Película escrita y dirigida por Rolfe
Kanefsky (Nightmare Man). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el
pasado mes de mayo y posteriormente salió en DVD durante el mes de junio;
aunque a Latinoamérica llegó vía Netflix apenas hace algunos días.
Sinopsis:
Paul (Lukas Hassel) y Jennifer (Natasha
Henstridge) se han mudado a una nueva casa y su vida parece ir por el mejor
camino. Sin embargo, ellos no saben que justo en su sótano se encuentra un
misterioso cuarto que encierra a un demonio cuyos deseos carnales afectarán a
ambos como parte de sus oscuros planes.
Comentarios generales:
Después de leer la sinopsis y
descubrir que el director de esta película tenía bastante experiencia haciendo
películas softporn inmediatamente trate de bajar lo más posible mis
expectativas debido a que había altas probabilidades de encontrar algo desastroso. Simplemente no existía nada que me hiciera esperar
algo que valiera la pena y, aunque al final The Black Room no es el desastre
épico que suponía que sería, tampoco se trata de un trabajo que vaya a pasar a
los anales de historia; ni siquiera por su superficial uso del sexo.
Esto porque lo que nos regala
Kanefsky en ningún momento parece tener muy definido cual es el verdadero
camino que quiere seguir, manifestando desde el primer acto un evidente guiño
por la comedia pero al mismo tiempo tratando de mantener un enfoque un poco más
oscuro que vaya acorde al tema demoníaco que rodea la casa. Una combinación que
al menos de inicio funciona porque gracias a esta se logran generar algunas
escenas divertidas que establecen de manera clara que el sexo jugará un papel
fundamental en el comportamiento de los personajes y en base a eso se irá
desenvolviendo una historia que tiene algo más en lo que respecta al demonio y
no solo se centrará en abrir puertas o provocar ruidos para lograr sustos
fáciles.
El problema es que este tipo de
dinámica no es capaz de sostener toda la película y en determinado punto la
comedia es la que toma la estafeta, provocando con esto que poco a poco las
cosas se vayan tornando bastante aburridas debido a que las acciones por un
periodo prolongado de tiempo no parecen llevar a ningún lado a pesar de que por
medio del personaje de Paul tratan de hacer parecer que sí. Recurriendo a
elementos mucho más gráficos que añaden sustancia superficial mientras se
compra tiempo y que ciertamente no están mal hechos pero, como todo en esta
película, no hacen demasiado para profundizar sobre los propósitos de un
demonio que hasta este momento se encuentra lejos de ser esa amenaza enorme que
se vendió al comienzo y solo queda parado como un pervertido.
La parte final no está mal, más
allá de que pretenden explicar todo en unos cuantos minutos. Aquí es donde básicamente
el presupuesto se gastó y entre una muestra importante de efectos prácticos logran, por fin, brindarte un
panorama más claro con respecto a los planes del demonio y los motivos por los
cuales el tema del sexo es tan importante.
Las actuaciones son exageradas (Augie
Duke, Lin Shaye) o muy planas (Henstridge), aunque Hassell ciertamente logra
una labor sólida cuando le toca cargar con el peso de las acciones. La producción
cumple: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es básica salvo
por el final, el score es genérico, el trabajo de sonido es bueno y tanto los
efectos como la labor de maquillaje son bastante cumplidores; aunque pueden
parecer algo arcaicos.
Opinión final: The Black Room es
una película bastante pobre. Tiene algunas puntadas pero en general es un
producto que en un par de días van a olvidar.
Ojometro:
**
**