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viernes, 18 de junio de 2021

Crítica: A Quiet Place Part II (2021)

Secuela dirigida nuevamente por John Krasinski, quien además en esta ocasión es el escritor del guión. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 28 de mayo, mientras que hizo lo propio en México el pasado 10 de junio; recaudando hasta la fecha $201 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de los eventos ocurridos en su casa, la familia Abott ahora enfrenta el terror del mundo exterior. Viéndose forzados a aventurarse hacia lo desconocido donde descubrirán que las criaturas que los cazan no son las únicas amenazas más allá del camino de arena.


Comentarios generales:

Hace tres años “A Quiet Place” sorprendió a propios y extraños por su enorme calidad, posicionándola como una de las mejores películas de terror de los 2010s. Simplemente fue un éxito rotundo con el que Paramount no iba a desaprovechar la oportunidad de crear una posible franquicia considerando el potencial existente de su tema apocalíptico, lo cual generaba ciertas dudas naturales ante lo voraces que suelen ser los estudios; sin embargo, A Quiet Place Part II no solo superó con éxito el retraso de un año por la pandemia, sino que además se posiciona como una de las mejores secuelas dentro del género en los últimos años.

Y es que lo que nos presenta Krasinski es una extensión natural de la historia original, pero también se toma la libertad de añadir un poco más de contexto con respecto a los comienzos de la catástrofe por medio de un inicio explosivo que contrasta con el tema general del silencio. Brindándole así los que son sin duda los minutos con más acción y que sirven para exponer de mayor manera lo verdaderamente peligrosas que son las criaturas en escenarios amplios y con más personas de por medio.

Siendo esto un preámbulo de lo que podría ocurrir en los siguientes actos, más no es necesariamente lo que predominará debido a que una vez que pasan esos primeros minutos la película regresa a sus bases al posicionar las acciones justo en donde se quedaron en la primera entrega y a partir de ahí sustentar nuevamente su efectividad en la construcción de secuencias que exploten la generación de tensión por medio del sigilo. Funcionando de manera impecable la mayoría del tiempo y con ello ir preparando el camino para lograr su principal meta que es hacer lucir al personaje de Regan.

Quien en esta ocasión es el centro de atención debido a que es por medio de ella como se empiezan a exponer los peligros exteriores sin dejar de lado todo lo demás. Con un enfoque que no dista demasiado de lo que hemos visto en otras películas o series con respecto al apocalipsis y sus consecuencias en el comportamiento humano, pero que realmente no se vuelve algo tan importante en el desarrollo para no caer en lo genérico. Aunque si es el medio para proporcionar uno de los momentos más satisfactorios del filme que, además, revela un aspecto fundamental con respecto a las criaturas.

Llevándonos así a una parte final que en cierto modo se podría decir que es lo más flojo de la película al establecer la presencia de unos personajes que la verdad resultan irrelevantes. Sin embargo, a pesar de esto logra tener un desenlace muy intenso, lleno de acción y que cumple perfectamente su objetivo de no solo establecer una ventaja para los humanos, sino también de posicionar a los dos niños Abott como el posible futuro de la franquicia.

En el tema de las actuaciones tenemos nuevamente a Emily Blunt (Evelyn), Noah Jupe (Marcus) Millicent Simmonds (Regan) haciendo una gran labor; en especial esta última mostrando una evolución natural para su personaje que explota a la perfección. Mientras que la presencia de Cillian Murphy (Emmett) añade un buen contraste con respecto a lo que representaba el personaje de Krasinski en la primera entrega. 

Sobre la producción, como era de esperar, es de una factura altísima: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es impecable, la labor de maquillaje es sólida y los efectos se siguen manteniendo de primer nivel, aunque aquí se les exige un poco más en términos de espectacularidad.  

Opinión final: A Quiet Place Part II es muy buena. No está al nivel de la primera entrega, pero es una gran continuación que vale mucho la pena.

Ojometro:
*****

lunes, 9 de abril de 2018

Crítica: A Quiet Place (2018)


Película dirigida por John Krasinski, quien además de ser uno de los protagonistas también coparte créditos como co-escritor del guión junto a Bryan Woods y Scott Beck. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México (así como en otros tantos países) este fin de semana pasado, recaudando hasta el momento $71.2 millones en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

La familia Abott se ve forzada a vivir en total silencio para mantenerse oculta de unas misteriosas y peligrosas criaturas que se guían por el sonido.



Comentarios generales:

Desde que salió el primer trailer se notaba que podía haber algo especial aquí, sin embargo, el nombre de Platinum Dunes es algo que siempre me generará dudas y por eso fui al cine con ciertas reservas. Al final de cuentas también había un director debutante involucrado y la idea central resultaba muy riesgosa; detalles a considerar sin duda, pero que una vez que empezaron a salir los créditos finales ni me acordé de estos debido a que A Quiet Place es una tremenda película de principio a fin.

Y es que en su debut en cine Krasinski nos trae un trabajo que, a pesar de sustentarse en el silencio, logra tocar temas como las relaciones familiares o los miedos de los padres por el futuro de sus hijos de manera contundente mientras construye una experiencia increíblemente inquietante por medio de un escenario catastrófico que pone en riesgo a esta familia en todo momento. Aquí realmente desde el primer minuto los niveles de tensión son altísimos debido a que cada situación, sin importar lo simple que sea, puede representar la muerte para cualquiera de los personajes y gracias esto la sensación de peligro se encuentra presente en todas sus acciones.

Una situación que obliga a que el desarrollo no sea tan caótico como uno pudiera pensar al tratarse esencialmente de una historia de monstruos; de hecho, se podría decir que el ritmo es algo pausado, pero esto no afecta en lo absoluto el visionado porque realmente las cosas nunca se vuelven aburridas. Ya sea por ver cómo esta familia se adapta a su situación bajo un miedo terrible, la increíble atmósfera desoladora presentada o porque el director va insertando por medio de un gran timing momentos de agobio complementados con sustos fáciles que funcionan a la perfección y evitan que el espectador pueda relajarse en exceso.

En general  es de esos ejemplos en donde menos es más, aquí todo se encuentra dosificado de tal manera para que cada aparición de las criaturas se sienta como algo relevante e impactante. Mucho más cuando el nivel de violencia o sangre es mínimo.

De la parte final no quiero hablar mucho, pero es muy buena. La intensidad que maneja es de destacar y, una vez más, la sensación de peligro vuelve a ser altísima mientras se le da más tiempo en pantalla a las criaturas. Aunque lo verdaderamente destacado es lo emocional que resulta el desenlace; uno que además no se va por el camino feliz y opta por seguir con el tema de la supervivencia a toda costa.

Las actuaciones son estupendas, tanto Emily Blunt como Krasinski y ambos niños son capaces de expresar muchísimas cosas sin decir una sola palabra; además de que tampoco caen en la exageración al momento de hacerlo. Su relación se siente muy cercana, en todo momento notas su sufrimiento y eso hace que te involucres de manera importante con lo que les ocurre.

En lo que se refiere a la producción también es de nota bastante alta: cuenta con un gran trabajo de fotografía, la dirección de arte está bien cuidada, el score es muy bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje realmente presenta poco.   

Opinión final: A Quiet Place es una gran película. Una experiencia única que tiene absolutamente todo para volverse referente no solo de este 2018, sino de la década.

Ojometro:
*****