viernes, 20 de octubre de 2023

Crítica: Dark Harvest (2023)

Película dirigida por David Slade (30 Days of Night) y escrita por Michael Gilio, la cual está basada en la novela del mismo nombre. Se estrenó a nivel mundial por medio de Amazon Prime Video el pasado 13 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En un pequeño pueblo del Medio Oeste se lleva a cabo un ritual anual en el que una criatura mítica conocida como Sawtooth Jack nace de los maizales y reta a todos los jóvenes varones del pueblo a una batalla sangrienta por la supervivencia.


Comentarios generales:

Cuando una película sufre múltiples retrasos casi siempre emergen una gran cantidad de preocupaciones debido a que es una clara señal de que algo no está bien; sin embargo, en el caso de Dark Harvest dichos retrasos se debieron a situaciones ajenas a la calidad de esta (COVID y la compra de MGM por parte de Amazon), así que el nivel de preocupación no era tan alto. Y más cuando el encargado del proyecto era un director que en sus inicios demostró tener gran capacidad para ofrecer productos disfrutables, lo cual se reafirmó en esta ocasión.

Ya que lo traído por Slade es una propuesta entretenida en la que reúne todos los elementos para contarnos una historia que ciertamente es simple, pero encaja perfectamente con la época de Halloween y logra captar tu atención de manera inmediata gracias al hecho de que no teme exponer a Sawtooth Jack desde el primer instante para solidificar el concepto del ritual. Dándote así no solo una probada de cómo luce, sino también de la relevancia que tiene para el pueblo dicha tradición y por lo consiguiente ir planteando dudas con respecto a lo que pudiera haber detrás de esta por medio del comportamiento de algunos de sus habitantes.

Obviamente añadiendo drama juvenil durante el transcurso para darle profundidad a ciertos personajes y contextualizar la época en la que se desarrollan las acciones (los 60s), aunque sin extenderse demasiado bajo el objetivo de mantener a tope la paranoia de los jóvenes y así tener una explosión de emociones extrema durante el segundo acto. Algo que se da sin mayores problemas dado a que cuando inicia el nuevo ritual se incrementa de golpe el ritmo y rápidamente se expone un nivel de violencia alto por medio de muertes que añaden una cantidad aceptable de shock bajo el propósito de generar un caos intenso con el que se pueda establecer de manera sólida que el peligro no solo viene por parte de Sawtooth Jack y en base a ello ir develando el perturbador secreto que rodea al pueblo.

Uno del que hay que decir que no se profundiza de la manera más efectiva, dejando ciertas lagunas que hubiera sido positivo que las atendieran, pero que tampoco afecta enormemente a una parte final que logra esclarecer la duda principal. Logrando con esto que el desenlace sea un poco más emocional y se dejé un cierre oscuro con el que, tal vez, se pueda pensar en una futura secuela.

Las actuaciones en general están bien, no diría que son lo mejor de la película pero cumplen con el objetivo primordial; siendo Jeremy Davies (Dan Shepard) el que más destaca. Mientras que en producción también tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es limpio, los efectos (la mayoría prácticos) son de buena calidad y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Dark Harvest me gustó. Película entretenida y con buenas dosis de sangre para verla en Halloween.

Ojometro:
**** 

martes, 17 de octubre de 2023

Crítica: Pet Sematary: Bloodlines (2023)

Precuela dirigida por Lindsey Anderson Beer, quien además comparte créditos como co-escritora del guión junto a Jeff Buhler. Se estrenó a nivel mundial el pasado 6 de octubre por medio de Paramount+, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1969 un joven Jud Crandall (Jackson White) y sus amigos de la infancia tienen que unirse para confrontar a una maldad que ha azotado por varias generaciones al pueblo de Ludlow.


Comentarios generales:

Con la irrupción de los servicios de streaming muchos consideran que nos encontramos en una época dorada gracias a la gran oferta de contenido disponible y la inmediatez con la que uno puede consumirlo. Sin embargo, con dichos beneficios también han llegado ciertos problemas y uno de ellos es que un gran porcentaje de las películas que se estrenan en dichos servicios pareciera que son más que nada productos desechables concebidos solo para rellenar catálogos y no tanto propuestas que verdaderamente busquen aportar algo, siendo esto el sentimiento que provoca Pet Sematary: Bloodlines.

La cual muy probablemente se vaya a beneficiar un poco por la animadversión que muchos fans tienen hacia el remake de 2019, a pesar de que esta precuela traída por Lindsey Anderson Beer es muy débil en lo que propone y se siente igual de innecesaria. No tanto porque conocer el pasado de Ludlow no sea interesante, sino porque en realidad se nota la falta de sustancia en una historia que por su propia naturaleza debería de profundizar mucho más en los personajes y el pueblo en sí, pero mejor opta por replicar lo que ya hemos visto en ocasiones anteriores mientras va soltando alguna una que otra pieza de información en el camino de manera aleatoria.

