viernes, 28 de marzo de 2025

Crítica: A Knight’s War (2025)

Película escrita y dirigida por Matthew Ninaber (Death Valley). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 11 de febrero, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 15 de abril.

Sinopsis:

Un valiente caballero se adentra en un reino mortal para salvar el alma de la Elegida. Aunque al enfrentarse a brujas, demonios y demás brutales enemigos descubrirá que su regreso podría desatar el caos y condenar a la humanidad.


Comentarios generales:

El terror fantástico no es algo tan común en la actualidad, obvio de vez en cuando salen películas, pero la realidad es que el numero es bastante reducido si lo comparamos con otros subgéneros y mucho de eso se debe a que es una combinación que por lo general requiere de un presupuesto considerable para obtener los mejores resultados. Por ello es que cuando se estrena una propuesta de este tipo siempre trato de verla y la verdad es que A Knight’s War resultó ser una experiencia entretenida, a pesar de que no logra ocultar sus claras limitantes.

Ya que lo traído por Ninaber es una propuesta más ambiciosa de lo que le permite su presupuesto y gracias a eso mucho de su efectividad depende de que tanto el espectador esté dispuesto a perdonar la falta de un complemento visual imponente que encaje con lo que se está contando y también sirva como distractor. Sobre todo porque la historia puede resultar algo enredada durante el primer acto debido a que todo avanza de manera acelerada y gracias a eso varias cosas relevantes no tienen la claridad necesaria como para sentir un verdadero interés por la travesía de un protagonista (Bhodie) que en este punto resulta bastante plano.

Una situación que va cambiando de a poco conforme este va interactuando con Avalon, con quien logra ir formando una relación de amor/odio que de inicio es un poco complicada de digerir por la manera en la que se desarrollan las acciones al depender demasiado del recurso de muertes en bucle, pero una vez que estabilizan eso las cosas funcionan de mejor manera. Además de que también se le da más juego a unas amenazas que, a diferencia de los entornos carentes de imaginación, si aportan su dosis de atractivo visual para magnificar el peligro que representan y ser la vía predominante con la cual se brindan detalles importantes de la trama.

Esto bajo un ritmo que no puede quitarse del todo la aceleración inicial y por lo mismo determinadas acciones no terminan por tener el impacto que deberían ante una construcción un tanto superficial. Dejándonos así una parte final que no está mal; sin embargo, jamás se logra generar esa sensación de majestuosidad que supuestamente representa el conflicto definitivo.

De las actuaciones hay que decir que cumplen, ya que tanto Jeremy Ninaber (Bhodie) como Kristen Kaster (Avalon) hacen un buen trabajo y la química que muestran en pantalla es lo suficientemente efectiva para sacar adelante una dinámica que se puede tornar tediosa por ciertos lapsos.

Mientras que en producción se nota que el presupuesto fue menor al que requerían, pero hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía es correcto, la dirección de arte pobre, el score resulta agradable, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos no son los más espectaculares y la labor de maquillaje es bastante buena. 

Opinión final: A Knight’s War está ok. Película con más ambiciones de las que puede manejar, pero que no está de más darle una oportunidad.

Ojometro:
*** 

martes, 25 de marzo de 2025

Crítica: Revelations (2025)

Producción surcoreana dirigida por Yeon Sang-ho (Train to Busan), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Kyu-Seok Choi. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 21 de marzo.

Sinopsis:

Un pastor y una detective, impulsados por sus creencias, investigan la desaparición de una joven. Teniendo un perturbador crimen del pasado y revelaciones divinas como las principales pistas para encontrarla.


Comentarios generales:

No se necesita ser muy perspicaz para comprender que la única razón por la cual Revelations llamaba la atención era porque tras la cámara estaba la persona que hace unos años nos trajo una de las mejores películas de zombies de todos los tiempos, ya que de lo contrario hubiera pasado como una de las tantas producciones surcoreanas que suelen estrenarse en Netflix cada año. Convirtiéndola así en una película con un grado de interés importante, a pesar de que realmente no se inclina demasiado hacía el terror.  

