jueves, 6 de marzo de 2014

Crítica: Gingerclown 3D (2014)


Producción húngara (aunque hablada en ingles) que significa el primer largometraje del director Balázs Hatvani. Se estrenó en algún punto del 2013 en su país de origen, pero fue apenas el pasado 14 de enero cuando salió a la venta en DVD y BR en el Reino Unido.

Sinopsis:

En 1983 unos estudiantes de preparatoria ingresan a un parque de diversiones abandonado del cual se dicen muchas cosas, pero ninguna se le comprara a la realidad. Ya que este es un lugar dirigido por un aterrador payaso (Tim Curry) y su séquito de peculiares monstruos.  



Comentarios generales:

Definitivamente este es un trabajo peculiar dado a que se trata de una producción de un país poco conocido por hacer cine de terror, dirigido por un director ya veterano que apenas hace su debut y cuya historia se realiza en Los Ángeles, pero con puro actor británico. Vamos… creo que una combinación más extraña que esta no se puede encontrar.

Con Gingerclown 3D lo que nos trae Hatvani es algo exageradamente simple, ya que con excepción de los primeros 10 minutos esta película sigue una fórmula lineal que nunca cambia: un par de chicos caminando por el oscuro lugar que escuchan ruidos extraños, investigan, ven un monstruo y corren. Lo cual para muchos puede resultar exageradamente aburrido, pero yo particularmente no lo sentí tan pesado gracias a que me recordó por momentos a muchas películas de los 80s e inicios de los 90s (especialmente para TV) cuya fórmula era la misma para tratar de exponer lo menos posible las limitaciones del guión con algo mucho más elaborado.

Sin embargo, su problema es indudablemente que nunca parece decidir de manera clara qué camino quiere tomar; por momentos luce como si se fuera por el lado del terror, pero inmediatamente cambia de tono y se va mas por la comedia, lo cual genera una dinámica un tanto extraña que te deja esperando por algo que nunca llega y cierta sensación de vacío debido a que quienes busquen sangre no la encontraran realmente, mientras que los que busquen grandes risas tal vez tampoco las encuentren.

Y es que hay que decirlo, la peculiaridad de todo esto está en el humor de los monstruos: estos son sumamente bizarros (el primero que aparece es una tetera que habla), pero sus interacciones no son precisamente para el gusto de todo el mundo y pudieran parecer muy bobas.

El final es completamente genérico y poco gratificante, ya que uno lleva esperando ver al payaso de manera completa durante más de una hora y cuando por fin sale no hacen nada memorable con él.

En actuaciones la mayoría de los actores presentes simplemente están ahí sin ofrecer la gran cosa y sufriendo enormidades en tratar de ocultar su acento, mientras que los nombres conocidos nunca aparecen en pantalla porque solo se limitan a prestar sus voces; las cuales en ocasiones ni se escuchan como las de ellos (ejem! Tim Curry ejem!). En producción es donde si resalta, especialmente en la dirección de arte con todo lo que respecta al parque de diversiones y en los animatronics utilizados para los monstruos que, si bien son algo arcaicos, encajan perfectamente con el estilo visual de la película.

Opinión final: Gingerclown 3D es en cierto modo un homenaje a varios trabajos, pero nunca termina por convencerte.

Ojometro:
**