patio delantero de la casa de una familia en luto, lanzando inquietantes advertencias y mensajes perturbadores. Dejando la duda sobre su identidad, motivos y el peligro potencial que representa.


Comentarios generales:

Desde hace un tiempo las producciones medianas de Blumhouse han sido objeto de críticas debido a que muchas personas sienten que solo son películas hechas al vapor que difícilmente perduran en la memoria colectiva. Un argumento que resulta complicado de rebatir cuando uno se pone a analizar el historial reciente del estudio y aunque parecía que con The Woman in the Yard podrían cambiar un poco dicha tendencia, lo cierto es que se han quedado cortos para lograrlo.

Ya que lo traído por Collet-Serra es un thriller psicológico que se cocina a fuego lento y eso inmediatamente vuelve a su primera media hora una difícil de digerir debido a que todo se centra en el luto que vive la familia y los problemas que eso trae consigo en su vida cotidiana. Llevando a situaciones un tanto olvidables entre los involucrados y generando que la presentación de la mujer misteriosa carezca de impacto al no existir ningún tipo de historia o leyenda detrás de esta, lo cual no es un problema menor debido a que poco a poco va perdiendo el aura amenazante que se supone debe de tener y eso hace que el desarrollo se sienta pesado la mayoría del tiempo ante los limitados avances para construir el misterio que la rodea.

Aunque también hay que decir que conforme van pasando los minutos el conflicto entre las dos partes empieza a volverse más entretenido al estar contenido en un escenario relativamente pequeño que obliga al director a ser más creativo en las formas de exponer los peligros de la amenaza y revelar algunos secretos de la protagonista. Logrando con esto que durante el segundo acto la dinámica se agilice y se puedan construir ciertos momentos de tensión que ayuden a sacudir la parsimonia previa.

Dejándonos así una parte final en la que se empieza a entender quién es la mujer misteriosa y por lo mismo su revelación no es precisamente sorprendente, pero al menos se trata de añadir algo de profundidad por medio de temas como la culpa o la desesperanza que hacen del desenlace uno no tan hueco e irrelevante.

De las actuaciones no hay mucho que decir. Se trata de un elenco muy reducido en el que realmente nadie destaca y tampoco existen escenas que los empujen a realizar cosas particularmente memorables.

Y en cuanto a producción, también tenemos una factura discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score no está mal, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje limitada.

Opinión final: The Woman in the Yard está pasable. Thriller psicológico que jamás se atreve a ir más allá de lo estándar.

Ojometro:
***

martes, 11 de marzo de 2025

Crítica: Presence (2025)

Película dirigida por Steven Soderbergh, cuyo guión fue co-escrito por David Koepp. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras en México hizo lo propio el pasado 6 de marzo; recaudando hasta la fecha $9.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Tras una serie de sucesos extraños, una familia se convence de que no están solos dentro de su nueva casa en los suburbios.


Comentarios generales:

Que Steven Soderbergh dirija una película ligada al género de terror es por sí mismo todo un acontecimiento, pero si a eso le agregas que lo hace con una propuesta que se siente fresca dentro de un subgénero tan gastado entonces tenemos algo que inevitablemente va a atraer muchas miradas. Lo cual convertía a Presence en un trabajo que generó más expectativas de las que probablemente se tenían contempladas y eso se nota en el resultado final.

Ya que lo presentado por Soderbergh no está pensado para generar sobresaltos aleatorios al espectador cada cinco minutos o provocarle una sensación de terror extrema, más bien su prioridad es desarrollar un drama familiar ante los “ojos” de un espíritu que por sí mismo es toda una incógnita debido a que no muestra el comportamiento habitual que uno esperaría. Haciendo que el primer acto no sea el más atractivo dado a que se sustenta en la monotonía de la vida familiar y en el ir plantando varias de las preguntas fundamentales que sostendrán el drama más adelante.

Ante eso las cosas avanzan de manera bastante lenta por las pocas emociones que se presentan en pantalla, aunque conforme vamos entrando al segundo acto se trata que el espíritu vaya adquiriendo un mayor involucramiento en las acciones y gracias a ello se se pueden ver algunos de los pocos momentos con cierto nivel de intensidad que a la postre llevan a que se quiera profundizar de alguna manera sobre este; sin embargo, la forma en la que lo hacen es tan vaga al grado de que queda parado como algo irrelevante. Siendo esa una problemática recurrente dado a que cada situación de importancia es tratada de manera muy superficial y por lo mismo va creando cierta sensación de vacío dentro de una historia a la que pareciera que jamás quieren añadirle más extravagancia ante el riesgo de convertirla en una propuesta convencional sobre fantasmas.

Volviendo con esto el visionado retador, más no particularmente aburrido; en especial durante una parte final que no cambia mucho la fórmula pero logra manejar un grado de tensión agradable. Dejándonos con esto un desenlace hasta cierto punto sorpresivo y, sobre todo, un tanto depresivo.

Las actuaciones no son espectaculares, pero cumplen con el propósito de demostrar la monotonía de una familia que tiene sus problemas y está al borde desmoronarse por diferentes motivos. Siendo Lucy Liu (Rebekah) la que tal vez resalta más por darle vida al personaje con la personalidad más dominante de todas.

Mientras que en producción tenemos una factura bien cuidada, pero discreta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no destaca demasiado, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos en general son básicos y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Presence está ok. Película con una propuesta fresca a la que le falta desarrollar mejor sus ideas.

Ojometro:
***

sábado, 13 de abril de 2024

Crítica: Stopmotion (2024)

Producción británica dirigida por Robert Morgan (ABCs of Death 2), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Robin King. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Ella Blake (Aisling Franciosi) es una animadora de stop-motion que sufre para tratar de controlar sus demonios tras la pérdida de su exigente madre y la presión para poder terminar su nueva película.


Comentarios generales:

Después de diez años mis recuerdos de “ABCs of Death 2” son vagos, sin embargo, todavía tengo más o menos presente en mi memoria el cortometraje de stop motion que incluía debido a lo peculiar que era visualmente hablando. Por ello es que Stopmotion me resultaba interesante porque quería ver que tanto podía desarrollar su visión el propio director combinando la animación con actores reales, aunque el resultado final no ha sido tan convincente.

Y es que lo traído por Morgan es una historia en la que trata de integrar su experiencia con el stop motion de una manera que de inicio parece natural, pero con el pasar de los minutos se va quedando como una simple ocurrencia cuyo principal aporte tiene que ver más con lo visual. Ya que realmente la problemática de Ella no es algo que te genere gran empatía hacia ella y la forma en la que trata de sobrellevar la pérdida de su madre carece de cosas de interés para el espectador, quien probablemente encontrará más llamativo cualquier momento con la animación que con el derrumbe mental que empieza a ser evidente desde temprano.

Un derrumbe que pretende convertir el tono en uno más oscuro conforme nuestra protagonista va avanzando en la creación de su película, utilizando situaciones que se pueden catalogar como extrañas pero jamás sin llegar a ser tan extremas como para sustentar la experiencia solo en el shock. Optando mejor por jugar con el lado psicológico al tener la presencia de un personaje en especifico que indudablemente está ahí para generar ciertas dudas, aunque la verdad es que conforme se entra al segundo acto uno puede descifrar sin demasiados contratiempos su naturaleza y eso provoca que las acciones se empiecen a volver un tanto aburridas dado a que el comportamiento errático de Ella lleva a situaciones que no logran aportar gran impacto y son, casi en su totalidad, demasiado genéricas.