Y es que lo traído por Yeon Sang-ho es más que nada un thriller policiaco que cuenta con algunos elementos sobrenaturales en el que el propósito principal es contarnos una historia con un par de protagonistas que no son ni totalmente buenos, ni totalmente malos y cuyas convicciones o creencias son el motor principal para hacer lo que ellos consideran que es lo correcto. Lo cual puede que no se escuche tan atractivo, pero en realidad desde el primer acto se logra ir construyendo un buen misterio que de manera sostenida va explotando las debilidades de ambos para lograr que las acciones del principal sospechoso sean, al menos de inicio, un tanto ambiguas.

Dando cabida a los pocos elementos sobrenaturales que se pueden ver durante el desarrollo y con ello empezar a ver a la propia naturaleza del pastor, quien con el pasar de los minutos va manifestando un comportamiento problemático que genera dudas con respecto a sus verdaderas motivaciones al tratar de justificarlas por medio de revelaciones divinas. Logrando con esto que durante el segundo acto se pueda contar con un ritmo ágil mientras se van entrelazando los caminos de los personajes para que la investigación llegue a una revelación que definitivamente es un tanto predecible, más logra mantener enganchado al espectador rumbo a la parte final.

Una que sin duda cuenta con la potencia necesaria y plantea de manera competente los dilemas de la detective con respecto a su forma de lidiar con el asesino. Teniendo como resultado un desenlace tenso con el que no se arriesga demasiado, pero que es lo suficientemente efectivo como para dejar sensaciones positivas.

De las actuaciones hay que decir que todas están bien y tienen el típico sello surcoreano de exagerar determinados aspectos, aunque no existe una en particular que logre dejar un gran impacto. Mientras que en producción es de factura limpia: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Revelations me gustó. Un thriller entretenido que muestra la versatilidad de su director.

Ojometro:
****

jueves, 20 de marzo de 2025

Crítica: Halloween Candy (2025)

Película escrita y dirigida por Douglas A. Plomitallo. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 21 de febrero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Mientras pasa su primer Halloween sola, una escritora recién divorciada busca inspiración en aquellos que tocan a su puerta para pedir dulces. Aunque pronto la noche se convertirá en una pesadilla cuando un visitante sorpresa hace de este Halloween uno que nunca olvidará.


Comentarios generales:

Sinceramente nunca he entendido que una película ambientada en la noche de Halloween no se estrene durante el mes de octubre, ya que está demostrado que a las producciones con dicha temática les suele ir mejor durante este periodo. Obvio la saturación que se suele dar puede ser un gran factor para no arriesgarse; sin embargo, con Halloween Candy me parece que hubiera sido lo más lógico estrenarla durante dicho mes debido a que así no hubiera quedado en el olvido.

Ya  que lo traído por Plomitallo es una de esas antologías que difícilmente uno vería si no estuviera ligada a la festividad dado a que todo su concepto está pensado para explotar la curiosidad del espectador sobre la dinámica del Halloween. Teniendo una historia principal que también funge como el enlace de los cortometrajes y por ello mismo cuenta con una elaboración mucho más cuidada en comparación de otras tantas que hemos visto, aunque eso no evita que tenga carencias en su construcción y deje la sensación de que en realidad se optó por hacer una antología porque simplemente no se supo cómo profundizar de mejor manera la idea central.

Y en cuanto a producción sin duda el hecho de que Plomitallo sea quien dirigió todos los cortometrajes ayuda a que la estética sea la misma, siendo evidente el presupuesto limitado que en algunos casos se nota de mayor manera o hasta los perjudica.

Pasando a los cortos:


“Halloween House”

El más genérico y el que refleja de manera clara que el director no sabía realmente cual rumbo quería tomar. Donde tal vez lo único rescatable es que saben sacar algo de ventaja de la atracción en la que está filmada.


“Predator: The True Horrors of Halloween”

Historia corta, simple y demasiado predecible que no está tan mal, pero a la que le hubiera beneficiado tener unos efectos de mejor calidad.


“Talking to the Dead”

Probablemente el mejor de todos.

Nuevamente se trata de un concepto simple e incluso ya un tanto sobreexplotado; sin embargo, la manera en la que manejan el misterio con la Ouija es lo suficientemente competente como para que su breve historia se sienta bien redondeada.


