Primer largometraje del director David
Gelb, cuyo guión fue escrito por Luke Dawson y Jeremy Slater. Se estrenó en
cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que en
México llegó apenas el fin de semana pasado. Ha recaudado hasta la fecha $26.3
millones de dólares en taquilla a nivel mundial.
Sinopsis:
Frank (Mark Duplass) y su
prometida Zoe (Olivia Wilde) lideran un equipo de investigación que desarrolla
un suero que puede revivir a los muertos, pero justo cuando parece que tantos años
de trabajo duro han dado resultado su éxito se ve frustrado por terceros. Esto
los lleva a hacer un último experimento donde Zoe pierde la vida,
convirtiéndola así en un nuevo sujeto de pruebas que genera resultados
aterradores.
Comentarios generales:
Basar el éxito de una película en
un rostro famoso no es algo raro y resultaba evidente que la apuesta con Olivia
Wilde era esa, ya que absolutamente toda la promoción giraba en torno a ella;
incluso sin importar que eso revelara mucho más de lo deseado con respeto a la
trama. Una estrategia con la cual realmente no tengo problemas dado a que eso
suele ayudar mucho en cuanto a la exposición, pero con The Lazarus Effect
parece que ese fue el único aspecto en el cual verdaderamente trabajaron.
Y eso es una pena porque durante
la primera mitad esta es una película que fluye de manera muy agradable, donde
Gelb logra un balance adecuado entre las relaciones personales y los choques de
creencias que ayuda a preparar el camino para los conflictos futuros que
invariablemente traerá consigo su experimento. El cual es una mezcla bastante
obvia de Frankenstein/Re-Animator que funciona e incluso para el público joven
podría resultar original, pero sobre todo agrega muchas dudas que poco a poco van
generando un aire de misterio sólido; teniendo como conducto a un perro cuyo
comportamiento produce los sustos fáciles más efectivos y de paso genera
ciertas fricciones entre el equipo.
Para nuestra mala fortuna todo
esto se viene abajo justo con la muerte de Zoe, ya que la segunda mitad de la
película se vuelve completamente genérica, entrando en un escenario mil veces
visto que la convierten esencialmente en un cuasi slasher con fenómenos
paranormales. Aunque este no es el principal problema, sino que es a partir de aquí
cuando las cosas dejan de tener sentido; simplemente nunca profundizan sobre por
qué Zoe tiene poderes psíquicos tan desarrollados, por qué se vuelve un ser
maligno o cómo diablos puede hacer que alguien entre a sus sueños. Todo pasa
exageradamente rápido, las muertes son con muy poco detalle y realmente sin
nada de impacto, dejándote la sensación de que le cortaron muchas cosas para convertirla
en algo mucho más digerible que llegara a un público de mayor escala (es PG-13).
Igualmente dejan de lado un punto
que involucra a una farmacéutica que se supondría iba a tener más relevancia
porque básicamente es lo que desencadena toda la tragedia y el caos, pero es
rápidamente olvidado. Es como si hubieran tenido una idea clara al inicio, pero
conforme pasaba el tiempo no supieron como implementarla en el desarrollo de la
historia y mejor decidieron optar por hacerla a un lado, esperando que el
espectador la olvidara por arte de magia.
El final es aceptable para lo que
es. Nunca se siente que exista un verdadero reto para Zoe, pero al menos tratan
de equilibrar las cosas y no se van por la conclusión fácil; aunque como en
todo lo previo, carece de sentido.
De las actuaciones no tengo
quejas, Wilde está ok en sus dos facetas y Sarah Bolger (Eva) resulta una cara
joven agradable que esperas pueda salir bien de todo esto; aunque si me hubiera
gustado ver un poco más de Evan Peters. La producción es probablemente lo
mejor: el trabajo de fotografía y la dirección de arte logran brindarle un
estilo visual sólido, el sonido es bastante espectacular en ciertas escenas y
el trabajo de efectos, tanto visuales como de maquillaje, está bien logrado en
general.
Opinión final: The Lazarus Effect
es demasiado genérica y tiene pocas cosas destacables. Película más para rentar
o ver en TV, no para cine.
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