Ante esto la parte final queda con la obligación de presentar algo que resulte trascendente y, a pesar de los problemas previos, lo consigue de cierto modo. Más que nada porque el director por fin se atreve a elevar un poco más el nivel de intensidad para construir un suceso con la fuerza suficiente como para que la locura que se pretende reflejar en pantalla sea convincente, además de que también es en el desenlace donde se pueden notar algunos de los momentos más llamativos desde el lado técnico.

Sobre las actuaciones no hay mucho que decir, Aisling Franciosi cumple pero nunca logra ofrecer algo tan potente considerando la situación que vive su personaje. Mientras que en producción se nota un presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, el score no está nada mal, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos son de buen nivel y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Stopmotion está pasable. Película un tanto vacía cuyos visuales terminan rescatándola de ser algo peor.  

Ojometro:
***

martes, 4 de abril de 2023

Crítica: Blood (2023)

Película dirigida por Brad Anderson y escrita por Will Honley. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 27 de enero, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jess (Michelle Monaghan) es una enfermera divorciada que se muda con su hija y su hijo pequeño Owen a una vieja granja. Su situación no es sencilla y esta empeora cuando Owen es mordido por su propio perro y adquiere una misteriosa infección.


Comentarios generales:

Cuando uno veía el trailer de Blood era prácticamente imposible no catalogarla como una película de vampiros considerando que los elementos para hacerlo se encontraban totalmente a la vista; sin embargo, también era claro que no se trataba de un trabajo con temática popular que involucraba estacas o crucifijos y por esa razón se sentía como algo con mucho potencial para sorprender. Sobre todo dentro de un subgénero en el que eso es complicado de encontrar hoy en día, pero lamentablemente en ningún momento logra conseguirlo.

Ya que lo traído por Anderson se la pasa dudando sobre si abrazar su naturaleza vampiresca o apostar por un enfoque más dramático que gire alrededor del concepto de la madre que está dispuesta a hacer lo que sea para proteger a su hijo. Lo cual hace que la historia jamás resulte tan atractiva debido a que el terror se ve limitado para darle lugar a un drama familiar al plantar un conflicto entre los padres con el propósito de que el espectador tome el lado de alguno de estos, mientras que todo lo que ocurre se vuelve extremadamente predecible y, al menos durante los primeros 40 minutos, carente de momentos que destaquen.

Siendo hasta entrado el segundo acto cuando las cosas se vuelven atractivas y no tanto por el terror (ese sigue siendo muy contado), sino porque las acciones de Jess añaden un dilema moral siempre interesante que va proporcionando situaciones con las que la atmósfera se va tornando más oscura y depresiva. Logrando con esto que la progresiva transformación de Owen a algo más peligroso vaya generando grandes dosis se tensión porque siempre existe la duda sobre si se descontrolará o no en el momento menos oportuno; aunque en realidad la principal fortaleza de esta parte sin duda es el hecho de que se empieza a cuestionar si el verdadero monstruo es el niño o su madre por todo lo que hace para mantenerlo a salvo sin importar las posibles consecuencias de sus actos tanto a nivel familiar como legal.

Algo que es fundamental para que se llegue a la parte final con bastante fuerza y un poco más de dinamismo, lo malo es que justo cuando parece que por fin se explotarán los elementos característicos del cine de vampiros se recula de manera incomprensible y la evolución de problema se atasca. Dejando un desenlace que no catalogaría como malo en sí porque tiene cierta intensidad, pero termina resultando demasiado insípido.

De las actuaciones realmente la única que destaca es Monaghan con un personaje que logra generarte empatía, pero a la vez cierta animadversión por la forma en la que tiene que sacrificar lo poco bueno que tiene como persona para poder mantener con vida a su hijo. Mientras que en producción vemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte no destaca demasiado, el score es un muy buen complemento, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son simples y la labor de maquillaje efectiva.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Blood es aceptable. Película con ideas poco compatibles que se queda corta en su búsqueda por trascender.

Ojometro:
***

martes, 28 de febrero de 2023

Crítica: Huesera (2023)

Producción mexicana dirigida por Michelle Garza Cervera, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Abia Castillo. Se estrenó en cines dentro de México el pasado 23 de febrero, mientras que en Estados Unidos salió directamente en VOD una semana antes.

Sinopsis:

Valeria (Natalia Solián) siempre ha soñado con convertirse en mamá. Así que cuando se entera que está embarazada espera estar sumamente feliz, pero algo no se siente bien…


Comentarios generales:

Varias películas de terror mexicanas suelen tener buena recepción en festivales, pero cuando se trata de hacer la transición al lado comercial la gran mayoría termina quedándose en la bóveda esperando a que alguien las rescate para tratar de obtener difusión. Simplemente no es algo sencillo por el contexto de la industria nacional y por ello el que una propuesta como Huesera haya logrado obtenerla sin duda se debe de celebrar, incluso si como película no es precisamente la más atractiva para el mainstream que uno se pueda encontrar.

Ya que lo traído por Garza Cervera es en gran medida un drama sobre la maternidad y cómo lo que uno sueña no es precisamente lo que necesita o quiere en realidad, dejando que el terror se manifieste en dosis pequeñas y por medio de vías muy especificas para que la atención se centre totalmente en el carrusel emocional de Valeria. Lo cual evidentemente hace que la primera media hora no sea la más excitante, pero si tiene la capacidad de establecer un ritmo fluido que realmente nunca decae y además ayuda a proporcionar los primeros indicios de la inestabilidad mental de nuestra protagonista por medio de situaciones un tanto predecibles que conducen hacía el terror psicológico y, sin duda, al body horror.

Este último sin llegar a extremos (al menos no en este punto), aunque si se vuelve fundamental para el desarrollo porque es el medio por el cual se le da mucha importancia al trabajo de sonido en el filme y conforme van pasando los minutos este se utiliza para diseñar situaciones que incomoden al espectador, incluso si estas no contienen nada particularmente perturbador desde el lado visual. Algo que desafortunadamente jamás logra ser explotado por completo gracias a que la crisis de identidad de la protagonista hace que las cosas para el segundo acto se empiecen a estancar un poco y los recursos utilizados para explotar el terror psicológico no resultan tan efectivos como deberían en su búsqueda por ir generando tensión.

Una que en realidad se obtiene hasta que se da el nacimiento del bebé durante la última media hora y con este se empieza a jugar con la posibilidad de que su integridad física este en riesgo, así como con el conflicto que le genera a Valeria su nuevo rol en el que ella ya no es el centro de atención. Llevándonos así a un desenlace tanto potente como excéntrico; en donde el body horror se manifiesta de forma más contundente y lo ocurrido está pensado para dejar todo abierto a la interpretación.

En cuanto a las actuaciones no hay queja, Natalia Solián lo hace bastante bien con su trauma pre y post embarazo; además de que encuentra un buen apoyó por parte del resto del elenco. Mientras que en producción vemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos sencillos y la labor de maquillaje logra su cometido.

Opinión final: Huesera está interesante. Película con temática de peso que jamás logra dar el salto para alcanzar su máximo potencial.  

