lunes, 5 de mayo de 2014

Crítica: I, Frankenstein (2014)


Película basada en la novela gráfica creada por Kevin Grevioux, la cual significa el debut dentro del género del director Stuart Beattie. Se estrenó en cines a inicios de año recaudando a nivel mundial 71 millones de dólares en taquilla; mientras que su salida en formato físico se estará dando durante este mes de mayo.

Sinopsis:

La criatura creada por el Dr. Victor Frankenstein ha sobrevivido durante 200 años ocultándose de la humanidad en los rincones más remotos del planeta. Sin embargo, un día decide regresar a la metrópolis y ahí se encontrará en medio de una guerra entre dos bandos milenarios donde él será una pieza clave.  



Comentarios generales:

Por lo regular este tipo de películas suelo tenerlas siempre en consideración porque soy bastante fan del nuevo enfoque que presentan sobre historias que ya conocemos; casi siempre las voy a ver al cine, pero esta simplemente no me genero nada en su momento. Tal vez fue por su caótica fase de producción, pero después de checarla no me arrepiento de no haberla visto en la pantalla grande.

I, Frankenstein es, tal como la propia creación de Victor, una integración de varios elementos e ideas cuyo único propósito era que esto fuera un mega hit de proporciones importantes para poder explotarla de diferentes maneras en el aspecto comercial, incluso tal vez con más secuelas, pero todo esta manejado de una manera tan pobre que al final no ocurrió (ni ocurrirá) nada de eso. En gran medida porque Beattie saca a relucir su inexperiencia al no lograr crear algo que se sienta original, algo con lo que digas: “Wow, esto nunca antes lo había visto”. Ya que todo se limita a un ritmo frenético, ciertas duplicas a otros trabajos y a grandes explosiones para maquillar una supuesta guerra que no tiene nada épica, la cual por momentos simplemente se siente ajena a todo lo que esta sucediendo.

Aunque el principal error a mi juicio es el hecho de que nunca se nos dan motivos suficientes para simpatizar con el personaje central. Pasan los minutos y este es solo un monstruo que mata demonios porque si, provocando que te de lo mismo si logra su objetivo o no gracias al poco esfuerzo dedicado a un personaje que por naturaleza es complejo.

El final es lo más rescatable gracias a que contiene una buena dosis de acción y son los únicos minutos en donde la guerra verdaderamente luce como algo importante.

En las actuaciones Aaron Eckhart debe de ser el Frankenstein más plano y con menos personalidad que recuerde, mientras que Bill Nighy y Strahovski carecen de carisma todo el tiempo. La producción es por mucho lo mejor: visualmente es bastante espectacular en muchas escenas, la peculiar y variada de dirección de arte está bien lograda, así como los efectos especiales (salvo ciertos detalles con el CGI en el rostro de los enemigos); aunque por otra parte, la caracterización de Eckhart es bastante pobre.

Opinión final: I, Frankenstein me decepcionó, está muy lejos de otros trabajos similares.

Ojometro:
**