viernes, 21 de octubre de 2022

Crítica: Hellraiser (2022)

Película dirigida por David Bruckner (The Night House), cuyo guión fue escrito por Ben Collins y Luke Piotrowski. Se estrenó dentro de los Estados Unidos directamente por Hulu el pasado 7 de octubre, aunque no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Riley (Odessa A’zion) es una joven drogadicta cuyo novio la convence para robar un almacén abandonado, lugar en donde encontrará una misteriosa caja de rompecabezas que libera por medio de la sangre a unos temibles seres conocidos como Cenobitas.  


Comentarios generales:

La franquicia de Hellraiser tuvo que vivir bajo el yugo y completo desinterés por parte de Dimension Films durante tanto tiempo al grado de que los fans solo se resignaban a esperar algo no tan desastroso cada que se anunciaba una nueva entrega hecha al vapor para conservar los derechos. Por ello cuando se supo que Clive Barker pudo recuperarlos hace un par de años atrás hubo bastante euforia y ahora con una serie de TV para HBO en desarrollo, así como este reboot, parece que el futuro de Pinhead y compañía es más prometedor que antes.

Ya que esta nueva versión de Hellraiser presentada por Brucknet cumple con lo necesario para re-establecer ante los ojos de una audiencia más masiva a la franquicia, aunque durante el proceso tiene que expandir e incluso cambiar ciertos conceptos de la obra de Baker. Por lo cual el enfoque de la historia ya no pasa tanto por el sadismo/masoquismo con tal de poder elaborar de manera más profunda los mitos detrás de la caja de rompecabezas, sin que esto signifique que el dolor físico se encuentre totalmente ausente de lo que se nos quiere contar.

Obligando así a tener que construir una primera mitad que se centra en los problemas personales de Riley y limita la violencia lo más que se pueda (las muertes se dan fuera de cámara) hasta antes de que aparezcan de manera constante los Cenobitas. Quienes una vez que hacen acto de presencia para la segunda mitad logran cambiar la dinámica y mucho de esto tiene que ver con el hecho de que se sabe combinar de buena manera la generación de una atmósfera tétrica con la peligrosidad que estos mismos representan, a pesar de que ahora no son simples villanos que hacen sufrir a todos los humanos que se les cruzan, sino más bien fungen estrictamente como servidores del infierno que persiguen exclusivamente a aquellos que han derramado su sangre.

Algo que posibilita que los humanos no resulten tan indefensos contra ellos y que termina brindando flexibilidad al desarrollo gracias al concepto del intercambio que se utiliza para integrar ciertos cuestionamientos morales con Riley. Además de que ayuda a darle sentido a uno de los principales misterios que encierra la historia con respecto al diseño de la mansión en la que se llevan a cabo los acontecimientos más relevantes.  

Llevándonos con esto a una parte final en donde, si bien todo se entrelaza de manera orgánica, también se presenta un desenlace falto de fuerza debido a que no se va más allá en lo que se refiere al tema de las muertes y porque la manera en la que nuestra protagonista resuelve las cosas resulta un tanto intrascendente.

Sobre las actuaciones la verdad es que Odessa A’zion nunca te termina por convencer como la protagonista; sin embargo, es indudable que quien más va a llamar la atención es Jamie Clayton como el nuevo Pinhead/Hell Priest. Y honestamente lo hace bien para esta versión del personaje menos expresivo y mucho más centrado en cumplir con las reglas que significa poseer la caja de rompecabezas.

En cuanto a producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel con los nuevos diseños de los Cenobitas.   

Opinión final: Hellraiser está entretenida. Reboot esperanzador para poder iniciar una nueva era de la franquicia.  

Ojometro:
***