Ojometro:
***

martes, 11 de enero de 2022

Crítica: El páramo (2022)

Película dirigida por David Casademunt, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Martí Lucas y Fran Menchón. Se estrenó a nivel mundial el pasado 6 de enero por medio de Netflix.

Sinopsis:

Un ser maligno que se alimenta del miedo visita a una familia del siglo XIX que vive aislada del resto de la sociedad y pondrá a prueba los lazos que los unen.


Comentarios generales:

Los inicios de año nunca son sencillos debido a que la industria cinematográfica en general suele tomar un respiro y el género de terror no es la excepción, así que cuando Netflix estrenó El páramo realmente me tomó por sorpresa. Ya que me encontraba tomando unas semanas de descanso y de la nada tuve que interrumpirlas para ver está propuesta antes de que se me olvidará, aunque al final creo que hubiera sido mejor dejarla pasar.

Y es que lo traído por Casademunt es un aburrimiento total en donde se nota de sobremanera la búsqueda por replicar la fórmula que han popularizado estudios como A24, pero sin saber realmente cómo hacerlo. Con una historia que de inicio por lo menos genera algo de intriga gracias al tema del aislamiento y por la manera tan extremista de percibir el mundo exterior por parte de los padres; sin embargo, una vez que se establecen esas dos cosas básicamente se entra en un ciclo de acciones pensadas para generar dudas con respecto a la amenaza que no resultan tan efectivas y, además, se desarrollan de manera extremadamente lenta.

Una lentitud que es la que predominará durante el resto del metraje y que hace del segundo acto uno especialmente pesado, ya que en su afán por querer diseccionar de manera tan meticulosa el deterioro de la relación de Lucía con su hijo el director termina provocando que las acciones se vuelvan repetitivas. Recurriendo a situaciones que solo le dan vueltas a todo lo relacionado con el ser maligno y la mayoría de las veces carecen de sentido, dejando así muchos sucesos que se sienten vacios y fallan en su propósito de generar cierto nivel de intensidad.

Ante esto realmente te termina importando muy poco lo que ocurre durante la parte final, aunque por lo menos aquí se nos brinda más claridad con respecto a la amenaza. Lo cual por naturaleza añade un poco más de fuerza al cierre, pero tampoco hace que este cambie mucho con respecto a lo que llevamos viendo y el enfrentamiento decisivo no cuenta con el impacto que debería.

De las actuaciones quien más destaca es Inma Cuesta (Lucía) al darle vida al personaje cuyo comportamiento cambia de manera más radical y porque tiene que lidiar con un niño que por varios momentos resulta fastidioso. Mientras que en producción podemos ver una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es impecable, el score tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: El páramo es decepcionante. Película demasiado aburrida que olvidarán en cuestión de días.

Ojometro:
**

viernes, 25 de diciembre de 2020

Crítica: Spiral (2020)

Película dirigida por Kurtis David Harder, cuyo guión fue co-escrito por Colin Minihan y John Poliquin. Se estrenó directamente en VOD el pasado 17 de septiembre, aunque todavía no hay confirmación sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una pareja homosexual se muda a un pequeño pueblo para disfrutar de una mejor calidad de vida y criar a su hija con fuertes valores sociales. Pero cuando sus vecinos organizan una extraña fiesta pronto se darán cuenta que no todo es lo que parece en este vecindario aparentemente perfecto.


Comentarios generales:

Más allá de que el nombre probablemente no haya sido la mejor opción considerando que existen varias películas nombradas así e incluso en 2020 se iba a estrenar una de alto perfil que lo utilizaba, lo cierto es que Spiral era un proyecto que me llamaba la atención debido a las buenas referencias que se fue generando de boca en boca. Eso por lo regular suele ser una señal de que por lo menos el visionado será interesante y así fue, aunque la verdad el resultado final no me terminó por maravillar como a otras personas.  

Esto porque lo que nos presenta David Harder es un trabajo que por grandes lapsos parece tener muy claro lo que nos quiere contar y por otros tantos se la pasa brincando de un lado a otro tratando de buscar excusas para extender innecesariamente el misterio que propone. Ya que esta es una historia que se construye de manera lenta mientras se juega con el verdadero motivo detrás de la desconfianza, siendo evidentemente la intolerancia de la sociedad a mediados de los 90s el eje central, pero también añadiendo otra clase de detalles cuyo principal propósito es provocar un ligero suspenso.

Realmente así transcurre todo durante al menos 30 minutos y hasta ese punto no hay muchas cosas para destacar, siendo la llegada del segundo acto la que empieza a mejorar la experiencia. 

Sustentándose principalmente en alucinaciones que al menos logran brindarle una dinámica más fluida a las acciones y que poco a poco, en conjunto con situaciones que aportan mayor impacto, empiezan a plantear la idea sobre si lo que está pasando es producto de algún tipo de paranoia provocada por traumas del pasado o si verdaderamente cada aspecto lleva a algo más siniestro. Lo cual ayuda a que el camino rumbo a la parte final resulte entretenido; sin embargo, una vez que se llega a esta los baches vuelven a aparecer. 

En gran medida porque el comportamiento del protagonista resulta un tanto exasperante al momento de afrontar un peligro que para este punto resulta evidente, aunque también porque que se presenta un giro que no termina por sentirse completamente orgánico y por lo consiguiente provoca que las conexiones de los hechos previos no encajen del todo bien. Haciendo con esto que el cierre resulte demasiado intempestivo. 

Las actuaciones no están mal, nada como para destacar de gran manera, pero en general son lo suficientemente competentes para que el visionado no resulte tan pesado y la dinámica familiar resulte convincente. La producción cumple: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte básica, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es limpio y lo referente a efectos/maquillaje es relativamente simple (salvo por el final).  

Opinión final: Spiral está ok. Película con cosas interesantes que nunca terminan por funcionar del todo, aunque no está de más checarla.

Ojometro:
***

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De mi parte les deseo una feliz navidad.  

viernes, 18 de diciembre de 2020

Crítica: Run (2020)

Película dirigida por Aneesh Chaganty (Searching), quien además comparte créditos como co-escritor del guion junto a Sev Ohanian. Se estrenó directamente en Hulu el pasado 20 de noviembre.

Sinopsis:

Chloe (Kiera Allen) es una adolescente en silla de ruedas educada en casa por su madre Diane (Sarah Paulson). Su relación parece inmejorable, pero conforme se acerca su posible partida a la universidad ella se dará cuenta que algo no anda bien y empezará a sospechar de la persona que más la ha cuidado en el mundo.


Comentarios generales:

Una de las tantas películas que se vieron afectadas por la pandemia fue Run, la cual originalmente tenía programado estrenarse en cines justo el día de las madres y que estaba posicionada para ser uno de los éxitos de la primera mitad del año. Sin embargo, ya sabemos qué fue lo que pasó y eso la condenó a un futuro muy incierto del que parecía que no se iba a librar y eso la condenaría a que se quedara en el limbo… hasta que llegó Hulu a su rescate en una decisión que sin duda se les tiene que agradecer.

