domingo, 11 de octubre de 2015

Crítica: Cub (2015)


Producción belga dirigida por Jonas Govaerts, quien además comparte créditos como escritor del guión junto a Roel Mondelaers. Se estrenó el 31 de julio pasado de manera limitada en cines dentro del Reino Unido y solo unos cuantos días después salió en DVD; aunque aún no se sabe cuando podría llegar a este lado del planeta.

Sinopsis:

Sam (Maurice Luijten) es un Cub Scout que frecuentemente sufre de bullying por parte de sus compañeros y uno de sus superiores. Como parte de su entrenamiento él, junto a los demás chicos, son llevados a un bosque que al parecer cuenta con una leyenda sobre un hombre lobo conocido como Kai; la cual hace que Sam se obsesione con este y pronto descubra que, tal vez, toda leyenda tiene algo de verdad detrás.  



Comentarios generales:

Cuando se trataba de cine de terror belga mi única referencia era una película de finales de los 80s llamada “Rabid Grannies”, la cual es una de las abominaciones más grandes que han hecho sangrar los ojos de este servidor. Así que cuando supe de Cub la verdad no sabía que pensar, evidentemente cualquier cosa sería mejor que mi referencia, pero la duda seguía ahí; sin embargo, al final mis temores quedaron de lado ante un trabajo bien hecho… aunque bastante predecible y algo hueco.

Esto porque desde muy temprano nos dejan en claro cuales personajes van a sobrevivir y cuales no, obvio no de manera directa pero Govaerts se encarga de presentártelos de tal modo que realmente no resulte difícil descifrarlo; especialmente porque la mayoría son detestables y eso automáticamente los convierte en potenciales víctimas. Esto provoca que la construcción inicial sea lenta, muy característica de un slasher pero sin muertes significativas que aprovechen de manera correcta un entorno que da oportunidad para la creatividad, centrándose principalmente en los abusos que sufre el protagonista de prácticamente todo el mundo y así ir generando la animadversión suficiente para lo que está por venir.

El problema radica en que no revelan nada de lo que hay detrás de básicamente todas las cosas importantes que le dan vida a la historia: nunca se nos dan detalles sobre el pasado de Sam, ni tampoco los motivos por los cuales uno de sus superiores lo odia tanto; igualmente, nunca se nos ofrece una explicación concreta de la relación entre los asesinos. Ante esto, lo que se pretende es sustentar todo con la violencia y ahí la película resalta de buena forma sin recurrir a niveles tan extremos de sangre, sobre todo porque se encargan de que cada una de las muertes sea gratificante al combinar algunas muy elaboradas (una de estas bastante cruel) con otras mucho más sencillas que ayudan a imprimirle una fuerza importante; además de que se atreven a hacer algo con los niños cuando estos parecía que solo estarían de adorno.

La parte final presenta un giro que resulta efectivo a pesar de que no es tan complicado de descifrar, el cual ciertamente se ve algo afectado ante las pocas explicaciones brindadas de las que hable antes y eso hace que se sienta incompleto.

Las actuaciones están ok, con un Luijten algo desesperante pero no de una manera tan perjudicial como para tirar las cosas a la basura; mientras que el resto del elenco cumple de manera acertada con su labor de complemento. La producción tiene buena factura: el trabajo de fotografía es sólido (sobre todo en las escenas nocturnas), el score está ok, los efectos no son precisamente lo más elaborados pero están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Cub es un slasher aceptable. Probablemente termine perdiendo relevancia con el paso de los años, pero es una opción para ver en este 2015.

Ojometro:
***