Película escrita y dirigida por Travis
Legge (Raymond Did It). Se estrenó únicamente de manera digital el pasado 7 de
abril y por lo que he visto no parece que vaya a salir en otros formatos, salvo
por ediciones limitadas exclusivas de Indiegogo.
Sinopsis:
Lily (Deann Baker) se despierta
en un baño de hotel que se encuentra cubierto de sangre y no recuerda
absolutamente nada de la noche anterior. Extrañada intenta seguir con su vida,
pero mientras lidia con el trauma y trata de descifrar lo que ocurrió, ella
empezará a cambiar en algo que no es humano.
Comentarios generales:
Sinceramente este es un trabajo
del cual no sabía nada hasta hace unos cuantos días atrás y la primera
impresión no fue muy positiva que digamos. No porque me aburran los vampiros o
algo similar, pero simplemente al ver el tiempo de duración (65 minutos sin
créditos) mis temores de que fuera un cortometraje con mucho relleno salieron a
relucir y tristemente se hicieron realidad.
Bloom es en general un corto
extendido cuya mayor fortaleza sin duda son sus primeros 10/15 minutos, donde
Legge logra generar un aire de duda razonable al establecer un escenario que no
te dice mucho y que te hace sentir cierta empatía por una chica que a todas
luces fue víctima de algo, pero no sabes al 100% de qué… aunque tienes una
idea. Lamentablemente el descifrarlo en su totalidad no tarda mucho tiempo y cuando
esperas que las cosas tomen un ritmo mucho más acelerado para hacer de la
transformación un asunto vital que aumente las emociones, el director decide
tomarse las cosas con demasiada calma para desarrollarla; provocando así una total monotonía en la historia.
Por esto la segunda mitad de la
película es aburridísima, no solo porque todo lo ligado a la búsqueda del
hombre que la convirtió en vampiro no tiene nada de interesante (de hecho,
llega un punto en donde sientes que es intrascendente para los efectos de lo
que quieren contar), sino porque además nunca existe algún tipo de conflicto
existencial por parte de la protagonista que le brinde un tono diferente a las
cosas, obligando así a repetir la misma pieza del score una y otra vez para tratar
conseguirlo sin éxito. Todo transcurre lento, se repiten varias situaciones; al
grado de que cuando finalmente se pretende producir un poco de acción esta
resulta demasiado ligera y las limitantes con el presupuesto solo empeoran las
cosas.
El final es anti climático.
Básicamente todo lo ocurrido durante más de una hora no te lleva a nada e
incluso se siente como algo improvisado, donde simplemente te quedas esperando a
que pase cualquier cosa para darle sentido.
En las actuaciones todo recae en
Deann Baker y la verdad no lo hace mal; no es que el papel le exigiera
demasiado pero lo poco efectivo de su transformación es producto de su
capacidad por lucir como un ser sin emociones. La producción es lo que
esperarías de una película cuyo presupuesto solo fueron un poco más de $7000
dólares: el score es repetitivo como pocos, el trabajo de sonido en ocasiones no
permite escuchar bien ciertos diálogos, los efectos se limitan a un par de
cosas exageradamente básicas y el trabajo de maquillaje es casi nulo.
Opinión final: Bloom es
intrascendente. Una película que si no la ven poco importará y si la ven seguramente
la olvidarán en un par de horas.
**