Esto porque lo que nos presenta Chaganty es un thriller que tendrá que lidiar con ciertas comparaciones a una famosa obra de Stephen King (de quien hay algunas referencias, por cierto), pero que, a pesar de la familiaridad con respecto a su historia, logra sentirse fresco. Algo que no es un detalle menor debido a que probablemente la mayoría pueda descifrar el misterio principal antes de la media hora de metraje y aún así la experiencia no deja de resultar entretenida gracias a que existen los elementos suficientes como para plantar varias dudas extras y la sensación de riesgo siempre se encuentra presente.

Ya que el hecho de que el deterioro de la aparente relación perfecta entre madre e hija se dé relativamente rápido obliga a construir situaciones interesantes con el personaje de Chloe, en las que su condición le genera limitantes obvias y por ello mismo la mayoría resultan efectivas precisamente porque en todas luce con desventaja. Logrando con esto no solo que la película tenga un nivel de tensión razonable la mayoría del tiempo, sino además un ritmo muy agradable y, sobre todo, una revelación del lado oscuro de Diane que resulta perturbadora de ver sin que esta llegue a los extremos.

Un lado oscuro que en gran medida sostiene una parte final en la que se incrementa de manera discreta la violencia y se realiza otro tipo revelaciones que redondean de buena forma todo lo que se ha presentado. Llevando a un desenlace contundente y sin rodeos en el que la última escena la verdad te deja con una sensación bastante gratificante.

En el tema de las actuaciones tenemos su punto más fuerte. Tanto Sarah Paulson como Kiera Allen realizan una tremenda labor en pantalla no solo a nivel individual (en donde cada una logra ofrecer lo mejor que tienen), sino también la química que muestran es estupenda debido a que ambas son capaces de adaptarse sin demasiados problemas al cambio de dinámica tan radical que esta relación madre/hija sufre con el pasar de los minutos.

Sobre la producción, claramente el presupuesto no fue el más elevado: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es agradable, el trabajo de sonido está bien cuidado y todo lo referente a efectos/maquillaje resulta bastante discreto.

Opinión final: Run me gustó. Thriller con trama simple y buenas actuaciones ideal para ver en estos últimos días del año.  

Ojometro:
****

viernes, 20 de noviembre de 2020

Crítica: The Dark and the Wicked (2020)

Película escrita y dirigida por Bryan Bertino (The Strangers, The Monster). Se estrenó directamente en VOD el pasado 8 de noviembre dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 15 de diciembre.

Sinopsis:

En una aislada granja dentro de un área rural, un hombre está muriendo lentamente. Ante tal situación toda su familia se reúne para llorarle, aunque poco a poco una aterradora oscuridad rodeará la casa y algo maligno se empezará a manifestar frente a cada uno de ellos.


Comentarios generales:

Durante los últimos cuatro años ha sido muy evidente la explosión de cierto tipo de películas cuyas temáticas oscuras y depresivas han dado mucho de que hablar, posicionándose como algunas de las más alabadas dentro del género. Así que no resulta extraño que cada vez más directores se aventuren a experimentar con esta clase de propuestas debido a que les ofrecen una oportunidad de oro para que sus carreras se revitalicen u obtengan impulso, lo cual sin duda The Dark and the Wicked puede representar para el suyo.

Y es que Bertino nos trae un filme que bajo estos conceptos se adapta perfectamente a lo que a él le gusta, ósea… un ritmo lento y brindar pocas respuestas. 

Algo que puede ser un repelente para muchos, pero que en realidad funciona de manera idal en una historia que desde el primer minuto se sustenta en la desolación y en base a eso construye un distanciamiento familiar que, en lugar de irse sanando, solo empeora gracias a que los miembros básicamente son desconocidos el uno para el otro; especialmente los hijos, que lo único que comparten es el remordimiento por haber abandonado a sus padres.

Todo bajo una atmósfera en verdad oscura que poco a poco se va adueñando de las acciones bajo un ritmo lento, incluso cansino; con el que el director construye sucesos que pueden pasar de la total calma al shock inmediato en cuestión de segundos y con ello ir estableciendo la peligrosidad de lo que los está asechando, mientras se te brindan algunas muy sutiles pistas de lo que podría ser. Ya sea por medio de sueños, alucinaciones o interacciones raras con determinados personajes que en su conjunto van generando una tensión enorme y que dejan en claro que no importa lo que hagan, o si son creyentes, simplemente nada salvará a esta familia de la maldad que ha decidido afectarlos.

Lo cual lleva a una parte final que se encuentra completamente invadida por la sensación de desesperanza y al mismo tiempo contiene muchísima fuerza visual. Ya que es aquí donde el nivel de intensidad se eleva de manera importante, con escenas de impacto muy bien realizadas que magnifican el alcance de la amenaza y llevan a un cierre que deja cosas abiertas a la interpretación, pero que encaja a la perfección con el tono que se vio durante noventa minutos.

En cuanto a las actuaciones nos encontramos buenos trabajos, con Marin Ireland (Louise) siendo la que más resalta y con el siempre efectivo Xander Berkeley (Sacerdote) dejando su marca con una breve, pero inquietante participación. La producción tiene varias cosas para destacar: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte muy simple, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: The Dark and the Wicked es una buena película. De lo mejor de 2020, aunque su ritmo y falta de respuestas concretas puede no ser del agrado de muchos.

Ojometro:
****

viernes, 16 de octubre de 2020

Crítica: Broil (2020)

Película dirigida por Edward Drake, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Piper Mars. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de junio, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 13 de octubre.

Sinopsis:

Después de un violento altercado con su némesis escolar, Chance Sinclair (Avery Konrad) es enviada a vivir con su draconiano abuelo en su mansión. Un lugar donde pronto descubrirá un antiguo secreto familiar que la pondrá en medio de una guerra de facciones dentro de la propia familia. 


Comentarios generales:

El caso de Broil es uno particular debido a que ninguna otra película del 2020 ha generado más confusión sobre lo que trataba, ya que con su trailer parecía que veríamos una de vampiros pero los creadores siempre mencionaban que en realidad no era así. Generando con esto un tipo de promoción por demás extraña que no pareciera ser la más idónea en una época de mucha incertidumbre y que solo provocaba una cantidad importante de dudas cuyas respuestas tal vez no se encuentren en el producto final.

Y es que lo que nos trae Drake es una historia que en gran medida depende de dicha incertidumbre para poder desarrollarse de la mejor manera posible, a pesar de que desde muy temprano se te expone que nuestra protagonista puede o no ser un vampiro. Fungiendo como el foco de atención para determinadas cuestiones mientras que de manera simultánea el conflicto familiar también se va desenvolviendo sin proporcionar demasiada claridad sobre el asunto, aunque la verdad esto ayuda a que en todo momento exista una tensión muy marcada para que así cada situación resulte al menos interesante ante la expectativa por saber cómo van a encajar todas las piezas.

El problema llega cuando entrando al segundo acto las cosas empiezan a brincar de un lado para otro sin demasiada claridad al acelerar ciertas cuestiones que se hubieran beneficiado de un poco más de tiempo, pero que claramente se sacrificaron con el fin de darle más exposición a la reunión familiar. La cual ciertamente resulta decepcionante debido a que te la venden como algo que será muy sangriento; sin embargo, a pesar de que si se presenta un suceso inquietante y hay algo de violencia, esta se torna en un simple drama familiar poco emocionante que ni siquiera te puede dar una respuesta contundente con respecto a la identidad de esta familia disfuncional (en teoría hay una escena que lo hace, pero es demasiado ambigua).

