viernes, 22 de septiembre de 2023

Crítica: The Last Voyage of the Demeter (2023)

Película dirigida por André Øvredal (The Autopsy of Jane Doe), cuyo guión fue co-escrito por Bragi F. Schut y Zak Olkewicz. Se estrenó en cines a nivel mundial durante el mes de agosto, recaudando solo $21.5 millones de dólares en taquilla; mientras que su salida en formato físico se dio el 29 de ese mismo mes.

Sinopsis:

En julio de 1897 el barco mercantil Demeter sale de Varna, Bulgaria a Londres con un cargamento de varias cajas grandes de madera. Aunque su tripulación no sabe que dentro de estas llevan a alguien muy peligroso, a quien los rumanos llaman Drácula.


Comentarios generales:

Tratar de refrescar una obra que lleva siendo expuesta al público desde hace más de cien años es probablemente una de las tareas más complicadas dentro del cine de terror, ya que parece que todo ha sido contado. Sin embargo, The Last Voyage of the Demeter ofrecía esa rara oportunidad de novedad al estar basada en un fragmento del que se sabe poco y eso la convertía en una de las películas más intrigantes del año, aunque al final no ha sabido aprovechar del todo está posición tan privilegiada.  

Esto porque lo traído por Øvredal claramente se ve limitado por el poco contenido que existe en el material base y en su afán por querer darle más sustancia a las cosas nos pone frente a una historia que tarda en volverse interesante. En gran parte porque la constante ausencia en pantalla de Drácula obliga que las acciones giren alrededor de un protagonista poco carismático cuyas interacciones con el resto de la tripulación no dejan nada memorable y básicamente depende de la integración de un nuevo personaje para que su existencia tenga sentido.

Siendo este nuevo personaje (Anna) lo que añade la frescura esperada al proporcionar una justificación lógica para que Drácula inicie su matanza y cambie lo que siempre se ha asumido sobre el viaje del Demeter, aunque durante el proceso todavía se toman varios minutos para exponerlo plenamente y mejor optan por construir escenas de suspenso que incrementen de manera importante la paranoia de la tripulación. Provocando así que el ritmo no sea el más dinámico durante la primera mitad de la película, pero afortunadamente conforme van llegando las muertes esto se corrige y la experiencia se vuelve entretenida.

No solo por el hecho de que se puede ver más sangre y violencia, sino porque genuinamente logran que las apariciones de Drácula resulten intensas gracias a la manera en la que asecha a sus víctimas, lo cual eleva el nivel de tensión y conforme va haciéndose cargo de todos la sensación de desesperación entre los personajes restantes se incrementa de gran manera.

Algo que beneficia a una parte final que por momentos puede llegar a ser desesperante ante la toma de decisiones para enfrentarlo, pero que en términos generales logra proporcionar un desenlace agradable que cuenta con cierta espectacularidad. Además de que, si bien no cambia lo que ya todos conocemos por la obra de Bram Stoker, al menos trata de dejar una base para una improbable secuela.

Las actuaciones están bien, no hay nadie que destaque de manera importante, pero ver a Liam Cunningham (Capitán Elliot) y a David Dastmalchian (Wojche) siempre es agradable. Mientras que en producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje de primer nivel.

Opinión final: The Last Voyage of the Demeter no está mal. Definitivamente la idea daba para más, pero vale la pena checarla.

Ojometro:
***