Película dirigida por Jeff Wadlow,
quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Michael
Reisz, Jillian Jacobs y Christopher Roach. Se estrenó en cines a nivel mundial
durante el mes de abril, recaudando $94.8 millones de dólares en taquilla. Mientras que su salida en formato físico se dio el pasado mes de julio.
Sinopsis:
Un inocente juego de verdad o
reto entre un grupo de amigos se convierte en una experiencia mortal cuando
alguien (o algo) empieza a castigar a aquellos que dicen una mentira o se
niegan a cumplir el reto.
Comentarios generales:
De las películas de mayor perfil
en este 2018 la que menos me llamaba la atención era Truth or Dare, simplemente
su campaña de publicidad me hacía suponer que sería uno más de esos proyectos
alternos de Blumhouse destinados al público adolescente para sacar dinero
rápido. Gracias a eso es que la deje pasar, pero para mi sorpresa varias
personas me han preguntado por esta y no pude seguir ignorándola, así que no
tuve más opción que verla.
Algo de lo no me arrepiento
considerando que he visto cosas mucho peores, sin embargo, igual hubiera podido
aprovechar mi tiempo en otra cosa debido a que lo que nos trae Wadlow es un
trabajo bastante mediocre. Lo cual no es de extrañar si nos fijamos que para un
concepto tan simple como este tuvieron que recurrir a CUATRO personas distintas
que pudieran escribir una historia que se asemeja mucho a Final Destination y
que desde muy temprano te deja claro que tendrá limitantes en cuanto a la
violencia para centrarse primordialmente en dramas adolescentes a los que se
les integra un elemento sobrenatural que nunca saben cómo explotar.
Y es que, salvo por la primera
muerte, todo lo demás es de una simpleza apabullante.
No se toma ninguna clase de
riesgo que ayude a generar no digamos miedo, sino al menos tensión, algo que
resulta increíble cuando se supone que por la naturaleza misma del juego esto
último debería de formar parte fundamental de la trama. En cambio, lo que si
tenemos es un drama amoroso que conforme pasan los minutos se va adueñando de las
acciones y gran parte de las verdades o los retos están ligados a este, haciendo
que la película se vuelva un auténtico somnífero ante la carencia de muertes
llamativas o momentos en donde de verdad te termines preocupando por este grupo
de personajes.
La parte final se encarga de
añadir un poco más de sustancia a lo sobrenatural porque básicamente no tenían más
opción, llevando así a los que son los minutos más intensos en cuanto a lo
visual se refiere; aunque sin ser nada impactante. Dejando todo puesto para una
conclusión demasiado absurda que claramente abre la puerta a una
secuela.
De las actuaciones no hay mucho
que destacar; por ahí Lucy Hale (Olivia) no lo hace mal como la protagonista pero
en general se trata de un grupo de actuaciones genéricas que te dejarán
indiferente ante su situación. La producción tampoco es la gran cosa: el
trabajo de fotografía es correcto, el score no aporta nada, el trabajo de
sonido cumple y los efectos son sumamente simples.
Opinión final: Truth or Dare es
bastante mala. Un drama amoroso disfrazado de película de terror que solo les
hará perder su tiempo.
Ojometro:
**
**