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martes, 12 de enero de 2016

Crítica: The Howling: Reborn (2011)


Nueva entrega de la franquicia que está dirigida por Joe Nimziki, quien además fue co-escritor del guión junto a James Robert Johnston. Salió directamente en VOD durante el 2011 y en el 2012 hizo su debut en formato físico.

Sinopsis:

Will (Landon Liboiron) es el típico adolescente que se encuentra en su último año de preparatoria y justo antes de graduarse finalmente decide declarársele a su hermosa compañera Eliana (Lindsey Shaw). Aunque, por otra parte, también descubre que sus ancestros eran hombres lobo y poco a poco empezará a descubrir sus increíbles poderes; poniéndolo en una situación en donde tendrá que elegir entre su sangre o a la chica que ama.



Comentarios generales:

En su momento no me pudo importar menos esta nueva entrega, la cual se manejaba como un remake pero que en realidad solo está ligada por el nombre. Salió justo en el pleno apogeo de Twilight y con solo ver el tráiler uno podía darse cuenta sobre lo que pretendían explotar, siendo esto el principal motivo por el cual no le di oportunidad hasta ahora que me la encontré de mera casualidad por TV. Algo que sin duda fue la mejor elección.

Esto porque lo que nos regala Nimziki es una historia de amor que pretende ser muy sexual, pero que se termina estancando en el típico romance adolescente que se ha visto millones de veces, nada más que ahora involucrando hombres lobo. Sustentándose en el blando personaje de Will y su evolución no solo en la cuestión del lado animal, sino también en su aspecto humano que lo lleva a realizar acciones que normalmente no haría para construir así un primer acto que presenta poco o nada llamativo; al grado que, salvo por un par de tomas con perspectiva de primera persona, uno no pensaría que está viendo una película de terror.

Es hasta pasados los 40 minutos cuando las cosas empiezan a tener un tono mucho más oscuro con la aparición del villano principal, algo que se da de manera muy agitada y sin explicarte gran cosa sobre este (salvo por detalles básicos) pero que sin duda beneficia al ritmo utilizado en el resto de la película. Ya que a partir de ese punto todo se vuelve una larga cacería dentro de la escuela que genera las dosis mínimas de tensión necesarias para poder soportar la dinámica melosa entre los dos personajes principales; una que definitivamente terminará hartándolos no solo por su ridiculez, sino porque además gracias a esto los sucesos nunca logran tener un desarrollo fluido y lo que supuestamente tendría que ser la construcción de un conflicto violento solo se queda en una pelea entre perritos.

La parte final no está tan mal. Cuenta con acción, algo de sangre y peleas muy dinámicas que están filmadas de manera inteligente para no notar el pobre trabajo de caracterización; sin embargo, dejan totalmente en blanco varios aspectos respecto al villano y sus verdaderas motivaciones que te dejan con la sensación de que termina de manera muy abrupta.

Las actuaciones no son muy buenas, salvo por la de Lindsey Shaw, quien logra darle vida a una chica bastante atractiva que se roba todos los reflectores cada que aparece en pantalla gracias a su relajada personalidad. La producción no es la gran cosa, pero cumple: el trabajo de fotografía es decente, el score es bastante bueno, cuenta con un buen sonido y efectos que pasan el control de calidad; aunque, por otra parte, el trabajo de maquillaje deja mucho que desear debido a que los hombres lobo lucen terribles.

Opinión final: The Howling: Reborn es de lo peor de la franquicia y después de verla entenderán por qué esta se encuentra en la congeladora.

Ojometro:
*

sábado, 20 de julio de 2013

Crítica: No One Lives (2013)


Película del director japonés Ryuhei Kitamura, la cual está producida por WWE Studios. Se estrenó el pasado 10 de mayo en los Estados Unidos de manera limitada y su salida en formato físico está planeada para el próximo 30 de agosto.

Sinopsis:

Una pareja se encuentra de viaje y por cuestiones del destino se topan con una banda de delincuentes cuyo último golpe resulto fallido. De regreso a su hotel, la pareja es víctima de un robo y secuestro por parte de uno de los miembros de la banda; sin embargo, este no sabe que no pudo haber elegido un peor objetivo.



Comentarios generales:

La verdad no sabía que esperar de esta película debido a que nunca he sido muy fan de Kitamura y el historial de WWE Studios está lejos de ser alentador, pero al final creo que se logra un trabajo entretenido; en especial gracias a la premisa original que presentan, la cual maneja más que nada el concepto de estar en el lugar y momento equivocados de manera sólida.

Además de algún modo la historia obtiene tintes un tanto cómicos con el paso de los minutos, aunque no precisamente me refiero a comedia barata puesta ahí de manera intencional, sino porque se llega a un punto en donde el asesino es más letal que Jason Voorhees y más indestructible que el propio Terminator. Algo que provoco que no me dejara de reír.

Dentro de sus fallas más notorias indudablemente está el hecho de que no logra crear la tensión suficiente en ciertos momentos clave por querer exhibir ríos de sangre al por mayor, ya que aunque evidentemente el plan no era sentir empatía por las víctimas, creo que un poco más elaboración en la cacería hubiera sido adecuada. También creo que faltó mostrar más de la relación entre el asesino y sus mujeres, más que nada porque la película se sostiene en base a eso y la pequeña explicación que te brindan es muy vaga y poco convincente.

Luke Evans como el asesino de nombre peculiar creo que está bien, el papel lo obliga a estar en modo robot todo el tiempo y eso se le da, mientras que Adelaide Clemens como Emma creo que es por amplio margen lo mejorcito en el aspecto actoral; especialmente porque su personaje termina siendo el más complejo. En producción es un buen trabajo: la fotografía es bastante buena, para mi sorpresa tiene una dirección de arte variada y el trabajo de maquillaje es sumamente efectivo considerando el tipo de película que es.

Opinión final: No One Lives es un goresfest entretenido con muchas cosas absurdas que te hacen pasar un buen rato. Vale la pena darle una checada, aunque probablemente los que más la van a disfrutar son los fans de Kitamura.

Ojometro:
***