martes, 14 de marzo de 2023

Crítica: Scream VI (2023)

Sexta entrega de la franquicia dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, cuyo guión fue co-escrito por James Vanderbilt, Guy Busick y Kevin Williamson. Se estrenó en cines dentro de México y Estados Unidos el fin de semana pasado, recaudando hasta la fecha $67 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un año después de los brutales acontecimientos en Woodsboro, Sam (Melissa Barrera) y Tara (Jenna Ortega) tratan de rehacer su vida en Nueva York. Aunque pronto se darán cuenta que dejar atrás a Ghostface es más difícil de lo que parece.  


Comentarios generales:

La manera en la que los chicos de Radio Silence revivieron la franquicia de Scream en 2022 fue una de las grandes sorpresas de los últimos años debido a que nadie pensaba que esta tuviera futuro a pesar de pertenecer a uno de los subgéneros con mayor longevidad dentro del cine de terror. Simplemente fue un éxito rotundo y por cuestiones lógicas una secuela era de esperarse; sin embargo, también era imposible saber si volverían a replicar tal éxito ya sin el factor nostalgia de su lado y con la ausencia por primera ocasión de Neve Campbell, aunque afortunadamente esta sexta entrega logra salir avante y no decepciona para nada.

Ya que lo traído por Bettinelli-Olpin y Gillett está pensado para ser secuela y a la vez un homenaje a la franquicia en general, lo cual podemos notar desde una introducción que en cuanto al concepto es similar al de la original de 1996, pero por medio del famoso cambio de reglas con el que siempre se ha jugado logra sorprender y dejar en claro no solo que el nivel de violencia será mayor, sino que nuevamente cualquier cosa es posible.

Todo manteniendo lo establecido en la entrega pasada con respecto a la herencia familiar de Sam, quien durante el primer acto es la vía para ir construyendo la situación apremiante en la que ella y Tara siempre tendrán que vivir por más que quieran alejarse tanto mental como físicamente de su pasado en Woodsboro. Logrando con esto añadir complejidad a su relación sin que se pierda un solo minuto de emociones debido a que el desarrollo es uno muy dinámico gracias a que esta versión de Ghostface es más brutal y se le expone en situaciones en las que no tiene que pasar desapercibido, ocasionando así que la sensación de caos se logre dar desde muy temprano.

Un aspecto que resulta importante porque al tenerlo tan expuesto se logra insertar una duda razonable con respecto a su identidad y conforme se va entrando al segundo acto su figura se vuelve omnipotente dentro de una ciudad en la que tiene más ventajas para realizar los asesinatos. Además en base a esto se empieza a generar algo de desconfianza entre los personajes que ayuda a incrementar el sentimiento de que nadie está a salvo y por lo consiguiente el nivel de tensión aumenta bastante en cada ataque que este realiza.

Llevándonos así por un camino en donde hay bastante acción, sangre y varias referencias (atención especial con la escena en el metro)  que dejan todo preparado para una parte final que puede que se sienta algo forzada con la revelación, pero que no escatima en lo absoluto en lo que respecta a la violencia. Dejándonos con esto un desenlace potente que trata de jugar con los conflictos internos de Sam y claramente deja puestas las bases para una entrega más.

Con respecto a las actuaciones, tanto Melissa Barrera como Jenna Ortega siguen teniendo una gran química y claramente ambas se sienten mucho más cómodas con estos personajes; en especial la primera que ahora si la vez como la verdadera sucesora de Sidney. Mientras que el regreso de Courteney Cox (Gale) y Hayden Panettiere (Kirby) brinda la dosis de nostalgia suficiente para seguir recordando el legado de la franquicia.

En lo que se refiere a producción nuevamente nos encontramos con una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido espectacular, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: Scream VI me gustó. Entrega divertida y sangrienta que sigue refrescando a la franquicia de manera interesante.

Ojometro:
****