“Pumpkin Night”

Una historia de venganza que en ningún momento funciona y carece del impacto necesario como para que su extravagante premisa por lo menos deje alguna secuencia memorable.


“Coronaween”

Un intento por explotar la paranoia generada por el COVID-19 que no tiene ningún tipo de sentido, la cual tratan de combinar con cierto elemento slasher que solo añade más inconsistencias y un humor muy pobre.


“Killer Date”

Diría que este es el otro corto que vale la pena y más que nada porque es el único que tiene el tiempo suficiente para desarrollar su idea sin que se sienta totalmente acelerado. Vendiéndote una cosa para terminar con un giro que es efectivo y además cuenta con un toque de violencia decente.

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Opinión final: Halloween Candy es decepcionante. Una antología que tiene alguna que otra cosa para rescatar, pero que se termina perdiendo en la mediocridad.

Ojometro:
**

viernes, 14 de marzo de 2025

Crítica: Bloat (2025)

Película escrita y dirigida por Pablo Absento. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 7 de marzo, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 24 de abril.

Sinopsis:

Jack (Ben McKenzie) es un oficial militar que manda a su familia de vacaciones a Japón, donde su hijo menor casi muere ahogado en un lago. Evento traumático que le causa un cambio de comportamiento radical con el que hay algo mucho más siniestro detrás.   


Comentarios generales:

Los found footage que involucran una dinámica con pantalla de computadora todavía son algo relativamente fresco y por ello no existe un hartazgo tan grande hacia estos en comparación a otras propuestas del mismo subgénero. Sin embargo, también es cierto que ese toque distintivo representa cierta limitante en lo que se puede contar y con Bloat resulta más que evidente.

Esto porque lo presentado por Absento nos cuenta una historia que se sustenta en el folclore japonés pero tarda demasiado tiempo en desarrollar dicho aspecto y para tratar de consumir tiempo nos ponen a ver las habilidades con la computadora de un padre poco carismático. Algo que durante los primeros 10 o 15 minutos funciona de manera relativamente efectiva debido a que el constante cambio de ventanas y videollamadas hace que el ritmo sea ágil, logrando con esto que la dinámica familiar a distancia pueda ser digerible hasta que inicien las situaciones extrañas.

El problema es que una vez que se revela el raro comportamiento del hijo la película empieza a volverse demasiado monótona y lo que debería de ser un caso de posesión intenso (o al menos extravagante) no logra generar ningún tipo de impacto precisamente porque el propio formato limita lo que se puede ver de este. Teniendo que recargarse demasiado en la paranoia de Jack, quien poco a poco se vuelve un personaje fastidioso y la investigación que realiza jamás logra brindar la profundización necesaria como para sentir curiosidad por la leyenda de Kappa o, peor aún, para posicionarlo como una amenaza de peso dado a que no hay gran interés por mostrarlo de manera considerable en pantalla.

Llevándonos así por un viaje cada vez más aburrido en el que los contados intentos por exponer los peligros que representa este demonio sapo son insuficientes para brindarle fuerza a una parte final demasiado absurda. Cuyo desenlace es tan mediocre que solo te deja con la sensación de que los casi 80 minutos que acaban de pasar fueron una pérdida de tiempo.

Sobre las actuaciones hay que decir Ben McKenzie hace lo que puede con lo que le permite el formato y el resto del elenco realmente tiene poca exposición para hacer algo relevante. Mientras que en producción es de una factura muy discreta: el trabajo de fotografía no es gran cosa, la edición cumple, el trabajo de sonido es limpio y los efectos son mínimos.

Opinión final: Bloat es mala. Película aburrida y con pocas cosas para destacar.

Ojometro:
**

martes, 11 de marzo de 2025

Crítica: Presence (2025)

Película dirigida por Steven Soderbergh, cuyo guión fue co-escrito por David Koepp. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras en México hizo lo propio el pasado 6 de marzo; recaudando hasta la fecha $9.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Tras una serie de sucesos extraños, una familia se convence de que no están solos dentro de su nueva casa en los suburbios.


