Quinta entrega de la franquicia, la cual nuevamente ha sido escrita y dirigida por Ted Nicolaou (Subspecies). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de mayo, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 18 de julio.
Sinopsis:
Robado por los cruzados cuando era un bebé, él no tiene conocimiento de que su padre era un vampiro y su madre un demonio. Sin embargo, cuando varios años después regresa al castillo en donde nació para matar al vampiro Vladislas se entera de su verdadero linaje que lo convertirá de un noble hombre al temible vampiro Radu Vladislas (Anders Hove).
Comentarios generales:
No es de extrañar que el regreso de Subspecies haya pasado desapercibido debido a que estamos frente a una franquicia de nicho que llevaba 25 años en el olvido y cuyo público principal somos aquellos fans que crecimos en los 90s sabiendo de su existencia. Incluso diría que su regreso se puede catalogar como una auténtica excentricidad considerando su propia naturaleza que no encaja en lo absoluto con las tendencias actuales dentro del cine de terror, poniendo a Subspecies V: Blood Rise en un lugar complejo del que no sale bien librada.
Y es que a pesar de que Nicolaou tomó una buena decisión al hacer de esto una precuela para no tener que ver las cuatro películas anteriores, lo cierto es que por la limitante del tiempo no le alcanza para exponer de manera coherente todas las ideas que tiene en mente en su búsqueda por expandir la historia de Radu. Siendo esto por demás evidente desde unos primeros 25/30 minutos en donde todo se desarrolla de manera acelerada con saltos de tiempo que no ayudan a establecer de la mejor forma la corrupción que sufre nuestro vampiro protagonista, presentando situaciones que en el fondo sabes que son importantes pero que a los cinco minutos pasan a segundo término ante una nueva subtrama salida de la nada.
Lo cual sin duda puede generar confusión debido a que básicamente con esto se hace que la premisa inicial vaya difuminándose para centrarse en una relación maestro/discípulos que trata de añadir cierta complejidad por medio del conflicto natural que existe en las aspiraciones de cada una de las partes; sin embargo, esto nunca logra generar el nivel de tensión adecuado para que resulte interesante. Sobre todo porque es en esta parte cuando se empieza a divagar bastante en el verdadero propósito de Radu y con ello realmente el espectador se tiene que fijar en otras cosas como la atmósfera o el propio score para encontrar detalles que lo hagan aguantar el aburrimiento al que se ve expuesto.
Llevándonos así a una parte final en donde, una vez más, se da otro volantazo con la intención de regresar a la idea inicial. Lo malo es que aquí otra vez se añaden situaciones que no se sienten como algo natural de la trama e incluso se terminan contradiciendo elementos clave que se establecieron en la entrega original de 1991, dejando así un desenlace que lo único que provoca es que cuestiones sobre si en verdad era necesario revivir la franquicia.
Las actuaciones no están mal. Anders Hove sigue manejando el papel de Radu como lo hizo en los 90s con ese toque de excentricidad absoluto, mientras que Denice Duff (Helena) bajo un nuevo personaje hace el esfuerzo mínimo necesario dentro de los pocos minutos que le dan en pantalla.
Sobre la producción lo que tenemos aquí es algo que se siente muy similar a lo que vimos hace tres décadas atrás: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte muy simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos en general son discretos y la labor de maquillaje es de buena calidad.
Opinión final: Subspecies V: Blood Rise es decepcionante. Precuela con muchas ideas a las que difícilmente saben cómo exponerlas de manera coherente.
Ojometro:
**