martes, 22 de septiembre de 2020

Crítica: #Alive (2020)

Producción surcoreana dirigida por Il Cho, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matt Naylor. Se estrenó el pasado 8 de septiembre a nivel mundial por medio de Netflix.

Sinopsis:

El rápido esparcimiento de una desconocida infección ha dejado a toda la ciudad infestada de zombies bajo un completo caos, pero un chico se mantiene todavía con vida completamente en aislamiento. Y esta es su historia. 


Comentarios generales:

Hace cuatro años “Train to Busan” dejó una huella bastante importante dentro del género y parecía lógico que eso fuera a impulsar una ola de nuevas películas surcoreanas de zombies durante los años siguientes. Un fenómeno que al final de cuentas no ocurrió con la magnitud que muchos esperaban, pero que de todas maneras se ha manifestado en proyectos aislados tanto en cine como en TV en los que su influencia resulta evidente y probablemente #Alive sea la mayor exponente.

Y es que a pesar de que se trata de un cuasi-remake de una película estadounidense que todavía no se estrena (“Alone”), lo que nos presenta Il Choe bien podría pasar como una historia que se realiza en el mismo universo de Busan debido a que visualmente es prácticamente una calca, aunque el concepto no podría ser más opuesto. Ya que aquí lo que se explota es la soledad en un escenario limitado y a partir de eso se construyen problemáticas en las que los zombies tienen mucho peso, pero también la creatividad y torpeza de nuestro protagonista al momento de lidiar con estas por medio del uso de elementos que le representan ventajas o desventajas.

Ante esto el inicio puede que resulte un tanto tedioso por la repetividad de ciertas acciones, sin embargo, en ningún punto la película se torna aburrida debido a que siempre existe alguna situación puntual pensada para subir tanto el ritmo como la intensidad y así demostrar por qué estos zombies en particular resultan tan peligrosos. Además la integración de otro personaje hace que la segunda mitad se vuelva más interesante, no solo por el cambio que eso representa en la dinámica, sino porque a partir de este punto se empieza a exponer el clásico dilema sobre si es mejor afrontar esto por tu cuenta o en compañía de alguien más.

La parte final también la encontré entretenida, más que nada porque es aquí donde finalmente se suelta el freno de mano y se añade más acción sin dejar de lado la cuestión del espacio limitado para que la amenaza de los zombies se sienta muchísimo más peligrosa ante el poco margen de maniobra que existe. Aunque también se presenta algo que se siente forzado y por lo consiguiente el desenlace no es tan fluido como debería.

En el tema de las actuaciones Yoo Ah-In (Oh Joon-woo) está bien, la verdad es que por momentos le falta el carisma para poder sobrellevar por sí mismo las acciones y no es sino hasta la sólida aparición de Park Shin-Hye (Kim Yoo-bin) que se le nota más cómodo. Mientras que en la producción nos encontramos con un filme de gran calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte se encuentra muy bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: #Alive me gustó. Película de zombies bastante simple, pero efectiva al momento de entretener. 

Ojometro:
****