Comentarios generales:

Que Steven Soderbergh dirija una película ligada al género de terror es por sí mismo todo un acontecimiento, pero si a eso le agregas que lo hace con una propuesta que se siente fresca dentro de un subgénero tan gastado entonces tenemos algo que inevitablemente va a atraer muchas miradas. Lo cual convertía a Presence en un trabajo que generó más expectativas de las que probablemente se tenían contempladas y eso se nota en el resultado final.

Ya que lo presentado por Soderbergh no está pensado para generar sobresaltos aleatorios al espectador cada cinco minutos o provocarle una sensación de terror extrema, más bien su prioridad es desarrollar un drama familiar ante los “ojos” de un espíritu que por sí mismo es toda una incógnita debido a que no muestra el comportamiento habitual que uno esperaría. Haciendo que el primer acto no sea el más atractivo dado a que se sustenta en la monotonía de la vida familiar y en el ir plantando varias de las preguntas fundamentales que sostendrán el drama más adelante.

Ante eso las cosas avanzan de manera bastante lenta por las pocas emociones que se presentan en pantalla, aunque conforme vamos entrando al segundo acto se trata que el espíritu vaya adquiriendo un mayor involucramiento en las acciones y gracias a ello se se pueden ver algunos de los pocos momentos con cierto nivel de intensidad que a la postre llevan a que se quiera profundizar de alguna manera sobre este; sin embargo, la forma en la que lo hacen es tan vaga al grado de que queda parado como algo irrelevante. Siendo esa una problemática recurrente dado a que cada situación de importancia es tratada de manera muy superficial y por lo mismo va creando cierta sensación de vacío dentro de una historia a la que pareciera que jamás quieren añadirle más extravagancia ante el riesgo de convertirla en una propuesta convencional sobre fantasmas.

Volviendo con esto el visionado retador, más no particularmente aburrido; en especial durante una parte final que no cambia mucho la fórmula pero logra manejar un grado de tensión agradable. Dejándonos con esto un desenlace hasta cierto punto sorpresivo y, sobre todo, un tanto depresivo.

Las actuaciones no son espectaculares, pero cumplen con el propósito de demostrar la monotonía de una familia que tiene sus problemas y está al borde desmoronarse por diferentes motivos. Siendo Lucy Liu (Rebekah) la que tal vez resalta más por darle vida al personaje con la personalidad más dominante de todas.

Mientras que en producción tenemos una factura bien cuidada, pero discreta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score no destaca demasiado, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos en general son básicos y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Presence está ok. Película con una propuesta fresca a la que le falta desarrollar mejor sus ideas.

Ojometro:
***

viernes, 7 de marzo de 2025

Crítica: Mouse of Horrors (2025)

Película dirigida por Brendan Petrizzo (Monster Hunters), cuyo guión fue co-escrito por Harry Boxley y Marc Gottlieb. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En una ciudad costera el caos se desata cuando las monstruosas creaciones del Dr. Rupert asechan por la noche, cosechando partes de cuerpos para un propósito siniestro y provocando que nadie se encuentre a salvo.


Comentarios generales:

Todos sabemos lo que está ocurriendo con las obras que han entrado al dominio público y eso seguirá siendo un tema de conversación durante mucho tiempo; sin embargo, el caso de Mickey Mouse es uno que llama particularmente la atención dado a que se trata de la mascota de Disney. Un monstruo empresarial que tiene seguidores y detractores por igual, así que el poder ver al ratón bajo estas circunstancias es sin duda una extravagancia que seguramente no le gustará a la gente de pantalón largo de dicha empresa, aunque la verdad Mouse of Horrors es tal vez una de las peores formas para explotar a tan icónico personaje.

Ya que lo traído por Petrizzo es un desastre que no tiene sentido y pareciera que conforme fue pasando el tiempo los cambios en el guión se volvieron una constante debido a que, lo que en teoría debía de ser un simple slasher, termina siendo un intento de crossover con “Winnie-the-Pooh: Blood and Honey” y al mismo tiempo una historia sobre un doctor loco con aires de “Frankestein” en la que la percepción del tiempo parece no ser algo relevante para el director, ni mucho menos el cuidado a los detalles.

