Primer largometraje del director
Athur Cullipher, cuyo guión fue escrito por Nathan Erdel. De momento su mayor
exposición se ha dado en festivales, pero a finales de marzo e inicios de abril
sacaron a la venta ediciones limitadas en DVD y Blu-ray; mientras que ya
anunciaron que para el mes de junio tendrá su lanzamiento a nivel nacional
dentro de los Estados Unidos.
Sinopsis:
El número de cadáveres se
incrementa mientras un brutal asesino con máscara de calavera enfrenta a sus
demonios del pasado en este slasher “perdido” de 1978.
Comentarios generales:
Este trabajo es un spin-off
creado a partir de la genial "Found" de 2014, por lo cual tenía mucha
curiosidad de saber cómo iban a utilizar el concepto presentado ahí; especialmente porque este no era muy elaborado que digamos y, salvo por una
serie de brutales imágenes, carecía de contenido. Lo cual se refleja aquí, no
porque el producto final sea malo, sino porque te deja la sensación de que un
cortometraje hubiera resultado mejor opción para mostrar todo esto.
Ya que lo que nos trae Cullipher
y Erdel es en realidad una serie de impactantes asesinatos cuyo lujo de detalle
es brutal, iniciando con el ya mostrado en Found para establecer rápidamente el
tono que manejará la película, así como el principal propósito: tratar de hacer
sentir incomodo al espectador. Realmente la dinámica que sigue no es compleja,
de hecho, tal vez sea lo más básico que uno pueda encontrar (asecho, captura,
tortura, sexo con una cabeza) dado a que se repite una y otra vez; sin embargo,
el ritmo es fluido y lo que ocurre en pantalla te atrapa por varios frentes
debido a que no solo se trata de ver violencia extrema de alto impacto, sino que
además el trabajo de fotografía logra generar una atmósfera macabra ideal y los
diferentes sonidos te golpean a cada instante.
Su problema llega cuando la cuestión
del impacto pierde su efecto y te empiezas a dar cuenta que la historia en
realidad es casi inexistente, la cual pretenden disimular un poco a base de
flashbacks muy huecos e incluso algo grotescos; así como con una pequeña historia
entre una pareja que no aporta nada. Esto ocasiona que pasados los 50 minutos
la película se torne aburrida porque ya se sabe en automático lo que va a
ocurrir, no hay mucho esfuerzo por brindar algo nuevo y aunque entiendo
perfectamente que la intención era hacer esto lo más violento posible para
encajar de manera adecuada con la reputación vendida, definitivamente le hace
falta algo más de sustancia.
La parte final la sentí un poco
tediosa. Tratan de darle sentido a los actos del asesino después de revelar los
flashbacks en su totalidad, pero se siente demasiado forzado lo que ves y en
general no te brindan una respuesta concreta con respecto al niño; aunque es
agradable ver que no optaron por el camino fácil en lo que se refiere a la
conclusión.
De las actuaciones se puede decir
poco debido a que Shane Beasley como el asesino nunca habla, todo se basa en su
presencia física; mientras que el resto son personajes desechables. La producción
es de muy buena factura: como mencione antes la fotografía juega un papel
fundamental, la ambientación setentera es pasable y el score me pareció muy
bueno; aunque definitivamente lo que más llama la atención son los efectos prácticos
al ser tan gráficos y realistas; así como el trabajo de maquillaje.
Opinión final: Headless es un
gorefest puro y duro. Para los amantes de esto será un goce total, pero para el
resto probablemente solo quede en un espectáculo visual bien hecho.
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