Dejando así una parte final que no diría que es aburrida porque contiene algunos de los momentos más intensos que sirven para redondear la situación de uno de los personajes. Aunque, por otra parte, se sigue queriendo condensar demasiado ciertos aspectos fundamentales que no solo hacen que la protagonista te termine por importar poco o nada, sino que además revuelven todo al grado de que la conclusión puede llegar a resultar bastante frustrante.

Las actuaciones son una combinación de algunas sólidas con otras bastante caricaturescas, siendo probablemente la más floja de todas la de Avery Konrad. La producción no está mal: el trabajo de fotografía es bueno la mayor parte del tiempo, la dirección de arte está bien cuidada, el score es medio genérico, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Broil está aceptable. Película con un concepto interesante que probablemente hubiera funcionado mejor con alguien más experimentado tras la cámara.

Ojometro:
*** 

viernes, 9 de octubre de 2020

Crítica: The Lie (2020)

Remake de la película alemana del 2015 “Wir Monster”, el cual fue escrito y dirigido por Veena Sud. Se estrenó en Amazon Prime como parte de la antología Welcome to the Blumhouse el pasado 6 de octubre.

Sinopsis:

Un padre y su hija van rumbo a un campamento de baile cuando ven en la carretera a la mejor amiga de ella. Ante esto le ofrecen llevarla, pero un simple favor con buenas intenciones pronto tendrá terribles consecuencias. 


Comentarios generales:

No es que Amazon Prime no tuviera una oferta de terror adecuada para competir por la audiencia durante el mes de octubre, simplemente su propuesta para Halloween nunca ha sido tan robusta como la que vemos en Netflix, Hulu o Shudder. Por eso es que cuando se anunció la antología Welcome to the Blumhouse hubo mucha emoción de parte de los fans debido a que parecía que por fin la plataforma entraría de lleno a la pelea durante el periodo donde se consume mayor contenido del género.

Era una alianza perfecta y ante eso las expectativas de muchos se dispararon por los cielos, aunque después de ver The Lie me he quedado con más dudas que certezas sobre el enfoque que han elegido para competir.

Esto porque lo que nos presenta Veena Sud es un thriller psicológico en el que el principal objetivo es exponer las consecuencias de las mentiras y no tanto generar sustos en el espectador. Contándonos una historia que desde muy temprano nos pone ante un caso sumamente complejo en el que el personaje de Kayla se vuelve el centro de atención y por medio de su peculiar comportamiento se establecen los cimientos de un misterio que de entrada parece bastante simple, pero conforme se va desarrollando se convierte en algo mucho más caótico debido a la manera en la que sus padres enfrentan la situación.

Esto bajo una dinámica que la verdad nunca se siente pesada gracias al ritmo implementado y porque el saber cómo reaccionarán los padres ante las problemáticas hace que de cierto modo la tensión esté presente en todo momento debido a los riesgos evidentes que conllevan sus decisiones. Las cuales lamentablemente también con el paso de los minutos son en gran medida lo que hace que las acciones te empiecen a fastidiar gracias a que no solo se presenta cierto estancamiento en cuanto a la progresión de la relación con la hija, sino que además los errores que estos cometen hacen que a partir de determinado punto todo se vuelva en extremo predecible y por lo consiguiente mucho del suspenso se desvanezca.

Predictibilidad que se traslada hacia la parte final y por lo mismo el momento más importante de todo el filme no contiene la fuerza suficiente como para causar una mayor impresión. Dejándote así ante un desenlace que te puede parecer interesante o realmente muy bobo para todo lo que ha ocurrido.

Las actuaciones son lo mejor de la película y las que hacen que el visionado sea mucho más placentero. Joey King (Kayla) está perfecta bajo su rol de adolescente emocionalmente frágil a la que nunca puedes descifrar del todo, mientras que Peter Sarsgaard (Jay) y Mireille Enos (Rebecca) hacen una gran labor como los padres desesperados que manifiestan el sentido de culpa que nunca tiene su hija.  

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, cuenta con un score adecuado, el trabajo de sonido es limpio y tanto los efectos como la labor de maquillaje resultan muy discretos.

Opinión final: The Lie está ok. Un thriller psicológico cumplidor para ver en cualquier otra época que no sea Halloween.

Ojometro:
***

martes, 21 de julio de 2020

Crítica: Relic (2020)


Producción australiana que significa el primer largometraje para la directora Natalie Erika James, quien además comparte créditos como co-escritora del guión junto a Christian White. Se estrenó en VOD dentro de Australia y los Estados Unidos el pasado 10 de julio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una hija, su madre y su abuela son acechadas por una manifestación de la demencia que consume la vieja casa de la familia.



Comentarios generales:

Cuando uno escucha sobre una película de terror australiana lo primero que se le viene a la mente es algo lleno de excesos visuales en donde predomine la sangre, así que cuando se anunció Relic hasta parecía algo exótico viendo que dichos excesos estarían ausentes. Lo cual sin duda despertó un interés muy grande debido a que se notaba que era un trabajo con una línea distinta y la verdad es que no ha decepcionado.

Esto porque lo que nos trae Natalie Erika James es una historia que se empeña en mostrarte dos tipos de horrores: uno fantasioso intangible y otro que puede pasarle a cualquiera, ya que la demencia como tal puede traer consigo uno de los mayores temores que tiene el ser humano: quedarse solo.

Exponiéndolo mediante una familia que desde el primer instante sufre de la incertidumbre que genera el tener algún ser querido bajo esas condiciones y en base a eso ir construyendo una dinámica familiar lo más realista posible que en definitiva puede desalentar a unos cuantos gracias a que el desarrollo durante la primera mitad del filme es a fuego lento. Aquí no hay prisas y mucho de lo que ocurre se sustenta en las dudas que se puedan generar debido a que en todo momento se crea una situación en donde es obvio que algo no está bien, pero nunca queda lo suficientemente claro si lo que ocurre en verdad cuenta con un factor secundario o si simplemente es derivado del estado del personaje de Edna.

Utilizando sueños, sonidos en las paredes o situaciones particulares dentro la casa, la cual en cierta forma se convierte en un personaje más gracias a lo que se genera ahí. Ya que es por medio de esta como se construye una atmósfera claustrofóbica muy fuerte que ayuda a que los niveles de tensión se vayan incrementando de la manera más natural posible; dejando así el peso dramático en las interacciones entre las tres protagonistas que solidifican la parte realista al exponer las complejidades que conlleva el tener que interactuar con alguien cuyo comportamiento puede cambiar de un instante a otro.

Obviamente con todo lo anterior las cosas pueden llegar a ser demasiado dramáticas y no tan interesantes en el lado del terror; sin embargo, el pago en el último acto vale mucho la pena. No solo porque el tono se vuelve incluso aún más oscuro, sino porque además las cosas toman un rumbo ciertamente sorpresivo que magnifica el tema del deterioro para brindar un impacto visual muy interesante y dejar un cierre perturbador que hasta el último instante pone en manifiesto el tema de la soledad.