Ante esto realmente poco a poco la película va mutando a un cuasi slasher en el que todo avanza de manera acelerada y sin efectividad al momento de generar una atmósfera lo suficientemente oscura, dejando todo en manos del perturbador comportamiento del asesino. Algo que ciertamente sirve por unos minutos, más no es suficiente para solventar la pobre construcción de sucesos que deberían de proporcionar impacto y, sobre todo, lo planas que se sienten las revelaciones sobre los orígenes de Ludlow; en especial cuando es momento de elaborar sobre el tema de la maldad que lo rodea.

Simplemente todo se siente forzado y sin gran importancia, lo cual se acentúa mucho más durante una parte final que realmente no necesita nada de eso para ser ligeramente entretenida. En gran parte porque esta es básicamente una cacería con buenas dosis de intensidad y además visualmente aporta ciertas cosas interesantes para que el desenlace no sea tan blando.

De las actuaciones sorprendentemente no hay mucho que decir, a pesar de que cuenta con un elenco bastante potente. Jackson White como Jud está correcto, mientras que la presencia de Henry Thomas (Dan Crandall), David Duchovny (Bill Baterman), Samantha Mathis (Kathy Crandall) y Pam Grier (Majorie Washburn) es más que nada anecdótica.

Y en cuanto a producción, tenemos una factura competente: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte sólida, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos cumplen y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Pet Sematary: Bloodlines es decepcionante. Precuela innecesaria que no logra aportar demasiado a la franquicia.

Ojometro:
**

viernes, 13 de octubre de 2023

Crítica: V/H/S/85 (2023)

Sexta entrega de la franquicia, la cual cuenta con la participación de 5 distintos directores. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Revelados durante un documental hecho para la TV, cinco videos emergen para llevar a los espectadores a un aterrador viaje dentro de la siniestra mitad de la década de los 80s. 


Comentarios generales:

El que la franquicia de V/H/S se haya vuelto anual tiene sus pros y sus contras, ya que por un lado siempre se agradecerá el poder contar con una antología lista para las épocas de Halloween, pero por el otro se obliga a que el proceso creativo sea mucho más acelerado, provocando un patrón en el que veamos una entrega buena y una mala. Algo que se pudo notar en los dos años anteriores y que sigue siendo evidente con V/H/S/85, aunque en esta ocasión del lado positivo.

Siendo esta la mejor entrega desde que se trajo de vuelta a la antología y mucho se debe a que el año elegido en esta ocasión se siente mejor aprovechado, tanto en estética como en las historias. Tal vez todavía no con la consistencia idónea para ofrecer un producto más trascendente, pero si se puede notar un poco más de innovación en lo que quiere contar cada director y eso hace que se sienta mayor frescura en comparación a lo visto anteriormente.

En cuanto a producción es evidente que ninguno de los cortos tuvo un presupuesto muy elevado y eso ayuda a que todos mantengan una presentación similar. Algunos con un poco más de cuidado en los detalles (“God of the Dead”) y otros explotando de mejor forma los elementos de impacto (“No Wake”, “Dream Kill”).

Pasando los cortos:


“Total Copy” (David Bruckner)

Esta es la historia enlace y honestamente no es muy atractiva, lo cual es lo habitual en la franquicia. Sirviendo primordialmente para poder darte tiempo de digerir las propuestas de los demás directores, aunque todo lo que presenta es demasiado predecible y eso le quita interés.  


“No Wake” (Mike P. Nelson)

Un muy buen inicio que no parece ser nada extraordinario, pero en cuestión de instantes cambia por completo el rumbo. Proporcionando un nivel de impacto elevado por medio de una situación agobiante en la que hay sangre y momentos gráficos; donde el no saber exactamente bien qué fue lo que ocurrió le añade mucho misterio con un propósito claro que comprenderemos (en parte) más adelante.


“God of the Dead” (Gigi Saul Guerrero)

Corto que utiliza como base el sismo del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México y en el que se plasma de gran manera la estética ochentera de la televisión mexicana de aquella época. Lo malo es que después de unos primeros minutos intensos se va cayendo poco a poco hasta llegar a un punto en el que la idea inicial se difumina y termina mostrando algo que siente un tanto fuera de lugar.


“TKNOGD” (Natasha Kermani)

Probablemente el más flojo de todos.

Gira en torno a cómo se le satanizaba a la tecnología en aquella época; sin embargo, al estar fuertemente sustentado en el dialogo se vuelve aburrido y jamás puede redondear el concepto. Afectando sus intentos por añadir cierto shock en su conclusión.


