martes, 12 de julio de 2022

Crítica: Barbarians (2022)

Película escrita y dirigida por Charles Dorfman, quien hace su debut tras la cámara. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de abril, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una cena entre cuatro amigos para celebrar un cumpleaños dentro de una casa de campo se vuelve un desastre cuando varios secretos y eventos inesperados empiezan a revelarse alrededor de ellos.


Comentarios generales:

Por lo regular cuando veo películas en mi casa suelo llevar algunos apuntes sobre las cosas que me parecen relevantes (sean buenas o malas) para posteriormente utilizarlas en la crítica. Sin embargo, existen muy contados casos en los que nada de lo que veo en pantalla se me hace interesante y por lo consiguiente termino con una bonita hoja en blanco que no me ayuda en lo absoluto, siendo una clara señal sobre que la película en cuestión no vale mucho la pena.

Y eso es precisamente lo que ocurre con Barbarians, la cual además es una propuesta engañosa debido a que lo ofrecido por Dorfman es distinto a lo que se te vende en el trailer. Donde se nos muestra como un thriller de invasión súper intenso cuando en realidad se trata de un dramón que se desarrolla a un ritmo soporífero mientras pretende sobreconstruir una problemática a base de secretos y amistades tóxicas que le dan vueltas a lo mismo sin que exista el más mínimo interés por agilizar una dinámica que desde los primeros 20 minutos deja clara su poca efectividad. 

Sobre todo porque la tensión con la que se pretende sustentar los sucesos durante la cena jamás es lo suficientemente fuerte para que por lo menos se te genere curiosidad sobre cómo acabará el inminente choque de personalidades entre los personajes de Adam y Lucas. Ya que de eso realmente trata tanto el primero como el segundo acto, todo depende de ese momento en especifico mientras te pones la aburrida de tu vida hasta que se llega a la hora de metraje y por fin se lleva a cabo la invasión. 

Una que por cinco minutos añade una sensación de riesgo decente pero esta rápidamente desaparece cuando las acciones no llevan a ningún lado, quitándole así la fuerza que debería tener el desenlace considerando que es donde se ve un mayor nivel de violencia. Además de que el misterio que hay detrás no es tan difícil de descifrar y por lo consiguiente el cierre no tiene ningún tipo de peso emocional. 

De las actuaciones lo único que se puede decir es que al menos Iwan Rheon (Adam) y Tom Cullen (Lucas) generan un choque de personalidades decente. Mientras que en cuanto a producción no hay cosas que destaquen de gran manera: el trabajo de fotografía es simple, la dirección de arte igual, el score es genérico, el trabajo de sonido es limpio y tanto los efectos como la labor de maquillaje son muy discretos.  

Opinión final: Barbarians es aburridísima y mala. Película engañosa que es mejor evitar a toda costa.

Ojometro:
*