En el tema de las actuaciones la película es donde tiene una de sus principales fortalezas y la verdad resulta complicado decir que alguna de las actrices resalta por encima de las otras debido a que Emily Mortimer (Kay), Robyn Nevin (Edna) y Bella Heathcote (Sam) hacen un gran trabajo en conjunto. Simplemente las tres logran una química estupenda que le brinda muchísima credibilidad a su dinámica familiar y por ende todo lo que les ocurre logra tener un impacto mucho mayor para el espectador.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está muy bien cuidada, cuenta con un score efectivo, el trabajo de sonido es impecable, los efectos cumplen para lo que son requeridos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Relic me gustó. Buena película que logra generar terror por distintos frentes, aunque puede que eso no sea del agrado del todo el mundo.

Ojometro:
****

viernes, 6 de diciembre de 2019

Crítica: Jacob’s Ladder (2019)


Remake de la película de 1990 dirigido por David M. Rosenthal, cuyo guión fue escrito por Jeff Buhler y Sarah Thorpe. Se estrenó en TV dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 24 de septiembre.

Sinopsis:

Después de que su hermano regresa a casa proveniente de la guerra, Jacob Singer (Michael Ealy) lucha por mantener su cordura al sufrir constantes alucinaciones y flashbacks que lo harán desconfiar de absolutamente todo lo que se encuentra a su alrededor sintiendo que alguien lo persigue.



Comentarios generales:

Hace unos días atrás escribí sobre el remake de una película de culto de los 70s y ahora toca el turno de una película de culto de los 90s. Aunque a diferencia de la anterior, aquí estamos hablando de un proyecto que tenía absolutamente todas las de fracasar desde el inicio debido que esta nueva versión de Jacob’s Ladder se filmó en 2016 y después de algunas pruebas en 2017 se quedó olvidada en la congeladora sin que pareciera tener algún futuro, hasta que alguien se apiadó de la gente que invirtió su dinero y decidió estrenarla en televisión.

Una decisión un tanto extraña considerando la cantidad de servicios de streaming que existen en la actualidad y que se encuentran en constante búsqueda por contenido, pero que tiene mucho sentido después de ver el producto final.

Ya que este remake que nos trae Rosenthal es la ejemplificación perfecta de algo innecesario al presentarnos una historia que se distancia bastante de la original para poder tener su propio sello distintivo, sacrificando muchas cosas y dejando solo un elemento básico intacto. Decisión que tiene sentido más no se ve complementada con un buen desarrollo porque desde el inicio realmente lo que vemos son una serie de situaciones genéricas en las que Jacob se ve envuelto y que rápidamente cansan al ser muy similares, cargando demasiado de su posible efectividad en un juego de realidad o ficción que proporciona un ligero toque de suspenso e incluso algo de shock, pero que solo sirve de distractor por un breve periodo de tiempo.

Sobre todo porque entrando al segundo acto las cosas empiezan a centrarse más en las teorías conspiratorias que inmediatamente provocan que el ritmo vaya desacelerándose progresivamente mientras se le da más juego a la paranoia del personaje principal. Llevando así a momentos que te brindan información con respecto a la relación con su hermano, aunque también a otros que no les encuentras demasiado sentido y que hacen que el tema de la droga se vuelva confuso ante la falta de claridad con respecto a la supuesta amenaza que hay detrás.  

Dejando así todo el peso para una parte final que sin duda será la que definirá si terminan odiando la película o no. Esto porque el giro que presenta es demasiado abrupto y no se siente como algo que encaje de manera natural incluso teniendo cierto sustento detrás, haciendo que el cierre no tenga el impacto emocional que debería gracias a que la situación de Jacob en verdad no te podría importar menos para este punto.

Las actuaciones no están mal, con un Michael Ealy y un Jesse Williams (Isaac) que muestran buena química a pesar de no tener tantos diálogos que ayuden a desarrollar de mejor manera su relación. La producción es genérica: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada espectacular, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido y tanto los efectos como la labor de maquillaje son muy básicos.

Opinión final: Jacob’s Ladder me aburrió. Otro remake innecesario del que difícilmente se acordarán en un par de meses.

Ojometro:
**

martes, 8 de octubre de 2019

Crítica: Itsy Bitsy (2019)


Primer largometraje del director Micah Gallo, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason Alvino y Bryan Dick. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto y su salida en formato físico se dio el pasado 1 de octubre.

Sinopsis:

Una madre y sus dos hijos se mudan a su nuevo hogar donde esperan encontrar estabilidad y empezar una nueva vida después de una tragedia. Lamentablemente para ellos pronto este nuevo capítulo se convertirá en una pesadilla  cuando una antigua entidad en forma de araña empiece a acecharlos.



Comentarios generales:

Las películas sobre arácnidos gigantes no son algo nuevo, de hecho, es una fórmula bastante antigua que por alguna u otra razón se ha ido quedando en el olvido con el pasar de las décadas. Así que cuando escuché sobre Itsy Bitsy mi curiosidad se disparó, más que nada porque ya tenía bastante de no ver una película con estas criaturas; aunque para mi sorpresa es algo muy distinto a lo que imaginaba.

Y es que lo que nos ofrece Gallo, en lugar de irse más por el lado de lo cómico como suele ser habitual con esta clase de trabajos, toma un camino de mayor seriedad para construir una historia en la que se le da prioridad al suspenso y a la presentación de un drama familiar que por varios momentos te hace olvidar que esto se trata sobre una enorme araña. Sobre todo durante un primer acto en el que se mantiene como un elemento secundario entre las sombras mientras aprendemos un poco más de esta madre (Kara) que tiene una cantidad importante de problemas personales con los cuales se añade contexto, pero también se provoca que el avance sea lento en las acciones y de pronto el visionado se empiece a volver pesado desde muy temprano.

Un contratiempo del que logra reponerse con el pasar de los minutos al ir incrementando el suspenso y la intensidad del drama familiar sin que este resulte tan apabullante al combinarlo con apariciones más constantes de la araña. La cual ayuda a construir situaciones que, si bien son algo genéricas, empiezan a brindar la sensación de peligro que debería provocar algo como esto al jugar constantemente con la seguridad del personaje más indefenso de todos.

Llevando así a una parte final que está entretenida porque tiene algo más de violencia y acción, aunque no creo que cumpla del todo con su propósito. Ya que en teoría lo que ocurre está planeado para hacer que el personaje de la madre resulte más empático, sin embargo, muchas de las cosas que debería de hacer ella terminan siendo realizadas por el hijo y eso no la deja en una posición tan distinta con respecto al inicio; de hecho, solo hacen que el desenlace se sienta un tanto acelerado e incluso plano.

Las actuaciones cumplen, nada es precisamente sobresaliente pero todos hacen una buena labor con unos personajes que tampoco exigían demasiado. La producción también es correcta: tiene un trabajo de fotografía sólido, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son tan elaborados y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Itsy Bitsy está pasable. Película cuya existencia no hará ruido, pero que por lo menos trata de hacer algo diferente.

Ojometro:
***

martes, 3 de septiembre de 2019

Crítica: Gwen (2019)


Película escrita y dirigida por William McGregor, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro del Reino Unido durante el mes de julio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio en VOD el pasado 16 de agosto. Todavía no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Luchando contra la misteriosa enfermedad de su madre, la ausencia de su padre y con una compañía minera que trata de quitarles su tierra, la joven Gwen (Eleanor Worthington-Cox) pronto empezará a notar como una peculiar oscuridad rodea su casa y su comunidad se pone en contra de su familia.



