viernes, 11 de septiembre de 2015

Crítica: Sinister 2 (2015)


Secuela dirigida por Ciarán Foy (Citadel) cuyo guión fue escrito por la dupla Scott Derrickson / C. Robert Cargill. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos (así como en otros países) el pasado 21 de agosto, mientras que aquí en México llegó apenas el fin de semana. 

Sinopsis:

Meses después de los impactantes sucesos que rodearon a la familia Oswalt, una madre (Shannyn Sossamon) y sus gemelos de 9 años de edad se encuentran ocultos en una casa abandonada marcada por la brutal muerte de sus anteriores dueños. Estando ahí, uno de los pequeños empieza a tener extraños encuentros con espíritus que le hacen ver aterradores vídeos caseros, los cuales una vez más están ligados al espíritu maligno de Bughuul.



Comentarios generales:

Sinister me pareció una gran película que podía sostenerse en el tiempo sin ningún tipo de expansión y aunque por los sucesos ocurridos en esta era muy probable que hubiera una secuela, desde que la anunciaron siempre la sentí innecesaria. En especial cuando se confirmó que Scott Derrickson no estaría tras la cámara gracias a que eso podría cambiar el estilo que le dio tanto éxito a la primera entrega, lo que finalmente ocurrió debido a que Sinister 2 es diferente en muchos sentidos.

Algo que particularmente no encontré como algo negativo debido a que Ciarán Foy le imprime su propio estilo a una secuela que se centra en el ahora ex oficial de policía como principal conexión de los hechos pasados para brindarle así una dinámica distinta al utilizarlo más como un tipo de héroe desconocido al que nada le sale bien y es, hasta cierto punto, vulnerable ante una fuerza que va más allá de su comprensión, pero a la cual no le huye. Un nuevo enfoque que, al combinarlo con la historia de los gemelos, crea una mezcla bastante efectiva que ayuda a expandir lo que hay detrás de Bughuul al no solo centrarse en los aterradores sucesos que involucran la manipulación de los niños, sino además en toda la mitología que lo rodea.

Lamentablemente este aspecto no se ve bien complementado con una sensación de terror importante, ya que a pesar de que el director si logra generar una atmósfera adecuada y muestra un buen sentido del timing, este falla en la cuestión del impacto por medio de los vídeos caseros que es tan importante; en especial porque utiliza mucho CGI en algunos y también porque la mayoría no resultan tan brutales u originales como los de la primera entrega (de hecho, el más violento solo es utilizado como simple complemento de fondo en una escena). Aunque por otra parte, la manera en la que presenta a los espíritus de los niños es uno de los puntos fuertes de la película dado a que no se tratan de almas inocentes en busca de ayuda, sino de presencias en verdad malignas que disfrutan de la muerte y provocan varios momentos escalofriantes.

El final tiene sus pros y sus contras. Por un lado cuenta con un grado de intensidad elevado que ayuda a que este se sienta algo diferente con respecto al resto del filme (además de que involucra una escena muy bien lograda con los espíritus); pero, por el otro, es un tanto decepcionante ver que no involucran de manera más directa a Bughuul debido a que esto provoca un vacío importante en lo que supuestamente era propósito de la secuela.

Las actuaciones son sólidas en general: James Ransone, Shannyn Sossamon y los hermanos Sloan están muy bien en cada uno de sus roles, pero Lucas Jade Zumann como Milo es probablemente la estrella sin reflectores. La producción es de primer nivel: buen trabajo de fotografía, dirección de arte cuidada, sonido impecable, maquillaje correcto y, salvo el CGI utilizado en los vídeos caseros, toda la cuestión de efectos está bien lograda. Sin embargo, nuevamente es el gran score el que se lleva la atención al mantener la línea establecida por Christopher Young que lo convierte en una parte vital para la película.

Opinión final: Sinister 2 es aceptable. Se queda corta con respecto a la primera entrega, pero tiene algunas cosas interesantes que valen la pena checar.

Ojometro:
***