Primer largometraje para la dupla
conformada por Nick Kozakis y Kosta Ouzas, este último siendo además el
responsable del guión. Se estrenó a inicios de mayo en VOD y formato digital.
Sinopsis:
Dentro de una Australia azotada
por un virus que se esparce rápidamente entre la población, un grupo de
sobrevivientes se instala dentro de un refugio en el campo para evitarlo. Entre
ellos se encuentra Evie (Tegan Crowley), quien se separó de su esposo y
pretende esperarlo en dicho lugar; aunque para su mala fortuna el resto del
grupo no comparte esa idea.
Comentarios generales (contiene spoilers):
Desde hace ya algún tiempo ha
quedado claro que el cine de zombies dejo de ser aquel con el que muchos de
nosotros crecimos, donde abundaban la sangre y los órganos vitales siendo
expuestos por medio de grandes efectos mientras estos comían todo a su paso.
Ahora la tendencia es utilizarlos lo menos posible en pantalla, algo que puede
gustar o no, pero que ha demostrado ser efectivo en las manos correctas.
Manos que en esta ocasión no son
lo suficientemente expertas como para poder manejar dicho aspecto debido a que
con Plague lo que nos regalan ambos directores pasa más como un frustrante
drama en donde el aspecto del virus y todas sus consecuencias solo tienen
relevancia como por 15 minutos. De hecho, esto se podría dividir en dos historias:
la primera que involucra lo contado en la sinopsis y la segunda que abarca todo
lo que ocurre después de que Evie es abandonada; siendo la primera la que más
se acerca a lo que uno quisiera ver en un trabajo de zombies dado a que
presenta un grado de tensión interesante entre los personajes con respecto a la
amenaza que los azota; así como la escena más violenta y gráfica de todas.
Lo decepcionante es que pasados
los primeros 20 minutos la película cambia de tono por completo, al inicio con
la aparición del esposo de Evie que realmente nunca te esperas tan temprano y
posteriormente con la integración del personaje de Bob, que por más que tratan
de volverlo parte natural de la historia este simplemente se siente forzado
todo el tiempo. Ya con estos tres las cosas se vuelven relativamente
tranquilas, los peligros externos disminuyen para centrarse por completo en sus
interacciones; generando así un ritmo muy cansino gracias a diálogos extensos y
situaciones poco interesantes que en ningún momento parece que vayan a llevar a
algo intenso, a pesar de que si logran construir otra amenaza coherente.
El final me gustó, es potente en
muchos aspectos y logra cambiar por completo el juego entre los personajes por
medio de un conflicto bastante peculiar que expone como la cobardía en estos
casos puede ser incluso mucho peor que la valentía exagerada. Además es la
parte que te hace recordar que estás viendo una película de zombies gracias al
ligero incremento en la violencia y apariciones de estos.
Las actuaciones las catalogaría como
regulares: Crowley me resulto totalmente desesperante porque no es capaz de
ofrecer algo diferente a su eterna expresión de sufrimiento, Stribakos se
siente robótico y Scott Marcus es un cero a la izquierda a lado de estos dos.
La producción es buena en general: tiene un trabajo de fotografía sólido (sobre
todo en exteriores), el score no está mal y todo lo ligado a efectos/maquillaje
realmente se gasta en un par de escenas gráficas bien hechas.
Opinión final: Plague es una
película que nunca logra despegar por completo, pero ofrece algunas cosas
interesantes como para rentarla.
***