Comentarios generales:

Con el éxito que significó “The Witch” las películas de época dentro del género de terror tomaron un nuevo aire, así que no es tan raro que salgan propuestas que quieran ser la nueva referente dentro de esta clase de cine. Lo malo es que lograr este objetivo no es algo tan simple, sobre todo porque se trata de películas que apuestan por una fórmula que básicamente actúa como repelente para un porcentaje importante de la audiencia, convirtiéndolas así en unas de nicho y Gwen creo que es un claro ejemplo de esto.

Ya que lo que ofrece McGregor apuesta completamente por explotar la atmósfera e ir construyendo bajo un ritmo lento una historia deprimente con la que desde el primer minuto el espectador comprenda que la situación de Gwen es la peor posible y así establecer el tono predominante desde muy temprano. Centrándose más que nada en una dinámica familiar en la que las fricciones son constantes y en donde se da a conocer la problemática de la compañía minera, la cual durante el primer acto no representa gran peligro pero su simple presencia hace que uno empiece a dudar de ciertas situaciones en las que podría o no estar detrás.

Y es que aquí estamos ante una película en donde nada es claro y prácticamente todo se deja a la interpretación una vez que el estado físico de la madre empeora, utilizándola como el medio para ir integrando elementos que puedan generar momentos de relativo impacto o sospecha. Sobre todo porque te dan breves indicios de que, tal vez, ella podría ser más de lo que aparenta y en base a esto gira prácticamente un segundo acto con tintes mucho más trágicos en los que se expone el conflicto pero tampoco se hace demasiado como para elevar la intensidad de las cosas y todo sigue avanzando a un ritmo que no ayuda al desarrollo general.

La parte final no la la encontré mala, pero si poco satisfactoria. Para este punto uno espera que tanto sufrimiento por lo menos lleve a una situación que logre cambiar un poco la dinámica y deje atrás por algunos instantes la pasividad en las acciones; sin embargo, aunque tratan de hacerlo, el resultado termina siendo pobre y la conclusión te deja con una sensación de indiferencia muy fuerte cuando, en teoría, tendría que ser todo lo contrario.

Las actuaciones son correctas, realmente nadie destaca porque tampoco se trata de una película que exija demasiado a su elenco. La producción cumple: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte correcta, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son mínimos y la labor de maquillaje solo atiende aspectos básicos.

Opinión final: Gwen está ok. Si tienen un nivel de paciencia alto seguro la disfrutarán, pero si no, lo mejor es que la eviten.

Ojometro:
***

martes, 25 de junio de 2019

Críticas: I'll Take Your Dead (2019)


Película dirigida por Chad Archibald (Bite, The Heretics), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jayme Laforest. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de mayo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 4 de junio.

Sinopsis:

William (Aidan Devine) es un granjero que se gana la vida desapareciendo cadáveres de forma clandestina. Un día tres nuevos cadáveres le son entregados; sin embargo, uno de estos todavía se mantiene con vida y esto causará una serie de problemas que pondrán en peligro tanto a él como a su hija.



Comentarios generales:

Puede que no sea un nombre rimbombante, pero Chad Archibald se ha ido construyendo una buena reputación con el pasar de los años dentro del mundo independiente y cada película en la que se encuentra involucrado suele llamar mi atención. Esto porque siempre ha demostrado que no tiene temor a plasmar sus ideas en pantalla tal como son, sin importarle demasiado los resultados y con I'll Take Your Dead creo que logra su objetivo casi a la perfección.

Trayéndonos en esta ocasión algo que en la superficie muestra una cosa pero en realidad resulta ser un producto un poco distinto, ya que lo que en inicio parece ser una historia que se centrará en el gore y la violencia termina siendo un drama paranormal en el que la mala suerte y los lazos familiares son el centro de atención. Aunque durante el primer acto ese no parece ser el caso, ya que la premisa en si es muy oscura y es en este periodo donde podemos presenciar algunos de los momentos de más impacto, así como la construcción de una atmósfera deprimente que trata de solidificar la idea de que William es prácticamente el coco en persona.

Idea que con el pasar de los minutos se va desmitificando conforme vamos aprendiendo que en realidad este hace lo que hace no por gusto o porque sea un monstruo, sino porque en realidad tuvo mala suerte y sus motivaciones son otras. Empezando a sustentar más las acciones en la relación que mantiene con su hija, quien también empieza obtener más relevancia al ser el conducto por el cual se integra el tema de casas poseídas y en general  todo lo referente al terror.

Situación que sin duda le brinda a la película más sustancia y que justifica el ritmo pasivo con el que cuenta; sin embargo, al enfocarse tanto en el tema familiar prácticamente elimina el limitado gore con el que cuenta. Lo cual es un problema que, si bien no arruina el producto en general, definitivamente termina por generar la parte más aburrida y donde se siente cierto estancamiento en el desarrollo del personaje principal.

Afortunadamente en la parte final la película muta y se enfoca mucho más en la acción, aunque sin dejar de lado los elementos paranormales establecidos previamente. Lo cual provoca un cambio bastante marcado en el ritmo para bien, ya que gracias a esto el cierre resulta dinámico y ayuda a que el uso de la casa sea más relevante; además de que le brinda potencia a un desenlace que nunca deja de lado ese aire depresivo que se manejó durante ochenta minutos.

De las actuaciones puedo decir que son buenas, Aidan Devine hace un trabajo destacado como padre frio pero a la vez preocupado por el bienestar de su hija; aunque sin duda es Ava Preston (Gloria) quien más resalta. Ella mantiene el equilibrio en esta dinámica, no solo por representar la inocencia dentro de este mundo oscuro en el que vive, sino que además es la puerta para ir integrando las situaciones ligadas al terror.

La producción es de buena factura para ser un proyecto pequeño: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte están bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje efectiva. 

Opinión final: I'll Take Your Dead me gustó. Buena película independiente que combina diversas temáticas que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

viernes, 14 de junio de 2019

Crítica: The Prodigy (2019)


Película dirigida por Nicholas McCarthy (The Pact, At the Devil's Door) y escrita por Jeff Buhler. Se estrenó en cines a inicios de año dentro de los Estados Unidos y México, recaudando $14.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. Su salida en formato físico se dio el pasado 7 de mayo.

Sinopsis:

Sarah (Taylor Schilling) es una madre preocupada por el perturbador comportamiento de su hijo Miles (Jackson Robert Scott) y pronto empezará creer que algo sobrenatural es lo que está afectándolo. Llevando su amor maternal a extremos que nunca se hubiera imaginado.
   


Comentarios generales:

Películas sobre niños diabólicos no son ninguna novedad, han existido desde hace varias décadas atrás pero siempre resultan llamativas debido a que por alguna razón esa pérdida de la inocencia suele generar una curiosidad muy fuerte entre el público. Simplemente el hecho de ver a un niño realizar cosas atroces vende, aunque también suele limitar lo que ocurre en pantalla y eso resulta en una repetividad muy marcada; simplemente todas se parecen y para nuestra mala suerte The Prodigy no está exenta a ese fenómeno.

