Remake de la película de 1978 que
significa el primer largometraje para el director Mark Hartley y del guionista
Justin King. Se estrenó a finales del año pasado en Australia, pero de este
lado salió tanto en cines como en VOD dentro de los Estados Unidos durante el
mes de marzo.
Sinopsis:
En el cuarto numero 15 de la
Clínica Roget yace Patrick, un asesino en estado de coma por muerte cerebral
que es sujeto de pruebas para el doctor Roget (Charles Dance). A nadie le importa
lo que hagan con él, esto hasta que una nueva enfermera de nombre Kathy (Sharni
Vinson) entabla comunicación con este por medio de sus poderes psíquicos,
generando así una extraña afección muy peligrosa.
Comentarios generales:
Cuando supe de este remake la
verdad no sabía que pensar, ya que la original no es que sea precisamente
recordada por las masas, sino más bien por un pequeño (y fiel) grupo de fans;
lo cual básicamente lo convierte en uno que a la gente realmente no le importa
demasiado. Aunque igualmente esto mismo hace que su camino por el cruel mundo
de los remakes sea mucho más ligero, brindándole así un margen de maniobra interesante
para permitirse ciertas libertades sin ser tan cuestionada.
Hartley y King lo que nos ofrecen
con Patrick en general no creo que genere gran malestar, de hecho, creo que
muchos quedarán satisfechos por algunos pequeños homenajes que le hacen a la
original; sin embargo, a mi me quedó la sensación de que vi dos películas
distintas en los poco mas de 90 minutos que dura.
Ya que la primera mitad se sustenta en gran parte por generar una atmósfera idónea para esta historia y en un casi perfecto timing al ir mostrando pequeños sucesos claves con un ritmo pausado que permite involucrarte de manera mucho más directa con los personajes y, además, envolverte de tal manera para que caigas en varios sustos a la vieja escuela. Básicamente sin mostrar mucho logran crear un pequeño e intimo drama con dosis de tensión muy altas que parecen prepararte para algo bastante importante del lado psicológico.
Ya que la primera mitad se sustenta en gran parte por generar una atmósfera idónea para esta historia y en un casi perfecto timing al ir mostrando pequeños sucesos claves con un ritmo pausado que permite involucrarte de manera mucho más directa con los personajes y, además, envolverte de tal manera para que caigas en varios sustos a la vieja escuela. Básicamente sin mostrar mucho logran crear un pequeño e intimo drama con dosis de tensión muy altas que parecen prepararte para algo bastante importante del lado psicológico.
Lamentablemente ese “algo” no se
da, ya que la segunda mitad en gran medida destruye todo lo construido y
prefiere irse por un lado mucho más extremo con las habilidades psíquicas de
Patrick; generando así algunos momentos que caen mas en lo cómico sin realmente
pretender que sea así. Además se sigue sin poder explicar de manera decente el
por qué de las habilidades de este, situación que tal vez para quienes
vieron la original no sea problema, pero si eres de los que solo tienen
conocimiento del remake probablemente quieras saber más al respecto.
El final está entretenido. Es una
buena resolución al conflicto entre los personajes principales con varias dosis
de sangre y brutalidad, aunque definitivamente puede que a muchos les resulte
muy exagerado.
En las actuaciones Sharni Vinson
sigue consolidándose como una futura Scream Queen, aunque por momentos es complicado
creerle en papeles un poco más dulces; mientras que Charles Dance tiene una
presencia enorme y Rachel Griffiths muestra una frialdad poco vista en ella. La
producción está bastante bien: el trabajo de fotografía es muy bueno, parte
fundamental para poder crear una atmósfera tan íntima y un aspecto visual
atrapante; la dirección de arte está ok, el score combina modernidad con
estilos clásicos y el maquillaje funciona en un porcentaje elevado. Mi único problema
fueron los efectos especiales, algunos lucen algo pobres (en especial la escena
del automóvil y el barranco).
Opinión final: Patrick está ok.
No es de los mejores remakes que se han hecho, pero tampoco es una aberración.
***