“Ambrosia” (Mike P. Nelson)

Es la continuación de “No Wake” y aunque no es tan sólido como este, si logra ofrecer un rato agradable. Más que nada porque nuevamente apela a la sorpresa y es gracias a esta que se da la conexión, además de que proporciona una buena dosis de acción que magnifica la peligrosidad de los individuos que la protagonizan.


“Dream Kill” (Scott Derrickson)

Sin duda el corto que más llama la atención gracias a su director.

Es el más original y el que cuenta con mayor tiempo para desarrollarse, algo que es de gran ayuda debido a que la historia es demasiado fantasiosa. Igualmente, es el que cuenta con una atmósfera más absorbente y la mayor exposición de violencia para generar un tono oscuro con el propósito de provocar una sensación de riesgo importante que termina explotando de manera genial en los minutos finales.

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Opinión final: V/H/S/85 está entretenida. Probablemente la mejor entrega de la antología desde V/H/S/2 y una buena opción para pasar el rato durante este Halloween.   

Ojometro:
***

martes, 10 de octubre de 2023

Crítica: The Exorcist: Believer (2023)

Película dirigida por David Gordon Green (Halloween), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Peter Sattler. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 6 de septiembre, recaudando hasta la fecha $45 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Angela (Lidya Jewett) y Katherine (Olivia Marcum) desaparecen en el bosque y son encontradas tres días después sin que ninguna de ellas recuerde lo que ocurrió. Sin embargo, con el pasar de los días su comportamiento perturbador hace que sus padres recurran a todo lo posible para curarlas, incluyendo buscar la ayuda de Chris MacNeil (Ellen Burstyn).


Comentarios generales:

No existen muchas películas de terror que cuenten con el estatus de “The Exorcist” a nivel industria y cultural, así que cada vez que sale un nuevo proyecto con su nombre las expectativas suelen ser muy altas por todo lo que significa históricamente para el género. Ante esto la responsabilidad es demasiado grande, pero gracias a la presencia de Blumhouse y David Gordon Green parecía que la franquicia había quedado en las mejores manos posibles y el anuncio de una nueva trilogía emocionó a muchos; sin embargo, The Exorcist: Believer está lejos de ser ese gran inicio que se esperaba. 

Y es que lo traído por David Gordon Green es una historia que raya en lo genérico y su única carta fuerte para tratar de diferenciarse es tener dos posesiones simultáneas, lo cual nunca se aprovecha dado a que se muestra una gran falta de imaginación para integrar dicho recurso de manera interesante. Obligándonos a tener que tragarnos una primera media hora demasiado aburrida en la que la desaparición de las chicas es el punto central, pero todo lo que ocurre carece de interés dado a que no se profundiza en sus personalidades o en su amistad, dejándonos ante una situación en la que resulta difícil poder sentir preocupación por ellas.

Un problema que se queda anclado por el resto del filme y que ni siquiera con las posesiones se puede solventar, sobre todo porque una vez que empiezan a manifestarse el enfoque se traslada más a las creencias de los padres y no tanto al sufrimiento de las niñas. Poniendo sobre la mesa el tema de que cada cultura/religión tiene sus propios rituales para expulsar al mal dentro de una persona y no es algo exclusivo del catolicismo, siendo este un punto interesante que lamentablemente tampoco se desarrolla de la mejor manera y solo sirve para meter con calzador al personaje de Chris MacNeil, cuyo aporte a la trama es nulo.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, otro grave problema es que jamás se logra generar una atmósfera oscura que ayude a construir escenas visualmente memorables durante la segunda mitad de película. Y tampoco existe la suficiente habilidad para lograr que los pocos jump scares utilizados sean efectivos en su tarea de vender la idea de que la amenaza va más allá de lo ordinario.

Llevando así a una parte final que por lo menos cuenta con una pequeña dosis de originalidad por medio de los rituales de otras culturas al momento de realizar el exorcismo y gracias a eso se logra que esto sea de lo poco que valga la pena. Especialmente porque durante el desenlace se hace una revelación que añade bastante impacto y con ello la carga emocional que había sido casi inexistente ahora si se pueda sentir.

En el tema de las actuaciones las únicas que sobresalen son Lidya Jewett y Olivia Marcum como las niñas poseídas, ellas hacen un buen trabajo. Aunque del elenco adulto no se puede decir lo mismo ante lo complicado que resulta poder comprar su pena y las actitudes demasiado exageradas que presentan; ni que decir del cameo glorificado de una totalmente desperdiciada Ellen Burstyn.

Y en cuanto a producción, se tiene una buena factura: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sencilla, el score sólido (Tubular Bells nunca decepciona), el trabajo de sonido es estupendo, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Exorcist: Believer es decepcionante. Película con ideas poco claras de la que se puede rescatar poco. 

Ojometro:
**