Tratando de que sea el peculiar comportamiento de nuestro “Mickey Mouse” el principal factor de interés y por ello se expone la mayor cantidad de asesinatos posibles en pantalla sin importar si estos tienen algún tipo de relevancia para el desarrollo. Simplemente se trata de presentar muerte tras muerte con resultados bastante pobres al no generar nada de impacto por medio de estos, además de que conforme van pasando los minutos el nivel de incoherencia llega a tal punto que básicamente uno como espectador se da por vencido en tratar de encontrar algo que pueda resultar al menos interesante más allá de los manierismos del asesino y gracias a eso la experiencia se vuelve muy aburrida.

Ante esto realmente la parte final es bastante irrelevante porque una vez más todo brinca de un lado a otro y se le da prioridad a una pelea poco emocionante entre asesinos que desafían cualquier sentido del espacio y del tiempo. Aunque por lo menos dicho conflicto le brinda un ligero incremento al ritmo para que el cierre llegue más rápido y con ello dé por finalizado el sufrimiento.

Las actuaciones son terribles y eso se magnifica todavía más ante el mar de incoherencias que tiene la historia. Y en cuanto a producción, igualmente tenemos una pobreza muy evidente: el trabajo de fotografía es malo, el score no aporta nada, el trabajo de sonido es atroz, los efectos son de baja calidad y el trabajo de maquillaje es lo único decente.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Mouse of Horrors es muy mala. Otro intento fallido por querer explotar el dominio público.

Ojometro:
*

martes, 4 de marzo de 2025

Crítica: Blood Pay (2025)

Producción italiana dirigida por Brace Beltempo, cuyo guión fue escrito por Uberto Morosi. Se estrenó en VOD dentro de Italia y los Estados Unidos a mediados de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En una futura ciudad gobernada por la IA, la confortable vida de John (Gianluca Busani) solo es una fachada para sus estragos internos. Así que cuando una misteriosa publicidad le promete una experiencia única por medio de la inteligencia artificial su vida empezará a cambiar ante algo que difumina la línea entre el humano y la maquina.


Comentarios generales:

Dada la naturaleza polémica de la IA dentro de muchas industrias y especialmente la del entretenimiento, la verdad no es raro que con el paso del tiempo esta se vaya convirtiendo en un villano predominante dentro de muchas películas. Es algo natural ante el riesgo que puede representar para el bienestar laboral de millones de personas en el futuro, pero Blood Pay es tal vez una de las formas más absurdas de presentarla.

Ya que lo traído por Beltempo es una historia que realmente no tiene demasiada sustancia y eso se puede notar de inmediato con unos créditos iniciales larguísimos, así como con unos primeros 25 minutos en los que literal todo se limita a ver a distintas mujeres tratando de conquistar a John mientras este se cuestiona su existencia de la manera más aburrida posible. Dejando que sea hasta la aparición de la IA cuando la dinámica cambie un poco ante las rarezas que esta trae consigo, aunque más allá de esa extravagancia inicial tampoco es que existan demasiadas cosas que vuelvan interesantes los estragos internos de nuestro protagonista.

Llevándonos así a una relación que supuestamente se sustenta en las perversiones y deseos más oscuros de los humanos, pero la realidad es que eso se explota de manera muy superficial para dar paso a una problemática que involucra el ofrecimiento de sangre que no solo es absurda, sino que además no tiene ningún tipo de lógica. Siendo este el impulsor de lo que se supone son los momentos más intensos de la película; sin embargo, las escenas pensadas para añadir impacto resultan irrelevantes en el desarrollo y lo predecible de cada acción hace que el ritmo se vuelva incluso más lento de lo que ya era.

Ante esto llegamos a la parte final con más dudas que certezas y tampoco es como que exista mucha preocupación por aclararlas al centrarse más que nada en el quiebre mental de John para exponer su verdadera naturaleza. Preparando bajo dichas circunstancias un desenlace en el que la IA hace algo que no sorprende a nadie y solo provoca que lo visto deje una sensación de indiferencia muy marcada.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir, son bastante malas en general. Mientras que en producción tampoco existen grandes cosas para destacar: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte desangelada, el score es tremendamente repetitivo, el trabajo de sonido tiene fallos y todo lo relacionado a efectos/maquillaje es discreto.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Blood Pay es muy mala. Película que a base de rarezas trata de ocultar todos sus defectos sin nada de éxito.

Ojometro:
*