viernes, 15 de julio de 2022

Crítica: Occhiali Neri (2022)

Película italiana dirigida por Darío Argento, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Franco Ferrini. Se estrenó en cines dentro de Italia durante el mes de febrero, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 24 de mayo.

Sinopsis:

Diana (Ilenia Pastorelli) es una prostituta que pierde la vista al huir de un brutal asesino y su vida da un giro cuando se tiene que hacer cargo de un niño chino que se quedó sin familia. Aunque sin saber que el asesino los perseguirá entre la oscuridad de Italia.


Comentarios generales:

Honestamente ya me había hecho a la idea sobre que Darío Argento no iba a volver a dirigir una película después de diez años que se mantuvo totalmente alejado de las cámaras tras el fracaso que resultó ser “Dracula 3D”. Simplemente a sus 81 años parecía que no era necesario que volviera considerando que con cada nuevo trabajo solo dañaba su legado, pero estamos hablando de uno de los últimos viejos lobos de mar que le quedan al género de terror y si Occhiali Neri es su manera de despedirse creo que se puede ir en paz.

Y es que el director nacido en Roma nos ofrece el que es su mejor trabajo desde la década de los 80s y lo logra regresando a las bases que tanto éxito le dieron durante sus mejores años, haciendo mancuerna nuevamente con Franco Ferrini para contarnos una historia que resulta familiar en cuanto a su estructura con “Il gatto a nove code”, pero sobre todo tiene un estilo visual y musical que evocan un poco a sus trabajos más conocidos.

Algo que se puede notar prácticamente de inmediato con unos primeros 20 minutos que son bastante intensos al momento de establecer el modus operandi del asesino y de presentar a nuestra protagonista, cuyo modo de vida la lleva a experimentar situaciones en donde pretende tener siempre el control sin que esto sea totalmente cierto. Logrando así un ritmo dinámico que beneficia al posterior encuentro entre ambos que termina costándole la vista, construyendo escenas sólidas que no solo añaden tensión, sino además aportan ciertas dosis de acción por medio de una persecución en automóvil muy bien realizada.

Lo malo es que una vez ocurrido dicho acontecimiento el dinamismo se pierde entrando al segundo acto, el cual por cuestiones obvias tiene que bajar dicho ritmo para poder exponer los nuevos retos que tiene Diana por delante. Provocando así que se caiga en un bache de unos 25 minutos en los que ocurren pocas cosas interesantes e incluso el asesino queda un tanto relegado por la relación entre nuestra protagonista y el niño, aunque para nuestra buena suerte no se tarda demasiado en retomar la dinámica previa cuando se vuelve entrar en la persecución.

Lo cual ayuda a que tengamos una parte final algo repetitiva, pero disfrutable. En la que la atmósfera creada aporta bastante en cuanto a la sensación de riesgo y el score logra darle la fuerza necesaria a los momentos clave para llevarnos a un desenlace que ciertamente resuelve el conflicto de una manera no muy convencional y que de paso deja ese shock visual característico de Argento que en esta ocasión solo lo podemos ver a cuentagotas.

De las actuaciones realmente Ilenia Pastorelli no lo hace mal, por ahí existen algunas escenas en donde te fastidia un poco su personaje pero en términos generales cumple su objetivo. Mientras que Asia Argento (Rita) te sorprende con un papel relativamente pequeño con el cual no estamos tan acostumbrados a verla.

En cuanto a producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score tiene un aire a Goblin sin caer en una simple copia, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Occhiali Neri está entretenida. Evidentemente no está a la altura de las obras maestras de Argento, pero es lo mejor que ha hecho en décadas.

Ojometro:
***