Lo cual es una pena porque lo que nos trae McCarthy bien podría haberse diferenciado por un detalle en particular que hace que esta historia, al menos durante el primer acto, no solo sea un drama sin nada interesante. Sustentando las acciones en el extraño comportamiento de Miles y su camino hacia la maldad para generar dudas con respecto a lo que pudiera estar detrás, construyendo de paso una atmósfera oscura que ayuda a elaborar ciertos momentos en los que sin presentar nada particularmente llamativo u impactante se logra establecer que todos aquellos que se encuentran a su alrededor están en grave peligro y no habrá ningún tipo de excepciones.

Lamentablemente todo esto se va a la basura cuando de manera incomprensible se decide revelar el secreto como a los 35 minutos, destruyendo de golpe todo el misterio y con ello la novedad. Llevando a que las cosas se vuelvan repetitivas desde muy temprano bajo la típica dinámica del niño que oculta su verdadera personalidad, la cual complementan con situaciones diseñadas para insertar sustos fáciles inefectivos o añadir cierta tensión, pero que no terminan por aportar gran cosa gracias a que siempre se opta por resolverlas de la manera menos arriesgada que se pueda.

Ante estos problemas la parte final termina viéndose afectada, ya que lo que debería de sentirse como una serie de minutos finales súper intensos solo se queda como una serie de eventos que, si bien logran añadir cierta fuerza y algo de impacto visual, nuevamente son resueltos de una manera que deja mucho que desear. En especial la conclusión.

De las actuaciones la verdad es que Taylor Schilling está correcta con un personaje que no tiene nada destacado y Jackson Robert Scott es por mucho el que más resalta debido a que por momentos logra reflejar un nivel de maldad sumamente agradable. La producción es sólida: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el score tiene algunas cosas interesantes, el trabajo de sonido es bueno y lo referente a efectos/maquillaje es muy discreto.

Opinión final: The Prodigy es decepcionante. Película con potencial que se queda corta por varias decisiones cuestionables.

Ojometro:
**

viernes, 17 de mayo de 2019

Crítica: I Trapped the Devil (2019)


Ópera primera del director Josh Lobo, quien además escribió el guión. Se estrenó en VOD el pasado 26 de abril dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando Matt (AJ Bowen) y su esposa aparecen sin previo aviso en la casa de su distante hermano Steve (Scott Poythress) para celebrar navidad, ellos se encuentran con una aterradora sorpresa: este tiene encerrado a una persona en su sótano. Aunque no se trata de cualquier persona, sino que a palabras del propio Steve, es el mismísimo diablo.



Comentarios generales:

Cuando uno ve el trailer de I Trapped the Devil sabe de manera inmediata que no se trata de una película convencional y que probablemente su meta no sea la de agradar a un público a gran escala. Tiene toda esa esencia marcada, lo cual te puede generar ciertas dudas debido a que muy pocas personas tienen la habilidad para hacer de esta clase de experiencias algo digerible y evidentemente al ver que un novato estaba detrás del proyecto no era muy alentador; aunque al final el resultado me ha parecido interesante.

La verdad no sé si Lobo obtuvo inspiración de un episodio de The Twilight Zone llamado “The Howling Man” porque el concepto es muy similar; sin embargo, su propuesta es mucho más pequeña e intima. Con una historia simple a pesar de que se quiera aparentar lo contrario, donde lo más importante desde el primer acto es tratar de generar una atmósfera pesada e incómoda que en todo momento refleje que dentro de esta casa hay algo maligno. Complementado con un uso de los colores bastante interesante que le brinda cierto sentido a que esto ocurra durante navidad.

Lamentablemente con el paso de los minutos las cosas empiezan a volverse pesadas, ya que después de establecer el problema central y que el personaje de Steve no está tan loco, el desarrollo se vuelve tedioso. Más que nada porque la naturaleza misma de la historia no da para más y se le da vueltas al mismo punto, provocando con esto que el ritmo decaiga mientras todo se centra en los conflictos morales a los que se ven expuestos los personajes y la explicación muy rebuscada de que, en efecto, lo que está encerrado en el sótano puede ser el diablo.

Por suerte en la parte final logra levantar, principalmente por el incremento en la paranoia que reflejan los personajes. Esto de inmediato hace que la sensación de peligro suba de golpe y con ello la tensión sea mucho más palpable, aunque hay que decir que el desenlace te deja más dudas que respuestas concretas.

En cuanto a las actuaciones tanto Bowen como Poythress y Susan Burke hacen un buen trabajo para mantener el interés durante todo el filme a pesar de que sus personajes no son precisamente los más complejos que existen. La producción es cumplidora: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte efectiva, el score es sólido, el trabajo de sonido no es el mejor y lo relacionado con efectos/maquillaje es ínfimo.

Opinión final: I Trapped the Devil está interesante. Por su lento desarrollo no es para todo el mundo, pero no está de más checarla.

Ojometro:
***

lunes, 15 de abril de 2019

Crítica: Boo! (2019)


Película dirigida por Luke Jaden (Dark, Deadly & Dreadful), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Diane Michelle. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de abril, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una familia con muchos problemas se rehúsa a tomar en serio las advertencias de una inocente broma de Halloween, provocando así que una fuerza sobrenatural se les aparezca para arruinarles sus vidas.



Comentarios generales:

Boo! fue una de esas propuestas que salió a la luz justo al final de 2018 con tan solo un póster promocional y vagas descripciones por parte de personas que la pudieron ver en alguno que otro festival, así que esta pudo gozar de algo que resulta muy difícil de lograr hoy en día: sorpresa. Y es por eso que llegaba a este visionado con bastante interés, ya que la premisa parecía que podía ofrecer algo disfrutable, pero al final me he llevado una tremenda decepción.

Esto porque lo que nos trae Jaden es una historia de la cual nunca parece tener intenciones de explotar lo que supuestamente la hace especial (la leyenda urbana) y mejor decide centrarse en un dramón familiar que se siente eterno. Drama que de inicio no resulta tan fastidioso porque evidentemente este es importante para entender la dinámica entre estos cuatro personajes y su fracturada relación; sin embargo, cuando uno ve que durante el primer acto la menor de las preocupaciones es establecer la peligrosidad de los fantasmas/espíritus presentes sabe que el camino a seguir será espinoso.

Y es que más allá de algunas alucinaciones sobre los peores temores de los miembros de la familia o momentos extraños de un niño hablando con su pez, aquí realmente no ocurre nada o lo que ocurre es banal. Todo por medio de un ritmo lento que se ve interrumpido de manera constante y que gracias a ello resulta imposible el poder ir incrementando la tensión que supuestamente debería de irse acumulando ante las experiencias que cada miembro vive por su propia cuenta, provocando con esto un vacío muy palpable que daña lo que debería de ser una experiencia más explosiva considerando el peligro que los asecha. 

La parte final es sin duda la mejor. Principalmente porque por fin se deja de lado el drama para poder enfocarse en la generación de un suspenso que tenga cierta constancia y así construir un desenlace intenso que cuente con algunos momentos visualmente interesantes y se salga por completo de la dinámica general.

Las actuaciones son malas, nadie se salva, aunque Jaden Pinder (Caleb) es sin duda quien deja la peor impresión ya que en ningún momento le crees absolutamente nada ante la tremenda dificultad que tiene para realizar expresiones que se sientan naturales. La producción es lo habitual en un filme pequeño como este: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte es un tanto desangelada, el score no está tan mal, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos son aceptables y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Boo! es bastante mala. Película independiente que pasará sin pena ni gloria en este 2019.

Ojometro:
**