Película dirigida por Rob
Letterman y escrita por Darren Lemke, la cual está basada en los personajes de
los famosos libros escritos por R.L. Stine. Se estrenó en los Estados Unidos el
pasado 16 de octubre e hizo lo propio aquí México el fin de semana pasado;
recaudando hasta la fecha $54.6 millones en taquilla a nivel mundial.
Sinopsis:
Molesto por mudarse a un pequeño pueblo, Zach (Dylan Minnette) encuentra una luz de
esperanza al conocer a su vecina Hannah (Odeya Rush), aunque también a su sobreprotector padre. Una noche, pensando que este la maltrata,
Zach entra a su casa y descubre que su verdadera identidad es la de R. L. Stine,
el famoso escritor de Goosebumps, pero por error también libera a todas
las criaturas de sus libros para iniciar una noche que nunca olvidarán.
Comentarios generales:
Si crecieron en los 90s lo más
probable es que en algún punto hayan leído los libros o visto la (no tan buena)
serie de TV de Goosebumps, convirtiéndose así en algunas de las primeras
referencias del género que hayan tenido. Es por eso que cuando se anunció esta
adaptación para el cine no pude ocultar mi emoción, pero a la vez tenía
muchas dudas sobre cómo la manejarían considerando que el material, si bien
orientado al terror, está pensado para un público joven y eso en muchas
ocasiones provoca que los estudios tomen malas decisiones en su afán por
obtener grandes ganancias; sin embargo, en esta ocasión me parece que hicieron
las cosas bien.
La verdad es que Letterman
establece rápidamente el tono que manejará su película al utilizar un humor muy
simplón durante la introducción de los personajes y esencialmente contando la
típica historia mil veces vista sobre el chico nuevo que siente algo por su
vecina, lo cual sin duda te brinda muy pocas esperanzas de inicio porque hasta
aquí no existe mucho que destacar. Son pasados los primeros 20/25 minutos cuando
las cosas mejoran poco a poco, principalmente porque le van dando más presencia
a Jack Black bajo un rol en el que no se le suele ver seguido y una vez que se
libera al primer monstruo toda la esencia de los libros sale a relucir; incluso
la atmósfera característica de la serie ya está presente cuando Slappy aparece
finalmente en pantalla como el principal antagonista para que el factor
nostalgia haga su parte.
De ahí en adelante todo es acción
pura que da como resultado un ritmo frenético que nunca vuelve a disminuir, la
cual esta complementada con situaciones divertidas que van revelando a algunas de
las creaciones más famosas de Stine (The Invisible Boy, The Abominable Snowman
of Pasadena, The Werewolf of Fever Swamp, The Lawn Gnomes) en una mezcla que de
algún modo funciona y evita que se tengan que perder minutos en introducir de
manera más detallada a cada una. Aunque esto mismo origina un problema, sobre
todo para aquellos que conocen las historias, ya que se llega un punto en donde
sueltan a todas de golpe y ciertamente eso les quita minutos en pantalla a
algunos monstruos que definitivamente merecían tener un poco más de exposición,
dejándolos solamente como amenazas secundarias que todo el tiempo se sienten
desaprovechadas.
La parte final sigue la misma tónica,
pero a una escala mucho mayor y ciertamente la solución presentada es lógica.
Además se guardan una última sorpresa e incluso presentan algo que no esperas
que ocurra, a pesar de que minutos antes básicamente te lo anuncian de manera
muy clara.
Las actuaciones son aceptables,
sobre todo Black logra varios momentos muy entretenidos con su personaje
paranoico. La producción es de primera línea: el trabajo de fotografía es bueno,
la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un score muy similar al de
la serie, los efectos en su mayoría son CGI pero de buena calidad y el
trabajo de maquillaje solo se limita a unos cuantos zombies.
Opinión final: Goosebumps está
divertida, pero claramente no es para todos. Un fan service dedicado
especialmente a aquellos que crecieron leyendo los libros.
****