Película dirigida por los
hermanos Aaron y Austin Keeling (I.Q.), quienes además comparten créditos junto
a Natalie Jones como co-escritores del guión. Se estrenó el pasado 1 de febrero
tanto en VOD como en DVD dentro del Reino Unido y se sabe que llegará a los
Estados Unidos en algún punto de este 2016, pero aún no hay fecha exacta.
Sinopsis:
Con siete meses de un embarazo no
planeado, Jennifer (Emily Gross) regresa en contra de su voluntad al pueblo donde
creció en Kansas llena de miedos sobre la maternidad, una complicada relación
con su esposo y la abrumadora presencia de su propia madre. Esto hace que tenga
problemas para volver a tener control de su vida y las cosas empeoran cuando eventos
extraños empiezan a ocurrir en su nuevo hogar
Comentarios generales:
Cuando una película hace mucho
ruido en festivales es casi imposible no prestarle atención, sobre todo cuando
se trata de un trabajo independiente que, además, toca uno de los temas más
explotados de los últimos años como lo es el de las casas poseídas. Por ello The House on Pine Street me llamaba poderosamente la atención,
ya que esperaba ver algo que jugara un poco con las reglas; lo cual ciertamente
hace de manera tímida, pero simplemente nunca terminé por conectar con su
propuesta.
Lo que los hermanos Keeling nos
traen es una historia que en un inicio no luce para nada diferente a lo que
hemos visto con anterioridad; de hecho, salvo por la situación del embarazo no
deseado, todo es un manual sobre como reciclar ideas que ciertamente no te
provocan gran interés. Sin embargo, una vez que se empiezan a revelar los
sucesos extraños dentro de la casa por medio de cosas tan básicas como pisadas
o golpes a las puertas, el nivel de ansiedad se eleva de manera gradual y además
el comportamiento de todos los personajes secundarios te genera muchas dudas
sobre si esto es una simple historia de espíritus o si existe algo mucho más
siniestro detrás considerando que hay un nacimiento de por medio.
Una situación que a partir de los
30/35 minutos se esclarece debido a que las cosas poco a poco se centran mucho
más en el deterioro mental de la protagonista y sobre cómo cada situación que
le ocurre también puede ser vista meramente como producto de su locura, a pesar
de que claramente hay elementos paranormales provocándolas. Siendo así como los
directores logran construir una sensación de inseguridad permanente, ya que el
espectador sabe que en cualquier momento puede ocurrir algo; provocando una tensión
continua que se va incrementando pero que nunca explota por medio de sustos fáciles
y mejor deciden guardarla para una escena increíblemente potente que despliega
los únicos efectos especiales a la perfección.
El final es medio desangelado.
Principalmente porque al reventar la burbuja con la escena previamente
mencionada la película vuelve a caer en la dinámica de locura y ya nunca pueden
construir algo potente por cuestiones de tiempo; aunque si logran ofrecer una conclusión
que resultará satisfactoria para varios al no irse por el camino convencional.
De las actuaciones debo de decir
que este el show de Emily Gross y la verdad hace un trabajo brutal; ella es
quien carga con absolutamente todo el peso de la película, haciendo que su
deterioro progresivo te resulte fascinante de ver. La producción es bastante
buena considerando su presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la
dirección de arte impecable, el score cumple, el trabajo de sonido esta
increíblemente bien cuidado y los pocos efectos utilizados no son nada
espectacular, pero están bien hechos.
Opinión final: The House on Pine
Street tiene cosas interesantes, pero no funcionó del todo conmigo.
Aunque sin duda le tienen que dar una oportunidad.
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