Producción belga dirigida por Jonas
Govaerts, quien además comparte créditos como escritor del guión junto a Roel
Mondelaers. Se estrenó el 31 de julio pasado de manera limitada en cines dentro
del Reino Unido y solo unos cuantos días después salió en DVD; aunque aún no se
sabe cuando podría llegar a este lado del planeta.
Sinopsis:
Sam (Maurice Luijten) es un Cub
Scout que frecuentemente sufre de bullying por parte de sus compañeros y uno de
sus superiores. Como parte de su entrenamiento él, junto a los demás chicos,
son llevados a un bosque que al parecer cuenta con una leyenda sobre un hombre
lobo conocido como Kai; la cual hace que Sam se obsesione con este y pronto
descubra que, tal vez, toda leyenda tiene algo de verdad detrás.
Comentarios generales:
Cuando se trataba de cine de
terror belga mi única referencia era una película de finales de los 80s llamada
“Rabid Grannies”, la cual es una de las abominaciones más grandes que han hecho
sangrar los ojos de este servidor. Así que cuando supe de Cub la verdad no
sabía que pensar, evidentemente cualquier cosa sería mejor que mi referencia, pero la duda seguía ahí; sin embargo, al
final mis temores quedaron de lado ante un trabajo bien hecho… aunque bastante
predecible y algo hueco.
Esto porque desde muy temprano nos
dejan en claro cuales personajes van a sobrevivir y cuales no, obvio no de manera
directa pero Govaerts se encarga de presentártelos de tal modo que realmente no
resulte difícil descifrarlo; especialmente porque la mayoría son detestables y
eso automáticamente los convierte en potenciales víctimas. Esto provoca que la
construcción inicial sea lenta, muy característica de un slasher pero sin
muertes significativas que aprovechen de manera correcta un entorno que da
oportunidad para la creatividad, centrándose principalmente en los abusos que
sufre el protagonista de prácticamente todo el mundo y así ir generando la animadversión
suficiente para lo que está por venir.
El problema radica en que no revelan
nada de lo que hay detrás de básicamente todas las cosas importantes que le dan
vida a la historia: nunca se nos dan detalles sobre el pasado de Sam, ni
tampoco los motivos por los cuales uno de sus superiores lo odia tanto;
igualmente, nunca se nos ofrece una explicación concreta de la relación entre
los asesinos. Ante esto, lo que se pretende es sustentar todo con la violencia y
ahí la película resalta de buena forma sin recurrir a niveles tan extremos de
sangre, sobre todo porque se encargan de que cada una de las muertes sea
gratificante al combinar algunas muy elaboradas (una de estas bastante cruel) con
otras mucho más sencillas que ayudan a imprimirle una fuerza importante; además
de que se atreven a hacer algo con los niños cuando estos parecía que solo estarían
de adorno.
La parte final presenta un giro
que resulta efectivo a pesar de que no es tan complicado de descifrar, el cual
ciertamente se ve algo afectado ante las pocas explicaciones brindadas de las
que hable antes y eso hace que se sienta incompleto.
Las actuaciones están ok, con un Luijten
algo desesperante pero no de una manera tan perjudicial como para tirar las
cosas a la basura; mientras que el resto del elenco cumple de manera acertada
con su labor de complemento. La producción tiene buena factura: el trabajo de fotografía
es sólido (sobre todo en las escenas nocturnas), el score está ok, los efectos
no son precisamente lo más elaborados pero están bien hechos y la labor de
maquillaje es discreta.
Opinión final: Cub es un slasher aceptable.
Probablemente termine perdiendo relevancia con el paso de los años, pero es
una opción para ver en este 2015.
***