Tercera entrega de la franquicia
creada en el 2002, la cual está dirigida por Kaare Andrews y en donde
nuevamente Eli Roth no tuvo absolutamente nada que ver. Se estrenó en cines y
DVD el pasado 6 de febrero en Alemania, mientras que su llegada en VOD a los
Estados Unidos está planeada para algún punto del verano.
Sinopsis:
Un grupo de jóvenes se va de
viaje en crucero a una isla remota en el Caribe como parte de una despedida de
soltero. Lo que no saben es que ese lugar hay un laboratorio en donde se investiga un
mortal virus come carne, el cual se ha dispersado por todo el lugar y consumirá
a todo ser vivo presente.
Comentarios generales:
Cuando me entere que se estaban cocinando un par de nuevas entregas de Cabin Fever mi
reacción fue de total indiferencia, ya que como lo mencione hace un tiempo
nunca he sido fan de la primera. Sin embargo, una vez que se confirmó que serian unas precuelas mi indiferencia pasó a curiosidad, pero
nunca me imagine que no supieran como hacerlas.
En Patient Zero lo que quieres es
que te expliquen los orígenes del virus, todo lo que respecta a la conexión
con las entregas anteriores puede esperar para la segunda precuela, pero aquí
era OBLIGATORIO que revelaran los origines porque de lo contrario resultaría una pérdida total de tiempo y para nuestra desgracia eso fue lo que
ocurrió. Ya que Andrews no nos dice nada al respecto, a lo mucho te muestran
unas escenas algo trágicas al inicio y por sentido común sabes que esto se
desarrolla antes de los eventos en Cabin Fever, pero de ahí fuera pareciera que
la idea no era resolver ningún tipo de duda sobre un elemento vital.
Dentro de los cambios notorios
esta el toque más serio que se le quiere imprimir a la película, ya que
aunque todavía se mantienen las actitudes tontas de los protagonistas y el
humor negro, si se nota que le quisieron dar más relevancia a la tensión, así
como al hecho de querer tener una atmósfera mucho más oscura justo cuando se rebasan
los 20/25 minutos iniciales; incluso le integran ciertos tintes zombinescos
estilo Resident Evil. Esto ciertamente funciona por momentos, pero termina sin tener
grandes efectos cuando las dos historias contadas aquí solo se entrelazan por
muy poco tiempo, mientras el resto es rellenado con eventos que explotan la violencia
o lo grotesco simplemente porque si.
El final dentro de todo es lo que
tiene más lógica considerando que todavía tienen que explicar ciertas cosas, pero seguramente
dejará a más de uno con una sensación de vacío importante.
En actuaciones por mucho lo mejor
es Sean Astin, cuyo personaje se ve limitado al estar en cuarentena, pero que
logra brindar una buena transición de padre destrozado a futuro psicópata. En producción
lo mejor sin duda es el trabajo de maquillaje: es muy bueno, genera bastante
impacto visual y eleva el nivel en comparación a sus predecesoras.
Opinión final: Patient Zero es la
entrega que más me ha entretenido, aunque sigue sin convencerme. Recomendable
para los fans de la franquicia y para aquellos que desean ver un buen trabajo
de maquillaje.
Ojometro:
**