martes, 1 de agosto de 2023

Crítica: Play Dead (2023)

Película dirigida por Patrick Lussier (My Bloody Valentine, Trick), cuyo guión fue co-escrito por Simon Boyes y Adam Mason. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 2 mayo.

Sinopsis:

Chloe (Bailee Madison) finge su propia muerte para robar evidencia dentro de la morgue. Sin embargo, para su mala suerte, el forense que se encarga del lugar tiene un enfermo y sádico negocio por el cual no puede dejar que absolutamente nadie salga de ahí.


Comentarios generales:

No es que uno pueda predecir las cosas, pero conforme vas viendo más y más películas de terror con el pasar de los años te puedes dar una idea clara sobre lo que te espera con simplemente ver uno o dos trailers. Y en el caso de Play Dead era obvio que nos encontraríamos con algo mediano, de esos trabajos que solo buscan satisfacer las necesidades básicas del espectador sin comprometerse a algo más complejo y cuya única esperanza para destacar a largo plazo es tener alguna sorpresa escondida que lo cambie todo, pero en este caso eso no ocurrió.

Y es que lo traído por Lussier, en efecto, difícilmente se puede decir que sea malo; sin embargo, también resulta complejo poder elaborar demasiado sobre sus virtudes porque en realidad todo lo hace apegándose estrictamente al librito y por ende su historia muchas veces carece de situaciones que puedan impulsarla a otro nivel. Lo cual en el primer acto puede que no sea tan problemático debido a que aquí sustentan todo en los detalles, no solo en lo que se refiere a la cuestión del hermano de Chloe, sino también en lo metódico que es el forense en cada acción dentro de la morgue y establecer con ello rápidamente la idea sobre que salir de ahí es una misión prácticamente imposible.

Llevándonos con esto a una segunda mitad del filme que se supone debería de ser intensa gracias a las revelaciones con respecto al negocio del forense para contrastar con lo metódico de la primera mitad, aunque en realidad todo lo que ocurre es muy blando. No como para arruinar la experiencia debido a que al menos el ritmo fluye de buena manera y por ello el visionado jamás se vuelve pesado, pero en ningún punto sientes que el peligro sea extremo y que el nivel de amenaza represente un riesgo enorme para la protagonista dado a que el director jamás se atreve a ir más allá en lo visual cuando existían los elementos suficientes para justificarlo.

Optando mejor por un toque más de acción para una parte final que no está tan mal gracias a que nos muestra un poco más de intensidad al implementar un incremento en la violencia dentro la resolución del conflicto. Haciendo con esto que incluso una alianza muy sacada de la manga y sin demasiada justificación no sea suficiente como para generarte gran malestar por el desenlace.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, con una Bailee Madison que tiene un papel poco exigente y con un Jerry O'Connell (El Forense) que queda parado como un asesino demasiado plano. Mientras que en producción tampoco tiene mucho que destaque: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score no destaca, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje tiene algunas buenas cosas.

Opinión final: Play Dead está ok. Película genérica para ver cuando no tengan otra cosa más que hacer.

Ojometro:
***